FENOMENOLOGÍA DE LA LITURGIA… PLEGARIA EUCARÍSTICA C. COSMOVISIÓN.
INTRODUCCIÓN.
La concepción
de nuestra experiencia religiosa nos permite tomar de los Salmos o Salmodia el
modelo de nuestras Plegarias, como su nombre lo dice, Agradecemos, Reconocemos
la Majestad Divina, Buscamos ser escuchados, interpretamos los Tiempos y su
signo, solo para indicar algunos elementos recurrentes de las Plegarias, todo
lo anterior desemboca en la Adoración de
la Madre Iglesia que es ella una Gran Plegaria, para la Asamblea es el momento
de participar abiertamente de la Celebración, al menos eso sucede con la Plegaria C, que genera la interacción
de los Feligreses y sus Ministros, en u
principio de Comunión claramente vivido entre nosotros ( Solo una Voluntad) de lo contrario estaremos restando uno de los
logros de nuestra Reforma, la inclusión de los Feligreses y su libre acceso a los
Medios de la Gracia.
El Rito dos
(2) de la Santa Eucaristía que inicia propiamente en la página (276) con las
Rubricas pasa posteriormente a la Pagina (292) donde encontramos esta Plegaria
(C) y que precisamente nos interesa analizar de forma sintética con el
propósito de mostrar el “Punto focal” de la misma, basta iniciar agregando que
la Iglesia Episcopal sobresale por su capacidad de Dialogo y por ende Ecumenismo esto indica claramente
nuestra postura “abierta” tanto a la vida y la Sociedad como desde luego a
nuestro Creador, somos sin duda una
Institución Eclesial que reconoce en sí misma la filiación Católica en cuanto a
su origen y respeto por la Tradición teológica donde encontramos las bases de
nuestra Eclesiología, pero adentrándonos en la Plegaria que nos ocupa, en la
Pagina (293) se desarrolla su cuerpo o contenido y con ello la expectación de
lo anunciado en sus Versos, estamos
proyectando una segura visión de la relación o mejor aún Binomio Dios-Creación de cara a la Praxis de
sus Versos diremos que reflejan la Cosmovisión de una Sociedad interesada en
los cambios, descubrimientos y siempre inquieta en esta dirección, que
se reconoce así misma en la Creación sin perder por ningún momento la capacidad
de “Asombro” frente a la Obra plasmada por la Voluntad de Dios, estamos ante la
Conciencia de ser Vestigia o Huella de
Dios como exclamaría el Doctor de la Gracia.
“Dios de todo poder soberano del universo, tu eres
digno de gloria y alabanza” (Verso Introductorio) de
esta forma comienza el cuerpo de la Plegaria y permite ratificar la Soberanía
divina que no excluye a la Humana y su
habilidad para Conocer y apropiarse de lo conocido, es sobre todo, Acto o
confesión de Fe en el Dios Sumo Arquitecto y ordenador de la Creación en cuya
Mente existe toda la Perfección, es el reconocimiento que hace la Iglesia de su
Señorío y Gobierno, el termino Universo
es asumido como la presencia de la Omnipotencia de Dios de cuya Potencia todo
llegó a ser y existir, recordemos a
Pablo en (Hch 17,28) todo procede de Dios estableciendo no solo la Salida sino
también el Retorno: Señor nos hiciste
para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta descansar en ti… Hiponense,
y para concluir nos unimos testimoniando en Tiempo Presente la atemporalidad de
la Mente Creadora de Dios: Gloria a ti,
ahora y por siempre, es un bello principio del Kairos de Dios y el tiempo
de la Iglesia que convergen en la Adoración (Kairos en la Liturgia) esa
Soberanía no es otra cosa que la total aceptación de Dios en la vida de la
Iglesia y ratificada por el creyente en el Pacto
Bautismal.
A tu mandato todas las cosas llegaron a ser… El segundo
Verso es la complementación del primero en cuanto a la acepción de la Creación
como lugar, si se desea ver de la Gracia ordenadora de Dios, la inmensidad de
la Obra es paradoja de la Mismidad del
Ser Humano cuya Inmanencia es superada por la presencia de Dios en su Ser: En el interior del Ser Humano habita la
Verdad diría el Hiponense, tal Verdad es la Encarnada, tal Verdad es la
manifestación gozosa de los hijos de Dios, y en términos de Ireneo es la
fundamentación de la Recapitulación de
la Creación, en medio de tanta Majestad la fragilidad del Ser Humano y su Hogar
terráqueo, es para nada intimidante es todo lo contrario, como exaltamos y
somos exaltados por Dios Creador que hizo de nuestro Hogar el Centro de su Obra
Creadora… Las Leyes Naturales aquí
someramente descritas son parte fehaciente de su Mandato y Estética donde todo
enmarca perfectamente en su Mente Creadora, recuerda que la manifestación de
Dios es un Drama de vida y conservación de la misma: Por tu Voluntad fueron creadas y tienen su ser.
