lunes, 7 de mayo de 2018

NUESTRA TEOLOGÍA A LA LUZ DEL DOGMA TRINITARIO... PARTE UNO.


NUESTRA  TEOLOGÍA  A  LA  LUZ  DEL  MISTERIO  TRINITARIO.


PRIMERA PARTE…


INTRODUCCIÓN.



 Para el Hiponense como para  la mayoría de los PP. Latinos la comprensión del Verbo se asume como la Palabra que brota del Intelecto Divino, es decir, que el Pensamiento de Dios es su Verbo eterno, se convierte en la sabiduría y el poder de Dios. Por analogía diremos que los procesos mentales del ser humano pueden en alguna medida ser considerados bajo este argumento si tenemos en cuenta que una idea es un acto elemental del pensamiento, y que dicha  generación produce el concepto (Catequesis sobre la SS. Trinidad, publicado en Abril de 2016- cristoeseltema.blogspot.com )



El misterio de la Trinidad de Dios lo abordaremos bajo la guía de la tradición y magisterio de la Iglesia en cabeza de los santos PP. de la Iglesia y particularmente de los aportes a la reflexión especulativa por parte de Agustín de Hipona. El desenlace doctrinal marcó la vida de la Iglesia al punto de derivar la discusión del Dogma con principios de índole universal introduciendo para ello formulas clave tanto en la mentalidad occidental como oriental, Clemente de Roma es el primer Padre Apostólico en emplear el termino no explicito pero en referencia a las Divinas Personas, Gloria al Padre, a través del Hijo, en el Espíritu Santo" (cf. 1 Clemente, 58, 59) citado en repetidas ocasiones por Justino (mártir) aclaramos que la formula expresada por Clemente no indica con exactitud la Coeternidad y Coigualdad de las Personas de la Trinidad Santísima pero si deja claro su relación con el ser humano.

Desde luego los PP. Pre-nicenos  empelaron el termino con mayor precisión y asiduidad, solo para citar a Hipólito: Termina su obra contra Noeto con las palabras: "A Él sea la gloria y el poder con el Padre y el Espíritu Santo en la Santa Iglesia ahora y por siempre por los siglos de los siglos. Amén (1). Es conveniente tener presente que la actividad de los PP. se relacionó inmediatamente con el sentir de la Iglesia universal y que sus definiciones son fruto de la evolución conceptual y los aportes de la praxis eclesial. Para Agustín de Hipona, es el fundamento de su teología especulativa y gracias a sus conclusiones vemos con otra óptica su exposición, la constatación Psicológica es importante ya que las analogías que empleará el Hiponense están por demás bajo las categorías intelectivas que cada uno de nosotros puede rastrear en su ámbito cotidiano, las potencias del alma (memoria, voluntad, entendimiento) y su relación esencial son clave en la descripción fenomenológica del Hiponense. Es el Doctor de la Gracia, quien aproximándose a una comprensión centrada paradójicamente en nuestra concepción antropológica pone al alcance de la razón lo que hay en el corazón del bautizado, la expresión Agustiniana: Tres Divinas Personas para amar y callar antes que comprender y conocer (2)  O lo que es lo mismo: Ratione omnis homo nascitur scientia, et intellectus coram amare et tace.

 Nos habla de un abordaje cognoscible del fenómeno  y su exposición sistemática como misterio que supone nuestra especulación teológica, por demás valida, es tan válida como suponer que el Dogma se construyó bajo los contenidos reflexivos de una Iglesia que superando el mito de la Resurrección (visión polémica del evento fenomenológico) construye con Cristo vivo y glorioso el edificio de sus fundamentos bajo una consigna “conocemos por la Fe y vivimos de lo conocido por amor” personalmente considero que la exposición bajo principios Psicológicos  nos permite ver en el medio relacional antropológico la incidencia del Dios revelado así en la historia colectiva y personal.  

Distinguimos términos vitales en la construcción dialéctica como Persona Divina, Naturaleza Divina, Esencia y Sustancia de Dios, Personalidades Divinas, Nominales de las Personas Trinitarias, figuras equivalentes o conceptos básicos expuestos, Procesiones, Expiración, Trinidad Inmanente, Trinidad Salvífica, La Gracia, Comunicación, Naturaleza, solo algunos de los términos que la tradición puso en boca de los PP. de la Iglesia. Hoy como hace siglos la exposición de sus verdades reveladas y comunicadas en forma intuitiva y experiencias de índole espiritual marcan la verdad conocida, comprendida y sobre todo amada del Dios revelado el trascendente por antonomasia. La sabiduría y el conocimiento, es una distinción que estable el Hiponense como decir, ciencia y fenómeno, todo ello para ver las variantes de contenido que supone la revelación y lo que se comprende de ella o muestra por la naturaleza de sus atributos, aquí radica el punto focal de la disertación agustiniana, Dios nos dio la capacidad de conocer pero por sobre todo  conocer nos dio el amar y fundamentar con ese amor el conocimiento y lo que no es posible someter a nuestra gnoseología entonces lo amamos… La formalidad teológica se  relaciona con el amor del creyente en el Hiponense como lo expresa la siguiente oración: Dame la fuerza de buscarte, tú que te dejas encontrar y que me has dado la esperanza de poder encontrarte cada vez más. Ante ti está mi fuerza y mi debilidad; conserva aquélla, sana ésta. Ante ti está mi saber y mi ignorancia. Allí donde tú me has abierto, acoge a quien entra; allí donde has cerrado, abre a quien llama. Haz que me acuerde siempre de ti, te comprenda, te ame. Haz crecer todo esto en mí hasta que me transformes totalmente (3).


LA  FE  DE  LA  IGLESIA. 
  

No podemos desconocer que la concepción de Arrío fue importante para motivar el esclarecimiento y fortalecimiento de la formula trinitaria, es pues vital para la obra apologética de la Iglesia.  El Padre al engendra al Hijo hacía que este (engendrado) no fuera igual al Padre (misma Persona)  y que el Espíritu Santo procede de ambos, al Padre le corresponde una parte del E.S  lo mismo al Hijo, y como ellos pertenece también a la unidad trinitaria. Esta fórmula implica una composición estacionaria en el E.S, lo que inmediatamente le hace participación de Dios y no Dios mismo, este tipo de equivocaciones son fruto de la escasa reflexión oportuna sobre el misterio trinitario. Si observamos tal perspectiva no deja en claro la obra salvadora, ya que la presencia del E.S, sería como participación de un don creado sin poder alguno salvífico. Parafraseando al Hiponense diremos: Entonces en la Encarnación no era la Trinidad Divina sino solo es E.S, en el bautismo del Señor  la voz no era participación trinitaria sino solo el E.S, entonces la obra reconciliadora solo será fruto del E.S y no de SS. Trinidad por ausencia de las demás Divinas Personas.  

