EPIFANÍA
O MANIFESTACIÓN DE DIOS…
BREVES SOBRE
SU HISTORIA.
El
verbo griego epiphaino tiene el significado activo de mostrar; intransitivamente (es decir, aquellos verbos que no
necesitan complemento) se usa para
decir mostrarse, de él se deriva
el substantivo epiphaneia, es decir aparición.
En el griego clásico y helenístico se utiliza este término en diversos
contextos, sobre todo de carácter militar. Indica en estos casos la aparición
imprevista e inesperada del enemigo, que puede decidir la suerte de la
batalla. Relacionado con el uso lingüístico militar, epifanía indica también
la aparición de la divinidad para socorrer a alguien. Así, por ejemplo, una
inscripción de Cos atribuye a la aparición del dios Apolo la derrota sufrida
por los galos en Delfos el año 278 a.C. En la historia de las religiones se
conoce una fiesta de la epifanía, o día
de la llegada de Apolon, celebrada en muchas ciudades griegas en
primavera o al comienzo del verano. La
divinidad epifánica por excelencia, en el ámbito de las experiencias
extáticas ligadas a su culto, era Dionisos.
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Desambiguando
el termino Epifanía encontramos que tiene eco en algunas celebraciones del Imperio de Roma, sobrevive en Befana, la gran feria que tenía
lugar en esa estación en Roma; es difícil afirmar hasta dónde se puede conectar
la práctica que se llevaba a cabo en esa época de comprar todo tipo de imágenes
de alfarería, combinadas con silbatos, y que representaban algún tipo de vida
romana, con la costumbre bastante similar que estaba de moda durante la fiesta
de Saturnalia en diciembre. La alfarería o pasta sigilaría vendida en ese
entonces en toda Roma. En la tradición de los santos Padres griegos se dirige
particularmente a quienes eran bautizados… “hemera
genethlion toutestin epiphanion” esta expresión griega nos habla del
cumpleaños del Señor exactamente el 6 de enero, (mes de Tybi) tal referencia se
dio en el siglo IV año 361). En cuanto a los santos Padres latinos encontramos
a Clemente romano (PP. Apostólicos) que hace una crítica intuitiva a quienes
sostenían la hipótesis de la posible fecha del nacimiento del Señor, Orígenes
(Escuela de Alejandría) no menciona esta fecha.
Posteriormente uno de los santos Padres Capadocios nos referimos a Gregorio Nacianceno (predicando en la Navidad del año
380) argumentando que la luz de Cristo guía
a los bautizados. San Juan Crisóstomo en el año 386 llama a
la Epifanía “La madre de los festivales”
porque si Cristo no hubiera nacido, no habría sido bautizado y la redención no
hubiera sido posible (este era su argumento fundamental o primordial). Agustín
de Hipona se refiere a la Epifanía citando el “sacramentario Gelasiano”
escrito por el Papa Gelasio I en el siglo V y también otro de los
grandes latinos Ambrosio de Milán citará esta tradición…
Las antiguas liturgias anglicanas emparentadas con
la tradición más pura romana citan particularmente la celebración de la
Epifanía, pero haciendo énfasis en el Bautismo del Señor y coinciden con la
fecha del 6 de Enero…
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El mundo latino asumió el 25 de diciembre y el griego el 6 de enero, y juntos se compaginaron al
punto que las expresiones de los unos y los otros son esencialmente
vinculantes. Es interesante reconocer que la celebración de la Epifanía en el presente se ha reducido
a una expresión cultural relacionada con los niños el 6 de enero en algunas
latitudes, y en otras el 25 de
diciembre. La Iglesia de manera axiomática nos dice que el énfasis está en la
praxis de nuestra espiritualidad antes que en la significación histórica de
este acontecimiento fenomenológico. La razón es superada por la intuición de la
Fe y el mundo nos ofrece un escenario
bien determinado por el movimiento de culturas que desembocan en la realidad
económica de los pueblos. La mística de
esta celebración entrelaza tanto la Encarnación como la manifestación universal
de Dios generando una relación potencialmente bendecida por la Gracia de su
acontecimiento histórico (Encarnación- Nacimiento-Bautismo del Señor y
ministerio salvífico). Estamos ante
un evento que radicalizó la revelación superando los estadios proféticos de
Israel y dibujando una escala cósmica de
la revelación solo comparable con la
creación, pero superior porque involucra la manifestación de Dios en la carne y materia humana como
designamos nuestra propia naturaleza asumida por Jesús.
