domingo, 16 de septiembre de 2018

IMPORTANCIA DEL LENGUAJE BIBLICO EN LA MEDITACIÓN Y ESTUDIO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS.


IMPORTANCIA DEL LENGUAJE BÍBLICO EN LA MEDITACIÓN Y ESTUDIO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS.



INTRODUCCIÓN.



El lenguaje bíblico es determinante para la correcta comprensión hermeneútica por parte de los bautizados. La dinámica en la que la comunicación se da a los creyentes define en gran medida la profundidad de las ideas reflexionadas y algunas de ellas desambiguadas como quiera que el comunicarnos por medio del lenguaje escrito implica un grado de aceptación de los textos que solo de esta forma entran no solo desde la connotación intelectiva sino también gramatical (1).   Un acuerdo tácito entre el pasado que quiere decirnos algo  en el presente y un presente que quiere y necesita escuchar las voces del  pasado. No se trata solo de lenguajes algunos ya arcaicos se trata de ideas aterrizadas en la más profunda convicción de los creyentes que no solo aceptan sino que sienten viva la Palabra Inspirada gracias a su autor, esta formalidad al hablar nos ubica en  sintonía del Dios revelado y revelador bajo las mismas categorías humanas. La Iglesia Episcopal (2) toma de la Tradición y de la Biblia las enseñanzas gravitacionales de su doctrina y de esta forma encontramos que la Biblia posee una connotación que la distingue de un mero libro u obra literaria haciendo alusión directa a su origen como nos lo hace saber el Texto Sagrado de Tradición en (Conf: Éxodo capítulo 32 versículo 16) (3) que nos enseña sobre el valor de lo escrito en la Biblia y como su contenido es obra de Dios y es la impresión del propio Moisés al descender del monte santo con las Tablas de la Ley o Decálogo, bajo las categorías humanas Dios nos comunica su Palabra y de paso asumimos estas enseñanzas como figura de su Verbo Encarnado que no empelará más figuras escondidas sino que su sola presencia se convertirá en la Palabra misma (4). El éxodo llama al contenido de las tablas “Escritura de Dios” la sola alusión bastaría para que nosotros la reverenciemos como obra de la  revelación por excelencia. No podemos dejar de reconocer que las Sagradas Escrituras  también como enseñanza pueden ser vistas en el ámbito privado según sea  su significación, nos referimos a que en algunos pasajes se alude a la “Escritura” desde la perspectiva humana no solemnizando su contenido como si sucedió en Éxodo capítulo 32. Miremos ahora el siguiente ejemplo: "En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de Yahveh, por boca de Jeremías, movió Yahveh el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino:" (2 Crónicas capítulo 36 versículo 22) (5). Es interesante como la Palabra se manifiesta en distintas direcciones y la concepción según la necesidad varia un poco pero en  cuanto a su mensaje conserva la misma intencionalidad,  cabe decir que en el presente ejemplo Ciro es visto e interpretado  como un instrumento al servicio de la difusión de la Palabra de Yahveh (6). La Palabra hace referencia a los procesos por medio de los cuales el mensaje se da a conocer y la forma como es percibida será cuestión de la experiencia intelectiva y espiritual del creyente,  en  este caso del Episcopal convencido de su valía y contenido. La dinámica Escrituristica supera las barreras idiomáticas al emplear figuras conocidas por la cultura común a los pueblos y sus implicancias en la sique del  colectivo. Recordemos que las referencias así como sus referentes solo son producto de las categorías que conocemos y sus paradigmas se fundamentan en lo que hemos visto o percibido, es decir, la intuición no se manifiesta abiertamente como en otras acciones y comprensiones de la mente humana (7). La Palabra de Dios lo es gráfica, dialéctica y racionalmente interpretada por el bautizado, lo que implica su absoluta verdad y obligatoriedad como expresión de Fe.


SIGNIFICADO DE LA PALABRA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.


El   contenido relacionado con la Palabra como expresión del lenguaje intencionado de Dios que encontramos en el (A.T) sin duda está condicionado por la cosmovisión del judío de su época. Una conducta en el Texto inspirado que nos habla de su apego a la tradición y ley Mosaica que sin duda configuraba su respuesta verbal al mensaje y sus enseñanzas. El judío tenía la comprensión  de un mundo animado por la presencia de Yahveh bajo la norma de la Ley lo que sin duda le sujetaba a sus hábitos legales. La dimensión historica aquí es inmediata dada la calidad de los interlocutores, ejemplo podría ser la época de los profetas y antes de los jueces de Israel, cuyo mensaje se sujetaba a la cosmovisión de la sociedad de su época. La Palabra liberadora de Dios en el relato del Libro  del Éxodo posee unas características como Palabra que sin duda no encontramos en los relatos proféticos pero a su vez el recurso Escrituristico moldea los tiempos para dar sus frutos en las vivencias y realidades abordadas desde la perspectiva de la atemporalidad  del mensaje. No podemos asegurar que la dinámica empleada por el Éxodo sea la misma de la visión Isainiana pero a pesar de la evolución de los tiempos la significación salvífica y la interioridad es la misma (8).


