COMO
ABORDAR LA REALIDAD POS-PASCUAL EN EL TEXTO INSPIRADO DE HECHOS DE
LOS APÓSTOLES.
RESUMEN.
La experiencia de los
primeros cristianos navegaba entre el mito y las interpretaciones personales
con énfasis en acontecimientos que insidian en la comunidad primitiva. La
realidad que hemos llamado desde siempre pos-pascual es tan compleja que
requiere más que una aproximación a los acontecimientos desde la perspectiva
literal, necesitamos también asociar nuestra personal experiencia de Fe para
evitar convertir en una fabula sus relatos. Los apóstoles luego de recibir
gracias muy especiales que son fruto de su experiencia de Fe están en la disposición
de materializar el mensaje y convertirlo en estructura permanente. De esta
manera se aproximan rápidamente a la concepción de Iglesia que conocemos en el
presente, desde luego, nos referimos a las históricas que conservan el depósito
de la Fe. La estrategia evangelizadora inicia justo cuando la Iglesia sale de Jerusalén y se posesiona en la gran ciudad de Roma que para el mundo antiguo
era el epicentro de la civilización y todo lo que eso implicaba. Pedro y más
tarde el propio Pablo, plasman en sus ministerios la necesidad de abrirse a la concepción
universal ya afirmada por el Señor. Esto ultimo hace la diferencia frente a la cosmovisión
de los judíos y su concepto de religión cerrada y paradójicamente impersonal. El
cristianismo visto desde la postura más arcaica es para la época y el presente
una invitación tentadora a desarrollar una espiritualidad personal con ribetes
de universalidad.
INTRODUCCIÓN.
El resucitado durante sus
coloquios se manifiesta bajo los signos de su condición glorificada, planteando
una necesidad de comprensión por parte de sus discípulos los cuales como
sabemos, nunca habían vivido episodios semejantes. No existía la posibilidad de
comparar estas manifestaciones con experiencias pasadas y lo mismo sucede con
nuestra espiritualidad personal. Los recursos de nuestra parte nos invitan a
plantearnos interrogantes que solo podrán ser esclarecidos por medio de la
expresión más auténtica de nuestra Fe y está enmarcada en nuestra escatología
cristiana. La realidad espiritual se funde en los signos de la percepción
material y por ende sensorial de los testigos de estos coloquios. La Fe de
estas mujeres y hombres se configuró con la nueva realidad del resucitado. Una
configuración imposible de darse sin la mediación de estas apariciones y toda
la cotidianidad que encerraron. No fueron mágicas, fueron todo lo
contrario, un verdadero adelanto de la vida resucitada del bautizado. Los
testimonios aquí contenidos (Evangelio, Hechos de los Apóstoles) son claro
indicio de la manera como los discípulos asimilaron tal realidad. Una realidad
construida sobre manifestaciones para nada convencionales y mucho menos
perceptibles únicamente por la razón de sus testigos. El amor fue la clave para
asumir que la vida triunfaba sobre la muerte y que el Señor encarna toda
expresión autentica del amor vencedor (1).
REALIDAD PROBLEMATIZADA
DE LAS MANIFESTACIONES POS-PASCUALES.
La lectura de los Hechos
de los Apóstoles nos ubica en un tiempo cuya cronología se relaciona y es
motivada ampliamente por los sucesos descritos anteriormente. La vida de la
Iglesia primitiva debe problematizar y plantear su propia tesis sobre el
Resucitado y hacerlo de cara a la realidad que
está viviendo, se establece así una cronología que marcará el inicio de la
materialización del mensaje pos-pascual, el mismo sublimado por las
apariciones del resucitado (2). La teología en el llamado quinto
evangelio es una construcción intuitiva de los acontecimientos descritos antes
y sobre todo estructurados en la conciencia religiosa de los nuevos cristianos.
El problema es convertido en formulas y ritos para su transmisión o
comunicación intelectiva. La muestra la encontramos en dos ritos muy conocidos
el bautismo y la imposición de manos para la venida sobre el bautizado del
Espíritu Santo.
Sobre el
Bautismo.
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Sobre la imposición de manos.
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Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en
el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el
don del Espíritu Santo; 39. pues la Promesa es para vosotros y
para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el
Señor Dios nuestro.
(Hechos de los Apóstoles capítulo 2 versículos 37-39).
(3).
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Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que
Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a
Juan. 15. Estos bajaron y oraron por ellos para que
recibieran el Espíritu Santo; 16. pues todavía no había
descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el
nombre del Señor Jesús. 17. Entonces les imponían las manos
y recibían el Espíritu Santo (hechos de los Apóstoles capítulo 8
versículos 14-17).
(4).
