jueves, 9 de junio de 2016

ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS...

ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS EN EL ÁMBITO DE NUESTRA COTIDIANIDAD.




La Modernidad en la que nos desenvolvemos afecta notoriamente la relación de nuestra vida Espiritual con la misma Cotidianidad, ante la característica particular de estos tiempos surge siempre una serie de interrogantes frente a la vida  de Fe, uno de ellos es bastante recurrente entre nosotros  ¿Cómo hablar de Dios en un ambiente Antropizado cuya única referencia es el Ser Humano, este argumento surge de la formulación de un problema Antropológico mayor que en alguna medida se expresa así: ¿Donde encontramos al Dios Vivo o Subsistente, estos interrogantes son fruto de la concepción de la Soberanía del Ser Humano sobre su entorno y la manera como este medio es Idealizado en la exposición de la Libertad de la Persona Humana, en la actualidad el Episcopal que navega bajo el  SIGNO DEL EVANGELIO sufre el influjo de una constante como es la AUTO-AFIRMACIÓN DE SU SOBERANÍA, para más idea al respecto nos basta con ver la forma como se quiere conectar la Realidad Creada a partir de la Voluntad de su Creador con el Mundo Leido e Interpretado por el Ser Humano cuya secuencialidad pasa por los distintos Estadios de su Madurez tanto Personal como Colectiva, estos constantes cambios suponen que la Humanidad vive de cara a lo que le rodea y gracias a estos recursos entrelaza su Comprensión Tiempo espacial de la Realidad, miremos que nos dice el Salmista sobre este interrogante que formulamos sobre la manera y forma de la Revelación en nuestro Presente: Ojalá escuchen hoy su voz… No endurezcan el corazón, como en Meribá, y en el día de Masá en el desierto, donde me tentaron sus antepasados… (Sal 95: 7-8) está muy claro que la cotidianidad habla con la voz de la constancia y que la rutina es altamente enriquecida con la Noción de la Presencia de Dios, buscar en la Historia el rastro de la Voz de Dios es someter el quehacer de cada Ser Humano a la Voluntad del Dios Vivo cuya Gracia puede dar curso a la Historia personal, la Realidad de su Palabra evoca desde siempre el comienzo de su obra, la Palabra que se Revela a la humanidad es Eternamente pronunciada por Dios, esta Palabra es Dios mismo puesto que bajo la forma conceptual Agustiniana se explicita así: Solo Dios cuando se comunica en la perfección de su Palabra se da a sí mismo, bajo este principio es claro que la Revelación de Dios se siembra en la misma Cotidianidad de la Humanidad, no se trata de acostumbrarnos a su Mensaje sino de reinterpretarlo bajo la dinámica de nuestras vidas y Mundo en constante cambio (Sin alterar la Naturaleza de lo Revelado)…

Para muchas personas la Revelación de su Palabra esta iluminada por el HACER CULTICO, es decir, indican con ello que solo cuando la Persona alcanza un determinado grado de Emotividad puede sentir su Presencia o el contenido de su Mensaje Revelado, nosotros comprendemos que la Realidad que se enmarca en nuestra Cotidianidad es determinante para vivir o dejar de hacerlo en orden a la Palabra de Dios (Escrituras Inspiradas) estamos asumiendo que hoy es posible escribir con letras doradas nuestro Evangelio Personal lo que sin duda nos lleva a suponer que la Revelación se hace Significante solo cuando puede trascender en nuestras vidas o experiencia concreta con el Resucitado, hablar de Dios en un Mundo cargado de percepciones de todo tipo no es un asunto tan fácil como “pararse en una esquina y hablar de Cristo” como si estuviéramos construyendo una Realidad alterna de la que somos portadores, nuestra Misión requiere de algo más de peso y notoriedad, la fuente de nuestro testimonio es en primera instancia el escenario de lo personal cuya referencia es la participación de lo CULTICO no podemos olvidar que esta Iglesia evangeliza desde su Liturgia y que cada Confección Sacramental sometida al influjo del RITO es en su Naturaleza SIGNIFICANTE  nuestra Realidad Litúrgica no puede perderse puesto que ella es también una PODEROSA VOZ QUE HABLA DE DIOS AL MUNDO.

