jueves, 9 de mayo de 2019

RICHARD HOOKER, EL GRAN APOLOGISTA ANGLICANO...

Hooker es la memoria viva de la Tradición de nuestra propia catolicidad, Hooker estableció un hilo doctrinal que le conecta con Agustín de Hipona y Tomás de Aquino, pasa rampante del siglo V de los post-nicenos al siglo XIII con los escolásticos, sus aportes definen nuestra identidad y continuación doctrinal. El presente ensayo es un breve esfuerzo por buscar las conexiones teológicas del pasado y presente Anglicano con el todo de la catolicidad hermanada en nosotros y nuestra cosmovisión del mundo,  obra del Dios revelado... 

RICHARD  HOOKER  EL GRAN  APOLOGISTA  ANGLICANO.
(Reflexiones sobre el teólogo ingles).

Estad tranquilos, tenemos más qué ver con un Dios misericordioso, más parecido a un gentil maestro, listo para enmendar aquello que en nuestra debilidad o ignorancia hubiésemos errado, y presto a sacar lo mejor de lo poco bueno que podamos hacer, que con una especie de sofista capcioso que lleva cuentas de lo peor de cada cosa en la que nos equivocamos…” Richard Hooker.


INTRODUCCIÓN Y  SEMBLANZA DEL ANGLICANO.

La Teologia asimilada desde la perspectiva de la Reforma Insular tiene por padre indiscutido a Hooker y su capacidad para insertar las ideas renovadoras en la perspectiva de la catolicidad de esta Comunión de Iglesias Anglicanas (concepto posterior) (1). Hooker vivió en un tiempo borrascoso lleno de contradicciones y necesitado de luz, la misma que brilló en su reflexión teológica. No es difícil afirmar y justificar que Hooker es nuestro mayor apologista y la gracia de su labor se extiende en general al mundo doctrinal de nuestra catolicidad sin importar la tendencia en la fuimos formados y vivimos tanto el Santo Bautismo como nuestra militancia eclesial por medio de la Confirmación (ratificación) y el Recibimiento Canónico (2). Hooker Era de familia pobre, por lo que tuvo que ser ayudado para su educación universitaria en Oxford (Corpus Christi College; licenciatura en filosofía y letras, 1574; máster en filosofía y letras y miembro del consejo rector, 1577) por un tío suyo y el amigo de éste, el obispo Jewel. Ejerció como tutor en su universidad y en 1579 fue designado profesor, recibiendo en 1581 las órdenes. En su matrimonio, que tuvo lugar hacia ese tiempo, fue, según Walton, totalmente desafortunado. Fue nombrado para el beneficio de Drayton-Beauchamp, en la diócesis de Lincoln, 1584, y al año siguiente, a recomendación del arzobispo Sandys, con cuyo hijo había sido tutor en Oxford, master de Temple Church, Londres; compartió el púlpito allí con Travers, oponiéndose fuertemente al puritanismo. En 1591 fue presentado en Boscombe, Wiltshire, otorgándosele una prebenda menor en Salisbury, siendo trasladado en 1595 al mejor beneficio de Bishopsbourne. Hooker era un predicador aburrido, siendo su estilo embarazoso y sus sentencias prolijas y afectadas. Walton lo describe como “de mediana estatura y encorvado, pero todavía más en los pensamientos de su alma; su cuerpo estaba exhausto, no por la edad, sino por el estudio y las santas mortificaciones” (3). Su trabajo era común al medio inglés de su época donde los pensadores en su gran mayoría eran eclesiásticos lo que implicaba que la vida  religiosa y sus ideas permeaban la sociedad inglesa del momento.  El título de Anglicano no corresponde propiamente a la identidad religiosa de la época,  expresión con la psique del teólogo (4).

 La percepción cristiana  y sus connotaciones construyeron en Inglaterra una mentalidad religiosa liberadora de las imposiciones del continente europeo. El pensamiento compuesto de Hooker buscó la unicidad dialéctica mediante su reflexión y retorica que no dejó fuera la Tradición de la Iglesia como quiera que el ser reformado de la Iglesia en Inglaterra se supeditaba a la Tradición universal del cristianismo católico. El devenir de este hombre es consecuencia de la realidad antropizada de su época. La Caridad en el desempeño magistral de este hombre en la Fe y su obra desde el ministerio nos plantea la categoría espiritualizada de sus ideas  bañadas literalmente por la antropología escolástica, concretamente el pensamiento Tomista (Doctor Angélico) (5)  su búsqueda de la verdad lo lleva por caminos conocidos pero no reflexionados intuitivamente,  Hooker sabe que su ser eclesial es la catolicidad como garantía de la coherencia en la formulación teológica que se nutre de la herencia inglesa y sus anteriores vivencias. Al respecto quiero citar al teólogo Anglicano del siglo XX, Eric Lionel Mascall (6) cuando afirma: una constante propuesta y apertura pero tal propuesta y apertura nunca podrá significar indiferentismo o falta absoluta de identidad, es la caridad y la consideración,  la mayor fuerza y motivación para atender al otro en la dimensión de nuestra Fe. La posibilidad  Hookeriana de ahondar en las reflexiones de su presente sin dejar de largo el nexo de la historia eclesial le valdría su aproximación dialéctica al Tomismo y las expresiones escolásticas en su pensamiento, son consecuencia de esta asimilación de conceptos. Su actualidad cobra interés en nuestro presente dado el carácter inagotable de su pensamiento que al sumergirse en la catolicidad se convierte casi que en un caudal de interminable contenido como pretendemos averiguar o mejor a un constatar tal evidencia en su dialéctica y nuestra especulación de la misma (7).   Hooker fue un incansable de la identidad Anglicana en su pueblo, fue un luchador que pretendió ganar la batalla de la identidad en una cultura caldeada por el acontecer tanto político como religioso. La historia de la Iglesia Anglicana desde sus orígenes acusaron gran determinismo sobre todo en lo referente a su propia identidad y a diferencia de otras iglesias particulares en el continente europeo, su influencia en la vida del ciudadano era determinante y siempre asociado a la identidad de la nación, es decir, que la Iglesia interviene en la psique colectiva del ciudadano no como imaginario de su cotidianidad sino mejor aún, desde la posibilidad de granjearle identidad de pueblo, la concepción de la Influencia de la Corona en la elección del Primado está sustentada en su autoridad y autodeterminación como pueblo (8), lo que no implica compromiso teológico alguno por parte de la Iglesia de Inglaterra. Es un principio nacionalista que suponía la injerencia papal como propia de un extranjero en suelo inglés, el llamado pastoreo universal del Papa era visto como una injerencia de características políticas sobre el reino isleño- apunta Neil en su obra (9). “La supremacía del papado no era un asunto de doctrina que inquietara a Hooker sino de su autoridad sobre los imaginarios ingleses", recordemos que  en el siglo XI durante el papado de Gregorio VII (10)  quedó definida la supremacía papal convirtiendo al Papa en señor de los estados en cuanto a que asumió la prerrogativa de instalar o destituir a los obispos sin injerencia de los reyes o casas monárquicas, como también de proclamar su autoridad para “coronar” a la realeza. Hooker construye su identidad teológica que posteriormente formularemos bajo nuestro método teológico y epistemológico que involucra categóricamente: Biblia-Razón-Tradición, sin que con ello los tiempos pierdan su complejidad ya que nuestra reflexión es atemporal sin dejar de percibir sus cambios, o mejor, transformaciones propias de cada cronología (11).
La praxis de Hooker no escatima esfuerzo en ver en potencia tal método porque nosotros más que hablar de una doctrina propia poseemos la doctrina de la Iglesia universal de la cual hacemos parte, el desarrollo Hookeriano  simplemente fue el trabajo de un creyente unido a la Iglesia de Cristo de la cual hizo y es parte por medio del santo Bautismo. Entender a Hooker en su propio tiempo y en el nuestro se hace por medio de la definición nuestra del discipulado de Cristo, Hooker fue discípulo de su Señor y Maestro. Stephen Langton (12) Arzobispo de Canterbury en el siglo XIII dividió la Biblia en capítulos tal y como la conocemos hoy. Con aportes de esta naturaleza no es de extrañar que la teología de Hooker se moviera en la justicia y la tolerancia de otras ideas de su época. Una identidad nacional necesitada de afirmaciones de su propia Fe y el método para vivirla distante ya de Roma para la época de nuestro teológico insignia (13). La Fe y  la Razón como expresión de la creencia de los bautizados es en sí un método cuya praxis no es propio de alguna época en particular ya en el siglo V el Hiponense se atrevía a suponer la posibilidad de una “metafísica de la interioridad” donde el creyente vivía su relación con el Dios vivo y revelado, una propuesta en tal dirección es propia de la interioridad cuya espiritualidad afirma la esencia misma del conocer y amar a Dios. La expresión conocer no está supeditada a teoria alguna del conocimiento sino a la sola posibilidad de conocerle y adorarle por medio de la Gracia. Esta metafísica también puede llegar a Hooker y a los pensadores cristianos de su época. Miremos esta sentencia Agustiniana:

“Puede disputarse si las cosas en general y el alma en particular están hechas de fuego, de aire o de otro elemento; pero de lo que no duda ningún hombre es de que vive, obra, piensa, ama o desea” Agustín de Hipona (14).

