miércoles, 25 de enero de 2017

PARTE TRES... NADAISMO Y VIDA PROMOVIDA...

PARTE TRES… EL  NADAISMO  Y  LA  VIDA  PROMOVIDA  POR  LA  GRACIA.




INTRODUCCIÓN.




En la polémica suscitada sobre el Aborto y la Eutanasia es necesario constatar desde otra perspectiva su impacto y relación con la actualidad. La Eutanasia no es simplemente un Derecho consagrado en la  Carta Magna de muchas naciones, es sobre todo la expresión de una forma de percibir la realidad espiritual donde el sufrimiento no tiene cabida u objetivo concreto. Es pues claro que el dolor como expresión de humanidad no es recibido con agrado o tolerancia y su impacto es condenado o reducido al libre albedrío de quien lo padece. La enfermedad puede desencadenar  una serie de traumas cuya salida es para muchas personas la muerte al no reconocer sentido y trascendencia al mismo. Los paliativos minimizan el sufrimiento o en muchos casos los hacen tolerables pero siempre el Creyente debe tener presente que el sufrir es la extensión o continuidad de la Cruz del Señor y no una mera conjugación de eventos fisiológicos o percepciones sensoriales.  El bautizado cuando sufre se hace solidario con su Señor que por él sufrió en la Cruz. No estamos argumentando la ineficacia de los procedimientos y tratamientos para prolongar la vida simplemente estamos remarcando que  el dolor asumido y convertido en experiencia de Fe dará su fruto… Consideramos necesario respetar la voluntad de las personas sufrientes pero es nuestro deber el asistirlas y mostrarles el rostro amable de Dios  con nuestra presencia solidaria, oraciones y  trato digno y dignificado, no estamos para condenar sino lo contrario acoger al débil en la Fe (Rm 14,1) “Acoged bien al que es débil en la Fe, sin discutir opiniones”… Pablo nos invita a sostener nuestra opción de asistir y bendecir aunque el enfermo determine lo contrario queda para nosotros el recurso de la Objeción de Conciencia (OC). Pablo hace de esta observación una regla o conducta practicable por los consejeros, en este caso por nosotros cuando orientamos a un enfermo de la dolencia que sea.


RESPUESTA  SESGADA  ANTE  EL  SUFRIMIENTO  Y  LA  EXPERIENCIA  DE  VIDA.


La vida como experiencia está constituida por una serie de sucesos de distinta índole como interpretación y con una definida presencia del tiempo en sus expresiones de lo que llamamos estar vivos o conscientes de la existencia (acción volitiva). Queremos compartir una breve reflexión que brota de la historia reciente de Colombia donde en los años sesentas (Década del 60 del siglo pasado) nace en la Ciudad de Medellín Gonzalo Arango escritor, poeta, filosofo, historiador, entre otros. Si figura es determinante en la creación de la primera y única Escuela filosófica de Colombia y del Continente, este esfuerzo académico se define como  el NADAISMO que se constituye en la respuesta evidente a una Sociedad en decadencia cuyos fundamentos y valores fueron pervertidos por prácticas e intereses a toda luz contrarios al bienestar de las mayorías, es un eufemismo para designar el desgaste ético moral de la Sociedad de aquellos días. Lo interesante de este pensamiento es su relación con escuelas anteriores que incluso se remontan a la antigüedad griega, animados también desde   su postura vanguardista. Es interesante como la relación de la vida consciente y racional se recrea en tan variados estereotipos y como el medio socio-cultural es determinante en la misma. Sobre la vida y la muerte, el aborto y la eutanasia se establecen vínculos  esenciales  que transpiran tanto a construcción como a destrucción. La confrontación del modelo aceptado por las mayorías ocasiona crisis en las minorías y así mismo sucede con las posturas que no dan cabida a otras expresiones culturales en el mismo ámbito. El fenómeno  social que rodea tanto a la vida como a la muerte marca una cultura rigurosa que adsorbe lo uno y lo otro creando espacios para ambas manifestaciones de la libertad humana. El Nadaísmo surge precisamente de este modelo de confrontación metafísico de su comunicación y postulados doctrinales. Quien se ve a sí mismo como dueño absoluto de la vida procede en conciencia  a “quitarse la vida de forma asistida o Eutanasia” ya que establece un parangón del cual solo él es el modelo y referencia inmediata. No es asunto de establecer juicios morales sobre este proceder sino en asumir la responsabilidad sobre la cultura y educación de la vida y su propósito sin dejar fuera la necesidad biológica de la vida y la muerte emparentadas y sublimadas por la Gracia y la Fe del bautizado. Los postulados que se niegan a trascender adoptan formas tan variadas como el aborto y la eutanasia. No es posible desligar la Esperanza de unos y otros pero cuando la Esperanza se torna “sosa” como la sal entonces no anima ni motiva a nadie. El Colectivo es la referencia inmediata del impacto de estos procedimientos humanizados y conscientes de la Persona en su libre opción esencial. La sin salida que puede resultar de la escasa oportunidad de vivir la Espiritualidad hace que el fin trascendente sea absorbido por la existencia sensorial al punto de negarse voluntariamente a la trascendencia.