Vete y di a Ezequías: Así habla Yahveh, Dios de tu padre David: He oído tu plegaria, he visto tus lágrimas y voy a curarte. Dentro de tres días subirás a la Casa de Yahveh. Añadiré quince años a tus días(Isaías capítulo 38 versículo 5) (9).
 



La manera gráfica de señalar las palabras de índole sagrada nos asemeja en el relato o mejor aún, se equiparan a la lógica del autor sagrado y como el contenido plasmado se considera auténticamente Palabra de Dios.  El hablar de Dios se materializa gramaticalmente y con su mensaje se construyen las oraciones que posteriormente serán escritas. La conciencia nos permite intuir que la noción de Palabra inspirada es real como el dialogo del profeta con su notificado. No cambia su significación aunque medie la interpretación del profeta como sabemos el contenido inspirado se equipara a las mismas palabras de Dios y en latín diremos:
canit divino ex ipso contentus aequatur verba Dei (10).

La noción del contenido inmediato no es transformada por la temporalidad del lenguaje y mucho menos por la actuación del interlocutor. De esta manera ratificamos que del mensaje sin importar su naturaleza y destinatario es una efusión de la Voluntad revelada de Dios en el contexto de nuestra experiencia salvífica. Es tan diciente hoy como hace siglos (11). La realidad encontrada del ser humano es similar sin mediar el tiempo y la distancia, estamos planteando las simples analogías que van desde la cultura hasta la ciencia, solo para citar un ejemplo: “En Egipto se construyeron pirámides, en Indonesia también, igual situación aconteció con los Mayas y los Aztecas” (12) es una analogía cultural que atañe al ser humano en su racionalidad y no en sus intereses relacionados. Ni en Egipto las conocían, ni en América las copiaron,   La dialéctica cuando racionaliza sus contenidos puede producir discursos paralelos  como el ejemplo dado sobre las pirámides. La interacción del profeta con la palabra enriquece su lenguaje y le permite llegar a su cometido sin que con ello implique que sus palabras reemplazan las de Dios. El Escrito inspirado solo puede significar lo que está escrito lo que no habla  de la interpretación hermenéutica y la posterior exegesis que sin duda dan un matiz actual a las enseñanzas de las Escrituras (13)…


SIGNIFICADO  EN EL NUEVO TESTAMENTO.


Es interesante la visión de los creyentes en el (N.T) y como sus palabras marcan la diferencia en cuanto al Mesías apreciado en figuras y personajes de índole históricos y algunos recreados por la necesidad de ilustrar el mensaje. Aquí los escritos no pierden el carácter religioso y son sin duda instrucciones desde la Fe para las comunidades de cristianos primitivos. La Palabra no pierde su carácter de revelación aunque en muchos casos las  interpretaciones sean trivializadas (14). La revelación asume las categorías universales del entendimiento humano y se transforma en Palabras históricas sin perder su génesis como Palabra  de Dios, en singular porque bajo la comprensión del creyente suponen una constante actualidad en su vida y quehacer. La realidad desde el lenguaje inspirado nos permite ver una concepción sublime del accionar intelectivo del bautizado. Los apóstoles en el (N.T) plasman la mentalidad judía de sacralidad y reverencia sobre la Palabra Inspirada. Es la misma dinámica que los antecedieron pero la reflexión les permitirá agregar ingredientes nuevos y vitales a sus enseñanzas e intelección con el mundo y sus realidades algunas de ellas analogías perfectas de la revelación y otras simplemente contrarias al espíritu de la Buena Nueva (15).   La profundidad de su Semiótica (16)  sin duda nos habla del contenido y como al ser sublimado las variantes del lenguaje apuntan  deliberadamente hacia una visual de su centro expresivo, esto es hacia la realidad y sus imágenes intelectivas, aterrizando concretamente la expresión diremos: La figura del Cordero Pascual es visto en figura y potencia en el libro del Éxodo y como una realidad absolutamente diciente en el Evangelio,  especialmente en Juan (17). El ejemplo anterior no solo nos habla de los “Tipos y Antitipos” (18)  sino de la fuerza expresiva de la Palabra y como su vitalidad se convierte en significante para el creyente. Las definiciones gramaticales son solo las categorías de la realidad comunicada en palabras pero su verdadero contenido es  estrictamente espiritual y necesita de la Fe del lector e interlocutor para su afirmación conceptual y categórica o paradigmática que a la sazón es lo mismo.  Los escritores sagrados del (N.T) no pierden de vista las implicaciones de los aportes del (A.T) pero lo reconocen como figura del Nuevo, es decir, de las enseñanzas que se inspiraron en el advenimiento mesiánico, hoy podemos afirmar con ellos que la razón del (A.T) para los cristianos es sin duda ser figura en potencia de las manifestaciones del Hijo de Dios.   La lectura y estudio del (A.T) debe  hacerse siempre en orden a Cristo y su revelación en el contenido profético e histórico de Israel no puede ser de otra forma ya que el anuncio se remonta a las figuras conocidas por todos donde personajes como Abel, Abraham, Moisés, José, David, y otros más,  sin duda simbolizan la dialéctica veterotestamentaria.  Como indicándonos que sus enseñanzas son figura o luz sobre las cualidades del futuro Mesías. Estableciendo un paradigma para que nosotros asimilemos su realidad en categorías de la comprensión literal como hemos indicado anteriormente (19).