Es pues, lo anterior una huella intelectiva de la primicia Anglicana sobre la Razón en la reflexión y vivencia de nuestra Fe. Tal proceso posee en Hooker un motivador innato pero apriorístico aunque suene desconcertante la expresión enunciada de esta manera, no hay contradicción alguna en su enunciado ya que la Razón como componente de nuestra teología es un ejercicio necesario en la formulación y continuidad conceptual unida a la doctrina teológica común entre nosotros y su catolicidad. En lo esencial no reformamos absolutamente nada y el propio Hooker se adentra en el Tomismo por una razón dialéctica que conocemos, salvaguardar  la auténtica doctrina que corre por nuestras venas. Nuestra metafísica salta dinámicamente hacía el interior del creyente tanto en Inglaterra como ahora en nuestra Provincia. La realidad del concepto intelectivo tal y como es percibido supone ya nuestra vivaz apertura a la realidad teológica de nuestra catolicidad… (15).

No hay Reforma insular sin reformar la concepción de una teología quieta que desencadenó una respuesta viva en los PP. de la Reforma, tal respuesta recupera la esencia doctrinal hasta el siglo XIII, sin que con ello el pasado de los post-nicenos como Agustín no haya sino necesario. La razón no será esclava de la teología sino iluminada por esta. (16).

No estamos fuera de contexto si vinculamos el Movimiento de Oxford  a la estructura de nuestra liturgia ya que por medio de sus reflexiones y devoción a la Tradición de la Iglesia universal logramos rescatar el contenido de nuestra liturgia y la vida congregacional asumió un componente explícito de su ser universal. La categoría de iglesia particular se vivió indefectiblemente con la fuerza  propia de la vida eclesial. De lo anterior se desprende para nosotros que la identidad que como fundamento nosotros vivimos nunca podrá apartarse de la realidad católica, los Episcopales sin importar la tradición que vivieron al llegar a la Iglesia se convierten en expresión de catolicidad tal y como lo hemos recibido de la Tradición de la Iglesia.  En el acontecer de nuestro ser y la Reforma,  a favor de Hooker asumimos que el contenido doctrinal permanece inamovible de nuestra praxis evangélica (17). El misterio de Cristo el Hijo de Dios permanece entre nosotros y lo vivimos como nuestro Salvador. Tal discurso inmerso en la realidad de una dialéctica dinámica que se argumenta a si misma   desde la praxis de sus acciones tanto litúrgicas como pastorales (18). La unicidad y unidad del Dios Trino, sin fundamentar la existencia de Dios.
 De la esencia divina se predican los atributos (unus, vivus, verus, aeternus, incorporeus, impartibilis, impassibilis, inmensae potentiae, sapientiae ac bonitatis, creator, conservator omnium, tum visibilium, tum invisibilium) que la teología natural o racional establece, si bien esta predicación que es ontológica se basa en la experiencia de Dios y no en la especulación. Según comentaristas, se subraya la unidad de Dios contra el riesgo de politeísmo, del que es susceptible la invocación a los santos que hacen romanistas y griegos. Dios, vivus (no vivens), es fuente de la vida; verus (no verax), es la Verdad misma. La condición personal es predicada de Dios ) a partir de la afirmación bíblica de ser el hombre imagen de Dios y capax Dei, es decir, susceptible de que su “humanidad” haya sido asumida por el Verbo; y ) teniendo delante lo que se dice sobre la consustancialidad y coeternidad del Hijo (art. II), en contra del reduccionismo cristológico de los anabaptistas ( verbum Patris, ab aeterno a Patre genitus, verus et aeternus Deus, ac Patri consubstantialis); y lo mismo (art. V) sobre el Espíritu Santo ( ejusdem est cum Patre et Filio essentiae, majestatis, et gloriae, verus ac aeternus Deus). Se afirma en consecuencia la trinidad de personas en su unidad (in unitate hujus divinae naturae tres sunt personae, ejusdem essentiae, potentiae, ac aeternitatis, Pater, Filius et Spiritus Sanctus). El concepto del misterio de Dios argumentado desde la doctrina y su Tradición  fue heredado por Hooker e incluido más tarde en sucesivas declaraciones del “Cuadrilátero Chicago Lambert” (19) la hermeneútica de tal declaración permite que nosotros hoy de manera congruente argumentemos nuestra doctrina sin suponer que es un capricho romanizante, la realidad conceptual es tan nuestra como de ellos, siendo dialécticamente la familia católica por antonomasia. Nuestro quehacer antropológico lo podemos ubicar en el mismo escenario recorrido por Hooker y toda su estructura teológica argumentativa (20). La semblanza de Hooker es vista en nosotros desde la concepción de la realidad teológica integrada por las expresiones de la catolicidad que en la Reforma no tocó la herencia conciliar en la génesis eclesial.

EPISTEMOLOGÍA TEOLÓGICA DESDE LA PERSPECTIVA HOOKERIANA.

LA LEY NATURAL.

La aproximación desde la variante epistemológica como saber humano y su actividad intelectiva puede sernos útil para determinar en el pensamiento de Hooker la influencia de la teología de su época y su cordón que le liga a la Tradición. Hooker luchó claramente contra el “puritanismo” y la negación estructural y doctrinal de estos. Hooker desde el acontecer conceptual aceptado por nosotros vivió dramáticamente la inserción de la teología en el ambiente de la Reforma. Su pensamiento deja a salvo la “Soberanía de Dios” Edmund Burke (21), también John Locke (22)  fueron influenciados por Hooker que no solo figura desde la doctrina teológica también hace aportes al pensamiento en política, ley natural, ley civil, en su pensamiento sobre el fundamento de la autoridad.  Hooker no abandona el pensamiento clásico y la necesaria conexión con el pasado que por medio de su intelección  hace actual.  Desde la naturaleza del pensamiento Hooker transforma la concepción de una Reforma en una oportunidad para plantear el retorno a las tradiciones donde la doctrina de los Santos PP. de la Iglesia fue determinante como intento por inmortalizar el pensamiento Anglicano presente y futuro para su época (23).  El objetivo fundamental de su obra fue defender la Iglesia de Inglaterra contra la postura de los puritanos (archí-calvinistas) que se negaban a obedecer las leyes eclesiásticas del Parlamento y exigían la implementación del modelo político y religioso de las iglesias de Ginebra y Escocia. Su esfuerzo nació de la intención de probar que la negativa puritana a obedecer las normas eclesiásticas del reino implicaba la negativa a someterse a toda obligación política. Esta posición ponía en peligro el poder de la monarquía inglesa, por lo cual la reina Isabel I prestó su apoyo incondicional a  Hooker y sus ideas eligiéndolo como docto adalid en la batalla académica contra los puritanos (24). Inmediatamente después de su muerte se convirtió en el más famoso portavoz y escritor de la naciente Iglesia Anglicana.

Anglicana Ecclesia” o Iglesia Anglicana es el término utilizado para designar. La Iglesia de Inglaterra en el Acta de Supremacía del año 1534 donde se designa a Enrique VIII cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra y se pone bajo jurisdicción real tanto la esfera espiritual como la temporal, lo que convirtió a Inglaterra en un estado eclesiásticamente soberano (25).  


