jueves, 27 de noviembre de 2014

ACTITUD VIGILANTE... RESPONSABILIDAD CRISTIANA DE CARA A LA MADUREZ ESPIRITUAL.

ACTITUD VIGILANTE… RESPONSABILIDAD CRISTIANA DE CARA A LA MADUREZ ESPIRITUAL.

El Evangelista Marcos (13:24-37) nos presenta en el Contexto que estamos prestos a iniciar (Primer Domingo de Adviento) una enseñanza en sintonía con los Evangelios anteriores resaltando la preparación pero sobre todo la Actitud de vida del Creyente que sabe que sus acciones tienen consecuencias tanto en lo Histórico como en lo Espiritual, esta Historia está iluminada por la Fe y espera en su Salvador… De otro lado, tiene presente que su Actitud puede generar Tensión en un Entorno cada vez más cargado de elementos que elevan su complejidad y determinan la búsqueda de su Felicidad y prioridades de vida, nosotros tenemos presente que tales manifestaciones, sino estamos preparados pueden distanciarnos de Cristo retándole poder a su Gracia en nosotros, si asumimos esto como postura del Conocimiento concluiremos que mientras más lejos estemos de Dios estaremos imposibilitados para alcanzar la realización plena de nuestro Propósito de vida.

Marcos pone en boca de Jesús palabras perentorias y cargadas de Gravedad, miremos el Texto Sagrado: Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos, Manténganse despiertos, este llamado adquiere una visión Universal sobre la Actitud del Creyente que al Intimar con su Señor reconoce el Tiempo presente y la gravedad de sus responsabilidades en el Siglo (Mundo).


El Fin de los tiempos, es una figura que cargada de vida y Gracia invita a cada cristiano a vivir su propio y personal Pacto Bautismal  como figura de los Nuevos y definitivos tiempos, donde se hace latente el llamado de Cristo en su Iglesia para que la Actitud Vigilante sea sinónimo de espera amorosa y confiada en Dios, parafraseando a San Ambrosio Obispo de Milán y  amigo del Hiponense exclamamos: Porque lloras o tienes miedo de encontrarte con Jesús si dices amarlo… Estas palabras refuerzan nuestra confianza en el Dios de la vida cuya Misericordia no abandona bajo ninguna circunstancia al Creyente,  no es un imperativo categórico “Conocer” el fin de los tiempos cuando se ama y se vive en la Esperanza del Reino de Dios y cada una de nuestras acciones y proyecto apuntan a esa dirección,  Cristo está más preocupado por nuestro Proyecto de vida que al ser construido en su presencia trasciende por sobre la Enfermedad y la Muerte, para qué conocer algo que debe causar temor a quienes viven de espalda a Dios y por otra parte felicidad a quienes edificaron y edifican  de cara al Dios de la vida. Este primer domingo de Adviento, marca el inicio de un Tiempo de Oración y reflexión sobre la brevedad de nuestra experiencia de vida y la necesidad de afincarla en Dios cuyo cimiento es duradero, la disyuntiva es clara construir sobre Roca (Cristo) o sobre arena ( Solo nosotros) en cualquiera de las posibilidades las consecuencias serán asumidas por nosotros… Intuimos que la preparación de este Tiempo Litúrgico de repercusiones espirituales llega a nosotros en la Actualidad de Cristo.

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