La obra de Pablo sin duda se centró tanto en la  comprensión como en la proyección de la imagen y doctrina de Cristo en su entorno cargado de política y diversidad  académica lo que en últimas favoreció el despliegue de la obra eclesial. La letra que se emplea en  Grecia o Roma,  sin duda permite  ver la realidad más amplia que en la propia Jerusalén, aquí vemos un contenido sociológico de la ubicación de la Iglesia en el Imperio (20). Sin duda alguna, Pablo pudo conciliar las decisiones de índole política con la configuración doctrinal trascendente en un mismo escenario. Permitió  de esta forma que la aproximación a la realidad socio-cultural de su entorno difundiera la nueva concepción doctrinal… El vehículo  semiótico alcanzó así una posición de privilegio frente a los discursos endémicos tanto de griegos como de romanos. Recordemos que las futuras persecuciones en Roma se dieron por las intrigas políticas contra  los nacientes cristianos. La respuesta natural a este avance doctrinal desencadenó violencia contra los denominados por Lucas “seguidores del nuevo camino” mostrando de esta manera una realidad paralela a lo vivido por el judaísmo tanto entre helénicos como entre romanos (21). La visión de este escenario permitió el crecimiento de formas complejas de insertar el cristianismo en este entorno y de paso propender por el establecimiento de un corpus doctrinal que no perdiera el hilo conductor con los escritos judíos los mismos que tienen por sagrados básicamente divididos en tres cuerpos: Torá (Pentateuco), N de Nevi’im (Profetas) y J de Ketuvim (Escritos) miremos el canon (termino que significa caña que en el mundo antiguo era empleada para medir)  hebreo de las Sagradas Escrituras (22).


(23).


La Ley (Torah)
  1. Génesis.
  2. Éxodo.
  3. Levítico.
  4. Números.
  5. Deuteronomio.

Los profetas (Nevi’im)
Profetas anteriores.
  1. Josué.
  2. Jueces.
  3. Samuel.
  4. Reyes.




Profetas posteriores:
  1. Isaías
  2. Jeremías
  3. Ezequiel
  4. Los Doce

Las Escrituras (Ketuvim o Hagiografía (GK))
Libros proféticos:
  1. Salmos.
  2. Proverbios.
  3. Job.

Cinco rollos:
  1. Cantar de los cantares.
  2. Rut.
  3. Lamentaciones.
  4. Ester.
  5. Eclesiastés.

Libros históricos:
  1. Daniel.
  2. Esdras-Nehemías.
  3. Crónicas.




Aun cuando los cristianos tenemos  el mismo canon del Antiguo Testamento, el número de libros difieren, unos de ellos dividen: Samuel, Reyes, Crónicas, entre otros, en dos libros cada uno; los judíos consideran también a los profetas menores como un solo libro. El orden de los libros también difiere. El Antiguo Testamento de los protestantes sigue un orden tópico en lugar de un orden oficial.