La Soberanía eclesial es uno de los objetivos de Hooker y para ello debe plantear al menos teóricamente las bondades de la ley bajo el gobierno monárquico, es una manera de establecer una relación vital entre los intereses del estado inglés y la Iglesia de Inglaterra. La soberanía en materia religiosa solo es equiparable a los llamados “países bajos” donde Lutero encontró refugio (26). La connotación de tal realidad se articula desde la posibilidad real de asumir el dinamismo de una confesión religiosa dogmática y escrituristica sin que tenga al Papa por cabeza, la presencia de la Corona de Inglaterra asegura su protección y posterior difusión por todos los países que hacen parte de la llamada “Mancomunidad de naciones” (Proyección dialéctica). La visión de Hooker es clave para la defensa de una concepción católica-reformada y portadora de los pilares doctrinales comunes.  La realidad inglesa pasa en aquella época por la necesidad de ser soberanos como imperio, también en el ámbito de lo religioso, los imaginarios vividos por Hooker le hacen propender por la defensa de tal realidad espiritual. La estructura dogmática se conserva conforme fue recibida desde los primeros concilios de la cristiandad bajo el símbolo de la Iglesia de Cristo indivisa (27). Todo proceso intelectivo genera un Ethos que determina su aceptación como estructuración en el ámbito de lo social y las estructuras culturales que brotan de esta realidad antropizada. Miremos el siguiente párrafo y analicemos el siguiente párrafo a la luz de nuestro ensayo:

“Bueno, mucho pende de cómo se concibe lo que significa en ese periodo ser reformado. Hoy con frecuencia pensamos en ello en términos de la Confesión de Fe de Westminster, pero eso obviamente estaba aún 50 años por delante cuando Hooker escribió. Incluso Dort, que intentaría codificar la ortodoxia predestinaria para las iglesias reformadas, todavía estaba a un cuarto de siglo de distancia. Las variadas confesiones de Fe del siglo XVI tendían a ser más breves, enfocándose en puntos centrales y dejando bastante lugar para discusión en torno a cuestiones menores (obviamente eso es cierto también para Dort yWestminster, en contraste con cómo son tratadas por sus herederos modernos). El error de muchos escritores anglicanos que intentan alejar a Hooker de la tradición reformada es que imaginan los énfasis de Calvino como el rasgo definitivo de lo que significa ser reformado. Y difícilmente podría ser así  Bullinger (Heinrich Bullinger, reformador suizo, nació en Bremgarten, a 23 kilómetros al sudeste de Aargau, el 18 de julio de 1504 y murió en Zurich el 17 de septiembre de 1575*) quien también es uno de los padres de la tradición reformada y que fue más influyente en Inglaterra, hablaba sobre la predestinación, la eucaristía, y la relación entre iglesia y estado en términos bastante distintos de los de CalvinoVermigli (Pietro Martire Vermigli, reformador italiano, nació en Florencia el 8 de septiembre de 1500 y murió en Zurich el 12 de diciembre de 1562*)  quien habría tenido el mayor impacto sobre Hooker, hizo uso amplio del método escolástico y de ideas asociadas conTomás de Aquino, una aproximación que antes se imaginaba como indicio de un quiebre con la tradición reformada. Este tipo de diversidad era más bien la norma que la excepción, hasta bastante entrado el siglo XVII, sino hasta más tarde. Los protestantes ingleses, hayan sido puritanos o conformistas, se entendían a sí mismos como parte de esta comunidad internacional de iglesias reformadas de diversa organización eclesiástica y con distintos énfasis al menos hasta los años 30 del siglo XVII”. (28).


Mirando el anterior contenido rescatamos de la lucha de Hooker contra los puritanos el concepto amplio de Libertad y por ende razón que este hacia proceder de las Sagradas Escrituras como fuente de esta libertad en la misma revelación. La tolerancia desarrollada por Hooker se expresa en su norma conciliadora como lo podemos apreciar en una parte de su sermón  dirigido al catolicismo romano:
 "He demostrado hasta aquí que aunque la Iglesia de Roma se ha portado como una ramera, peor de lo que lo fue Israel, no obstante no están - como lo está ahora la sinagoga de los judíos, por cuanto abiertamente niega a Cristo Jesús - completamente excluidos del nuevo pacto. Pero como a Samaria, comparada con Jerusalén, se la denomina Aholah, una iglesia o tabernáculo propio de ella, contrariamente, Jerusalén se denomina Aholibah, el lugar de reposo del Señor; así, de cualquier modo que llamemos a la iglesia romana, cuando la comparamos con las iglesias reformadas, hacemos una diferencia como antes se hacía entre Babilonia y Samaria, también ahora la hacemos entre Roma y las asambleas paganas. Opinión que yo quiero y debo mencionar; debo conceder, y quiero hacerlo, que la iglesia romana, con todos sus hijos, está totalmente excluida; no hay ninguna diferencia en el mundo entre nuestros padres y los sarracenos, los turcos o los paganos, si niegan directamente a Cristo crucificado por la salvación del mundo. Pero, de cuántos millones de ellos se ha sabido que hayan terminado su vida mortal y que, al exhalar el último suspiro hayan pronunciado las palabras de esta Fe, "Cristo, mi Salvador, mi Redentor Jesús". ¿Y podremos decir que los tales no han mantenido lo que es el fundamento de la fe cristiana?... Por consiguiente, por más que se pueda decir de la iglesia romana, todavía tiene "un poco de poder", no niega directamente el fundamento de la Fe cristiana. Creo que puedo, sin ofender, persuadirme de que millares de nuestros padres en los tiempos pasados, que vivieron y murieron dentro de sus muros, han encontrado misericordia en las manos de Dios” (29).
Hooker trató de poner en claro qué métodos para la organización de las iglesias podrían ser los mejores (30). Lo que estaba en juego detrás de tal argumento, aparentemente teológico, era el papel de la Reina Isabel I (   Isabel nace en 1533 y reinara sobre Inglaterra e Irlanda hasta su muerte, en 1603*).  como Suprema Gobernadora de todos los asuntos civiles y eclesiásticos del Reino. Isabel había rechazado el título de Cabeza de la Iglesia, que habían llevado tanto Enrique VIII como Eduardo VI y aún su media hermana María, quien había restaurado el catolicismo romano en Inglaterra. En un país tan fiel al Papa como podía ser España, monarcas como Carlos I y Felipe II ostentaban el famoso Patronato Real que -en la práctica-, era exactamente lo mismo que el nuevo título llevado por Isabel Tudor (31).
El modelo eclesial de Hooker esta enraizado en medio de dos corrientes bien fuertes para su época, nos referimos a Ginebra y Escocia, el influjo político es determinante para pensar en el gobierno correcto de las iglesias como instituciones y a la vez portadoras de un mensaje de salvación.  La diferencia sustancial en la Reforma visibilizada por el propio Hooker la podemos encontrar en su adhesión al aristotelismo como quiera que Oxford siempre lo fue, Hooker ve en el Tomismo la expresión más auténtica tanto del catolicismo romano como de la Reforma insular. Su pensamiento conservará el espíritu ingles de la búsqueda de soluciones sin llegar a extremos lo que convierte a nuestro pensador en el expositor facultado de una especie de “Via Media” (32) en el contenido institucional del Anglicanismo de todos los tiempos. “Todos obramos por un fin o finalidad perseguida, (33) pues esta expresión, conocida por todos y que se convierte en gramaticalmente inevitable es el sustento de la ley natural y más allá civil en la Teologia política de Tomás de Aquino y podemos rastrear esta influencia en Hooker particularmente en el gobierno inglés y su relación con la Iglesia reformada. La conexión entre la ley y la razón es innegable particularmente en la establecida necesidad argumentativa que hace del actuar una necesidad intrínseca en la necesidad. En cuanto a nosotros queda claro dónde y porqué radica la limitación debida a la finitud de nuestros procesos racionales, mientras que en Dios no es posible suponer tal limitación, por ende, no podemos conocer el proceder de nuestro Dios. El orden natural fue impuesto por Dios bajo la relación de la necesaria vinculación de las leyes que rigen la naturaleza para que esta pueda sobrevivir y expresar la perfección de sus ciclos y procesos de vida, desde esta postura podemos conceder a Hooker ser iniciador también de la postura “naturalista” en la Iglesia de Inglaterra (34).
Las operaciones por medio de las cuales Dios actua Ad-Extra de su Ser Trinitario son vitales para nosotros y en Dios expresión de su gran amor por la creación y nosotros como parte de ella. No está interesado (Hooker) en las relaciones Trinitarias de las Espiraciones y Procesiones, está más aun, interesado en la relación del amor como motor de las mismas (35). Tomás de Aquino (Angélico) sobre la naturaleza de Dios expresará: “Dios es lo mismo que su esencia o naturaleza” (36). La Ley de Dios es eterna como Dios mismo lo es, la necesaria correlación es realmente concreta para nosotros en cuanto a que Dios actua libremente y su accionar es necesario siempre tanto en su Ser Divino (37) como para nosotros que por su amor existimos, aquí amor y acción de Dios por nosotros es lo mismo. Ahora miremos la expresión de Hooker sobre tal señalamiento en el Angélico: “El sentido propio de cada acto externo procedente de Dios, no tenemos capacidad para discernirlo y de ahí que no podamos dar la apropiada y cierta causa de sus obras”(38), “no importa qué haga Dios según su consejo o sabia decisión, tiene necesidad cierta de razón por la cual debe actuar, aunque el hombre no pueda conocerla o la alcance haciendo un gran esfuerzo para descubrirla, como hicieron los benditos Apóstoles sobre este punto sorprendente. Dada la profundidad y riqueza tanto de la sabiduría como del conocimiento de Dios, son indescifrables sus juicios. La ley eterna la estableció Dios mismo para sí, y por ella todas las cosas. Él es el autor y la causa. Esa ley que brilla en el admirable marco de la más perfecta belleza da testimonio de sí misma. El Señor me tiene desde el inicio del tiempo, aún antes de sus antiguas obras, yo fui elegido (39)”.
En coincidencia con la aseveración de Tomás de que la ley eterna es fuente de la cual emanan todas las otras leyes (40). Aquí está el argumento decisivo en contra de la postura puritana, ya que Hooker afirma y demuestra que todos los errores de la doctrina puritana provienen de su errada concepción de la jerarquía de las leyes que niega el valor de la ley natural (41). En el mismo sentido, dice Hooker que la ley natural, la ley celestial, la ley de la razón, la ley divina, la ley humana, todas éstas no son más que la manifestación de la propia ley eterna (42). Del mismo modo Tomás cuando enseña que la ley eterna se manifiesta en todo lo que hacen los seres creados. Así se expresa en su Suma de Teología, lo cual es citado por el propio Hooker en su Libro I, Capítulo 3, parte 1, nota 3. Hooker distingue los seres racionales de los irracionales en cuanto a la forma en que obedecen a la ley eterna pues, afirma, que los agentes naturales observan inconscientemente la ley establecida para ellos, mientras que los agentes voluntarios, al tener naturaleza intelectiva, la obedecen dando su libre consentimiento. “De qué manera se acercan a la ley natural los seres creados depende del modo de actuar que Dios ha establecido para cada una de ellos, así, aquellos seres que llamamos agentes naturales que obedecen la ley de acuerdo a su naturaleza inconscientemente, involuntariamente. Así lo hacen los cielos y las cosas mundanas, que no pueden hacer otra cosa más que la que hacen. Y para aquellos agentes que tienen naturaleza intelectiva, les damos el nombre de agentes voluntarios, y, en eso, los distinguimos de los otros. Nosotros obedecemos la ley natural voluntariamente, esto es, de una manera distinta a la que lo hacen los otros seres que, en realidad, están atados a ella” (43).
En cuanto a los principios que rigen la conducta humana, el teólogo anglicano afirma que “varios mandamientos importantes que han sido dictados por la razón, deben ser obedecidos voluntariamente por el hombre, y, por eso, el hombre los ha descubierto, sean deberes para con Dios o para con los otros hombres” (44). La inclusión de la cosmovisión de la escolástica en la mentalidad inglesa de Hooker privilegió su postura humanista ante la necesidad de las leyes y su importancia en el ámbito relacional de los bautizados. Hooker actua movido por la supremacía que dicta en su reflexión la libertad del creyente para “abrazar” la Fe y construir su estructura cognoscible de su propia experiencia con el Dios revelado.  No se trata simplemente de conceptos alegres para justificar los modelos de gobierno sino que acude, entre otros recursos, a la razón en la contemplación y búsqueda de la verdad que se revela también en el acontecer de la obra creadora de Dios… Desde nuestra perspectiva creo poder compartir esta sentencia sobre la aprehensión de la Ley natural en Hooker. Es posible que nuestra expresión contenga rasgos “deístas” pero sin duda todo anglicano lo descubre en la manifestación supra de su propia experiencia de Fe con el Dios revelado: (45).