 La Eutanasia no es solo un tema de  praxis de Fe es también una poderosa consideración de la interpretación de la Soberanía  de Dios en la vida del ser humano. La Soberanía no es un yugo que literalmente obliga a sufrir es ver el sufrimiento como terreno fértil de la misma humanidad trascendida. Negar la espiritualidad del dolor es como negar la presencia de la Cruz en la vida del Creyente y como esta Cruz de Gracia se transforma según sea la vida de cada uno de los bautizados. Es nuestro deber luchar y buscar el bienestar siempre pero ante la enfermedad y el dolor nos aborda el misterio de su constatación en nosotros y nuestros cuerpos como mente y sentimientos. Si huimos ante el dolor siempre seremos alcanzados. Es de lamentar como el dolor se reviste de una coraza dulce como píldora contra el dolor pero al llegar a la esencia de la persona se transforma en amargura y desesperación, en lo personal estamos constatando el dolor no como un castigo irremediable sino como un misterio adornado de vida y sublimado por la Gracia… La Alteridad del dolor se cultiva en la vida del Creyente… El sufrir es parte incondicional de la vida de nuestra especie sin que ello indique que no hay alegrías y por ende Esperanza más bien estamos asumiendo que el sufrimiento es vivido  como una Gracia que profundiza nuestra opción por Cristo sufriente y sobre todo Glorioso en su Resurrección. La Espiritualidad del Dolor es un torrente de Esperanza en manos del bautizado y no un castigo ya que cobija a todos los vivientes. Desde luego estas posturas fueron inconscientemente asumidas por filosofías como las promulgadas por Gonzalo Arango, Federico Nietzsche, escuelas como la Nihilista, el existencialismo particularmente de Sartre, griegos como Antistenes y su escuela de los Cínicos y los escépticos… Quienes desde sus distintas concepciones de la vida y el sufrimiento desembocaron en una misma y única analogía La libertad del ser humano no siempre es  lo más anhelado y paradójicamente esclavos de la libertad.  Es pues la libertad que se proclama desde la autodeterminación humana la que se queda sin fundamentos o concreción ante el dolor y sus apéndices. Los principios  de la negación hacen de la persona un manojo de imprecisiones e inseguridades que por lo demás  la sumerge en la incapacidad de ser dueña de todo lo que se proclama como propio o incluso singular a su naturaleza racional… Cuando la vida y el dolor  son un sinsentido entonces la vida con su objetividad deja de ser posible y mucho menos posibilidad. El propósito de la existencia humana es sin duda alguna la búsqueda de la Felicidad y los medios de su consecución pueden ser realmente esclavizantes y estériles. Hoy se hace indispensable que nuestra reflexión sea concreta y que busquemos dar respuesta a los interrogantes que  sufren las personas en su medio y condición.   