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Los Textos referidos
presentan dos momentos de la cronología espiritual en el rito o en este caso en
potencia de los futuros ritos de iniciación (sacramentos). De la forma
como su estructura tanto canónica como litúrgica es conocida en el hoy de
nuestra historia. La percepción en el presente tiene algunas dificultades
por abordar y considero que una de ellas es sin duda la problematización de la
necesidad del Bautismo como su naturaleza lo expresa, es decir, con fines
salvíficos. El hombre del presente rechaza ostensiblemente los discursos
absolutistas, no acepta de buen agrado aquellas fórmulas expresadas en la Fe de
la confesión religiosa. No implica que no haya Fe en las personas de nuestra
cotidianidad, estamos planteando que la fórmula teológica debe ser aterrizada
en el pensamiento moderno donde los dominios ideológicos se han vestido muchas
veces de vanidad y otras de consumismo exacerbado. Sociológicamente hablando
las nuevas generaciones perdieron interés y contacto directo incluso con los
elementos de nuestra liturgia al grado de establecer relaciones artificiales
con su entorno. Nuestra tesis parte de la configuración de escenarios
artificiales que prometen ser concluyentes en la búsqueda de la felicidad.
El agua, el
crisma, las Escrituras, las oraciones e invocaciones,
hacen ahora parte de rituales ignorados y poco frecuentados por las nuevas
generaciones. El interés se aferra a la expresión fundamental de los sentidos, aquí
describimos el primer problema que la liturgia afronta en el creyente común y
corriente. Ahora parece que no hay fórmulas que concatenen la expresión de Fe
con la vivencia de la liturgia y el modelo congregacional de este siglo.
Nuestros feligreses caminan por una zona de confort peligrosa como es la de
convertirse algunos de ellos en “cristianos acomodaticios”
El nexo mistagógico vivido intensamente por los discípulos con el rito ya está
extinto en muchos corazones. El llamado “espíritu eclesial” está dejando
paso al “espíritu organizacional de accionar mecánico” (5)
el modelo pastoral debe estar inspirado en su poderosa relación con el rito y
en este caso con los Sacramentos de Iniciación Cristiana y los Medios de
Gracia. Los apóstoles vivieron un problema particular en su ministerio y
era como materializar la opción por un Cristo resucitado y ascendido al cielo,
es decir, fuera de la escena intelectiva del creyente. La dificultad
era básicamente como tomar y concretizar su mensaje y los mismos coloquios,
como actualizarlos en la liturgia y toda su mistagogia. Como actualizarlos
en las predicaciones y signos eclesiales visibles. No era fácil en su época, pero
la Fe era y es el nexo con lo tangible y palpable de los ritos eclesiales y su
mistagogia… El Kairós apostólico se extiende en cada tradición asimilada por
nosotros y en general por la catolicidad. Cuando hablamos de Kairós
apostólico estamos invocando la figura de una cronología sobrenatural
que marcó el inicio y vivencia de la Iglesia en sus primeros años. Esta
cronología no es vivida en tiempo puntual sino en la esfera vivencial y
testimonial. La Imposición de manos como figura de un rito
arcaico, es parte de los ritos de iniciación cargados de su simbología
(6). La acción de la Imposición de Manos es propia de la
tradición israelita ya que ellos imponían (levitas) sus manos a las victimas
sacrificadas en el templo (ganado ovejuno y otros semovientes). Muchos son los
bautizados que han asumido la práctica de la imposición de las manos como una
realidad sacramental, la cual unida a un proceso de acompañamiento espiritual y
de oración, puede culminar con una experiencia sanadora. Esta sanación va más
allá de lo físico, pues logra tocar todas las dimensiones del ser humano, por
ello en este camino investigativo se empleará el término sanación holística.
Asumida la sanación desde una realidad holística, lo que se busca es establecer
“una relación más humana entre personal sanitario y paciente, que tenga en
cuenta la unidad psicosomática del ser humano y no lo considere simplemente un
tejido de órganos que curar independientemente de su yo espiritual, de su
historia y del contexto relacional de su vida (7).
En nuestra dinámica
la Imposición de Manos visualiza el Reino de Dios ya que nos
relaciona desde la perspectiva de la Fe con aquello que estamos esperando, la
misma concepción era vivida por los apóstoles cuya autoridad emanaba del
Resucitado. Los signos de la Pascua se desarrollan conforme el ritmo y número de
los creyentes aumentaba y se hacía más fuerte como vimos en la cita anterior
del llamado quinto evangelio. Los signos externos empleados por los Apóstoles
para la construcción no solo de imaginarios creíbles sino y sobre todo de
argumentos doctrinales constituidos en Praxis eclesial fueron indispensables
para la problematización de toda su carga antropológica y sociológica al ser
sacados de su entorno y tradición… Muy seguramente y
adentrándonos en la fundamentación el rito eucarístico y tratando de establecer
una línea de conducta ritual en la Eucaristía los primeros cristianos
desarrollaron toda la simbología de la Imposición de Manos en
la Epíclesis o presencia del Espíritu Santo en las especies
consagradas. Litúrgicamente, el único momento en el cual el ministro debe
realizar el gesto de la Imposición de las Manos ha de ser en
la consagración del pan y del vino; sin embargo, con mucha frecuencia, se
constata que en algunas celebraciones eucarísticas los ministros hacen caso
omiso al rito y extienden sus manos en diversos momentos, quizás con argumentos
que sólo ellos conocen.