Hooker como ningún Anglicano pudo conciliar la necesidad de la libertad con el valor intrínseco de la ley natural y el conocimiento por parte de nuestra probada racionalidad. (46).

El método Anglicano por antonomasia como es conocido el “trípode de nuestra Fe” sin duda que no deja fuera la comprensión de lo sobrenatural en la manifestación de lo natural, como quiera que es Dios quien se revela y lo hace de múltiples formas, no necesariamente siguiendo los esquemas ampliamente estudiados de las Sagradas Escrituras sino también en la  perfección de su obra y las contingencias de esta que se pueden resumir en el imperio de la Gracia para asegurar su realidad y antes realización dialéctica (47). Hooker ve en la Ley Natural (mayúscula) el desarrollo de una especie de método apreciativo (categorías cognoscibles)  de la realidad por el valor mismo de la vida y sus componentes, es decir, para el bueno y “juicioso” Hooker (como era conocido) la naturaleza en su expresión de vida y causalidades es absolutamente necesaria a la Voluntad de Dios, sin que con ello expresemos que este Anglicano pensó en la vitalidad contingente de la obra de Dios más allá de su Voluntad salvífica, es decir, nada es necesario, solo entra en esta categoría el amor de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, el espíritu dogmático de Hooker es liberal y conciliador plenamente. La realidad de sus aproximaciones al Tomismo son determinantes para la construcción de su academia y de paso formular las tesis propias de una catolicidad reformada que aunque en sus filas da cabida a otras expresiones de doctrina nunca perdió su identidad católica por estar esta afirmada en sus fundamentos. La visión sobre el Derecho Natural y la consecuente Ley que se genera de tal comprensión parte en su cosmovisión de la universalidad de la libertad formulada en la Gracia como componente intrínseco a toda manifestación de esta en el ámbito eclesial, la postura política es también una reacción a la  espiritualización de la historia en el devenir del creyente  anglicano y su praxis de la  Gracia (48).
 El amor es también parte de la expresión del ser identitativo Hookeriano y gracias a su praxis la estructura mental y sensitiva del ser humano puede abordar la realidad circundante, esta realidad es básicamente un compuesto tanto de la Ley Natural como del Derecho Natural vivido por el bautizado, pero se hace indispensable para la configuración social y eclesial de los bautizados anglicanos. Tal punto de vista se aproxima dialécticamente al Tomismo como expresión viva de su anterior filiación aristotélica (Universidad de Oxford) Hooker solo confía en la mente iluminada por la Fe, es decir, en la razón como manifestación del ser pensante de la humanidad tanto individual como parte de un colectivo, aquí no solo es Tomista también toca la esencia del problema de la libertad Agustiniana (49). La Psique del creyente no se limita en la expresión de una libertad determinada solo en la Gracia porque ello podría suponer pérdida de autonomía y conciencia en los bautizados. Esto último es el mayor problema de la Reforma Protestante en las iglesias de corte histórico (50), el problema humano es latente en su pensamiento. Hooker aborda la realidad cambiante de la humanidad y particularmente enfrenta la libertad dogmática como la libertad religiosa. La Psicología de las intuiciones  Hookerianas no dista de las apreciaciones propias de Agustín de Hipona sobre el problema humano de la libertad, el amor es la Causa Eficiente de la libertad y el motor que realiza plenamente al Acto Humano y porque no definirlo como la suprema intencionalidad de nuestro actuar. Cuando el Derecho Natural se manifiesta en la ineludible conducta humana entonces todo proceder está supeditado a su razón de ser, la postura mecanicista de la libertad humana objetiviza la relación con el entorno para convertirla en la posibilidad de suplir toda necesidad. Ejemplo de esta manera de pensar y actuar es en el presente de nuestra historia el problema ambiental y la consabida contaminación. Hooker se argumenta así mismo como el gran conciliador entre la libertad y el Derecho Natural como quiera que la sola exposición de los atributos por los cuales el ser humano es libre se ejecutan formalmente en sus derechos (51).
El problema de la libertad reposa en Hooker en el Indeterminismo (Doctrina filosófica según la cual los fenómenos no están determinados de una manera necesaria por las circunstancias o condiciones en que se producen, y, por consiguiente, los actos de voluntad son libres). La libertad abordada por el Hiponense no se opone a la voluntad humana,  por el contrario la afirma en una secuencia de responsabilidades tanto en el que actúa como en quien recibe dicho influjo. Gracias a lo anterior y por medio de la Gracia somos lo que verdaderamente queremos ser, para estar seguros de nuestra postura en el actuar debemos vincular el Acto Humano y su Intencionalidad al medio cristiano de obrar por medio de la Gracia y su amor como expresión material concreta (52). Para profundizar en esta realidad del coherente Acto Humano recomiendo a nuestros lectores consultar la obra del Hiponense “De Libero Arbitrio”… esta obra la empezó Agustín en Roma en el año 388 y la concluiría unos años más Tarde en su natural Tagaste. Miremos las conclusiones del primer libro citado:

XVI 34. Ag: —Muy bien. Y ahora, según pienso, hemos comenzado ya a comprender cuál es el valor de la ley eterna y hasta dónde se extiende advertir y considerar si el obrar el mal no consiste en otra cosa que en despreciar los bienes eternos en la imposición de castigos la ley temporal; y hemos distinguido bien claramente dos géneros de cosas, eternas y temporales; y también dos suertes de hombres, unos que siguen y aman las eternas y otros las temporales. Por otra parte, ha quedado asentado que se encuentra en la voluntad de cada uno lo que ha de seguir y obrar, y que no hay cosa alguna, si no es la voluntad que pueda derrocar a la mente del trono de su reino y del orden justo. Es claro también que no se debe culpar a las criaturas del mal uso que de ellas hacen, sino al mismo que de ellas abusa. Por consiguiente, volvamos, si te parece, a la cuestión propuesta al principio de esta disquisición, y veamos si queda ya resuelta.

Nos habíamos propuesto en qué consiste obrar mal, y a esto se refiere cuanto hemos dicho. En consecuencia, conviene ahora considerar con atención si el obrar mal no consiste en otra cosa que en despreciar los bienes eternos, de los cuales goza la mente por sí misma y por sí misma percibe, y que no puede perder si los ama; y en procurar, por el contrario, como cosa grande y admirable, los bienes temporales, que se gozan por el cuerpo, la parte más vil del hombre, y que nunca podemos tener como seguros. A mí me parece que todas las malas acciones, es decir, todos los pecados, pueden reducirse a esta sola categoría. Más cuál sea tu opinión, es lo que espero saber de ti.

35. Ev—Pienso eso mismo, y estoy conforme en que todos los pecados se reducen a apartarse el hombre de las cosas divinas y de verdad permanentes y entregarse a las mudables e inciertas. Que aunque éstas se encuentren perfectamente jerarquizadas en su naturaleza y tengan su propia belleza, es, sin embargo, propio de un alma perversa y desordenada hacerse esclavo en la búsqueda de aquellos bienes sobre los cuales le constituyó a él el orden y la justicia divina para que los administrara según su beneplácito.

Y al mismo tiempo me parece ya resuelta y esclarecida la cuestión del origen del mal, que nos habíamos propuesto dilucidar después de aquélla, a saber, de dónde procede el mal. Y si no me engaño, tiene su origen, según las razones aducidas, en el libre albedrío de la voluntad. Pero dime si la misma libertad, en lo cual nos vemos obligados a reconocer que tiene su origen el poder pecar, ha podido sernos dada por nuestro Creador. Porque parece indudable que jamás hubiéramos pecado si no la tuviéramos, y así es de temer que por esta razón pueda Dios ser considerado como el verdadero autor de nuestros pecados.

Ag: —No temas nada por esto; pero para tratar más detenidamente esta cuestión, hemos de remitirla a otra oportunidad. En efecto, está ya pidiendo término cumplido esta disquisición, con la que quisiera tuvieras por cierto que hemos llegado a pulsar a las puertas de grandes y profundos misterios. Cuando, guiados por Dios, comencemos a penetrar en ellos, verás sin duda qué gran diferencia existe entre esta disquisición y las que siguen, y cuánto la aventajan, no sólo en la sagacidad de investigación, sino también en la sublimidad de las cosas y la espléndida luz de la verdad. Eso sí, con la condición de que estemos con una actitud religiosa, a fin de que la divina providencia nos permita continuar y terminar felizmente la camino que hemos comenzado.

EvAcepto tu voluntad y a ella uno gustosísimo la mía con rendimiento de juicio y de deseo… (53).


 El problema de la libertad se convierte en la constante por medio de la cual el ser humano actúa y proporciona valía a lo que según sus categorías de valores posee, de lo anterior se desprende la necesidad de la formación para generar puntos de vista reflexivos y moralmente equilibrados en el ser que procede a conciencia. El mal no posee poder alguno para modificar los contenidos volitivos del ser humano y más cuando este vive su Bautismo como soberana expresión de su libertad en Cristo (54). Aquí encontramos una relación vinculante dialécticamente entre Agustín de Hipona (siglo V), Tomás de Aquino (siglo XIII),  y Richard Hooker (siglo XVI).

La clave de todo el sistema de pensamiento Hookeriano está en que fundamenta la derivación de toda ley política y religiosa de la razón humana que participa de la razón divina… “Es difícil sobreestimar la importancia de Hooker. Probablemente, él fue el mayor defensor del Libro de Rezo Común (L.O.C). La fuerza de su defensa debe buscarse en su uso de la philosophia perennis, y en la teología construida sobre ella. Él emplea el pensamiento clásico de tal manera que el (L.O.C) se vuelve trascendente e intrínsecamente significativo. Estamos también viviendo una era donde la philosophia perennis (perenne)  vuelve triunfante, y es importante que el mayor exponente de habla inglesa de esta corriente de pensamiento sea conocido y apreciado por nosotros (55). 

Los principios éticos de Hooker le llevaran por las aguas de la racionalidad y la tolerancia, no solo ante la forma de gobierno civil sino también eclesial  y   la inserción en dicho modelo de los creyentes. Desde luego que esto último reñía con el puritanismo  que argumentaba la supremacía de la Biblia como forma de gobierno, descartando de plano la autoridad de la Corona lo que implicaba para Isabel I (56) una problemática grande en su gobierno, Hooker contrarresta tales afirmaciones incluyendo en su estructura de pensamiento la idea de la racionalidad y la tolerancia con las formas antes descritas de gobierno, una Ley Natural que hace necesario el gobierno y sus estructuras. La razón es el medio natural por antonomasia en la interpretación bíblica. Los conceptos que invocan una libertad fijada son deterministas y no corresponden al libre albedrio de los bautizados y por ende no son libres incluso para optar por la salvación (57). “Viendo que las leyes y ordenanzas en particular -se trate de las que nosotros obedecemos o de aquellas que ustedes los puritanos habrían establecido cuando la razón las analiza y examina necesariamente debe, la razón, plantear un número de dudas y preguntas sobre la naturaleza, clases y propiedades de las leyes en general. Y, a menos que sea concienzudamente informada, aparecerán incertidumbres que impedirán la certeza. Por esta causa he preparado una introducción que debe ser considerada necesaria para ambas partes: declarar que es la ley, cuáles son sus diferentes clases y qué nivel de obligatoriedad tiene cada una según su tipo” (58).
 La doctrina de la necesidad de una dirección doble en temas humanos, de la insuficiencia del régimen humano y de su integración con el régimen divino. Esta dualidad se refleja en el reinado y en el sacerdocio. Esto con una visión que llegue al fin último del hombre, la contemplación beatífica, que muestra la necesidad de dos poderes; y aunque esta dualidad converge en un solo punto en Cristo, quien es tanto rey como sacerdote, en este mundo los dos poderes son ejercidos separadamente, uno por los reyes terrenales, el otro por los sacerdotes, y principalmente por el romano pontífice. El diferente valor de ellos termina necesariamente implicando la subordinación de un poder sobre el otro, del reino al sacerdocio, y de allí se sigue que el sumo sacerdote, el sucesor de Pedro, el vicario de Cristo, el romano pontífice, rige a todos los hombres de la Cristiandad como sus súbditos (59).
 La “teoría de los dos reinos”, la misma fue desarrollada en el curso de la controversia sobre si los clérigos podían ocupar cargos públicos y si el magistrado civil podría ejercer el poder eclesiástico. Los presbiterianos no invocaron una completa separación de la Iglesia y el Estado, aunque ellos reconocían una diferencia en la función entre ambos. La analogía de Cartwright sobre los gemelos de Hipócrates (60), donde se decía que ambos estaban enfermos y sanos juntos, muestra el contacto cercano entre los poderes eclesiástico y secular; pero en la práctica sería imposible de mantener una relación equilibrada cuando el contacto es tan cercano.  En consecuencia hay un tema que no es menor en el esquema presbiteriano pues  afirman que el gemelo eclesiástico estaba llamado a dominar al secular. Las implicancias de esta concepción con sus efectos en el pensamiento político ya habían sido notadas, pero es bueno re-enfatizar que eso niega al estado su libertad. Thomas Cartwright en su “Respuesta a una pregunta” (Reply to an Answer, 1573) en cuanto a la relación entre la Iglesia y el estado dice que es el deber de los reyes hacia la Iglesia “arrojar sus coronas ante ella y limpiar el polvo de sus pies (61).
Afirma Hooker. Conforme esta doctrina, una Iglesia visible es necesaria para la preservación de la Fe cristiana; y con esta Iglesia visible Hooker tiene que lidiar de ahora en adelante. Así como el cuerpo del océano es uno, aunque tiene nombres diferentes, así también la Iglesia Católica es una, aunque dividida en diversas sociedades, “en este sentido la Iglesia es siempre una sociedad visible de hombres; no una asamblea, sino una sociedad”. La diferencia entre los dos es que una asamblea cristiana es local y transitoria, la sociedad implica una hermandad, “donde su lugar y límites son claros (62)”. Una característica de toda sociedad cristiana es su política pero no es necesario que cada sociedad adopte la misma política, así como no es necesario que todos los hombres hablen el mismo idioma. Además, aunque Hooker aceptaría que la política de la Iglesia debe ser establecida por Dios, él no pensaría que ello fuera imprescindible a tal punto de ser revelado detalladamente en las Sagradas Escrituras. De hecho, la Biblia no establece reglas fijas para un completo sistema  de gobierno eclesiástico y los hombres deben buscar guía tanto en los principios generales de las Escrituras como en la ley de la naturaleza, porque aunque los primeros contienen todas las cosas necesarias para la salvación, no contienen esas cosas que son accesorias y, en consecuencia, la Iglesia en esos asuntos no está atada a la letra de la Escritura (63)…