  • La formulación es inconveniente y por fuera de las enseñanzas de la Iglesia, no podemos juzgar el misterio trinitario bajo apreciaciones estultamente humanas y bajo presupuestos de nuestra coherencia  sin argumentos fundamentales. La razón nos dice que la procedencia en Dios Padre como Patrem principaliter (Agustín  de Hipona) (4)  es bajo dos razones  Volitiva y Amorosa (Amor de Dios)… Nuestra inteligencia se une al Conocer de Dios en Jesús, que es el conocimiento del Padre. La inteligencia, conociendo, busca la Verdad y la Verdad es Jesucristo. Y lo hace por medio de la virtud teologal de la Fe. (Las virtudes teologales son aquellas que nos unen directamente con Dios, que alcanzan directamente a Dios).-Cf. Romanos capítulo 5, 2ª. Por lo tanto, nuestra inteligencia se une a Jesús, Hijo del Dios Vivo, por medio de la Fe. Lo propio de la voluntad es amar. El Amor en Dios es el Espíritu Santo. -Cf. Romanos  Capítulo 5 versículo 5. Por lo que nuestra voluntad se une a Dios Espíritu Santo por medio de la virtud teologal de la caridad, amando a Dios sobre todas las cosas, que es el primero y el principal de los mandamientos. En la memoria recreamos la vida. Pero para unirnos a Dios tenemos que dejarlo todo y seguirlo. Por lo tanto, tenemos que dejar entrar en ella la Vida de Dios, el Padre, que viene del futuro, y no tener las imágenes y situaciones de nuestra historia enfermiza. Más allá de las cosas y de las personas, está la Vida de Dios. Ésta es ya vida eterna, y nos sana, nos cura, nos reconcilia y nos libera. Por lo tanto, nuestra memoria, haciendo el “vacío” de todo lo creado, se une al Padre por medio de la virtud teologal de la Esperanza, que nos hace penetrar en la Vida Eterna de Dios y hace que ella penetre en nosotros ya desde ahora.
  • La posibilidad de la reflexión al plano racional pasa desde luego, por la percepción categórica del creyente, el paradigma empleado parte de los presupuestos de nuestra Voluntad para determinar el valor intrínseco de la reflexión y sublimarlo bajo el concepto iluminado por la Fe de la Iglesia. Agustín es el primer PP. de la Iglesia en especular desde la dinámica introspectiva y buscar allí el parangón de su exposición, la limitación conceptual de nuestra razón es lo suficientemente aguda para significar en el misterio la implícita revelación del Dios Trinidad. El Hiponense toma la experiencia de Fe y la somete a la aprehensión  del medio conceptual, es decir, creemos porque somos inteligentes y la razón puede estar iluminada por la Fe. No sometemos el intelecto, lo iluminamos conscientemente con la presencia de la Gracia que aumenta y alimenta nuestra Fe. 

  • El Amor es mi peso, en su traducción latina amor est pondus, el peso del amor es el centro de gravedad de la revelación  de Dios y la aprehensión  del creyente. Sin amor no hay posibilidad de creer y mucho menos de comprender… El Imago Dei con toda su explicitación antropológica definirá también aspectos importantes de la doctrina trinitaria del Hiponense,  la Ipseidad es asociada a la mismidad que el Hiponense cita como noción de sí mismo en la búsqueda de las huellas de Dios en su vida, recordemos que el ser humano tiene noción de su propia existencia y también sabe que existe la realidad trascendente a la que aspira como absoluta concreción de su existencia, somos imagen de Dios y es una imagen tanto Intelectiva como volitiva y fruto del amor. La realidad no es percibida bajo conceptos estrictamente materiales o intelectivos es una construcción donde todo el ser se integra bajo el axioma de la conciencia de sí mismo. Entonces me dirigí a mí mismo y me dije: “¿Tú quién eres?”, y respondí: “Un hombre”. He aquí, pues, que tengo en mí prestos un cuerpo y un alma (Conf. X, 9) de esta manera plasma el Hiponense su concepción antropológica trascendente. La misma que le unirá a la reflexión trinitaria sobre la Unidad y Esencia de Dios conceptualizado a partir del amor.

  •  Su objetivo es claro, restituir la imagen de Dios en el ser humano y no solo afirmar que el ser humano es producto del amor creador de Dios, la realidad ejemplarizada en el Hiponense sobre la verdad antropológica busca centralidad en la afirmación de la Imagen y Semejanza que en la esfera de la comprensión de los presupuestos tanto racionales como afectivos y emotivos describe perfectamente ser Imagen del Dios invisible, no se descarta el engaño del pasado lo que en nosotros sería las condiciones de pecado que han opacado esta Imagen de Dios (Imago Dei) no será viable conocer sobre el Dios Trinidad revelado si la existencia del ser humano esta envilecida por el pecado que genera como en el mito platónico (caverna) sombras en el entendimiento y en la voluntad humana.

  • La realidad trinitaria es percibida como explicitación de la revelación de Dios y nuestra Fe. En este punto sigo la interpretación del padre Victorino Capánaga O.R.S.A. (1975: 440), donde sostiene que para Agustín “toda criatura, como tal, viene del Creador o es relativa, y no se le puede concebir sin la conexión con Él o sin ciertas huellas de Él como su causa ejemplar”… este Agustino de la Orden de San Agustín, distingue lo que se conoce como vestigias de Dios en el ser humano. Es lo mismo que la afirmación de las Huellas de Dios en su obra concretamente en la dinámica del ser redimido.  credo ut intelligam, intelligo ut credam esta fórmula Agustiniana fue empleada por Anselmo de Cantorbery. La inteligencia se une también a la Fe y juntas explicitan la condición del creyente, es inteligente luego esta facultado para comprender, vivir y amar el misterio materializado del Dios revelado. La inmanencia solo puede salir de si, si  Dios mismo lo permite y la potencia con el poder de su Gracia convertida aquí en historia relacionando la obra creadora con la obra salvífica. La revelación trinitaria posee une escenario conocido y otro que remite solo al Dios revelado, el escenario conocido es la redención de la humanidad y la obra total de Dios. Agustín ve con absoluta confiabilidad el misterio manifestado y antropizado desde la perspectiva cognoscible del bautizado, Dios se revela a cada uno de nosotros y las Huellas de su amor son transparentes como el agua cristalina, para ver ese tipo de revelación, la Fe debe alimentar las potencias del almas y hacerlas proclives a la Gracia espiritualizada para convertirse en una santa herramienta al servicio de la Fe y salvación el creyente. Estamos llamados a participar en la eternidad de Dios mismo, en esto consiste la Imagen y Semejanza para el Hiponense, concretando así el contenido Psicológico de la revelación y el misterio trinitario. Nos conocemos a nosotros mismos como signo inequívoco del conocimiento del amor revelado de Dios Trinidad. No es un saber cómo somos Imagen sino como vivimos y creemos esa Semejanza. La razón es clave para tal concepción y sin Inteligencia quedaríamos a medias, porque lo propio es  conocer para amar, no en vano el Hiponense afirmó: Nadie ama lo que no conoce, conócete a ti mismo que es fruto del amor por Dios, en Dios, y en ti mismo, trivializando la oración Agustiniana. No nos conocemos por nosotros mismos sino por la Gracia de Dios que aflora estas cualidades en el bautizado. De lo contrario sería un auto-descubrimiento de la Imagen de Dios y sería más imagen nuestra que de Él. Siendo sinceros nadie se conoce o comprende cabalmente, sería como decir que conocemos previamente la totalidad de nuestras reflexiones y acciones, así como sus interpretaciones, esta antropología Agustiniana depende salvíficamente en su totalidad de la Gracia (cristoeseltema.blogspot.com, nota del autor). Creemos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son  un solo Dios, Creador y rector de todas las creaturas; que el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo es el Padre o el Hijo; que son la Trinidad de Personas en relaciones mutuas, y una única e igual esencia