Es interesante como la intuición de los santos PP. de
la Iglesia los lleva a centrar la Epifanía
en la estrecha revelación de un Dios histórico sin serlo y temporal sin
ser obra del tiempo, esta es la concepción de la Epifanía inserta en la sique
del bautizado. La composición teatral del relato toma fuerza por la pluralidad
cultural que implica la presencia de los personajes venidos de otra
latitud, que no dudamos sean hijos de
Abraham, aquí está reflejada la promesa
de “multitud de hijos como las estrellas
y las arenas del desierto”. Tributando al hijo de la Niña María en la carne
y al mismísimo Dios en la Divinidad de su obra salvífica. Un Dios
hecho humanidad por amor y nunca por debilidad (como en el mundo mitológico
griego). Manifestación necesaria
dada la corta capacidad de nuestras intuiciones para dibujar en el alma la
presencia salvífica de Cristo. Los astrónomos fueron a reconocer y reconociendo
se postraron en silenciosa adoración que
bella figura de la Madre de los bautizados que llegando de todo el orbe se
postra a los pies de su Niño y Salvador, sirve como Madre al que obedecerá como
a su Señor. La característica especial
de esta celebración cambia según los
tiempos y las necesidades de su Ethos cultural, es así como para el (A.T) se
emplea en afirmaciones de tipo militar al manifestarse una potencia benévola
con Israel recordemos a Ciro el grande. (En el libro de Isaías capítulos 40-56 se profetiza y celebra la victoria de Ciro,
enviado y ungido por Dios. En el libro de Esdras capítulo 1 versículos 2-4). El
Mostrarse implica en sí una
revelación del plan amoroso de Dios sobre
la humanidad, En el Nuevo Testamento, por
el contrario, sólo se usa como término religioso y casi siempre para indicar la
aparición de Cristo al final de los tiempos (cf. 2 Tesalonicenses 2 versículo 8; 1 Timoteo capitulo 6 versículo 14. 2 Timoteo capitulo 4 versículo 1.8; Tito capitulo 2 versículo 13). Cuando la aparición terrena
de Cristo se entiende como acontecimiento escatológico, se designa también
como Epifanía. Miremos 2 Timoteo
capitulo 1 versículos 9-10: “la gracia
que nos ha sido dada desde la eternidad en Jesucristo. Esta gracia se ha
manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo” Asume una connotación escatológica muy
particular. En cuanto a la postura de los evangelios su objetivo fundamental era dar a conocer a
Cristo a los pueblos paganos de su época, convirtiendo esta celebración en “luz” para las gentes que no tenían
posibilidad de haberle conocido antes en su medio cultural y religioso. Una luz maravillosa que construye esperanza
no solo al pueblo judío sino a la creación
entera. Esta dinámica en su
naturaleza necesitó ser enfocada en el contexto celebrativo romano del “Solsticio de invierno” cuando en la traducción el Sol
permanece “quieto” esta celebración romana fue reemplazada por la Epifanía. El cruce cultural fue determinante
en cuanto a la praxis del Ethos cristiano categóricamente “nuevo” frente a la celebración romana importada de su entorno de
dominación.
Las primicias de la celebración invocan en los personajes “reyes magos” la participación de los
pueblos vecinos y su contacto con el
misterio del Dios Encarnado. El misterio dibuja las líneas clave de esta
revelación personal de Dios, la Naturaleza Humana del Señor se relaciona
esencialmente con nosotros en toda
perspectiva posible haciendo de esta revelación
nuestra “carta de navegación”
desde su inclusión histórica hasta la relación personal del bautizado con el
Dios Humanado…
LITURGIA DE LA PALABRA
PARA LA CELEBRACIÓN.
Isaías capitulo 60
versículos 1-6. Salmo 72 1-7,10-14. Efesios capitulo 3 versículos
1-12. Mateo capitulo 2 versículos
1-12.
El profeta Isaías nos habla de una manera festiva en la que se manifestaran adoradores de todas las partes del mundo
conocido y particularmente con quienes los judíos sostenían algún tipo de
relación, los camellos, y las demás
ofrendas, son producto de la mentalidad
judía que reconocía en estos dones todo aquello indispensable para su
cotidianidad, a diferencia del Imperio
romano que empleaba caballos en sus gestas invasoras. Los tributos son aquí de índole real y
pertenecen al soberano tanto recibirlos como distribuirlos en todo tipo de
relaciones de estado como quiera que a los altos dignatarios se les ofrendaban estos presentes. El profeta anuncia una festividad que se suscita en el
pueblo y su epicentro es considerado antesala de una manifestación de
Yahveh. Es una comunidad de Fe que supera como es apenas natural las
barreras de su entorno para instalarse en un territorio verdaderamente amplio, que va desde África hasta el Norte de donde se ubicaba Jerusalén.
Isaías nos recuerda que la salvación no está limitada a un sector poblacional sino
que como propuesta se dilata a toda la humanidad. Una idea clave que será la
centralidad de su mensaje profético mesiánico.
El Salmo 72, toca uno de los temas
fundamentales del (A.T) nos referimos a la justicia de Dios a favor de los suyos, a diferencia de
la Mosaica no está fundamentada sobre el cumplimiento de la Ley sino sobre la
Misericordia de Dios. Una justicia escatológica que en su integralidad
restaurará el bienestar de los
creyentes. Su nota esencial es la
universalidad, tal justicia es también consecuencia de la presencia futura del
Mesías. Un reinado universal reconocido por todas y todos, una manifestación
justiciera que involucrará a todos los creyentes. A diferencia de nuestros
gobiernos el Reinado del Mesías estará dirigido hacia los pobres de Yahveh.