El Modelo religioso como arquetipo es hoy más que antes agotado se presenta y representa a Dios en un quietismo absolutista que le impide positivamente hablando salir al encuentro de su Creación. Esa fórmula es la consecuencia de una praxis absolutamente individualista y sin apego a lo trascendente llena solo se experiencias sensoriales totalizantes. Desde luego hemos contribuido con modelos cargados de estereotipos y todo tipo de argumentos inmediatistas, solo citaré un ejemplo del pensamiento nadaista: La Política apesta a pactos entre corruptos adornados por el silencio del pueblo  y sobre la crisis de valores y Esperanza en la Sociedad y sus sistemas educativos apunta así: La Sociedad recluye a sus niños en cárceles llamados colegios donde llevan  los morrales cargados, atiborrados de libros y tareas y ni un solo juguete. La Sociedad debe canalizar todas las habilidades y prodigar el desarrollo equilibrado de las mismas en todos sus integrantes. El pensamiento nadaista es un aliciente indirecto para quienes consideran que la Eutanasia es la panacea ante el dolor y el sufrimiento. Es pues una referencia concreta de los distintos modelos de pensamiento y como estos intervienen en la construcción de una dialéctica que no siempre es gris o pesimista. Los nadaistas, existencialistas y nihilistas, asumen una estética que también comporta  la necesidad de ser alimentada por la Esperanza son y serán aunque cambien su forma discursos desesperados por revalidar la propia y necesaria existencia… Desde la perspectiva de los griegos los “cínicos” nos hablan de una forma de existir que supera los convencionalismos rescatando paradójicamente el valor tanto Intrínseco como extrínseco del ser humano.   Ellos reconocían que la Inteligencia era la suprema rectora y motora de las emociones y la subsistencia del ser humano, las herramientas eran simplemente la interpretación del mundo como instrumento logrando dejar a la persona a solas consigo misma sin que el exterior y sus paradigmas las cambiara en otra más de las realidades que nos circundan. Para que pensar en una vida sin la necesidad de vivirla a profundidad lo mismo dirán hoy pero bajo otra perspectiva más epicúrea quienes consideran como una necesidad la Eutanasia y sus afines como en la antítesis la conservación de la vida por medios artificiales. Es pues para nosotros el reto grande de presentar la prolijidad del estar vivos a pesar del dolor de la consabida huella del pecado original y la pérdida de nuestra anterior condición (preternaturales) es también un reto mancomunado el educar en la vida como don supremo del Amor de Dios y propiedad básica de todo ser viviente. También los escépticos del pasado griego y de nuestro presente cuestionan la realidad de cuanto es percibido bajo el pretexto de una construcción supra de la vida sin objetivo alguno… Hoy recuerdo la postura de Gorgias al afirmar sobre la realidad su no existente y la negación de toda posibilidad de conocer la vida y su intríngulis si pensamos así bien no tendría sentido la existencia, lo que nos lleva a puntualizar que la Eutanasia formal es una realidad pero también la sensorial  que “castra” los sueños de nuestros jóvenes bajo el manto perverso de la corrupción que consume los dineros de la inversión social y la promoción de los más pobres.  La Eutanasia Intelectual es una forma metafísica de dañar tanto las conciencias como los ideales, sueños y propósitos de los más necesitados o cuando un corrupto se “roba” miles de millones a cuantos niños esta eutanasiando al condenarlos a la pobreza y demás vejámenes de la Sociedad. Es pues, un imperativo categórico el trabajar por la  Justicia que ordena tácitamente el desempeño de la Sociedad y su Colectivo. Las implicaciones ético-morales de la pérdida paulatina de valores nos precipita como Sociedad a la perdida de ideales sublimes como el amor a la Patria, la defensa de los DD-HH, la Equidad, el respeto por la vida en todas sus formas, etc. Es pues el gran reto que se nos presenta en la defensa de la vida y nuestra propia existencia como valor sublime y perfeccionado en el Dios de la vida. La realidad nos dice que una vida sin propósito es caldo de cultivo para todo tipo de formas alienantes de dis-valores que desafortunadamente pareciera que se tornan en universales al menos en su discurso y perversión. Relativizando el término Eutanasia lo podremos ubicar en distintos y a la vez análogos contextos:

·        Eutanasia Formal como Derecho a decidir cuándo terminar la vida aquejada por enfermedades postrantes y/o demeritorias de la dignidad humana. Paradójicamente es el menor de los daños o incidencias directas contra la vida. La inmensa mayoría evita esta posible salida a su enfermedad pero parece que llama más la atención que sus equiparadas en cuanto a daño en la Cultura de la vida. La Sociedad se gasta por las implicaciones de un paciente lucido y consciente de su decisión pero evita mirar los miles que a diario sufren ante un sistema de salud  que resta vida al tratarlos como Clientes categorizados según su poder adquisitivo, esta forma es tan aberrante como la posibilidad misma de la Eutanasia. Según cifras de la Salud de cada 1000 pacientes con “cáncer” solo el 20% puede contar con un servicio digno y diligente y la mayoría muere por ser atendidos muy tarde ya que los medios de diagnóstico no están disponibles y si lo están los costos son imposibles de cubrir. La  Eutanasia se viste de formas variadas en la Sociedad y está presente en la vida del Colectivo como quiera que toda limitación conduce al estancamiento en el desarrollo de todos los potenciales con los que cada uno fue animado.

·         Eutanasia Social que se manifiesta en el continuo corte de oportunidades y el aumento de la Marginalidad. Es fácil apreciar como la pobreza y la postración arropa a un número cada vez mayor de personas y como la tendencia es a aislar de las fuentes tanto productivas formales como servicios vitales como la Salud y que decir de una Educación con calidad. Es pues apremiante reconocer estas estructuras y superarlas de lo contrario la Sociedad involucionará cada día más. La marcha contra los corruptos (del pasado domingo)  es el surgimiento de Conciencia Colectiva de valores y su Axiología vital. La Marginalidad con letra grande es sin duda un daño irreparable tanto al individuo como a la misma Sociedad. Es necesario superarla para adelantar en el verdadero progreso equitativo y sobre todo igualitario que compete más a la naturaleza de los Derechos y los valores… La Eutanasia social es el resultado de la iniquidad al servicio de los medios del modelo político que sustenta el Estado y la incapacidad de estructurar una política social coherente e inclusiva.

·        Eutanasia Ético-moral que se manifiesta en la continua pérdida de valores y cultura de la vida por formas aberrantes de pecado y esclavitud modernas. La destrucción de los referentes formales de Comportamiento y Conductas que se convierten en Trastornos sociales a gran escala donde la Sique sufre las consecuencias. Estamos argumentando la imposibilidad de una praxis de razón y reflexión al relajarse la estructura moral de  la Sociedad y la vida misma. El Ethos y el Moris como comportamiento, hábitos y costumbres sufre también a causa de  este extravío de la norma en la convivencia o explicitación del ser político y social que corre por nuestras venas. Las costumbres se revalidan constantemente en los imaginarios que las fundamentan y se originan inicialmente como un discurso y luego con la fuerza de la ley. Cuando se relajan las costumbres el Ethos y el Mor-Moris simplemente ceden su lugar a tendencias nuevas que no necesariamente reflejan el sentir del Colectivo. Nos preocupamos de la situación Nacional pero la respuesta está sesgada por el analfabetismo político al no conocer y exigir la transparencia debida a nuestro modo de vida en dicha función. Los Derechos son inherentes a la vida racional y son necesarios para su promoción y absoluto cuidado. Hoy estamos convocados a trabajar por una verdadera plataforma de Justicia que tienen como contenido y modelo el Evangelio. La conciencia de cada uno de los ciudadanos es definitiva en la superación  de los males y vicios de la cosa política, la racionalidad invoca la dinámica política como la misma opción optativa de la persona. La Eutanasia  Ética-moral  se vive a diario y lesiona grandemente todo referente de valores y convivencia. La eficiencia del Estado es artículo apreciativo de la realidad política que se vive en la actualidad. Muchas y muchos en los gobiernos no sirven a sus hermanos sino a sí mismos y sus intereses personales.