La anterior acción se
extiende también a la sanación integral el creyente, pero como signo del resucitado
se vive en la esfera de su poder sobrenatural y como ejemplo de ello citamos el
Texto inspirado:
Pedro y Juan subían al Templo para la oración
de la hora nona. 2. Había un hombre, tullido desde su nacimiento, al que
llevaban y ponían todos los días junto a la puerta del Templo llamada Hermosa
para que pidiera limosna a los que entraban en el Templo. 3. Este, al
ver a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo, les pidió una limosna.
4. Pedro fijó en él la mirada juntamente con Juan, y
le dijo: Míranos. 5.Él los miraba con fijeza esperando recibir algo de ellos.
6. Pedro le dijo: No tengo plata ni oro; pero lo que tengo,
te doy: en nombre de Jesucristo, el Nazoreo, ponte a andar. 7. Y tomándole de
la mano derecha le levantó. Al instante cobraron fuerza sus pies y tobillos,
8.y de un salto se puso en pie y andaba. Entró con ellos en el Templo
andando, saltando y alabando a Dios. 9. Todo el pueblo le vio cómo andaba y
alababa a Dios; 10. le reconocían, pues él era el que pedía limosna sentado
junto a la puerta Hermosa del Templo. Y se quedaron llenos de estupor y
asombro por lo que había sucedido (Hechos de los Apóstoles capítulo 3
versículos 1-10).
(8). La realidad interpretada en este pasaje de Hechos de los
Apóstoles nos habla de la relación entre la expresión consumada de la Fe en
el Resucitado y las acciones eclesiales que se adelantan en figura
apostólica. Son ellos como ahora los ministros de la Iglesia los que
manifiestan la relación coherente entre la Fe y el rito ejecutado en la
Iglesia y su ministerialidad. La Pascua como tiempo de Gracia
introduce al creyente en la vivencia de una realidad ampliada por el
espectro de la presencia del Señor. La presencia del Resucitado suscita
modelos de dialogo absolutamente nuevos en su complejidad y categorías
perceptibles (9). No es un dialogo cortado o segmentado por situaciones
insalvables sino lo opuesto un dialogo pleno movido por la Gracia en su
aproximación histórica dependiendo de la realidad de la persona redimida.
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La centralidad vista en
retrospectiva nos habla de Cristo rechazado por los judíos, pero aun así
las acciones sobrenaturales de Pedro y Juan se realizan en su
nombre con todo lo que ello implica para quienes escuchaban y observaban
esta acción. Es la relación salvífica del tiempo cuya cronología
ordinaria se entrelaza con el Pos-pascual de la Gracia poderosa de Cristo Señor
de nuestra realidad. La acción en si encierra los tiempos tanto salvíficos como
antropológicos de los apóstoles y los que compartían con ellos. La obra de
estos apóstoles tiene un propósito y el milagro descrito aquí muestra
fundamentalmente la dirección del resucitado en sus discípulos. Aquel
hombre esperaba algo, pero sin duda en su experiencia de Fe no estaba la
posibilidad de su propia curación, esta acción es en sí signo de los nuevos y
definitivos tiempos donde la realidad será abordada por el bautizado desde la
vivencia de su Fe y solo así encontrará sentido a su existencia terrenal. Toda
expresión sobre el poder de Dios es una bella forma de decir que Cristo está
intuitivamente con ellos y su presencia es fuente que desborda salud y toda
clase de bendiciones para el creyente. La realidad también ha
resucitado de la mano con el Señor de la historia. La sensibilidad
de Pedro y Juan permite ver la condición de
absoluta vulnerabilidad de este hombre y su condición de postración que
claramente hace referencia a la condición anterior no resucitada.
Es determinante que la lectura de la Pascua nos comunique toda su fuerza
dialéctica y que la apreciación de la enfermedad y la postración sea solo un
referente dialéctico/intuitivo del pecado derrotado por el Señor (10). La
realidad Pos-pascual es vida y transformadora de todo cuanto toca especialmente
el corazón del bautizado. Aquí tenemos los nuevos tiempos cargados como el que
más de Esperanza y vida gracias al resucitado. La interpretación Pos-pascual es
siempre dinámica y contextualizada en la tangible y aun palpable presencia del
resucitado…
Los hechos de
los Apóstoles son la continuación del evangelio de Lucas y narran el
nacimiento del cristianismo y de la primera iglesia. Aquí encontramos las
raíces de un mensaje y un modo de vida que ha sido decisivo en la historia de la humanidad. La
Iglesia presentada en los Hechos es la comunidad de los discípulos, guiados
por el Espíritu Santo. Dan testimonio del Señor desde la experiencia de la
fraternidad (11).