  • La Trinidad inseparablemente ha operado la voz del Padre, la carne del Hijo y la paloma del Espíritu Santo, refiriéndose cada una de estas realidades a cada una de las Personas. Por este ejemplo se conoce cómo la Trinidad, inseparable en sí misma, se manifiesta separadamente por la forma visible de la creatura, y la operación inseparable de la Trinidad está en cada una de las cosas singulares que se dice manifestar propiamente al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. *** Los atributos de Dios son en sí infinitos como Dios mismo, esto es la perfección que no admite mutabilidad alguna.  La tesis Agustiniana defendida por la escuela Medieval se adentra en la realidad de lo revelado en fundamento del Ser perfectísimo de Dios. La misma Esencia  reclamaría el Hiponense hablando de Dios en la relación trinitaria es como decir hoy: Dios es lo mismo. Pero aun lo expresado se somete al criterio de las operaciones divinas que manifestamos a grosso modo como Padre-Creador, Hijo-Redentor, Espíritu Santo- Santificador. La diferencia en si es fruto de las personalidades Divinas, sabemos que Dios es Padre por su Hijo Jesucristo, y este es Hijo por el Padre y el Espíritu Santo lo es porque como Dios procede de Entrambos (termino Agustiniano para hablar de procedencia de la Tercera Persona de la Trinidad de Dios). También en la categoría de términos empleados por Agustín podemos citar Patrem principaliter,  que corresponde como es natural al Padre Dios quien al estar primero engendra a su Adorado Hijo en un acto de su Voluntad Santísima, es una generación Intelectual (vía  Intelectiva) Dios Padre es perfectamente Padre como es Dios y el Hijo es perfectamente Hijo como es Dios y el Espíritu santo es perfectamente Dios como procede del Padre y del Hijo (Entrambos) por un camino Volitivo, es decir, el amor se convierte en la Tercera Persona de la Santísima Trinidad (Voluntad amorosa del Padre y del Hijo).

   PARA PENSAR… Que Dios no da cosa distinta a Dios mismo porque la finitud no está presente en Él (Tomás de Aquino) (5). En Dios no hay extensión porque supondríamos una explicación finita a sus relaciones y revelaciones (6).  Dios es Inteligencia y Voluntad.
                                                    


   Hay 4 relaciones en Dios, que se dan mediante la oposición relativa de las Personas, lo que no rompe su Unidad de naturaleza ni la Perichoresis o Circumincessio, por la que donde está Una de Ellas están también las otras Dos.

La Paternidad. Del Padre con referencia al Hijo
La Filialidad. Del Hijo con referencia al Padre, de Quien procede desde toda la eternidad por vía de conocimiento intelectual.
La Espiración Activa. El Padre y el Hijo se aman de tal manera que generan una Nueva Persona, el Espíritu Santo, por vía volitiva, “espiran activamente” el Amor.
La Espiración Pasiva. Es el Amor espirado por el Padre y el Hijo contemplado desde el Espíritu Santo. Desde Él, que recibe y es generado, la espiración del Padre y del Hijo es recibida, por lo tanto es una “espiración pasiva”.

Miremos también las misiones de la SS. Trinidad, (Ad-Extra o fuera) que se refiere al término Trinidad Económica y conocida por la raíz griega  Oikonomia:

La del Hijo enviado por el Padre. Es la encarnación redentora.
La del Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, para dar testimonio de Jesús Resucitado, recrear la Iglesia y santificar a los hombres. El Padre no es enviado, pero viene al alma en gracia, tal como leemos en Juan capítulo 14 versículo 23 y Apocalipsis capítulo 3 versículo 20.

Las apropiaciones son fruto de la Personalidad de las Divinas Personas de la SS. Trinidad, las mencionamos arriba pero las reiteramos en el siguiente cuadro:

PADRE
HIJO
ESPIRITU SANTO.
Creador
Redentor
Santificador.

Las atribuciones  Divinas las reiteramos de la misma forma en las que la tradición las toma de los santos PP. de la Iglesia, especialmente del Hiponense:

Tal como decíamos al fin del bloque anterior, las operaciones divinas son comunes a las Tres Divinas Personas, porque donde está Una de Ellas están también habitándose las Otras Dos. Están “como Una metida dentro de las Otras” (la Perichoresis o Circumincessio). La Trinidad tiene “una sola y misma operación”. Por lo tanto, crean las Tres, redimen las Tres y santifican las Tres.


Miremos el Credo Niceno- constantinopolitano antes de cualquier otra Introspección o Proyección en la perspectiva de la presente investigación sobre el Dogma Trinitario. El Credo como lo recitamos cada domingo es el resumen de la doctrina expuesta en la tradición y magisterio de la Iglesia. La fórmula nicena contiene básicamente lo sintetizado en las enseñanzas de los primeros 500 años, no olvidar que la visión de la formula cuenta con la dialéctica y racionalización conceptual propia  de la mentalidad Occidental (latina)  que a diferencia de la Oriental (griega) redunda en las relaciones intuitivas sin caer en el Subordinacionismo  que dice las mismas verdades reveladas bajo una apreciación cosmo-antropologica distinta por su ubicación y mentalidad propia en sus primicias culturales, es decir, en otro Ethos.

Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles; Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem, factorem coeli et terrae, visibilium omnium et invisibilium.

Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios,
Engendrado del Padre antes de todos los siglos,
Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios verdadero,
Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre;
Por el cual todas las cosas fueron hechas,
El cual por amor a nosotros y por nuestra salud descendió del cielo,
Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre,
Y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos,
Padeció, y fue sepultado;
Y al tercer día resucitó según las Escrituras,
Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos;
Y su reino no tendrá fin… Et in unum Dominum Jesum Christum, Filium Dei unigenitum.
Et ex Patre natum ante omnia saecula.
Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero.
Genitum, non factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta sunt.

Qui propter nos homines, et propter nostram salutem descendit de coelis.
Et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine: et homo factus est.
Crucifixus etiam pro nobis: sub Pontio Pilato passus, et sepultus est.
Et resurrexit tertia die, secundum Scripturas.
Et ascendit in coelum: sedet ad dexteram Patris.
Et iterum venturus est cum gloria, judicare vivos et mortuos: cujus regni non erit finis.

 Creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, procedente del Padre y del Hijo,
El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado;
Que habló por los profetas… Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem: qui ex Patre Filioque procedit.
Qui cum Patre et Filio simul adoratur et conglorificatur: qui locutus est per prophetas.

Creo en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica… Et unam, sanctam, Catholicam et Apostolicam Ecclesiam.
Confiteor unum baptisma in remissionem peccatorum.
Et exspectio resurrectionem mortuorum.
Et vitam venturi saeculi.
 Confieso un Bautismo para remisión de pecados,
Y espero la resurrección de los muertos.
Y la vida eterna. Amén. (7).


La Fe en la Trinidad Santísima que confiesa el Hiponense es la Fe de la Iglesia, es la misma en la que fuimos bautizados y la que debemos proteger como expresión de nuestra propia creencia y relación amorosa con el Dios revelado, es la Fe/Deposito de las Escrituras y las enseñanzas de los PP. de la Iglesia,  es el fruto amoroso de la nueva alianza y ella definitiva con el resucitado, unimos la historia con la salvación y cada una de las acciones humanas y personales en el colectivo de los alimentados por la esperanza que brotó del “árbol de la Cruz”… Pero puesto que la Fe de la Iglesia es el fundamento de toda reflexión teológica,  Agustín, en sus escritos apologéticos, trata de recuperar a los herejes para la Fe de la Iglesia; él quiere hacerles comprender el valor salutífero de aquella medicina preparada en la Iglesia, que guía nuestra torpe mente a la verdad inmutable. Aquello de que él quiere convencer a los herejes (en su época) le sirve a él mismo de criterio de certeza, así como de medida crítica de su teología. Con ello se plantea la cuestión de cuál es el sentido positivo de los esfuerzos teológicos trinitarios en  Agustín (8).

La perspectiva apologética de  Agustín se relaciona con la exigencia pastoral de su doctrina trinitaria; ésta surge en respuesta a preguntas concretas formuladas por los miembros de la comunidad que le estaban confiados. Algunos de ellos se escandalizaban al oírle decir que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios; y, con todo, esta Trinidad no son tres dioses sino un solo Dios. Se trata de las cuestiones relacionadas con la unidad de esencia y de acción de Dios y con la concreción histórico-salvífica de los nombres trinitarios (9). Agustín veía el sentido teológico formal de su doctrina de la Trinidad en introducir la Fe, asumida y fijada confesionalmente, en la dinámica de la propia vida espiritual con objeto de estimular tanto la búsqueda como el amor de Dios. Para él, la teología trinitaria, en su conjunción de esfuerzo intelectual y de apertura espiritual, es una forma de expresión del amor de Dios. Le corresponde no sólo la definición del verdadero filósofo como amator Dei, sino también, la característica tensión de la búsqueda, el encuentro y la nueva búsqueda de Dios (10).

La síntesis apologética de Agustín es determinada por su comprensión de la realidad a la luz del pensamiento platónico en cuanto a la producción intelectiva de las ideas, las mismas que tienen su origen en Dios Trinidad, no es una triada como la entendían los romanos, es la manifestación de la divinidad que en su naturaleza igual, y en su esencia Igual se distingue por las personalidades de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, buscar a Dios solo es una realidad del que ama, es la clave que se repite a lo largo de su obra De Trinitate, es el navegar más allá de la posibilidad académica para abandonarse confiado en las aguas tranquilas ya apaciguadas por su Fe en el trascendente. No es solamente una cuestión intelectiva, en esta obra el Hiponense comparte con la Iglesia todo su amor por ella a la que considera su Maestra y Guía en el trasegar de su experiencia de Fe. Recordemos el primer factor que declina y hace comprensible el misterio es el Amor y la Fe y no solo lo pensado sino pensado porque es amado. Parte no de la manifestación gloriosa del Hijo de Dios sino mucho antes, del Señor que nace de una niña de nombre María, de la realidad de su Encarnación en una dinámica que no es comprendida inicialmente ni por la propia  niña María. Agustín ve la revelación como don amoroso de Dios que no solo nos ama sino que se muestra a su mismo amor. Miremos la siguiente cita: Colosenses capítulo  2 versículo 3. (11).


Pido que tengan ánimo, que se afiancen en el amor y que tengan plenamente desarrollados los dones de entendimiento, para que puedan penetrar en el gran secreto de Dios, que es Cristo… Quaeso animum et amorem capturam uberius dona intellectum penetrare possint grande Dei Christus (12).   




ANTROPOLOGÍA  ACTUAL   Y  DOGMA   TRINITARIO.


La producción intelectual es un atributo de nuestra naturaleza específica y singular, es nuestra materia del pensamiento, aunque supongamos que las ideas no poseen materialidad pero en nosotros dado el compuesto de nuestro “ser físico e intelectual” si debemos hablar de la corporalidad y la corporidad  respectivamente. Nuestro recordarnos  pensarnos  y movernos desde el alma, es parte fundamental de nuestros actos internos como persona humana. Es sin duda otro de los legados y aportes del Hiponense a la doctrina psicológica de la Trinidad. La VOLUNTAD como potencia del alma establece la conexión con la racionalidad de la cual es fruto pero especificamos  dicha conexión como la expresión de nuestras Ideas y procederes dado que todo está sujeto a su participación, no podríamos expresar absolutamente nada sin la voluntad porque ella es el mecanismo para exteriorizar o interiorizar un cometido como tal, la RAZÓN es la naturaleza misma de nuestra condición humana, bien lo diría  el angélico (Tomás de Aquino): El ser humano es toda razónestablecemos los medios de comunicar lo que somos y pensamos no desde la posibilidad de mudar nuestra naturaleza y su esencia pero si desde la percepción de nuestro lenguaje e interpretación de la realidad pensada y vivida, la  MEMORIA no solo es la facultad de “recordar” sino y sobre todo de manifestar cada componente de nuestra conciencia, es decir, bajo la memoria la razón se hace palpable al dilucidar cada proceso de la racionalidad y sujetarlo a la voluntad… La memoria como potencia del alma no interpreta los acontecimientos, los transmite bajo categorías de actualidad. Esta relación para el Hiponense se muestra imposible de separar en cuanto al vínculo y la necesidad de unir las manifestaciones según la naturaleza de las operaciones , en este orden de ideas es posible asumir que pertenecen a un estado superior verificado también por su procedencia y necesidad (origen y función). La conciencia atestigua la existencia de la razón.