La mentalidad apostólica se nutre sin duda de la herencia judía pero es clarificada por la visión de Cristo Resucitado cambiando por completo el paradigma Escrituristico a su máxima expresión. La connotación historia es de suma importancia si tenemos presente todo el desarrollo de la construcción de las ideas sobre el Resucitado y como su modelo histórico superaba con creces el amanecer judío. Las imágenes que se generaron entraron a empalmar con la concepción de un Dios que era y es dueño de la vida en toda su dimensión y plenitud. La dialéctica que se invierte en términos e imágenes es rica en toda la expresión de la palabra no agotando nunca sus presupuestos relacionales (24). Los apóstoles tenían el encargo de comunicar a un Dios vivo en medio de una realidad muchas veces acompañada por la muerte, esto último es fácilmente apreciable en al vocación del Texto Neotestamentario, donde la revelación se asume tanto antes como después de la Pasión del Señor, un ejemplo diciente sobre esta yuxtaposición textual la encontramos en Juan cuando argumenta la relación entre la vid y los sarmientos. "Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada." (Juan capítulo 15 versículo 5) (25). La actualidad gramatical de sus palabras sin duda se puede indagar tanto en la expresión de la vida espiritual del creyente  ante y post-pascual, en un claro matiz atemporal de una realidad equiparada bajo este paradigma conceptual. La lógica del discurso y su incidencia metafísica nos queda en orden y claridad frente a la perspectiva de una realidad asimilable que supera su connotación material inicial y es aquí donde nos preguntamos cual puede ser su razón y la respuesta es básica frente a su fenomenología, nos referimos al objeto mismo de su dialéctica como es la presentación de Cristo antes y después de su sacrificio en la Cruz y determinando el Jesús histórico caminamos ya en el Cristo de la Fe cuya relación con la humanidad creyente es espiritual y sublimadora de todo ejercicio relacional (26)… Incluso el lenguaje cambia para dar paso a una serie de expresiones vivas en la realidad descriptiva de su estado, es decir, ahora hablamos del Cristo vivo y glorificado.

La problematización conceptual se vive también en el orden gramatical con el surgimiento de términos más emparentados con la tradición griega que con la judía, basta preguntar al modelo teológico que asumimos (Aristotelismo y platonismo) si caminamos aún  más allá en el ejercicio contemporáneo encontramos  que acepciones para “espíritu” en ciencias modernas como la Psicología se refieren en estos  términos: Moral, espiritualidad, fundamento, racionalidad, dejando de lado cualquier concepción Pneumatologica propia de nuestro ejercicio teológico. Es pues una realidad que los conceptos mutan hasta asumir su forma concreta según sea la especificidad de contenido diciente en cada momento o época (27).  La lógica que aplicamos a nuestros métodos reflexivos sin duda se compadece del momento histórico en el que acuñamos los términos empleados en cada reflexión, en cada elucubración conceptual como quiera que estamos materializando una idea y su pensamiento. El Texto veterotestamentario y el Neotestamentario, caminan de la mano aunque las realidades vividas en uno y otro momento sean distintas, pero eso sí, coincidentes en cuanto a su vocación y razón de ser…  No estamos anulando ninguna expresión o valor a la praxis del concepto en uno u otro estadio de la revelación Escrita del Dios vivo, sino en la interpretación de su momento y realidad historica como y para tal. Es también a manera de ejemplo ilustrativo el reconocimiento típico del bautista sobre la identidad el Señor, recordemos que lo llama “Cordero de Dios” en concordancia con el pasaje de la pascua judía en (Éxodo capítulo 12). (28) La relación salvífica es figura en uno y plenitud en otro pero el hilo temporal parece que desaparece cuando entra en escena la necesidad y respuesta salvífica al contenido de uno y otro relato. El pensamiento convertido en palabras y conceptos se incorpora de manera descriptiva a su nueva realidad conceptual. Su valor se potencia más allá de la concepción tiempo espacial (29).