·        Eutanasia de los Derechos civiles y constitucionales que hace de unos pocos privilegiados y de las mayorías factores de pobreza y atraso como de ignorancia. En la realidad política de los individuos esta forma es verdaderamente destructiva porque no individualiza  la cuestión sino que agranda el daño para las mayorías es también por demás el aflorar de la cultura de la muerte y la desesperanza no de un existencialismo académico sino vivencial pragmático. La cuestión de los Derechos pasa siempre por la capacidad del estado para objetivar los Derechos de cada ciudadano sobresaliendo en ese proceso de legitimación constitucional y de estado de derecho y Pluricultural naciones de Europa, EE-UU y Canadá por citar algunos ejemplos… la Constitución o Carta Magna es quien consagra y promueve toda referencia de Derechos en el escenario de los Pueblos.  La Corrupción es sin duda un daño gravísimo a los Derechos tanto individuales como colectivos ya que no solo depreda los recursos de todos sino que da un ejemplo negativo en la estructuración y compromiso del ciudadano. Siendo pragmáticos le corresponde al estado velar por la Educación  como por todos y cada uno de los llamados Derechos esenciales del ciudadano  y hacer de la Justicia el paradigma fundamento de sus relaciones. Un estado corrupto pervierte la inocencia de sus ciudadanos e introduce nuevas formas de injusticia.



CONCIENCIA  DE  LA PRESENCIA  DE  DIOS  EN  LA  VIDA  DEL  CREYENTE  CIUDADANO.



Es interesante como el fenómeno segador de la vida no necesariamente emplea la violencia tacita para sus fines. Vemos hoy el discurso instrumentador  de la política como condición (sin la cual)  se emplea no para la generación de la Cultura de la Vida o de la creación de un modelo social justo sino todo lo contrario bajo el signo de la némesis dialéctica de principios opuestos  a la vida y su promoción.  El pragmatismo político y social deja en manos del Estado o Gobierno de turno la secuencialidad de la ilustración y la formación de los ciudadanos pero no es factible tal situación. El Estado como Ente ideal   se concretiza en el ciudadano y en el Funcionario al punto de asumir que el carácter de la identidad política lo define. Se habla de gobiernos a-confesionales  y de otros tantos confesionales o que al menos al comienzo de su Carta Magna invocan el Nombre  de Dios para sustentar su principio elevado de Justicia pero tal aseveración solo nos llena de una profunda preocupación al darnos cuenta de la realidad siempre  de espaldas a esta santa invocación. Bien afirmaría el Hiponense: De las leyes injustas está ausente el pueblo. La conciencia individual y colectiva se hace nominal al invocar pero no incluir en los procedimientos y funciones al que es invocado. Están simplemente usando el sonido o Fonética de la Palabra Sagrada lo que no implica su interiorización o mejor aún la argumentación conceptual de su contenido primordial “si invocas a Dios no puedes ser funcionario corrupto porque estas consagrando tu responsabilidad a Dios” Dios no es un paradigma  o molde gramatical es por demás el Santificador de tus funciones. Sin conciencia sobre la presencia de Dios en cada palabra de su invocación simplemente es una referencia literaria. La Sociedad está perdiendo el sentido de su ubicación espiritual y deja de pensar en sus implicaciones simplemente para no cuestionar su estilo o modo de vida. No es una discusión de partido Político o Ideologías es la invocación de lo Sagrado sobre lo profano para ser este último santificado.





 

  

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