Otro elemento que el Hiponense relaciona con la exposición de la Trinidad es la Inhabitación  de las Personas de la Trinidad en el ser humano, esta presencia es fruto de su huella o Vestigia es decir, empleando los términos aristotélicos: Dios causa ejemplar  en la creación, cada cosa creada nos habla en sus operaciones de la perfección de su Creador. Como ninguno antes el Hiponense une por decirlo así el amor como  sustancia  en la obra de la creación, solo el Creador-- amor podría habernos dado tanto y tan colmado de belleza como de estética y necesidad. El amor es en ultimas el gran vínculo con la trascendencia: Porque nos amaste primero nos hiciste amables en esta sentencia Agustín relaciona tanto necesidad como naturaleza, necesitamos el  amor a nivel de existencia y existencialidad, a nivel de necesidad para ser.   Solo existe lo que ama Dios en su infinita misericordia. Solo es libre quien verdaderamente hace del amor una causa y consecuencia  de su ser y existir. El amor no es límite, el amor es apenas el comienzo de la existencia y su fundamento, una vida vivida sin amor  no tiene olor a trascendencia (13).

Agustín sobre las potencias del alma  ve precisamente un símil o comparación con las Personas Divinas, aunque su analogía no es plena al no encontrar en nuestra naturaleza Concordancia total con el misterio expuesto, esto es, no podemos suponer que al recordarnos y amarnos como memoria y voluntad quede establecido por relación (analogía)  el mismo principio de Dios Padre que comunica al Hijo su naturaleza,  la Mente de Dios  contiene todo pensamiento sobre si como Padre-Hijo y Espíritu Santo, la Mente de Dios es también inseparable en el Hijo y en el Espíritu Santo juntos y en la misma sustancia como en el amar y  el obrar, luego, lo que hace el Padre lo hace en el Hijo y en el Espíritu Santo este hacer significa comunión en cuanto a la misma sustancia, un hacer Coeterno porque como en Dios todo es pleno y no admite compuesto alguno, como ama uno aman los dos y como aman los dos aman los tres. Para el Hiponense el amor es indistintamente el principio esencial de la Comunión Divina (14). 

La dinámica antropológica actual está centrada bajo el concepto de la absoluta validez de los postulados de libertad y auto-determinación de la persona humana que no desea compartir su Ser con nada o nadie, hoy se hace necesario replantear nuestra aproximación a la Libertad como está formulada y a los presupuestos que constituyen la felicidad de las personas… El Evangelio debe permanecer inalienable solo en cuanto a su forma de ser transmitido admitimos cambios o inculturaciones como tal sin descuidar su primicia, la actualidad está cargada de  auto-determinación por parte de las estructuras socio-culturales, estamos empeñados en vivir y actuar bajo el signo del mensaje de Cristo en nuestro entorno, en nuestra percepción de la realidad y sus elementos constitutivos (15).

Hoy por Hoy se teme ratificar la opción fundamental por Cristo y su Evangelio, algunos quieren hacer de la Iglesia un circo “disque” para dar cabida a todos y motivar a los ausentes como si la determinación de una  Persona fuese un asunto exclusivamente de la estética  que dicta patrones de comportamiento bajo el signo de lo que  te agrada o rechazas, razón tenía el evangelista Marcos cuando pretendía establecer como signo del reconocimiento del Mesías la Cruz y no la manifestación gloriosa evitando que se acercaran al Salvador por su “brillo” y no por su Gracia y Amor, lo cierto es que el mundo reclama una postura más convencida de las verdades   que estamos predicando y que por esta misma reciprocidad evitemos estar de un lado y vivamos en otro. A manera de conclusión podemos afirmar que la actual sociedad y cultura religiosa nos obliga en amplitud de la expresión a  buscar una re-significación  (16) del misterio trinitario y precisamente lo sentimos así en un mundo donde la vida se relativizó tanto que los valores abandonaron la escena totalizante para convertirse en una mera noción que interesa a uno u otro grupo en la sociedad, la vida está siendo afectada grandemente por fenómenos como la la pobreza, la violencia, la discriminación, la depredación de los recursos y la vida en la naturaleza, el indiferentismo, la frivolidad, el materialismo,  solo para mencionar algunos de estos problemas coyunturales y como responder si somos hijos de Dios, como hablar de su paternidad cuando el mundo sufre tantos daños a causa de la inconsciencia de sus hijos por adopción (17).

La comprensión de la relación existencial con lo sagrado y trascendente se estable por la actitud dialogante de la persona redimida que en los distintos escenarios en los que vive debe buscar la realización de sus proyectos de vida y la construcción de los medios relacionales positivos para su plena realización, Dios aparece en el escenario del ser  impedido por su condición finita, pero sobre todo, de frente a la vida explicitada  por la Gracia. Dios es amigo y cercano por ser “visto” en las esperanzas y anhelos de la humanidad y particularmente de un medio lleno de insatisfacciones congruentes con la realidad construida a partir de la auto-valoración de la persona redimida. Necesitar de Dios no es solo una tesis  en categorías materiales como es vista la relación en los estratos socio-culturales sino una autentica aproximación del amor que experimentamos en nuestras relaciones  iguales. El asumir la relación trinitaria en un mundo cuya realidad relacional es interpersonal es  posible, cuando el medio especifico del encuentro con el otro es fácilmente abordable, entonces  es viable la relación dialogante que es permanente ya que las categorías de nuestra comunicación viven en la sique de la persona con fuerte realidad social, estamos hablando de un Ethos en la relación trinitaria que es fruto de su Inhabitación y de nuestra Fe. El Hiponense nos habla del “Hombre interior” para referirse precisamente a los valores y vínculos sobrenaturales que reconocen en el ser humano la construcción de una relación con lo sagrado.

