jueves, 30 de marzo de 2023

REFLEXIÓN SOBRE DOMINGO DE RAMOS.

 

REFLEXIÓN SOBRE DOMINGO DE RAMOS.

 

“Al hacerse hombre no perdió nada de su Ser de Hijo de Dios y Dios mismo, y al mostrase como Dios no perdió nada de la humanidad ganada en el vientre de la Virgen Madre”. Agustín de Hipona (Santos PP. de la Iglesia latina y post-niceno).

 

LIBRA MIS OJOS DE LA MUERTE… dales la luz que es su destino, yo como el ciego del camino pido un milagro para verte. Haz de esta piedra de mis manos una herramienta constructiva cura su fiebre posesiva y ábrela al bien de mis hermanos. Haz que mi pie vaya ligero, da de tu pan y de tu vaso al que te sigue paso a paso por lo más duro del sendero.  Que yo comprenda Señor mío al que se queja y retrocede, que el corazón no se me quede desentendidamente frío.  Guarda mi Fe del enemigo, tantos me dicen que estás muerto y entre la sombra y el desierto dame tu mano y ven conmigo.  Himno de la tarde (Vespertina). 

"1. Cuando se aproximaron a Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, entonces envió Jesús a dos discípulos, 2. diciéndoles: «Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis un asna atada y un pollino con ella; desatadlos y traédmelos. 3.Y si alguien os dice algo, diréis: El Señor los necesita, pero enseguida los devolverá.» 4. Esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del profeta: 5. Decid a la hija de Sión: He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo. 6. Fueron, pues, los discípulos e hicieron como Jesús les había encargado: 7. trajeron el asna y el pollino. Luego pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima. 8. La gente, muy numerosa, extendió sus mantos por el camino; otros cortaban ramas de los árboles y las tendían por el camino. 9. Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» 10. Y al entrar él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió. «¿Quién es éste?» decían. 11. Y la gente decía: «Este es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea.»"www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/mateo/21/

La teología lleva muchos lustros hablando sobre estas celebraciones que se constituyen en el centro de nuestra gravedad espiritual. Domingo de Ramos o Palmas es un oasis de frescura y verdor en el mar de sufrimientos que aguardan al Salvador en Jerusalén. Su entrada de ribetes y señalamientos mesiánicos llena de manifestaciones pacíficas nos inclina a pensar en la naturaleza de su Reino donde la propuesta está cargada de humildad en grado superlativo y donde la conciencia de Jesús lo sitúa emocionalmente ante el sacrificio y ante el desprestigio que sufrirá junto con su familia. Recordemos una vez más que los condenados a muerte en la Cruz eran considerados “peligrosos” para la Sociedad y sus familias eran señaladas de por vida como signo de castigo y maldición. Pues a todo eso se enfrenta el Redentor. Es aclamado bajo el símbolo de una forma primitiva contenida en el Salmo 118 versículo 26: “Bendito el que viene en nombre de Dios, desde la casa de Dios os bendecimos”. El termino Hosanna significa Salvación son palabras de un contenido muy profundo pero que en el colmo de la paradoja son olvidadas y condenado a la muerte de Cruz.  Nosotros hoy después de analizar nuestro proceder de Fe debemos ser conscientes y reconocer que muchas veces lo hemos aclamado y hemos dicho delante de los hombres y en nuestras iglesias y congregaciones que deseamos proclamar con toda fuerza su reinado, pero luego lo olvidamos y como los judíos testigos de sus muchas acciones milagrosas nos gastamos el tiempo en cosas muchas veces banales… Este domingo diremos Hosanna bendito el que viene en nombre de Dios… Y muy probablemente el domingo que sigue le abandonaremos por una actividad eminentemente social.

Es necesario ser Coherentes y manifestar el grado de responsabilidad en el drama de la Cruz. Jesús murió por nosotros y no por pecados de su ser. Jesús fue llamado pecador y condenado a muerte por una muerte que nos agobia a nosotros y por nuestros pecados personales y comunitarios. Él, aclamado para luego ser vilipendiado. Él, llamado mensajero de Dios para luego ser desconocido por la humanidad. Él, llamado en el colmo de la hilaridad “hijo de David” para luego ser dejado solo por los mismos descendientes de David rey de Israel.  Mateo recrea la forma como el rey David manda que procedan con su hijo Salomón: “Tomad con vosotros a los veteranos de vuestro señor, haced montar a mi hijo Salomón sobre mi propia mula y bajadle a Guijón. Libro primero de Reyes capítulo 1 versículo 33 y también: Se apresuraron a tomar cada uno su manto que colocaron bajo él”. (Segundo libro de Reyes capítulo 9 versículo 13). Los honores rendidos a Jesús son similares a los que se rendían a reyes y generales o militares destacados después de un triunfo en el campo de batalla. Esta última aseveración nos hace pensar que ellos más que reconocerlo como su Señor exaltaban la fama que precedía al Señor. Nosotros hoy y después del signo santo del Bautismo debemos caminar no solo en la vivencia de este tipo de signos de Fe sino en la coherencia de llamarle y aceptarle como nuestro único y suficiente Salvador.  Más que mantos y palmas debemos poner en su regazo nuestros corazones y la humildad suficiente para reconocerle en el hermano que sufre o que tiene conflicto con nosotros. Aclamarlo será un acto de profunda Fe y este acto debe consumarse en nuestra cotidianidad. No hay descanso para quien vive de cara a Dios. El domingo de palmas desde nuestros hogares y llenos de alegría le aclamaremos y reconoceremos como a nuestro único y suficiente Señor y Salvador que reclama reinar íntegramente en nuestras vidas y relaciones con el entorno. No podemos permitirnos solo manifestaciones de profunda alegría sin su contenido espiritual. Estamos para vivir como signo de aclamación. Estamos para unir tanto lo que celebramos como lo que vivimos fuera del templo. Nos congregaremos este domingo y aclamaremos al Dios de la vida y lo más importante lo llevaremos con nosotros al trabajo, a la calle, a la familia, al restaurante, en fin, lo llevaremos con nosotros siempre.  Mayor tributo que vivir el amor no existe y mayor aclamación que hacer su santa Voluntad no puede haber. Bendito el Salvador que viene para ser nuestra autentica alegría. Bendito sea el Señor nuestro Rey.

 

Consultar nuestra liturgia indicada para esta celebración en el L.O.C pagina 189 en adelante.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO…

  LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO… Éxodo capítulo 34 versículos 29-35. 2 Pedro capítulo 1 versículos 13-21. Salmo 99. Lucas c...