PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO… NUNC DIMITTIS. (Lc 2:22-40).
Lucas nos ofrece Para Este Domingo una composición bien
interesante y cargada de gran cantidad de signos y símbolos cuyo objetivo es
fortalecer la “Imagen” de Jesús en el Templo y su relación con las tradiciones
Judías de la época… Atendiendo al (A.T), se deja en pie la relación de los hechos
del (N.T) con su hilo conductor, confrontemos el Texto”Todo primer nacido de asno lo rescatarás con un cordero…Rescatarás
también todo primogénito de entre tus hijos…” (Ex 13,13). Lucas cumple la tarea de fusionar
estos momentos en la vida del Niño Jesús, haciendo de la Purificación y la
Presentación una perfecta Unidad de Texto y sobre todo de intencionalidad
Teológica para nosotros, puesto que solo la Madre se presentaba a su Purificación
pero aquí el deseo de ella no es simplemente cumplir con sus deberes
religiosos, sino y sobre todo, presentar a su Hijo, cuestión que nos muestra
(Lc).
El entronque de estas Tradiciones sirve para indicar la
relación de Jesús y su posterior Ministerio Publico en una Cultura
eminentemente religiosa donde los Paradigmas así constituidos marcaban la vida
y Cosmovisión del Pueblo, y la Identidad de Jesús estaba supeditada al
cumplimiento de estos principios y normas, así deducimos que la Obra de Cristo
tiene su origen en el seno de su Pueblo y tradiciones y que posteriormente será
el Bautismo la plenitud de una filiación que supera por mucho gracias a su
Universalismo y trascendencia la identidad de Etnia, Raza o Pueblo que el Ser
Humano pueda tener, prima en Cristo la Humanidad y la Identidad la forjará el
Amor en la trascendencia de la Ley Mosaica…
Lucas complementa su Mensaje con la Inclusión oportuna de dos
personajes que autenticaran lo vivido y desarrollado en la Presentación de
Jesús en el Templo y son precisamente, Simeón y Ana (Entronque con la Tradición
Judía), miremos en los versículos 25 al
32 y Ana en 33-38). Más allá del cumplimiento de una Profecía nosotros vemos
estas imágenes como una enseñanza que nos brinda Jesús que a pesar de ser el
Hijo de Dios no escatimó en ningún momento el cumplir con las tradiciones de su
Pueblo y Religión sobreabundando en motivos para unirse a quienes celebraron
con Él dichas tradiciones, muy a pesar de aquellas corrientes de Pensamiento
que deslegitimizan las practicas Cultuales y reducen la Experiencia de Fe a un
mero encuentro personal alejado de las demás personas que viven y buscan un
mismo sentir… Ana y Simeón marcan dramáticamente el cumplimiento de una Promesa
y renuevan su Fe en la misma promesa… El Texto Luquiano es bien dinámico en sus
figuras y contenido y busca marcar la pauta entre la aceptación interior de sus
personajes al cumplimiento de la Promesa Mesiánica como su adhesión al mismo
Salvador, dejan así de lado la Tradición para adentrarse en la esencia misma de
la promesa “Alababa a Dios y hablaba del
Niño a todos los que esperaban la Redención de Jerusalén…” (38)… Después de
este periodo se refleja en los Evangelios la “Vida oculta de Jesús” pero
abierto al Padre y de cuya presencia continua llenará su Corazón de Sabiduría y
Verdad en la plena Identidad de su Ministerio Futuro con la Misión a Él
encomendada…
Jesús nos enseña la necesaria reflexión e interiorización de
su palabra, para no actuar sin conciencia de Fe frente a los distintos
escenarios en los que el cristiano se desenvuelve y toma partido, es importante
tener presente que la reflexión no opaca el intríngulis cotidiano, es todo lo contrario,
revitaliza y llena de Esperanza transportando el quehacer a la misma dinámica
de Fe… La vida oculta de Jesús es para nosotros un modelo de Fe ya que como Jesús,
es nuestra función mostrar al Padre y permitirle reinar en cada corazón y
conciencia. La Espiritualidad no vive de la novedad ella se alimenta de la
profunda capacidad de asimilar y proyectar los cambios y contemplarlos como
parte activa de nuestra Historia
Personal de Salvación.