La comunicación es una necesidad esencialmente humana ya que el aproximarse no depende solo de nuestras motivaciones es también consecuencia de la naturaleza social del ser humano. Es una manera de racionalizar el instinto que sobrevive en nosotros. La sociabilidad es una categoría  de la singularidad de nuestra naturaleza y esta puede ser profundizada y convertida en una constante apertura al mundo. La comunicación dialogante no suena redundante sino que por el contrario explicita la actitud de Fe del creyente quien instintivamente sabe que solo la plenitud de su ser la tendrá en el Dios Trino y Uno. El Hiponense reflexionando sobre la dimensión humana de la consideración trinitaria dirá: Tú Señor nos hiciste para Ti y nuestro corazón estará inquieto hasta descansar en Ti. La paradoja del llamado descanso es hacerse pleno, total y totalizante, la realidad revelada es asumida solo en vocación tanto salvífica como de Fe (trascendencia) Pablo nos llama a escudriñar el misterio del Dios revelado en su Adorado Hijo bajo la guía del Espíritu Santo, tal significación la podemos ver en (Colosenses capítulo 2 versículos 2-3) la Sabiduría es don de la naturaleza creada pero también se potencia a niveles trascendentes por medio de la Gracia de Dios.  
La realidad se aprecia bajo el signo de la Fe que interpreta todo cuanto sucede como signo de la revelación de Dios, tanto lo que expresamos desde nuestra racionalidad como lo que hay dentro de nosotros. Los ojos del creyente visualizan la dinámica creadora de Dios y así mismo el bautizado se reconoce parte viva de ella… Dios llama desde la profundidad Identitativa de nuestro ser, Dios ve en nosotros el acontecer futuro como muestra coherente del presente e intención consumada en nuestro pasado, la concepción atemporal es solo de Dios donde no hay posibilidad de objeto o reflexión mudable y compuesta como en nosotros. Hemos desarrollado una especie de instinto revelado que lo podemos llamar un “plus” de nuestra propia Fe y experiencia con el resucitado que modifica la concepción de realidad que desprevenidamente vivimos en el mundo. Es la categoría de lo cognoscible la se explicita en la conciencia y razón del bautizado. Estamos llamados  a conocer y vivir según el objeto o condición conocida, podemos inferir de la Gracia la constante transformación de nuestro ser, un continuo mudarse hasta alcanzar la razón de ser y existir en la perfecta revelación del Dios amoroso y misericordioso. Las bases de nuestra felicidad son también perceptibles desde la existencia racional, emocional y sensorial, nuestra inteligencia es don y luz de Dios para la construcción de una realidad no solo material también espiritual y por ende llamada a la trascendencia.  En esta dirección la esencia de Dios se manifiesta para ser adorada en la eternidad que es ámbito podríamos decir “natural” la eternidad es la percepción del Dios amoroso y su perfección, la visión beatifica es gracias a la Trinidad Económica que se revela en Salvación partiendo de la creación, a la Encarnación y posteriormente a la Resurrección gloriosa del verbo de Dios. Nuestra metafísica está absolutamente determinada por la capacidad de superar nuestra condición por medio del influjo de la Gracia, más allá de lo perceptible por la razón y los sentidos, allá se encuentra el misterio del Dios Trinidad…

La manifestación en la perspectiva de la reflexión personal se  enfoca en el descubrimiento de la presencia activa del Espíritu Santo que  transforma también en historia vivida y por vivir cada uno de los momentos de intimidad espiritual del creyente. Es una  forma de aterrizar en postulados asumibles su presencia y construir no solo la misma historia salvífica sino una muy particular manera de experimentar su paso ya de forma casi intrínseca a nosotros y superando en la oración y meditación diarias nuestra propia inmanencia. Por esta razón los grandes  misioneros de la Iglesia universal nunca salieron de sus claustros ya que su relación vital  superaba la connotación física de su estado. En nuestro presente el salir al encuentro del otro en la misión de la Iglesia no solo es explicito hay categorías misionales que van desde la predicación a la instrucción, y desde la liturgia a la edificación congregacional, la presencia trinitaria favorece las iniciativas del bautizado que de esta manera supera la limitación natural de su ser y de su inclusión en una congregación. Las relaciones con el otro salen de su intimidad exclusiva para convertirse en realidad totalizante, es decir, en la edificación del Cuerpo místico de Cristo que es su Iglesia,  la relación vital entre estos es lo que se denominará por parte de Pablo como Pleroma. Tal apertura vive el regocijo salvífico de Pentecostés. Traer a la historia el dialogo amoroso de la Trinidad de Dios implica un acercarse a la realidad convivencial del ser humano inserto en la cultura y en las explicitaciones de su Ethos el que ha construido básicamente con el influjo de la Gracia reconociendo los escenarios en los que actua. Las relaciones de la Trinidad Inmanente se manifiestan en las relaciones salvíficas que construimos en la Iglesia y en nuestro entorno somático, es una manifestación poderosa de la Voluntad de Dios convertida en relaciones redimidas. La revelación de la vida trinitaria es obra del Verbo manifestado  al mundo (creación) y la intervención del Espíritu Santo es la Voluntad conciliadora de Dios Padre con su obra. Es pues en esta dinámica dialéctica el Espíritu Santo el gran reconciliador y fuente de la Gracia derramada sobre la Cruz, porque la misma entra en la construcción salvífica necesaria para la Redención de la humanidad. La historia se atestigua como agente explícito de la redención al ubicar el acontecimiento en la formula tiempo espacial, relatando el valor de la obra del Señor y la consecuente respuesta de los discípulos, que fundamentalmente son estereotipo de acción pastoral definitiva en su esfera de Gracia. El fenómeno perceptible de Pentecostés  sublima la historia de la comunicación humana sacando a la persona  bautizada de la comunicación egoísta de su ser in-trascendido. Tal señalamiento es fruto de la historia salvífica tal y como la vive el creyente, los Episcopales asumimos un rol dialogante con la historia y en ella nos comprometemos a vivir la salvación y no simplemente a celebrar el misterio sin hacerlo trascender en cada uno de nosotros. La  configuración social toca incluso de manera imperceptible el Dogma  de la Trinidad, cuando sus valores de relación tanto del individuo como de la familia se hacen in-destructibles, cuando la familia Episcopal tomando conciencia de su ser esencialmente amoroso vive relaciones  redimidas y propende por la solidificación de sus fundamentos ante los tiempos deseosos de relativizar su valor. Así antropológicamente se hace de la familia el primer traductor del Dogma de la trinidad revelada, salvífica e inmanente… El accionar socio-cultural del ser humano es radical y para tal movimiento la relación con su entorno es vital, el mismo que requiere en si una mirada trascendente al poner de frente la experiencia humana con la revelación y como Dios muestra en sus acciones la connotación de su Ser maravilloso y perfecto. El quehacer diario es el escenario ideal de la antropización de la revelación de Dios a su creación. Es como decir, que en el valor intrínseco de lo cotidiano se pueden manifestar los consecutivos extrínsecos de la revelación trinitaria.  La salvación que Dios nos ofrece no rompe con el ejercicio comunitario y personal de los redimidos. El escenario  está definido a partir del interactuar del ser humano con su entorno el cual puede recibir tanto lo positivo de esta acción como lo negativo del pecado en sus formas más impensables. Estamos Aquí y Ahora definiendo en el tiempo nuestra convicción y experiencia de Fe con el resucitado, estamos en el presente de nuestra historia salvífica revelada hace ya mucho tiempo.

El Evangelio que vivieron los discípulos y amigos del Señor es el Evangelio revelado en la persona de Cristo y el que vivimos nosotros es el mismo contenido más no así su vivencia ya que cada momento histórico tiene su propio afán, históricamente lo estamos transformando en materia salvífica y sublimando en las acciones que explicitan nuestra propia Fe. La exigencia es producto del amor de Dios que se hace uno con nuestro presente para convertirlo en oportunidad salvífica, la sola Palabra no salva es necesario convertirla en fuente de salvación por medio de la Gracia que al ser revelada hace su trabajo en cada uno de nosotros. Como una muestra del valor de la Palabra inserta en la vida del creyente cito al Hiponense en su reflexión sobre el sacramento del Bautismo: La Palabra y el agua (ablución) son indispensables para el Bautismo, la sola Palabra sin ablución no, y la sola ablución sin la Palabra no. La Palabra se hace una en la explicitación de la salvación y es interiorizada y asumida por cada uno de los bautizados. La salvación requiere de nosotros y todo lo recibido en nuestra naturaleza singular, la salvación se explicita en uno de cada uno de nosotros. La alteridad es invocada solo en la medida en la que la existencia del otro es importante para nosotros y para nuestro entorno somático.  La relación se hace vital cuando el otro entra en la esfera de nuestros intereses vitales, la Gracia es el común denominador de cada uno y todos nuestros  intereses vitales. Vivamos pues como prueba real y concreta del Dios Trinidad revelado en el ser y todas sus posibilidades… 


SÍNTESIS  SOBRE LOS NOMINALES DE LAS PERSONAS DIVINAS DE LA  SS. TRINIDAD.