La composición del Texto Joanico tiene presente el acontecer teológico y gramatical particularmente cuando entra en contacto con la concepción griega sobre el ser y la divinidad. La conclusión es obvia para nosotros, el contenido teológico se alimenta de una cosmovisión más amplia que Texto alguno en el (N.T) su actualidad teológica es tal que el vuelo encumbrado de Juan será determinante en la construcción frontal de una hermenéutica relacional viva en la sique de las Escrituras de Dios. La intuición como expresión de Fe es alimentada dinámicamente por la elaboración conceptual propia de los griegos y judíos files a Dios, es pues una de las razones de la riqueza intelectiva de Juan y su Prólogo, de la anterior expresión que da en pie la idea de un Texto que se abre literalmente a la comprensión de la realidad conforme se camina en la expansión del Evangelio y se le relaciona con posturas abiertas como la griega, puede así entrar en su sique académica  e intuitiva de un mundo abierto y dinámico rico en expresiones de toda índole. No podemos olvidar  que la  connotación mesiánica se  estructura en el ambiente profético de Israel  y la concepción del Dios Encarnado ratificará la visión de los apóstoles y su conocimiento anterior se reflejará particularmente en las escenas de la Resurrección y los coloquios con el Señor (30). La  realidad que se inspira en tales manifestaciones es sin duda particular en la Iglesia primitiva cuya aceptación se dio en el proceso de la revelación evangélica. Podríamos decir que fue en el acontecer de los Hechos de los Apóstoles donde se dio forma a la realidad apostólica ante la ausencia del Señor y la necesidad de construir una dialéctica comunicable en categorías y conceptos que no solo podía alimentarse de la Fe sino de la lógica en cuanto a las imágenes que el Evangelio emplea. Estamos pensando en una construcción que demandó de creatividad para darle cuerpo a una doctrina creíble o asimilable por todos los que escucharan las predicas (31). La razón  que argumentamos desde la percepción bíblica  radica en la manera como ella se enriqueció para su inserción en el espacio  vital  de estas comunidades donde el Evangelio se predicaba.

El bautizado que vive su Fe confía en el contenido trascendente de las Escrituras de Dios y ve en su Palabra alimento de su ser y experiencia vital. Es una expresión cotidiana el darle a las Escrituras todo tipo de connotaciones y alusiones que corresponden a sus contenidos insertos en el medio social del bautizado y desde luego sociológicamente hablando de la percepción de su contenido en la praxis de lo social y cultural (Ethos) (32).  Los apóstoles en su confección Escrituristica se adaptan al medio relacional por esta razón el empleo Paulino de expresiones como:


·         Regeneración……………………………… αναγέννηση
·         Consagración……………………………… διαύγεια
·         Comunidad………………………………… κοινότητα
·         Gracia……………………………………… χάρη
·         Restauración……………………………….. αποκατάσταση
·         Alma……………………………………….. ψυχή
·         Cuerpo……………………………………… σώμα
·         Espíritu……………………………………… πνεύμα
·         Justificación………………………………….  Δικαιολογία.


 Son  solo algunos, nos indica que la manera de presentar el mensaje se temporalizó desde los imaginarios que ellos podían percibir como verdaderos, de figuras comunes en sus dialécticas y realidades y en cada uno de los discursos acentuados en su época. Solo para decir, por ejemplo, que en el hoy de nuestro presente es casi imposible para muchísimas personas conversar sin que salgan a relucir comentarios sobre tecnologías y particularmente sobre celulares, de hecho son materia y motivación discursiva. Lo que nos indica que hoy es vital relacionar la tecnología con la cotidianidad y más cuando esta tiene todo que ver con esta tecnología  nueva. Si pretendemos un discurso nuevo entonces nuevos deberán ser los términos a usar (33)… Pablo como los demás escritores del (N.T) no puede sustraerse a esta realidad idiomática de fuerte tendencia en su momento. El uso del griego es reiterativo en todos los escritos del (N.T) y la influencia de la concepción griega del mundo sin duda marca poderosamente su influencia en un medio judío pobre en respuestas ante el surgimiento del cristianismo.

 El discurso y su praxis solo podrá materializar los conceptos cuanto estos son eminentemente dicientes y expresivos de una realidad percibida y asumida desde la propuesta discursiva. Pablo habló Palabra de Dios para la humanidad de su entorno, y las categorías empleadas son expresión de su entorno social y cultural de un Ethos que no dependía de ellos (apóstoles) sino de la realidad  en la que el mundo estaba constituido (griegos y romanos) (34). Juan es otro ejemplo muy particular del empleo de definiciones apropiadas para el momento y el horizonte que deseaba para el Evangelio, palabras como:

·         Logos (λογότυπα)
·         Verbo (ρήμα)
·         Fruto (φρούτα)
·         Títulos Mesiánicos (Καλή ποιμένας o Buen Pastor)
·         Principio (αρχή) particularmente empleado en las escuelas antiguas.
·         Habitar (κατοίκους) Agustín empleará el termino Inhabitación  o
Κατοικία. Tal afirmación  o implica mezcla a nivel sustancial y las operaciones del ser humano y las Divinas son absolutamente independientes (35).