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La presencia pos-pascual
no es una especie de residuos fruto de sus coloquios espirituales con los
discípulos, es una forma nueva de realidad espiritual que se establece después
de la manifestación de Fe de los mismos y posteriormente con cada bautizado. La
Gracia se transforma en un nexo tanto histórico como trascendente creando así
una forma vital de comunicación/comunión permanente en la vida ministerial de
la Iglesia. Una familiaridad que no es superada antes y
después de la era apostólica. La experiencia de la pascua
es totalizante de todas y cada una de las facetas de la Iglesia
primitiva.
El primer escollo que
debió superar la Iglesia primitiva fue éste: ¿Sería la Iglesia una rama más
de la religión judaica, o se trataba de algo nuevo? ¿Cómo llegó el
cristianismo a independizarse
de sus raíces judías y convertirse en una religión universal?
Nuestra religión se llama católica, es decir, universal. Cristo envió a los suyos “a todas las naciones” (Mateo capítulo 28 versículo 19), diciéndoles: “Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta el extremo de la tierra” (Hechos de los Apóstoles capítulo 1 versículo 8). Sin embargo, dicho universalismo no fue entendido desde el inicio por todos. Tal desinteligencia constituyó el primer gran escollo con que se topó la Iglesia en los albores de su existencia (12). |
Las dificultades de la
vivencia pos-pascual fueron asimiladas por la Institución
eclesial al ritmo de su obra
misionera. El recorrido estaba sujeto
a las facilidades que otorgaba el seguir la llamada “ruta del Imperio”
que básicamente eran las vías y la infraestructura romana desde Egipto hasta
Grecia. Una estrategia de penetración por parte de los misioneros como Pablo y
sus cercanos. Miremos un breve aporte sobre los viajes desarrollados por el
apóstol de la gentilidad:
Primer viaje.
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Segundo viaje.
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Tercer viaje.
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Cuarto viaje.
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Conocemos del primer viaje misionero de Pablo en Hechos
de los Apóstoles capítulo 13 y 14. Comenzó cuando Dios
le dijo a la iglesia en Antioquía de Siria que reservaran a Pablo y Bernabé
para un trabajo especial. Inmediatamente después de esto, el Espíritu Santo
guio a estos hombres a través de la isla de Chipre.
Después de varias oportunidades de ministerio allí, siguieron
adelante en un viaje evangelístico a Asia Menor. La práctica inicial de Pablo
era proclamar el evangelio principalmente en las sinagogas judías. Pero
después de enfrentar mucha resistencia por parte de los judíos, comenzó a
predicar también a los Gentiles.
En este viaje Pablo plantó varias iglesias con éxito, incluyendo
algunas en la región de Galacia. Después de viajar hacia el este hasta Derbe,
Pablo y Bernabé se volvieron. Regresaron a varias ciudades de la región de
Galacia, eventualmente llegaron al mar y navegaron hacia su hogar.
El primer viaje misionero de Pablo como apóstol de Cristo fue
relativamente corto y sin complicaciones. Pero su segundo viaje lo
llevó más lejos de la tierra de Palestina.
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El segundo viaje misionero de Pablo aparece en Hechos de
los Apóstoles capítulo 15 versículo 36 hasta el capítulo 18
versículo 22. Esta expedición comenzó cuando los apóstoles y los
líderes de la iglesia en Jerusalén seleccionaron a Pablo y Bernabé para
llevar una carta a las iglesias en Antioquía, Siria, Cilicia y Galacia,
explicando que los Gentiles convertidos no necesitaban ser circuncidados o
guardar la Ley de Moisés con el fin de ganar la salvación. Ahora, justo antes
de que comenzara el viaje, Pablo tuvo un altercado con Bernabé así que se
separaron y Pablo se asoció con Silas.
Estos dos viajaron primero por Siria y después por Cilicia hasta
que llegaron a Galacia. Fue en la región de Listra que Timoteo se unió a
Pablo en su viaje.
Mientras Pablo continuaba quería predicar en el norte de Asia y
Bitinia, pero el Espíritu Santo se lo prohibió. Así que Pablo viajó a la
ciudad costera de Troas.
Allí se hizo clara la razón de la prohibición del Espíritu Santo
a través de la famosa "Visión Macedónica". En esta visión,
un hombre le rogaba que predicara el evangelio en Macedonia, la provincia del
Norte de Grecia. Así que Pablo y su compañero respondieron inmediatamente a
este sueño navegando hacia esa provincia. Pablo plantó muchas iglesias en
Grecia, incluyendo aquellas de Filipos y Tesalónica en el norte.