PADRE
HIJO
ESPÍRITU SANTO.
El Padre es la esencia de la perfección.
·        El Padre contempla eternamente tanto al Hijo como al Espíritu Santo.
·        La Paternidad de Dios es relación.
·        Paternidad Divina.
·        Consustancialidad y co-esencia del Padre con el Hijo y el Espíritu Santo.
·        Padre unidad de la SS. Trinidad.
·        Padre Creador y Señor, PANTOKRATOR.
·        Padre generación del Verbo.
·        Padre comunicación de la misma Sustancia.
·        Padre misterio Pascual.
·        DEUS EST CARITAS.
·        Padre  se distingue del Hijo por medio de las operaciones opuestas a la generación.
·        Padre unidad de los procesos vitales de Dios y por ende de la Trinidad (Doctrina Personalista de la Escuela Agustina del Siglo XIII).
·        Padre nos hace hijos de su Gracia y Amor.
·        Padre nombre de la relación.

·        Padre de todos los seres humanos en tu Hijo te invocamos  y somos tus hijos.
·        Padre nombre de la relación. ·        Padre Principio sin Principio (Anarchos-Anarché).
·        Padre nombre propio.
·        Padre centro de la vida de Jesús.
·        Padre engendra al Hijo (Aghennesia).
·        Padre por medio del Hijo Espira al Espíritu Santo (Capadocios).
·        El Padre es la fuente y termino  de la divinización del ser humano y el cosmos.
·        THEOS Y PATER.
Padre providente, comprende todos los procesos de la existencia humana y la creación.
·        Padre ama tanto a su Hijo que le da el poseer su naturaleza (Dice Jesús, el Padre y Yo somos Uno).

·        PADRE DE LA LLUVIA.
·        PADRE DEL DÍA.
·        PADRE DE LA NOCHE.
·        PADRE DE LOS RECURSOS.
·        PADRE DE LA VIDA.
·        PADRE DE LA LIBERTAD.
·        PADRE DE LA GRACIA.
·        PADRE DE LA PAZ.
·        PADRE DEL AIRE. (Citamos solo un ejemplo de Dios como Señor de todos los procesos de la Creación).

Dios Hijo Eterno.
·        Revelador del Padre Dios.
·        Sabiduría y poder de Dios.
·        VERBO.
·        Dador de vida.
·        Segunda Persona de la SS. Trinidad.
·        Autor de nuestra Gracia.
·        Salvador.
·        Redentor.
·        Generación del amor del Padre.
·        Imagen del Padre.
·        Imagen del Espíritu Santo.
·        Donde está el Hijo Esta el Padre y el Espíritu Santo.
·        En el amor del Hijo somos amados por el Padre en la redención del Hijo somos Redimidos por el Padre.
·        Encarnado.
·        No Creado.
·        Sin tiempo o principio  ·        Nuestro Señor Jesucristo.
·        LA CABEZA DE LA IGLESIA.
·        Su Misión Intimada por el Padre.
·        Murió y resucitó en la Cruz ·        Dio y tomó su vida ·        El Mesías.
En cuanto a la carne Hijo de María.
·        En cuanto Dios solo Hijo del Padre Altísimo.
·        Autor de nuestra salvación.
·        Verdadero Dios como verdadero hombre. ·        Cristo es Gracia y Verdad.
·        Redención amor humilde por la humanidad. Agustiniano.
·        La unión de la  Divinidad y la humanidad de Jesús componen una sola  Persona Divina Pensamiento de  Agustín.
·        Cristo el nombre de la relación salvífica.
·        Última palabra de Dios a su creación.
·        Revelador de la última revelación.
·        Perichoresis o Unidad de las Personas Divinas, sin que el Hijo deje de ser Hijo, o El Padre, Padre, o el Espíritu Santo,  Espíritu Santo.  La morada de Dios es Dios mismo, así lo veía la Iglesia Primitiva y se hace extensiva a las Personas de la SS. Trinidad.
·        Unión Hipostática.
·        Naturaleza Divina y naturaleza humana y solo Persona Divina.
·        En la Encarnación el Verbo eterno se unió  indisolublemente al alma racional de Jesús…
Santidad de Dios.
·        Reconciliador de Dios.
·        Resucitó a Jesús de entre los muertos.
·        Don de Dios y como Don, Dios mismo.
·        Causa Eficiente de la revelación Divina.        CONSUSTANCIAL  Y  COETERNO  AL  PADRE Y AL  HIJO.
·        Inspirador y fuente de santidad.
·        Don de Dones esplendido.

·        El santificador de la vida sacramental de la Iglesia.
        ENGENDRÓ LA IGLESIA.

·        Toda comunicación de la SS. Trinidad Ad-Extra.
·        Toda comunicación al alma redimida.

·        VOLUNTAD DE DIOS.
·        VOLUNTAD DE LA SS. TRINIDAD.
·        El Espíritu Santo enseña a la Iglesia las palabras y enseñanzas de su Salvador.
Eones de la Gracia. La Regeneración de la vida de los bautizados Es obrada por el Espíritu Santo.
·        Somos hijos de Dios como fruto de su Espíritu.
 ·        La Unidad de la Iglesia es don del Espíritu Santo.
·        La verdad don de su amor y  presencia de Dios Trinidad.
·        Trinidad Unidad.        Espíritu Santo actualiza la misericordia de Dios.
·        Paz como su don en la Resurrección.
 Ef 4,46
·        1 Pe 1:2-3
·        Mt 12,31
·        Lc 1,35
·        Lc 12,12
·        Mt 10,20
·        Mt 28,19
·        Lc 24,49.

(18).