Una vez confrontadas las palabras con el griego observemos con relación al latín:


Regeneración
regeneratione

Consagración
consecratio

Comunidad
civitas

Gracia
gratia

Restauración
restitutio

Alma
anima mea

Cuerpo
corporis

Espíritu

spiritus
Justificación
iustificationem



Logos
logos

Verbo
verbum

Fruto
fructus

Buen Pastor
bonus pastor

Principio
principle

Habitar
incolunt

Inhabitación
inhabitatio

(36)



La riqueza que el empleo de las expresiones griegas y latinas dio en lo sucesivo a la predicación y mensaje apostólico sin duda marcó la pauta inicial de una dialéctica inserta en las realidades de dos culturas distintas pero relacionadas en una cosmovisión. La mitología griega fue pionera y la romana tomó similar dirección gracias a esta última y solo para considerar lo anterior diremos que Homero (37) (Ilíada y Odisea) gracias a Heródoto (38) que afirmó haber vivido cuatrocientos años antes que Homero,  en el Siglo VIII antes de Cristo, su pensamiento órfico, impulsó la realidad mitológica romana  600 años después, aquí recordamos la Eneida de Virgilio (39) por encargo de Augusto Emperador romano. La realidad mitológica desde la perspectiva  de estos pueblos plantea un reto a los escritores inspirados y precisamente se  expresa desde la concepción gramatical de sus escritos y en la semiótica de las palabras empleadas para los fines descritos. El Evangelio debía tomar expresiones de su entorno para inculturar su mensaje en las cosmovisiones de estos pueblos. Cuando leemos a Lucas notamos inmediatamente esta referencia, particularmente en la Resurrección y lo que sigue a este evento. Lucas tiene un reto gigante y es mostrar al Resucitado sin ofender la mentalidad griega a la que va dirigido su  evangelio. Para los griegos hablar de Resurrección era similar a hablar de transparencia política en  los estados latinoamericanos, los griegos no asumían una existencia  posterior a la muerte lo que implica ya una dificultad dialéctica fuerte y la búsqueda de imágenes asimiladas por ellos para la inclusión del mensaje (40).

Recordemos Emaús (Conf: Capitulo 24 versículos 13 y ss.) (41) cuando aquellos discípulos se encuentran con el Señor muy posiblemente  su cronología lo relaciona con el mismo día de su Muerte y Resurrección,  pero aun así su condición no es percibida sino  cuando se revela así mismo. Que otra cosa se  podría suponer sino una imagen sublime de la plenitud de la Gracia en su Ser glorificado,  pero en la mentalidad griega lo más cercano es la imagen de un semi-dios como lo era Hércules, solo citando un ejemplo. Pero que en ninguno de los casos la materia corporal se muta hasta un grado de percepción que supera la  capacidad intelectiva del ser humano (42). La naturaleza humana del Señor era percibida por sus manifestaciones intelectivas como es  de esperarse pero una vez Muere y acto  seguido Resucita  se problematiza el hábito  anterior y es en este punto donde el lenguaje perceptivo desempeña su papel en la relación de sus discípulos, el Texto Lucano nos da pistas sobre esta cuestión cuando afirman sus discípulos: “¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando Él nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras” (Versículo 32) (43) pues según lo anterior la percepción se transforma en intuitiva y recurre a las figuras aprendidas con antelación a este momento fundamentando un paradigma posterior que se asociara con el mensaje Kerigmatico de la Iglesia primitiva (44).

 La connotación inicial supera intelectiva y preceptivamente  a la realidad que ellos transformaron en sus coloquios con el Resucitado, es una característica de Lucas buscar una aproximación conciliadora entre la  cosmovisión judía y la griega, al punto de relacionarse viralmente con el contenido evangélico en una y otra forma de percibir  esta realidad. Lucas está en la búsqueda de un nexo cultural que le permita ver su mensaje en acción aún bajo las categorías griegas que difieren de los conceptos de su pueblo (45). Cristo vivo y resucitado interactúa bajo el paradigma que conocieron sus discípulos y no desde su estricta condición glorificada. El Verbo percibido como revelación de Dios y Persona Trinitaria reclama desde su identidad el paradigma propio de su Divinidad, no podríamos decir que solo se revela independientemente de la comprensión de sus amigos y discípulos porque estaríamos admitiendo en los discípulos un grado preternatural para su comprensión que ya como especie no poseemos.