Eventualmente se fue hacia el sur, visitando Atenas y plantando
una iglesia en Corinto. Después Pablo fue a Éfeso, y después de un periodo de
tiempo allí, se encaminó de regreso a Palestina.
El segundo viaje misionero de Pablo pronto fue seguido por una
tercera expedición, en la que viajó otra vez lejos hacia el oeste.
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El tercer viaje misionero de Pablo aparece en Hechos de
los Apóstoles capítulo 18 versículo 23 al capítulo 21
versículo 17. En estos viajes Pablo fue de Antioquía de Siria por
Galacia y Frigia, y después estableció un ministerio próspero en Éfeso.
Después de esto, el pasó varios meses viajando en Grecia de Norte
a Sur y de regreso al Norte otra vez. Visitó iglesias que había plantado en
su viaje anterior a la región. Después el apóstol regresó hacia Jerusalén por
tierra y por mar.
Cuando Pablo regresó a Jerusalén después de su tercer viaje, los
judíos lo acusaron falsamente de sedición y los romanos lo arrestaron.
Después de pasar dos años en prisión, Pablo defendió sus derechos como
ciudadano romano para llevar su caso ante César. Esta apelación a César
genera su cuarto viaje que lo llevó a Roma.
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El registro de este viaje aparece en Hechos de los Apóstoles capítulos
27 y 28. Pablo se trasladó principalmente en barco en este viaje.
Entre Creta y la Isla de Malta, una terrible tormenta destruyó completamente
la embarcación que llevaba a Pablo y a un buen número de prisioneros.
La tripulación, los guardias, Pablo y sus compañeros naufragaron
en la isla de Malta por tres meses antes de que pudieran hacer la travesía a
Roma. Pablo permaneció bajo arresto domiciliario en Roma del año 60 DC. Al
año 62. Él pudo ministrar libremente durante este tiempo.
La tradición nos dice que Pablo fue conocido por Nerón, y que
después viajó hacia España predicando el evangelio. Algunas evidencias en las
epístolas a Timoteo y a Tito también sugieren que él viajó hacia el este,
estableciendo y fortaleciendo iglesias allí también. Pero probablemente
alrededor del año 65 DC. O un poco después, Nerón arrestó a Pablo una vez
más, y finalmente ejecutó al apóstol.
Un vistazo rápido a la región entre Jerusalén y Roma revela que
Pablo visitó muchos lugares diferentes, haciendo contacto con miles de
personas en más de veinticinco ciudades.
(13).
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Es interesante
entender en la perspectiva de la presente reflexión que el matiz universal de
la Iglesia es uno de los primeros frutos institucionales de la interiorización
de la Pascua vivida por los discípulos del Señor. Correlativamente se pasa de
un apostolado misionero al episcopado local. Cada comunidad tenía un colegio de
ministros locales y de forma preeminente, a partir de la presidencia única de
la celebración eucarística, se asumió el episcopado monárquico. Así pues,
progresivamente se condensó en una misma persona aquello que venía de la Episcopé apostólica
y aquello que definía ya al obispo local. De esta forma, hacia el 110 d. C.,
Ignacio de Antioquía da ya el testimonio consolidado del triple grado del
ministerio apostólico: los obispos, los presbíteros y los diáconos,
establecidos hasta los confines de la tierra. Así la desaparición de la
generación apostólica creó de forma especial una situación totalmente nueva para
la Iglesia que, de acuerdo con el principio de la "tradición por
sucesión" (la famosa fórmula de IRENEO, III, 3.1), la obligó
paulatinamente a encontrar "sucesores" del particular "ministerio"
que ejercían los apóstoles. Esta transición entre el período apostólico y el
período sub y pos apostólico se hizo de forma relevante con la ayuda de la
función de la episcopé. Las comunidades locales sub y pos apostólicas
experimentaron la necesidad primera de consolidarse en un "lugar"
y de mantenerse en la "catolicidad" de la Iglesia una. Esta misión,
este ministerio, fue asumido por aquellos que sucedían a los apóstoles en su
particular episcopé, se llamaran obispos o presbíteros, tal como se
manifiesta en Tito capítulo 1 versículos 7-11 y Timoteo capítulo 3 versículos
1-7, así como en la (1 carta de Clemente en el siglo I)
(14). En la dinámica anterior la Iglesia fue eficaz porque logró
relacionar rápidamente su pensamiento con otras religiones como sucedió con el
judaísmo cuyas prácticas fueron tomadas en la mayoría de nuestros ritos y su
liturgia. El periodo pos-pascual en hechos de los Apóstoles marca
definitivamente la ruta de su crecimiento exponencial. La figura de personajes
como Esteban (Protomártir) encaja en la propuesta de una mirada pos-pascual
de la Iglesia apostólica, la visión de este hombre de Fe o está lejos de la
Transfiguración que a estas alturas ya había sido consolidada perfectamente por
las apariciones el Señor. La relación con la historia judía se
expresa en los rezagos de índole cultural y cosmológica que la Iglesia sufre en
su estado más primitivo. La lucha por la identidad eclesial es por decirlo así
determinante para la consolidación de su ser institucional. Esteban
(protomártir) da testimonio y se convierte en sacrificio para
indicarnos como las vivencias personales son también llevadas a la Cruz y como
el accionar del bautizado no le excluirá de asumir las consecuencias de sus
actos. No podemos perder de vista que las señales primitivas se gestaron
partiendo del martirio como signo de una civilización proclive a la ausencia
total de derechos y dignidad en la vida individual de las personas. No asumimos
que el poster testimonial de Esteban no rindiera frutos ya que
los procesos de conversiones masivas eran también signo de la credibilidad de
los predicadores. Esteban, vive históricamente referida una
especie de transfiguración con la verdad evangélica, la misma por la que está
dispuesto a entregar su vida, es una simbiosis tan estrecha que nos sugiere
otro termino, una hipostasis de absoluta comunión entre la Palabra viva del
Resucitado y los modelos arcaicos de significación trascendental como era la
Ley antes de la llegada de la era mesiánica.