Es nuestra Liturgia un Argumento de experiencia o Praxis de la Realidad anunciada en el Evangelio, decir que solo el Púlpito es determinante puede dejar fuera la Perfección Idiomática del SIGNO- RITO, ya que cuanto se desarrolla en nuestra Liturgia es en Sí y Para Si totalmente Significante y Trascendente o cómo podríamos olvidar el KAIROS DE DIOS Y EL NUESTRO, cuya elaboración es totalmente perceptible en la Liturgia de la Iglesia, o mejor aún como vivir una clara Significación de su Maternidad Eclesial sin el Rito que lo explicita en relación Salvífica, esta Iglesia puede y debe categóricamente HABLAR DE DIOS DESDE LA PERFECCIÓN DE SU LITURGIA, que también es asumida como un Signo de Unidad Esencial de la vida o Realidad Eclesial, sobre esta postura prefiero invocar la Sapiencia de los PP. De la Iglesia cuando afirmaron Axiológicamente: SENSUS ECLESIAE o mejor aún LA MADRE IGLESIA SUPLE, esta afirmación es la explicitación del Signo de Comunión en el que se desarrolla nuestra propuesta de Fe y su Unicidad formal.


Retomando la ruta inicial, hablar de Dios en el Presente necesita que reinterpretemos  la concepción de la decisión  de la Persona Humana que al alejarse de Dios quiere ratificar su propia Existencia, en la dinámica Total y  Totalizante de nuestro Mundo donde  no hay espacio para la Intimidad como experiencia con el Dios Revelado, este espacio fallido es consecuencia de la llamada necesaria SOBERANÍA HUMANA y su concepto Antropocéntrico, donde Dios se convierte en un problema sobre-dimensionado por la especulación y la dicotomía de muchos de los Creyentes en cuanto a sus vidas y prácticas de Fe, la Humanidad se agota así misma buscando fórmulas para alcanzar la Felicidad , están siendo encerrados como es natural por su propia Inmanencia, es decir, están agotando lo que es la Persona Humana y aun siquiera no alcanzaron la Realización de su Existencia. Es para nosotros una urgencia manifiesta argumentar sobre la Praxis de Fe en un Mundo Inmediatista que no está dispuesto a vivir procesos que consuman sus días y tiempo, es como indicar que ya no hay tiempo para madurar si ello implica perder la posibilidad del “Placer Sensible” que da la edad y el ejercicio de la Voluntad sobre cosas y personas.


Desde esta postura afirmamos que DIOS NO ES UN PRODUCTO MEDIÁTICO puesto que el conocerle implica el aceptar su Revelación Progresiva, cuando hablamos de Revelación Progresiva lo estamos haciendo en la Órbita de lo que se experimenta en la construcción de las estructuras de Fe en la vida y quehacer de la Persona, Dios se hace presente también en la Cotidianidad como quiera que Santifica todo lo realizado y realizable por la Humanidad, esta postura asume que la Gracia interviene libremente pero a Voluntad del Sujeto que desea vivir su Influjo determinado y determinante de su propia Salvación, la presencia de la Gracia (Habitual) es Signo de Salvación aun en lo cotidiano. Dios transforma desde lo profundo de la Humanidad, antes de revelarse en la Historia Él está presente en la profundidad del Ser Humano, es el INTIMOR  Agustiniano el que sobresale en el Alma del Creyente, es el Dios que no está lejos de la Humanidad porque está en lo más Íntimo de ella, es el dios que se mueve libremente entre el CORAZÓN Y EL ALMA DEL SER HUMANO, es por demás el Ser Maravilloso Causa de toda nuestra Felicidad, es el tesoro que cuando uno lo encuentra no quiere ya separarse de él. Surge algunas inquietudes que pasan por la definición de la Ministerialidad desde la misma Iglesia, el primer paso es definir el llamado MODELO MINISTERIAL para asumir el reto de hablar de Dios en la dimensión de la Misión, la Iglesia debe definir qué tipo de Clérigo necesita para esta Misión y como formarlo para alcanzar la concreción de la propuesta Evangelizadora, la intuición de pensarnos como Iglesia pasa por la definición del Sujeto que la piensa  y concreta. La Misión del hablar de Jesús trasciende el modelo de cualquier Movimiento puesto que parte de la SINGULARIDAD DE LA PERSONA HUMANA, un Gesto o Acción Litúrgica bien concretada  es una poderosa Voz que evangeliza y habla de la misma perfección del Dios vivo puesto que por definición EL DESORDEN NO SIMBOLIZA LA PERFECCIÓN DE DIOS, cuando la Liturgia pierde su esencia estética se cae en un mero ejercicio de fórmulas que es necesario decir en este u otro momento, LA LITURGIA ES TAMBIÉN EVANGELISMO. El Episcopal ve en lo Cultico  una forma de Adoración y Evangelización relevante  cuya naturaleza es asequible para todos.


Unidos en Cristo.


Rev. Diego Sabogal.   C.E.T

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