“No hay persona que pertenezca a la Iglesia de Inglaterra que a la vez no sea miembro de su comunidad política ni hay ciudadano del estado ingles que no sea también parte de la Iglesia de Inglaterra (64)”  Para Hooker la Iglesia y el estado están unidos pero no fundidos. La Iglesia de Inglaterra es distinta de la iglesia en una sociedad pagana porque en esta las dos sociedades fueron diferenciadas y además difieren  estos casos de la Iglesia de Roma pues esta última no depende de autoridad civil alguna.

La corona es, naturalmente, la última instancia de toda autoridad civil; la Iglesia invisible no necesita una política eclesiástica que regule sus manifestaciones externas pues sus relaciones son un tema directo y personal entre Dios y cada individuo. En la Iglesia visible encontramos una soberanía dividida. Los obispos, en virtud del poder recibido de Cristo, no están sujetos a ninguna autoridad que no sea la de Dios en temas puramente espirituales. Pero están sujetos a la corona en todos los actos externos reconociendo en el soberano la máxima autoridad. Obviamente se hace difícil delimitar claramente ambas jurisdicciones. Indudablemente la autoridad de la corona no puede impedir la acción de la Gracia en los sacramentos. Pero, para Hooker, el soberano puede legalmente impedir la realización de los actos que son la causa o instrumentos de esa gracia. Esto porque la realización de dichos actos son externos aunque vinculados a cuestiones espirituales. Por ello la corona era legítimamente la suprema autoridad de la Iglesia de Inglaterra, cuanto menos en las particulares circunstancias históricas en las que vivía nuestro autor (65).

CONCLUSIONES.

La cosmovisión Hookeriana en la esfera y categoría de la racionalidad y su necesaria interacción en la conciencia humana le lleva  a fundamentar su pensamiento sobre la libertad dejando intervenir al estado como sistema de gobierno y su realidad intrínseca a la manifestación Volitiva de Dios en el bautizado.  Esto último afirmará que la Gracia actúa tanto en el valor propio de la “ley Justa” (66) como en el ciudadano que la cumple categóricamente, aquí podemos leer entre líneas su lectura de la “Civitas Dei” (67) de Agustín de Hipona, donde el gobierno justo se extiende a la vida y obra de los creyentes, es decir, el estado interviene para salvaguardar en  este sentido a la religión sin que con ello implique que el soberano o gobernante puede derogar alguna ley de índole espiritual. No es factible suponer ingenuamente que la autoridad del gobernante sobrepase los valores de la religión, lo que si pedimos en el presente es un gobierno justo y moralmente paradigmático de su entorno social y cultural, un estado referente de los ciudadanos y no mal ejemplo por la cantidad de delincuentes que trabajan en  nuestros gobiernos latinoamericanos.
El testimonio es intrínseco a la Gracia que se hace historia también en el sistema de gobierno (68).
La teoria política Hookeriana es clara y deja de lado la división con el estado pero se afirma en el respeto y entendimiento mutuo. Hoy la cabeza  de la Iglesia en Inglaterra no es la Corona aunque esta intervenga en asuntos claramente administrativos más no de doctrina. La soberanía de la conciencia del bautizado debe impulsarle a vivir coherentemente la norma del Evangelio. Hooker da absoluto valor incuestionable a la libertad humana cuando esta se da por segura en la Gracia (69).  La historia personal es prueba de la acción de Dios en Cristo. Las connotaciones del accionar cristiano empeñan la voluntad y facultades del bautizado, Hooker ve con agrado como el creyente se logra insertar en el devenir de  la sociedad y busca generar una cultura de la vida en la libertad tanto racional como existencial. La Iglesia debe ser su paradigma aterrizado del mensaje evangélico.
La ley natural es propia de la vida y sus manifestaciones anímicas en el medio tanto racional como instintivo, lo que nos puede llevar a pensar en la presencia de un orden de privilegios para el amar y pensar, para el sentir y expresar, desde luego, no podemos supeditar el respeto por la vida solo a lo  racional, esa anterior concepción utilitarista de la racionalidad por sobre el instinto creó la visión de la depredación natural, Hooker solo deja en manos de Dios el supremo acto de la vida lo que implica profundamente en nosotros el ser co-creadores de la obra de Dios (70)… Hooker  en la perspectiva de la ley civil ve con preocupación la suplantación que esta puede hacer de la Ley de Dios y su componente normativo, un funcionario tiene una carta de navegación moral y es precisamente los “Mandamientos de la Ley de Dios,  o el Decálogo”, la lectura en tiempo real de la Ley de Dios puede y debe generar en el creyente un completo modelo de respuesta en su vivencia social y cultural, aquí el Ethos Hookeriano es soberano en cuanto a su norma y valores establecidos… Hooker no solo es el grande apologista de la Tradición Anglicana, sino que por sus pensamientos pasa la idea irrenunciable de la Iglesia indivisa de Cristo. A estas alturas podemos hablar de un Magisterio tácito que respira por los pulmones de la Tradición  y su Catolicidad. Un Magisterio local como dirían los PP. del Movimiento de Oxford en el siglo XIX (71).
La voluntad del gobernante versa sobre lo que está en su autoridad y jurisdicción y no sobre asuntos que atañen al ,valor doctrinal de la Iglesia, este concepto pragmático en Hooker lo relaciona intuitivamente tanto con la obra Agustiniana como antes de Tomas de Aquino, con la gran reforma del Papa  Gregorio VII en el siglo XI. La voluntad del pueblo en cuanto a las leyes que debe vivir y suplir en su sentido de nación y colectivo de lo eminentemente social podemos catalogarlo desde la expresión del Angélico (Tomás de Aquino) que hemos adaptado a nuestro presente político y social: “No existe posibilidad de hablar de riqueza de unos cuantos sin consentir en que tales riquezas proceden de la injusticia contra muchos Desde la perspectiva intelectiva y crítica del Agustinismo  podemos afirmar sin temor a equivocarnos en el espíritu de la Civitas Dei o Ciudad de Dios: “De las leyes injustas se muestra ausente el pueblo” (72). Hooker a pesar de ser pro-autoridad de la Corona, reconoce su injerencia en lo civil pero en cuanto a la jurisdicción de lo eclesial no se muestra partidario de tal presencia. La política de estado es una,  y la política de la Iglesia en su gobierno y estructura de doctrina es otra, Hooker es pragmático en una gran proporción de su realismo político(73). La manera como el apologista Anglicano observa su entorno social y cultural es clara y sobre todo aplica a la historia de su nación para descifrar la cosmovisión de su realidad religiosa donde encontró cabida la Reforma.
La doctrina afirmada por el pensamiento Hookeriano no sufre modificación de la concepción compartida por la Iglesia en sus primeros concilios, Hooker defiende la continuidad histórica y su doctrina. Lo anterior le posiciona como un Reformado que no ha olvidado las raíces de su historia y fundamento. Pues en cuanto a sus raíces construye imaginarios que se anidan en la tradición eclesial de los primeros concilios donde la unicidad eclesial se conservó incontaminada (74).  La percepción de una doctrina universal inquietó a algunos sectores de la Reforma insular que a diferencia de la continental supo mantener su identidad eclesial sin generar expresiones contrarias, sabemos que la respuesta de la Iglesia de Roma se debió a lo que ellos consideraban la usurpación de las funciones del Papa (75). Hooker en la dinámica de su entorno  asumió la necesaria relación entre el poder eclesial y el estatal. Un teórico de la política y su énfasis en la teología que buscó conciliar el papel de la Corona inglesa en el desarrollo de la Reforma insular (76).
                                                                                        
BIBLIOGRAFIA/INSUMOS/ARTÍCULOS/FUENTES CONSULTADAS.