Pero él, lleno del
Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la
diestra de Dios; 56.y dijo: Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del
hombre que está en pie a la diestra de Dios (Hechos de los Apóstoles capítulo
7 versículos 55-56) (15).
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LECTURA POS-PASCUAL DE HECHOS DE LOS APÓSTOLES.
La lectura que se nos
propone en el enunciado inmediatamente arriba, nos motiva a construir nuestra
reflexión en la dinámica de la aproximación al fenómeno histórico de Pentecostés sin
que con ello implique la puntual construcción del relato. La concreción histórica
se divorcia ostensiblemente de la realidad salvífica aquí particularmente,
recordemos que no hablamos de un momento tiempo espacial solamente ni tampoco
de su evidencia histórico-critica, lo estamos haciendo desde la perspectiva de
la Hipostasis entre la vivencial y la espiritualidad de estos testigos
nominales de los acontecimientos. Esteban es testigo desde la
percepción de su espiritualidad e intimidad con el Resucitado, esta relación no
se ve afectada por la connotación tiempo-espacial. Estamos especulando sobre la
posibilidad de una inserción histórica desde la perspectiva de la relación
espiritual y no material con el Señor, lo material corresponde a la
degradación del tiempo y su influjo sobre la realidad de la persona
humana. Es la lectura alegre y emotiva de los frutos de los
coloquios espirituales con el Señor. Esta historia admite que Dios ha enviado
su Hijo al mundo y que su Espíritu continúa comunicándose a los creyentes para
vivir su misterio a lo largo de todas las generaciones humanas. La
espiritualidad es el conjunto de las inspiraciones y de las convicciones que
animan interiormente a los cristianos en su relación con Dios, así como el
conjunto de las reacciones y de las expresiones personales o colectivas y de
las formas exteriores visibles que concretizan dicha relación. El lenguaje pos-pascual es igualmente determinante en esta vivencia
apostólica. Miremos algunos de estos términos y oraciones que
fortalecieron el discurso de la naciente Iglesia:
Fracción del pan
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Hermandad en el seguimiento de las enseñanzas apostólicas.
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Propiedad común como un signo de la Iglesia primitiva.
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Colegio apostólico.
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Gracia y liberación en el nombre de Jesucristo.
|
Curación en el nombre de Jesucristo.
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Carisma
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Resurrección
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La Paz fruto de la Resurrección y su presencia en el creyente
produce Alegría.
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Espíritu Santo asociado al creyente por la imposición de manos
después del Bautismo.
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Testimonio.
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Oraciones en común.
|
Intervención de Gamaliel.
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Camino como designación conductual del ser humano, referencia
directa a la conversión de Saulo.
|
Intervención de Esteban.
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Institucionalización de la Diaconía en su naturaleza
eminentemente de servicio y atención en la vida de la Iglesia.
|
Envío.
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Evangelización como dependencia de la misión de la Iglesia.
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Culto en perspectiva de la naciente liturgia.
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Apóstol/Apostolicidad/Apostólico.
Fundación.
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Gentilidad.
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Dios/Creador/mundo/comunidad/iglesia local/ Ministerialidad
eclesial/ gobierno apostólico/ Pablo/arresto/ley/Naufragio/resistencia/ cristianismo/expansión.
|
Descripción geográfica ampliada.
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Presbíteros.
(15).