Pablo centra el conocimiento del Mensaje salvífico en la generosa manifestación del Espíritu de
Dios, de esta manera se convierte en la Causa Eficiente de la revelación
salvífica de Cristo intimada a su vez por el Padre Dios. Esta
manifestación escatológica es de índole
cósmica, es decir, tanto a las realidades físicas como espirituales donde nos
desenvolvemos los bautizados y nuestro mundo. Aquí lo escondido es visible solo
desde la perspectiva de la Fe en Cristo,
no es un don generalizado sino consecuente con la Fe de los bautizados
que de esta manera lo pueden descubrir y vivir.
Pablo reconoce en Cristo a nuestro mediador por excelencia pero
solo cuando nuestra Fe se centra en su Persona Adorable del Hijo de Dios. Una
manifestación tal que solo reconoce el amor como su punto de parida y explicitación
total. Una semilla, un tesoro, una
planta y sus frutos, son solo algunos de los calificativos encriptados para
designar al Dios revelado y encarnado. Recordemos
que para Pablo la Epifanía involucra la revelación victoriosa de Cristo como
Señor y Dios.
Jesús nació en Belén de Judea, en tiempo del
rey Herodes. Unos magos
de oriente se presentaron en
Jerusalén 2.preguntando: ¿Dónde está el que ha nacido, el rey de los judíos?
Porque hemos visto su estrella en el
oriente y venimos a adorarlo. 3. Al oír esto el rey Herodes, se inquietó,
y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y a los
maestros de la ley y les preguntó por el lugar de nacimiento del mesías. 5.
Ellos le contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el profeta:
6.Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor entre las
principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que será el pastor
de mi pueblo Israel. 7. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y se
informó cuidadosamente de ellos sobre el tiempo en que había aparecido la
estrella; 8.luego los envió a Belén, y les dijo: Id y averiguad todo lo que
podáis sobre ese niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para que vaya yo
también a adorarlo. 9. Ellos, después
de oír al rey, se marcharon; y la estrella que habían visto en oriente iba
delante de ellos, hasta que fue a posarse sobre el lugar donde estaba el
niño. 10. Al ver la estrella experimentaron una grandísima alegría. 11. Entraron en la casa y vieron al niño con
María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron; abrieron sus tesoros
y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. 12. Luego regresaron a su
país por otro camino, pues les habían dicho en sueños que no volvieran a
donde estaba Herodes (Mateo capitulo 2 versículos 1-12).
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El Texto Mateano, ubica la procedencia de los “magos”
venidos de Oriente donde encontramos la cuna de la civilización. Solo para
recordar que en la región mesopotámica existían
algunos miles de años antes de Cristo
bibliotecas de suma importancia para el mundo antiguo, Adab, Awan, Mari, Ur,
Kish, Akshak, estos centros de cultura cultivaron el saber y las
tradiciones religiosas de muchas civilizaciones. Los personajes que visitaron
al Dios Humanado, bien pudieron proceder de estas tradiciones académicas y astronómicas
ya que el observar los astros era parte de
su patrimonio científico, en cuanto a Israel era casi totalmente prohibido esta
ciencia (Astronomía) por creer que era culto indirecto a deidades paganas. Para
el año 2.300 antes del Señor los acadios y semitas habían destruido parte de esta
riqueza. Las bibliotecas tomaban el nombre de las ciudades o pueblos donde se
creaban y eran por lo general reinos pequeños o ciudades estados como fueron
llamadas en Grecia por Platón. Aquí argumentamos la proto-historia
que generó la presencia de la escritura
y antes los jeroglíficos, superando las líneas
y otro tipo de grabados del mundo antiguo.
La estrella era también una rica simbología que correspondía a
cada personaje importante que nacía, como parte de su caminar en la astronomía y
la necesidad de conocer según los astros el futuro de los gobernantes. La
estrella es parte de la simbología literaria del evangelio citado y no implica evidencia alguna de la
Divinidad del Niño recién nacido. Los regalos simbolizan todo aquello digno
de un rey, y que marcará el inicio de la misión salvífica del Señor. Lo fundamental
del Texto Sagrado de Tradición es sin
duda la perspectiva universal que los
personajes dan a la presencia de Dios en la historia humana. Siguiendo la
dirección de los santos PP. De la Iglesia reconocemos que esa luz es Cristo y
que su manifestación es Salvis incipere o
en castellano Inicio de salvación. Es
el consenso eclesial, al menos en las tres grandes Iglesias católicas (Anglicana, griega, romana).
Estamos listos para recibir al Salvador de la humanidad y hacer que su luz brille siempre en nuestros
corazones. Cristo luz del mundo y de su Iglesia.
FUENTES.
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