El creyente debe tener siempre presente que la especulación teológica no reemplaza al amor en la vivencia de nuestra Fe, pero el conocer por medio de la reflexión es también forma de vivir la Fe en los fundamentos de nuestra realidad redimida  tanto personal como eclesial. La realidad del bautizado le obliga a vivir el conocimiento como expresión de su ser empoderado del mensaje revelado. Construir una creencia es vital para el ser humano y más aún cuando se parte de un fundamento o base doctrinal revelada directamente por Dios (Biblia) Los nominales que expresan en si los atributos del Dios manifestado a la humanidad nos permiten conocer su Ser  y las relaciones como operaciones que brotan de su comprensión amorosa, Dios es el absolutamente trascendente, es el Dios Todopoderoso, Omnisciente, cuya Majestad y Santidad llamamos Espíritu Santo,  cuyo nombre es santísimo por referirse a su propia naturaleza Divina… No puede darnos miedo reflexionar y mucho menos creer que no es importante, no hay perfección posible que pueda llegar hasta su presencia altísima y gloriosa, pero de su amor y misericordia cuyo don posee como su Ser absolutamente perfecto nos da la Gracia para amarle y conocerle nunca totalmente porque nuestra naturaleza aun cuando sea en su momento  glorificada no será como la suya. Por lo anterior cuando ores delante de su Majestad gloriosa no oses (osar) creer que llamas y el Dios y Señor descenderá a ti como por encargo, recuerda mejor aún, que nuestras oraciones suben a su presencia a su Santísimo Trono y de su amor brota bondad y misericordia para con todos nosotros sus hijos adoptivos, respetamos por amor y no temor, (aunque temor diera no hacerlo)  su Ser Adorado, es fundamental en nuestra espiritualidad. Como bautizados no olvidemos que la Madre Iglesia es una realidad definitiva en el camino salvífico que escogimos como bautizados, no la desprecies y mucho menos la entristezcas porque en ella se materializa la Fe de cada creyente y ella como engendrada por el Espíritu de Dios (Santidad de Dios) es más allá que ladrillos y actividades, es el gran depósito de la tradición, magisterio y valores del creyente redimido. No es solo un medio de promoción humana o plataforma para lograrlo, es el Cuerpo Místico, es la Esposa del Resucitado, es la Sierva de la Adorada Trinidad, fuera de ella no hay ministerio alguno, ella es la garante de todos estos dones, testiga de la Cruz y la Resurrección, Pleroma iluminada por la SS. Trinidad… Loor al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, que reciban las Tres Divinas Personas toda la Alabanza y Adoración que brota del corazón de cada bautizado en el vientre mismo de la Santa Iglesia de Cristo. Amén (19).


FUENTES/ CIBERGRAFIA/ NOTAS DEL AUTOR/ BIBLIOGRAFIA.


1-      Contra Noeto., n. 18, P.G., X, 830.
2-      De Trinitate.
3-      De Trinitate. XV, 28, 51; CChr 50 A, 534; BKV2 II/14, 331s.
4-      Nota sobre De Trinitate del autor. / https://la.wikisource.org/wiki/De_trinitate_(Aurelius_Augustinus/ Nota del autor. Cristoeseltema.blogspot.com/  Universitas Philosophica 56, año 28: 141-161 enero-junio 2011, Bogotá, Colombia/ Ipseidad es un término filosófico que suele asociarse a la idea de sí mismo, pero en filosofía se recurre generalmente a él para hacer contrapunto respecto de la noción de mismidad. Nota del autor/ dinámica axiológica del ser. Conf. X, 9 (Agustín de Hipona). Victorino Capánaga O.R.S.A. (1975: 440). Nota del autor. Vestigia y Huellas de Dios en la creación. Nota del autor sobre la Fe y su relación salvífica en la vida del creyente. Agustín, santo obispo de Hipona. (1948). La Trinidad (De Trinitate). L. Arias, O.S.A. (trad.). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. Agustín, santo obispo de Hipona (1957c). El Génesis a la letra (De Genesi ad litteram). B. Martín, O.S.A. (trad.). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. Nota  del autor. FitzGerald, A., O.S.A. (ed.). (2001). Doctrina acerca de la imagen. En Diccionario de San Agustín. San Agustín a través del tiempo. C. Ruiz-Garrido (trad.). Burgos: Editorial Monte Carmelo/ Maximino Arias Reyero, Pbro. Profesor de la Facultad de Teología, U.C. La Doctrina Trinitaria de San Agustín. Trinitas simul operata est et vocem Patris, et camem Filii, et columbam Spiritus saneti, cum ad personas singulas singula haec referatur. Qua similitudine utcumque cognoscitur inseparabilem in se ipsa Trinitatem per visibilis creaturae speciem separabiliter demonstrari, et inseparabilem Trinitatis operationem etiam in singulis esse rebus, quae vel ad Patrem, vel ad Filium, vel ad Spiritum sanctum demonstrandum propie pertinere dicuntur". (Traducción propia). La traducción de la BAC (320) supone la teoría de la unidad en la sustancia y la de las apropiaciones; por eso no es recta. Ver también De Trinitate, XII, 11, 15… *** Nota del autor.
es.catholic.net/op/articulos/33519/cat/732/la-santisima-trinidad-dios-uno-y-trino.html/ es.catholic.net/op/articulos/14667/la-gloria-de-la-trinidad-en-la-encarnacin.htm/ Nota del autor. El Ethos teológico griego, nota del autor.
7-      hirdmill.org/files/spanish/90480~1_16_01_5-12-49_PM~El_Credo_Niceno.html/ www.cprf.co.uk/languages/nicene_spanish.htm... www.eltestigofiel.org/index.php?idu=dv_11327. Corrección textual y aproximación en la traducción  se consigna como nota de autor del presente ensayo. 
8-      Trin. XV, 28, 51; CChr 50 A, 534; BKV' 11/14, 331. / Nota del autor bajo los conceptos del Hiponense y la tradición eclesial.
9-      Trin. I, 5, 8; CChr 50, 36.
10-  Trin. XV, 28, 51; CChr 50 A, 534; BKV2 II/14, 331s.Nota del autor.
12-  Nota traducida del autor.
13-  SOBRE  LA SS.  TRINIDAD EN DINÁMICA DE NUESTRA  CATEQUESIS. Abril 2016 en cristoeseltema.blogspot.com
14-  SOBRE  LA SS.  TRINIDAD EN DINÁMICA DE NUESTRA  CATEQUESIS. Abril 2016 en cristoeseltema.blogspot.com
15-  Nota del autor.
16-  Nota del autor sobre la re-significación del misterio trinitario.
17-  Nota del autor. La depredación de los recursos de la naturaleza en relación con la revelación y el medioambiente, mandato conservacionista/ Análisis del autor sobre la dimensión antropológica de la exposición trinitaria según la doctrina Psicológica de Agustín de Hipona. La actitud dialogante de la persona redimida que se contrasta con la postura in-reflexiva  del mundo. Nota del autor. Pentecostés historia salvífica/Nota del autor. https://www.aciprensa.com › Recursos › Fiestas Litúrgicas › Festividades Cristológicas. Nota del autor, connotación de la antropología en el ser redimido (trascendente).
18-  Nominales de la SS. Trinidad… crsitoeseltema.blogspot.com/ https://www.gotquestions.org/Espanol/Atributos-Dios.html/www.cristianismobiblico.com/bendita-trinidad-dios-en-tres-personas/
19-  Del autor.




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