1.      Nota del autor.
2.      Nota del autor.
4.      Nota del autor.
5.      Nota del autor.
6.      www.mercaba.org/DicMA/A/anglicanos.htm// Eric Lionel Mascall nació el 12 de diciembre de 1905 en Seaford East Sussex. Como joven estudiante de Latymer Upper School, mostró una aptitud para las matemáticas que le valió una beca para el Pembroke College Cambridge. En 1931 ingresó en Ely Theological College y después de dos años fue ordenado en la Iglesia de Inglaterra. Sirvió en varias parroquias de Londres hasta 1937, cuando fue al Lincoln Theological College como el Sub-director recién nombrado. Se unió al Oratorio del Buen Pastor en 1938, una comunidad de anglicanos vinculados a la castidad, el gasto responsable y la dirección en la vida, muere en 1993…www.anthonyflood.com/owenmascall.htm.
7.       Nota del autor.
9.      S. NEILL, El Anglicanismo, Península, Barcelona 1966; R. BARON, La vida litúrgica de los anglicanos, Diálogo ecuménico 15 (1969).
10.  Gregorio VII. Papa No. 157 de la Iglesia Católica, de origen italiano. Disfrutó de la confianza de todos los papas que reinaron tras la muerte de Gregorio VI. Está considerado uno de los más grandes pontífices romanos y uno de los hombres más notables de todos los tiempos// https://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_San_Gregorio_VII... https://www.ecured.cu/Gregorio_VII.
11.  Nota del autor.
12.  Stephen Langton nació en Inglaterra (probablemente en Lincolnshire) c. 1150 y murió en Slindon, Sussex, el 9 de julio de 1228. Estudió en la universidad de París y enseñó allí sobre teología hasta 1206, cuando Inocencio III, con quien había entablado amistad en París, le llamó a Roma y le hizo cardenal-sacerdote de San Crisógono. Por su piedad y saber había recibido prebendas en París y York, siendo reconocido como el más destacado eclesiástico inglés. A la muerte de Hubert Walter, arzobispo de Canterbury (1205), algunos de los monjes más jóvenes eligieron para la sede a Reginald, subprior, mientras que otra facción bajo presión del rey Juan escogió a Juan el Gris, obispo de Norwich. Ambas elecciones fueron anuladas por apelación a Roma y a 16 monjes de Christ Church, que habían ido a Roma como delegados para actuar en nombre del capítulo, se les ordenó que procedieran a una elección en presencia del papa. Langton fue escogido, siendo consagrado por el papa en Viterbo el 17 de junio de 1207… www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_langton.
13.  Nota del autor.
14.  Agustín de Hipona, uno de los cuatro grandes de la Iglesia latina, siglo V.
15.  Nota del autor.
16.  Nota del autor.
17.  Nota del autor.
18.  Nota del autor.
19.  CUADRILÁTERO Declaración de los cuatro elementos esenciales anglicanos para una Iglesia cristiana reunificada. Se refiere a las escrituras, credos, sacramentos y el episcopado histórico. Fue aprobado por la Cámara de Obispos en la Convención General de 1886 en Chicago, y posteriormente fue aprobado con modificaciones por los obispos de la Comunión Anglicana en la Conferencia de Lambeth de 1888… La fuente principal del cuadrilátero fue La idea de la iglesia, un ensayo hacia la unidad (1870) de William Reed Huntington (1838-1909), un sacerdote episcopal. Indicó que la base anglicana para una "Iglesia de la Reconciliación" ecuménica en Estados Unidos debería ser la aceptación de l) las Sagradas Escrituras como la Palabra de Dios; 2) el Credo de Nicea como regla de fe; 3) los dos sacramentos ordenados por Cristo mismo (el bautismo y la eucaristía); y 4) el episcopado como la piedra angular de la unidad gubernamental en la iglesia. Este enfoque "cuadrangular" se conoció como el "cuadrilátero". Huntington fue la fuerza móvil detrás de su aprobación por la Cámara de Obispos en Chicago.
20.  Nota Del autor.
21.  Edmund Burke… Así lo demostró Ch. Parkin en su obra The Moral Basis of Burke’s Political Thought: An Essay, Cambridge, 1956. Burke Edmund, 1729-1797, Hombre de estado, político y escritor británico. Gracias a sus escritos dejó una obra colosal de consulta ineludible para conocer el pensamiento político británico. Ejerció gran influencia en Inglaterra, Estados Unidos y Francia por mucho tiempo.
22.  John Locke… Quien lo propone como argumento de autoridad: “A los que dicen que jamás hubo hombres en estado de naturaleza, empezaré oponiendo la autoridad del avisado Hooker”; “dice Hooker”; “dice el juicioso Hooker”; “estimé que el solo Hooker podía bastar para satisfacer” Locke, J. Ensayo sobre el gobierno civil, México, Fondo de cultura económica, 1941, p. 10, 37, 38, 160. También 4 citas sin mencionarlo en el cuerpo del texto. “El juicioso Hooker”; “Frente a quienes sostienen que ningún hombre vivió jamás en estado de naturaleza opondré, en primer lugar, el testimonio del juicioso Hooker,”; “tal y como lo expresa Hooker; “lo podemos leer en el juicioso Hooker” “considero que el testimonio de Hooker podría satisfacer” Locke, J. , Dos ensayos sobre el gobierno civil, Madrid, Espasa Calpe, 1991, p. 205, 213, 246, 248, 381, y 4 citas de Laws pero sin mencionar a Hooker en el cuerpo del texto. Ambos ensayos escritos entre 1680 y 1685 pero publicados mucho después.
23.  Nota del autor.
24.  El término “puritano” en este contexto designa a los presbiterianos de la época isabelina (fines del siglo XVI), es decir, aquellos grupos reformistas protestantes más ortodoxamente calvinistas. Llamarlos “puritanos” (puritans) se hizo popular ya que insistían en que su único objetivo era “purificar” a la iglesia de Inglaterra de toda tendencia y práctica católica. De este modo podría elevársela a un mayor grado de santidad, y en particular, “purificarla” del lastre papista que, a su gusto, todavía pesaba grandemente sobre los servicios litúrgicos anglicanos.
25.  FUE EL “JUICIOSO” HOOKER UN TOMISTA ANGLICANO. Sandra Brandi de Portorrico  Pontificia Universidad Católica de Buenos Aires//  summa.upsa.es/high.raw?id=0000045290&name=00000001.original.pdf.
26.  Nota del autor.
27.  Nota del autor.
28.  estudiosevangelicos.org/los-evangelicos-necesitan-leer-a-richard-hooker-entrevista-co... Pietro Martire Vermigli… Ingresó en el convento agustino cerca de Fiesole, a la edad de dieciséis años, estudiando luego en Padua y Bolonia; tras 1525 fue empleado frecuentemente como predicador de Cuaresma y conferenciante. Al poco tiempo fue nombrado prior del gran convento de San Pietro ad Aram, en Nápoles, donde se unió a los círculos que se reunían con Juan de Valdés, a cuya compañía se añadió en 1538 Bernardino Ochino. Vermigli y Ochino, al principio, enseñaron y predicaron sin entrar en conflicto abierto con el sistema tradicional, pero su tono era, como el de Valdés, evangélico. En 1541 Vermigli era visitador de su orden y en 1542 fue enviado a Lucca como prior de San Frediano. Allí introdujo la disciplina estricta, mientras que a fin de mejorar la preparación de los novicios invitó a maestros capaces como Celio Secondo Curiote; al mismo tiempo publicó su primer tratado, Una semplice dichiarazione sopra i dodici articoli della fede cristiana. (reeditado en Biblioteca della Riforma italiana, volumen i, Florencia, 1883), por el que fue citado ante el capítulo de su orden en Génova, pero prefirió salir de su tierra natal para poder vivir su fe. Se fue a Basilea y de ahí a Estrasburgo, donde asumió el