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Algunos de los términos
comunes en el quinto evangelio lucano son el reflejo del Ethos cultural que se
gesta en el periodo pos-pascual y que como es natural expresa con claridad el
desarrollo eclesial. Los apóstoles como los paradigmas del
anuncio se centrarán en el modelo imperante para desplazarse y transmitir,
ellos como judíos acuden primero a las sinagogas antes que a los gentiles. El
epicentro salvífico se dilata conforme entran en la verdadera significación de
los Hechos de los Apóstoles como es la CONSTRUCCIÓN DEL CRISTO DE LA
FE. En la maduración del fundamento de la Fe apostólica y la
perspectiva del anuncio del resucitado transcurren estadios de crecimiento
espiritual y redondeamos la función de tal enunciado. En el Blogg cristoeseltema.blogspot.com aportamos
brevemente un artículo sobre la superación el mito y la construcción pos-pascual
del mensaje del Cristo de la Fe.
Prueba
Intelectiva.
|
Prueba Volitiva.
|
Prueba de la Fe.
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Los discípulos no creen en las palabras de las mujeres (Lucas
capítulo 24 versículo 9-11) es evidente que los sentidos no garantizaron el
conocimiento Intelectual y mucho menos trascendente de lo anunciado. La Fe es
un bien inmanente a la persona y esta no puede legarla a otra, pero si dar
testimonio de lo manifestado. La respuesta de Pedro es particular movido por
la Gracia y la Voluntad (Volitiva) sale al encuentro Intelectivo o de los
sentidos. Es particularmente importante señalar que solo Lucas y Juan
desarrollan este argumento de la “carrera de Pedro” que se convierte en una
forma de evolucionar en la Fe y en el testimonio, es evidente que no están
hablando de una carrera para ver lo acontecido sino del movimiento de
la Fe que despierta por la Gracia. No es una dinámica puntual, pero
si histórica de Pedro y los discípulos. Lo intelectivo dará paso inmediato a
la constatación por la Fe y su absoluto imperio en el bautizado que en esta
respuesta es completamente A-temporal, es decir, sin tiempo
de respuesta sino vivencia absoluta de los dones de la Resurrección.
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La percibimos particularmente en (Lucas capítulo 24 versículo 8)…
Lucas es enfático en decir y consignar que las mujeres “recordaron” las
palabras donde Jesús anunciaba su desenlace en la Cruz y que en ellas toma
fuerza bajo la concepción de la Resurrección, recordemos la “vuelta a
la vida” de Lázaro contenida en Juan y como este suceso se asume a si mismo
fenomenológico y desarrolla una concepción determinada por la transformación
Ontológica que implica recuperar la existencia en el plano corporal como
aconteció con Lázaro. Ellas recuerdan lo que el Señor les había enseñado, es
decir, ellas conocen tanto la tradición judía como la cultura farisea y
saducea. La Voluntad asume la consecuencia directa del influjo de la Fe y
está motivada por la presencia de la Gracia que irradia el resucitado
particularmente en quienes creyeron en su mensaje. Es la misma certeza que
nos invadió este Domingo de Resurrección, Cristo vive. La Voluntad es
iluminada por la Gracia al punto de visualizar la materialización o corporalidad
de lo creído y este espacio es asumido por Cristo en el alma del Creyente o
cómo explicamos que creamos 2000 años después.
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Estamos convencidos de que el fenómeno se interioriza al punto de
convertirse en argumento de vida sobrenatural en los amigos y cercanos al
Maestro. Los discípulos de Emaús nos dan señales al
respecto: Y sucedió que mientras ellos conversaban y discutían, el
mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos
para que no le conocieran… (Lucas capítulo 24 versículo 13 al 32) es
claro que ellos le verán solo mediante un signo o gesto habitual que delate
su intimidad con ellos. El cuerpo del Resucitado literalmente se encuentra
en un estado que modifica su apariencia o simplemente diremos que en el
Resucitado reside la plenitud de la Gracia y la vida Trinitaria. Ya
no hay restricción alguna a los sentidos, pero aun así nuestra condición
terrena hace imposible ver la verdad del Resucitado y su trascendencia. Lo
que implica para nosotros el necesario ejercicio de la Fe como condición de
vida y servicio en la Iglesia. La Fe se constituye en el bastión que
sobresale de la confesión en Cristo y las implicaciones hacen de nosotros
“Nuevas criaturas” como lo expresaría el propio Pablo. La novedad de la Fe en
Cristo Señor es el símbolo de Salvación para los Creyentes. Estamos pues en
la esfera de la trascendencia y con ella la aproximación de nuestra realidad
espiritual ilumina por así decirlo nuestra vida y acciones. Ya la concepción
de la “buena voluntad” es superada por la vida de Cristo en el bautizado. Esa
concepción se transforma después de la percepción de la Resurrección en
la Inhabitación Trinitaria en el ser humano (Agustín de
Hipona) que es para nosotros la plena presencia de Dios en cada uno de
los bautizados. Los amigos de Jesús en Emaús no le reconocieron porque sus
ojos y sentidos solo habían experimentado las pruebas intelectivas de su cotidianidad,
pero ahora saltaron a la Gracia y su plenitud para conocer y amar su nueva y
definitiva condición. Pablo lo tiene claro cuando asegura que nada nos podrá
separar del Amor de Dios (Romanos capítulo 8 versículo 35 ss). La Fe se
constituye en una fortaleza desde donde el Creyente vivirá su experiencia en
el Resucitado. Los discípulos de Emaús solo le reconocerán como lo indica el
versículo 32 el “ardor” del corazón es fruto de la forma como las Escrituras
revelan o sirven de fundamento a la Revelación de la Naturaleza del Redentor
que aquí su humanidad ha sido asimilada o “llena” de la Persona Divina que
es. La Unión Hipostática fue plenificada y la Humanidad de Jesús fue glorificada
totalmente como totalizante por la presencia Trinitaria que nunca estuvo
fuera de Jesús, pero ahora es signo de plenitud. El Retorno del Verbo
argumentado por Orígenes cesa en sus efectos y operaciones para hablar ahora
de presencia plena y personal de Dios Trinidad en su Adorado Hijo. En Emaús
su Humanidad es plena, total y totalizante como Deificada y Glorificada.