La capacidad Lucana de mezclarse con los factores culturales externos sin duda enriqueció su  evangelio y ubicó al Señor en una perspectiva más interior que cualquiera de los Escritos del (N.T) (46). Pues esta interioridad reposa en la comprensión real de los suyos bajo el signo de su espiritualidad inmediata al evento de su Resurrección. No se trata de emplear  términos estrictamente piadosos sino de moverse en el signo relacional de la intuición y el conocimiento bajo la estela de la experiencia o praxis.  Lucas pudo relacionar y conciliar la nueva condición del Resucitado con los sueños y expectativas de los suyos ante los acontecimientos conocidos por todos (47). El lenguaje lucano suena a intuición pura especialmente en el análisis de los Textos referentes al resucitado aunque no se queda en ese argumento,  si deja las bases de la discusión sobre la simbología Lucana. El corazón retoma su connotación de símbolo de lo trascendente, noble y valioso en la vida del ser humano haciendo que si Fe en el resucitado se aposente en él. La dinámica Lucana se manifiesta segura en la contundencia de sus palabras y sobre todo porque busca en lo sublime un contenido probatorio  de su mensaje (48). La Ascensión, establece un nexo gramatical tácito con el Texto de los Hechos de los Apóstoles al mostrar la relación temática y la secuencialidad teológica  en la que se expresa Lucas. La Ascensión es de capital importancia para dejar claro que el cuerpo (Corporalidad) no es un argumento suficiente en su condición resucitada y que al subir a los cielos esta capacidad comunicativa necesitará de otro paradigma como aconteció en Pentecostés. Nos está diciendo a gritos que evita precisamente relacionar tanto la Resurrección  como la Ascensión el mismo día para favorecer la necesaria connotación cronológica en las categorías humanas de percepción del tiempo (49).

Solo para recordar que el inicio Lucano es coincidente con el final de su evangelio, todo inicia y termina en el templo como signo vivo de la relación vital del Mesías con el pueblo y su identidad religiosa, suponemos también algún tipo de liturgia para celebrar el acontecimiento. Lucas relaciona objetivamente las acciones evangélicas con su desenlace por esta razón como agregábamos antes la misión terminó donde inició y se constituye en puntal de laza para los futuros intentos de la Iglesia en materia de Evangelización, por esta razón la Iglesia Episcopal reconoce el valor de la liturgia para ser conductora de toda iniciativa de evangelización (50). La anterior postura  sin duda hace de la celebración no solo un encuentro fraterno sino también doctrinal.  La conclusión al respecto gravita en torno a la posibilidad de ampliar el concepto sobre nuestra universalidad siendo inclusivo en cuanto a la participación y expansión de la idea religiosa. Los evangelios y sus similitudes sin duda que favorecieron la identidad y la unicidad en orden a las enseñanzas, en su expresión idiomática también permitieron que la mayoría de sus términos y raíces fueran conocidas y compartidas, esto último muy especialmente en los Sinópticos. El lenguaje se transforma en certeza cuando su contenido supera las intuiciones generadas precisamente por la ambigüedad y el lenguaje encriptado. Sin duda que el Libro del Apocalipsis es el paradigma de lo encriptado en todas las Sagradas Escrituras. El contenido de su lenguaje lejos de sumir en la desesperanza irradia esperanza y posibilidad de un mundo mejor. Esta obra Joanica hace de Cristo el centro de la historia humana y el motor pleno de la Redención (51).

 Juan no escatima terminología alguna para designar en el contexto de la tradición judía la presencia de un Cordero que también es sacerdote y Rey.  El propósito es determinante para su inserción en las Escrituras Neo testamentarias. Somos pues herederos de una tradición que compagina tanto el acontecimiento sobrenatural y trascendente con el hecho de la salvación.  Juan desea ser  determinante para la Iglesia de su época y avista con agudeza intelectiva el valor de la escatología para confeccionar sus relatos de índole salvíficos. Su mente alcanza a vislumbrar lo encumbrado de la realidad del Resucitado y de esta manera intenta plasmar sus visiones en un lenguaje comprensible (52). El poder conductor del lenguaje siempre ofrecerá resistencia porque es apenas natural que las imágenes que produce nuestro intelecto sean fruto de la experiencia que desarrollamos en la percepción de la realidad y como la entendemos en el plano racional y relacional. La primicia Joanica es un Cristo triunfante que bajo su poder determinará la perfecta realización de los bautizados fieles y esta propuesta se extiende también a los judíos piadosos. Juan como autor es judío y como pensador es griego, sin duda alguna, lo afirmamos de esta forma (53)…

