PAUTAS PARA
UNA HOMILÍA… SAL DE
LA TIERRA Y
LUZ DEL MUNDO… (Mt 5:13-19).
Como en las Bienaventuranzas el evangelista Mateo traza una
ruta para despejar con claridad las situaciones y sus paradojas especialmente
referidas al ser humano en su proceso de crecimiento y madurez espiritual. “Vosotros sois la sal de la tierra” se
compara con la necesidad pero también con el compromiso de cambio y renovación
constante. La Sal era en época del Imperio romano un elemento precioso solo
comparable en valía con el Oro y las piedras preciosas, era tal su importancia
que a legiones enteras les cubrían sus honorarios con grandes bloques de
este producto de consumo diario. De allí
proviene el término Salario. Desde
luego en la visión Mateana la connotación es muy distinta pero emparentada por
una apreciación de valor análoga. La Sal es ya un elemento de pre-figuración espiritual
y que tiene todo que ver con la relación y madurez integral del Creyente. La Luz del mundo es para
Mateo la consecuencia lógica del aprovechar la sazón de nuestra vida espiritual
y agregarle ese toque de seguridad que solo
brinda el testimonio reflejo de una vida comprometida y en constante
crecimiento… La Luz del mundo es solo posible por la presencia del Espíritu
Santo en la vida del bautizado y esa luz dará toda potencia al poder de la Sal espiritual para enriquecer y colmar
las expectativas de los bautizados.
Esa Sal y esa Luz deben ser puestas en un lugar de
preeminencia que bien podría ser la vida del Creyente en contacto permanente
con quienes le rodean convirtiéndose así en Sal y Luz para el mundo o entorno somático. El Celemín
era una pequeña mesa de tres o cuatro
patas que se ubicaba cerca de la cama o mesa en el hogar y constituía toda la
iluminación posible en las noches. Su función era brindar iluminación a todos
los miembros de la casa. Pues el
bautizado se convierte en esa lámpara que reposa sobre la existencia diaria y
que marca el camino conveniente de la verdadera y autentica Conversión… Mateo crea una Unidad Temática al menos en la
intención comunicativa de su Mensaje al incluir (Versículo 17 al 19)
completamente distinto pero que se une bajo la “lupa” de las tradiciones del
pueblo de Israel. Sus palabras son claras: No
penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas… está indicando que su
Misión busca generar la plena comprensión y sublimación del Mensaje recibido en
la Tradición judía que se fundamenta en
la economía salvífica antigua (Dt 4,8) basta agregar que la dimensión de la Ley
abarca toda la totalidad de la vida de Israel lo que implica que las
concepciones religiosas y políticas están emparentadas por su contenido y
exigencia. La Torah es instrucción y dirección (Gn 15,1) pero si acudimos a
Pablo vemos como él nos explica la forma en la que la Ley Mosaica fue asumida y
vivificada por la Fe en Cristo (recomendamos leer Rm 3,27; 10,4) para marcar la
intención del enunciado. No se trata de abolir por pensar en su estructura
arcaica o inoperante sino porque con la introducción de la Ley del Amor Jesús cumplió absolutamente toda la Ley y
los Profetas. Sobre la célebre frase (así vista por muchos cristianos) el cielo y la tierra pasaran antes que una i o una tilde de la Ley sin que todo
suceda, en el espíritu hebreo equivale al puntual cumplimiento de los
rasgos más pequeños del alfabeto hebreo lo que nos indica claramente que el
propio Jesús cumplió como judío y luego potencio por medio de su Sacrificio
cada “tilde o coma” escrita por los profetas para el pueblo.
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