profesado de hebreo y dirigió una declaración para sus compañeros creyentes en Lucca (De fuga in persecutione). Enseñó durante cuatro años en Estrasburgo, hasta 1547, y luego en Oxford, pero tras la ascensión de María Tudor al trono aceptó una invitación para regresar a Estrasburgo. Mientras tanto su esposa había muero en Oxford. www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_vermigli Heinrich Bullinger…Era hijo de un sacerdote, que se hizo cargo de su crianza. Tras recibir su educación elemental en las escuelas nativas de su localidad natal, fue enviado a Emmerich, en el bajo Rin con los Hermanos de la Vida Común, yendo en 1519 a Colonia. Este lugar era sede de oposición a las enseñanzas de la Reforma, pero Bullinger gradualmente quedó convencido de las nuevas doctrinas. Cuando comenzó a estudiar teología, sus libros de texto eran las Sentencias de Pedro Lombardo y el Decretum de Graciano, pero notando que estaban basadas en los Padres de la Iglesia, resolvió estudiar a éstos más directamente, poniéndose en contacto con Crisóstomo, Ambrosio, Orígenes y Agustín, aprendiendo cuán divergente era el tratamiento escolástico de la verdad cristiana. Al mismo tiempo llegaron a sus manos algunos tratados de Lutero, que le convencieron de que el reformador de Wittenberg era un avance respecto a los escolásticos. Como Lutero y los Padres de la Iglesia apelaban a las Escrituras, Bullinger obtuvo un Nuevo Testamento, que alimentó su oposición a la doctrina de Roma. Fue fuertemente influenciado por los Loci communes de Melanchthon y hacia 1522, tras una dura batalla interior, rompió definitivamente con la Iglesia católica. Al quedar excluido de la carrera eclesiástica, resolvió dedicarse a la enseñanza, logrando una posición después de nueve meses en el monasterio cisterciense en Cappel, donde permaneció desde enero de 1523 a Pentecostés de 1529. No solo introdujo a sus alumnos en los clásicos, sino que también les interpretaba una porción de la Biblia cada día, en adición a otros temas teológicos en presencia del abad, los monjes y muchos de los residentes de la ciudad. Por su predicación de la reforma de la doctrina y la vida, el movimiento quedó completado en 1525-26, estando la vida de Bullinger en peligro por los adherentes de la antigua fe. En la primera parte de 1527 el monasterio fue transferido a las autoridades de Zurich y la iglesia del monasterio se convirtió en la parroquia de la comunidad, siendo Bullinger el predicador. www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_bullinger
30.  Faulkner, Robert K., Richard Hooker and the Politics of a Christian England (1981).
31.  anglicanvmscriptorivm.blogspot.com/2008_11_13_archive.html ISABEL I…  El reinado de la reina Isabel I de Inglaterra fue uno de los más largos y determinantes de la historia de su país. Llegó al poder después de ver cómo su madre era decapitada por orden de su propio padre y vivir unos años recluida y alejada del orden sucesorio. Pero el destino quiso que Isabel subiera al trono en 1558 y reinara sobre Inglaterra e Irlanda hasta su muerte, en 1603. La reina estrechó lazos con Francia, se enfrentó a su rival María de Escocia y plantó cara al imperio de Felipe II. Su reinado sentó las bases de un largo tiempo de hegemonía inglesa sobre los mares y amplios territorios de ultramar. También fueron años de gran esplendor en el mundo del arte y de la literatura, con Marlowe y Shakespeare como adalides de las letras inglesas. Solamente su extraña aversión al matrimonio y su empeño por ser recordada como la reina virgen exaltando su relación con su pueblo por encima de un solo hombre, hicieron de ella un personaje un tanto excéntrico y misterioso…https://www.mujeresenlahistoria.com/2013/.../la-reina-virgen-isabel-i-de-inglaterra.ht...
32.  Nota del autor.
33.  Cfr. S. Archer, Richard Hooker, Boston, Twayne Publishers, 1983, p. 26.
34.  Nota del autor.
35.  Nota del autor.
36.  I, q. 3 a. 3 c.
37.  I-II, q. 91 a. 1 c. y I-II, q. 93, a. 3 c.
38.  The particular drift of everie acte proceeding externally from God, we are not able to discerne, and therefore cannot alwaies give the proper and certaine reason of his works.”… La deriva particular de los actos eternos que proceden externamente de Dios, no podemos discernir, y por lo tanto no podemos dar siempre la razón adecuada y cierta de sus obras I, 2.4, 12-14.
39.  Y todo lo que se hace con un consejo o resolución sabia, harto de necesidad alguna razón por la cual se debe hacer, aunque esa razón sea para nosotros en algunas cosas tan secretas, que obliga a que el ingenio del hombre se ponga de pie, como lo hace el mismo apóstol bendecido, asombrado al verlo. Profundidad de las riquezas, tanto del sabio y conocimiento de Dios, cuán inescrutables son sus juicios, etc. Esa ley eterna que Dios mismo ha hecho para minarse, y por eso trabaja todas las cosas de las cuales él es la causa y autor, esa ley en el marco admirable de la cual brilla con perfecta perfección I, 2.5, 23-6.
40.  I-II q. 91 a. 1 c y q. 93 a. 3.
41.  I, 16.6.- Cfr. A.P. D’Entrèves, The Medieval Contribution to Political Thought, p. 111.
42.  Ahora bien, a esa ley que está contenida en el seno de Dios, la llaman de antemano, responden de acuerdo a las diferentes clases de cosas que están sujetas a ella diferentes y varios tipos de nombres ... ley de la naturaleza ... ley celestial y celestial ... la ley de la razón ...ley divina ... ley humana ... "I, 3.1, 14 y ss… I-II, q. 93 a. 4, 5 y 6,.
43.  I, 3.2, 3-12.
44.  I, 8.7, 9-13… Varios grandes mandatos que son impuestos por la facultad de comprensión de la minada, deben ser obedecidos por la voluntad del hombre, son por el mismo método, si  importan nuestros derechos hacia Dios o hacia el hombre…
45.  Nota del autor.
46.  Nota del autor.
47.  Nota del autor.
48.  Nota del autor.
49.  Nota del autor.
50.  Nota del autor.
51.  Nota del autor.
52.  Nota del autor.
54.  Nota del autor.
55.  MARSHALL J.S., Hooker and the Anglican Tradition, University Press of the South, Sewanee, 1963, p. v.
56.  Nota del autor.
57.  Nota del autor.
58.  Of the Laws, Prefacio, c. Vii, 2.
59.  50 Cfr. D´Entreves, A.P., The Medieval Contribution to Political Thought, Humanities Press, New York, 1959 pp. 40-41.
60. 
60.Cfr. WOLIN, S.; Politics and Vision: Continuity and Innovation in Western Political Thought, Princeton University Press, Princeton NJ, 2006, p. 35.
61.  El nombre completo del panfleto es A Reply to an Answer Made of Master Doctor Whitgift Against the Admonition to Parliament, Cfr. Placher W.C., Readings in the History of Christian Theology, Vol 2, From the Reformation to the Present, Westminster John Knox Press, Philadelphia, 1973, p. 85. 198.
62.  Ibid, III, i, 14.
63.  III, iii, 3.
64.  Laws, VIII, ii, 15.
65.  REVISTA EUROPA Nº 7 2013// Análisis de la teoría de Richard Hooker [1554-1600] sobre la relación entre ambos. Sandra Brandi de Portorrico. Universidad Católica Argentina. bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/9487/articulo09brandi.pdf.   
66.  Nota del autor.
67.  Nota del autor.
68.  Nota del autor.
69.  Nota del autor.
70.  Nota del autor.
71.  Nota del autor.
72.  Nota del autor.
73.  Nota del autor.
74.  Nota del autor.
75.  Nota del autor.
76.  Nota del autor.

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