 Nuestra esperanza según Juan no radica en nuestra Fe sino que aunque nuestras acciones y actitudes se opongan al plan de Dios este se realizará perfectamente porque no depende de nosotros sino del mismo Dios. A decir verdad, la salvación nunca dependió de nosotros, afortunadamente. Para Juan nuestra Fe se puede catalogar terminológicamente como una grande Alegría y Esperanza (54), es decir, con la inclusión de estas palabras ratifica el plan de Dios sobre nuestra existencia y gozosamente lo reconoce en sus manos. La Palabra es vista por Juan desde la perspectiva salvífica y no solo como Palabra de Dios sino que da crédito a nuestras palabras cuando estas son fruto de una existencia testimonial plena y comprometida. “La espada de dos filos” es la palabra Inspirada pero la sostenemos bajo el signo de la coherencia de nuestras propias palabras (55). En su lenguaje la “numerología” reclama también espacio al ser convertida en categorías cognoscibles, y por ende dotarla de expresión gramatical como idea que transmite su contenido. El numero 666 no corresponde a un ser o ente del mal sino a todo aquello que bajo el disfraz de la doctrina ordenada llega para imponer sus conceptos. Para Juan esta “marca” literalmente es la némesis de la profesión de Fe en Cristo y el seguimiento y amor por su Iglesia.

Aquí está la sabiduría. Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666. (56).



Es solo un ejemplo diciente sobre el valor de la doctrina y como es definitiva en la configuración de la Iglesia, no se trata solo de palabras o reflexiones sino de la base fundamental de toda enseñanza.  La cultura del creyente puede ser víctima de esta marca cuando se deja seducir por propuestas que no son realidades  de Fe y valores cristianos. En su época había una preocupación latente y era la desvirtualización de la doctrina evangélica por la inclusión de ideas nocivas en la vida eclesial, basta con mencionar  a los Nicolaitas,  y en presente de propuestas para suprimir Textos inspirados por no acomodarse a las llamadas tendencias modernas de la que somos víctimas constantemente (57) Los ídolos se tejen de todo tipo de compuestos, y hoy la mayoría son de “carne y hueso”  afectando sin duda el lenguaje de Fe que debe expresar en su vida y actos el bautizados, que semiótica tan interesante buscar que las palabras sean conductoras de acciones agradables a Dios. Como bautizados no podemos sacarle el cuerpo a la vivencia de nuestra Fe en los distintos escenarios donde nos desenvolvemos. El contexto Joanico reclama de esta serie de encriptamientos por razones tanto políticas como religiosas pero que en última instancia pretenden comunicar a quienes conocen su lenguaje un contenido esperanzador y cuya centralidad no es este Libro sino los evangelios (58).  







BIBLIOGRAFIA/ CIBERGRAFIA/NOTAS Y FUENTES DEL AUTOR.

1-      Nota del autor.
2-      Nota del autor.
4-      Nota del autor.
6-      Nota del autor.
7-      Nota del autor.
8-      Nota del autor.
10-  Nota del autor.
11-  Fuente: Maas, Anthony. "Scripture." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/13635b.htm
12-  Nota del autor.
13-  Nota del autor.
14-  Nota del autor.
15-  Nota del autor.
16-  https://www.definicionabc.com/comunicacion/semiotica.php/ La semiótica es la ciencia o disciplina que se interesa por el estudio de los diferentes tipos de símbolos creados por el ser humano en diferentes y específicas
17-  Nota del autor.
19-   Nota del autor.
20-  Nota del autor.
21-  Nota del autor.
22-  Nota del autor.
23-  https://www.ecured.cu/Canon_hebreo_de_la_Biblia. ec.aciprensa.com/wiki/Biblia Hebrea
24-  Nota del autor.
26-  Nota del autor.
27-  Nota del autor.
28-  Nota del autor.
29-  Nota del autor.
30-  Nota del autor.
31-  Nota del autor.
32-  Nota del autor.
33-  Nota del autor.
34-  Nota del autor.
35-  Nota del autor.
36-  Nota del autor.
37-  Homero peta y escritor griego autor de la obra épica y epopeya “La Ilíada y la Odisea” vivió en el siglo VIII antes de Cristo.
38-  Heródoto escritor  e historiador griego que vivió en el año 400 antes de Cristo.
39-  Virgilio, poeta romano que vivió en el siglo II antes de Cristo y autor de la obra Épica  “La Eneida”.
40-   Nota del autor.
42-  Nota del autor.
44-  Nota del autor.
45-  Nota del autor.
46-  Nota del autor.
47-  Nota del autor.
48-  Nota del autor.
49-  Nota del autor.
50-  Nota del autor.
51-  Nota del autor.
52-  Nota del autor.
53-  Nota del autor.
54-  Nota del autor.
55-  Nota del autor.
57-  Nota del autor.
58-  Nota del autor.





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