(16).
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Pentecostés se
constituye en la primera gran obra de la Iglesia en términos de misión y
colectivismo, es un esclarecedor proceder en la esfera teológica del Espíritu
Santo como es de suponer de forma inmediata en el Texto del llamado quinto
evangelio. Los viajes de Pablo son sin duda el segundo gran acontecimiento de
la presencia del resucitado en la categoría pos-pascual. Las acciones
contenidas en sus relatos son el claro cumplimiento del mandato intimado del
Señor sobre la necesidad de experimentar y fundamentar el postulado de sus
futuros seguidores o en la extensión de la idea de sus nuevos otros discípulos
en otras latitudes. De esta dinámica se argumenta como tesis, la misión
de los discípulos del Cristo de la Fe que pasando sobre la muerte muestra toda
su autoridad para dar y retener la vida. La misma respuesta se pone
de relieve en las actuaciones paulinas de cara a la realidad misionera del “Cuerpo
de Cristo” así nos lo hace saber san Jerónimo PP. De la
Iglesia latina (17): Jerónimo resume, en la carta al presbítero
Paulino, su juicio ante este divino Libro en las siguientes palabras: “El Libro
de los Hechos de los Apóstoles parece contar una sencilla historia, y tejer la
infancia de la Iglesia naciente. Más sabiendo que su autor es Lucas, el
médico, “cuya alabanza está en el Evangelio” (II Corintios capítulo 8
versículo 18), echaremos de ver que todas sus palabras son, a la vez que
historia, medicina para el alma enferma”. Es el sentir de los Santos PP. Que
asumen no solo la autoría lucana sino la disposición de su contenido como
referencia a la naciente Iglesia y a la construcción del Cristo de la
Fe. Diremos que la connotación histórica de las acciones del Señor son
con su resurrección los argumentos preferidos aquí en la Iglesia apostólica.
BIBLIOGRAFIA/FUENTES/
INSUMOS/CIBERGRAFIA.
1- Nota
del autor.
2- Nota del autor.
5- Nota del autor.
6- Morrisroe, Patrick, “Imposition of Hands” The Catholic
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1910. Traducido por Luis Alberto Bianchi.rc.
7- COENEN,
Luther. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento: Ediciones sígueme.
9- Nota
del autor.
10- discipuladocristiano.org
11- 28,
Sesión. Los Hechos de los Apóstoles, la primitiva comunidad cristiana. Pbro.
Antonio Rivero/ es.catholic.net/op/ articulos/.
13- Birmingham
Teológica, Seminary/ Articulo sobre los Viajes de Pablo.
14- https://institutovallarta.files.wordpress.com/2015/09/eclesiologia_historia_01.pdf/ La
Iglesia de los Hechos, Madrid 1989; Brown R. E., La
comunidad del discípulo amado. Salamanca 1987 / AcmexE,
R., La Iglesia de Antioquía de Siria, Bilbao 1988; La Iglesia de
Jerusalén, Bilbao 1989.
15- theologicaxaveriana.javeriana.edu.co/descargas.php?archivo=Silvestre.pdf...47/ https://www.coalicionporelevangelio.org/.../que-dice-la-biblia-acerca-de-los-apostoles/ BRAVO
ÁLVAREZ, GONZALO El discipulado pos-pascual Veritas. Revista de Filosofía y
Teología, vol. IV, núm. 20, marzo, 2009, pp. 9-28 Pontificio Seminario Mayor
San Rafael Valparaíso, Chile/Veritas. Revista de Filosofía y Teología
16- Espíritu
post—pascual, el transito al Cristo de la Fe/ cristoeseltema.blogspot.com
17- www.mercaba.org/.../brown,%20raymond%20e%20-%20comentario%20biblico%20s/ textoshistoriadelaiglesia.blogspot.com/2011/03/tres-cartas-de-san-jeronimo.html…
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