De los elementos primarios formaste la raza Humana y
nos bendijiste con la Memoria, la Razón y la destreza, nos hiciste soberanos de
la Creación… El Verso tres (3) que describimos someramente, pone en primer
lugar a la condición Humana dándole la preeminencia de lo Creado lo que implica
una Responsabilidad mayor dentro de la misma, quien administra lo hace de Bienes y Recursos no propios en esta
condición asumimos nuestra Responsabilidad con la Creación, parece que el Autor
quiere dejar plasmada la formulación de las Potencias del Alma frente a este
Compromiso lo que deriva en la interpretación ya no Autoritaria de los Recursos
creados sino fraterna entendiendo que solo existe este Mundo de asiento para la
Humanidad, cuando el Ser Humano rompe con esta Relación Igualitaria genera caos
y por lo tanto contamina la perfecta obra con la des-gracia al punto de traicionar literalmente la Confianza de Dios
en sus Administradores y primeros beneficiados, esa traición tacita genera todo
lo que conocemos y vivimos entre los hijos de Dios, no perdamos de vista que
nos llama a la vida y conservación de
todas sus formas… Ten Misericordia
Señor, porque somos pecadores delante de Ti. La Conciencia es la primera en
ser llamada a reconocer las consecuencias del pecado en y contra la obra de
Dios al punto de “Gemir” con dolores de parto (Visiona Paulina).
Una y otra vez, nos llamaste a regresar. Por los
Profetas y los Sabios, nos revelaste tu justa Ley. Y en la plenitud de los
tiempos enviaste a tu único Hijo, nacido de mujer para cumplir tu Ley y
abrirnos el camino de Libertad y Paz… El Verso (4) aterriza en el rescate de Dios a su obra predilecta la Humanidad,
pero también hace un recuento de la forma como Dios se revela en la Historia y
también nos deja intuir la invitación a la Conversión tan necesaria para
edificar nuestra respuesta desde la Fe, estamos viendo una directa alusión a la
Historia de Salvación que culmina
con la venida al Mundo del Hijo de Dios y por ende de la Espiritualización de la
Salvación ofrecida como Gratuidad a la Humanidad y también a la Creación, el
camino que genera Vida es entendido como la Obra de Cristo desde la Cruz y para
la Creación entera, retomando la Idea de la Recapitulación será Cósmica… Nosotros como señala la
Plegaria aguardamos y recibimos respuesta en el Kairos o Tiempo de Dios (Salvación), este Verso termina así: Por su Sangre nos ha reconciliado. Por sus
heridas somos sanados. Queda ratificada la alusión al Sacrificio y Poder
reparador de la Sangre de Cristo quien se afirma como Sumo y Eterno Sacerdote
compartiendo con la Iglesia su Ministerio y a la vez siendo retribuido por la
Alabanza de nuestra Liturgia, Ya impera en el espíritu de esta Plegaria el Mandamiento Nuevo por medio de este se
da plenitud a la Ley anterior y se le
introduce en la Gracia que genera el Amar
a Dios y ser Amados por Él, citaremos al Hiponense cuando en perspectiva
Salvífica vincula al Amor: Porque me
amaste me hiciste amable. Culmina con esta aclamación: Por su sangre nos ha reconciliado. Por sus heridas somos sanados.
Por tanto te alabamos, uniéndonos a los coros
celestiales, con los profetas, apóstoles y mártires y con aquellos de todas las
generaciones que te han buscado con esperanza, para proclamar con ellos el
incesante himno de tu gloria… El Verso (5) nos hace recordar la
visión de Juan en el Último Libro de la Biblia donde la muchedumbre Adora a
Dios, una vez más se une en la Liturgia el Kairos de Dios y el Tiempo de su
Iglesia, para culminar con el Santo (Celebrante
y Asamblea) terminando en relación con
el inicio de la Plegaria, La Epiklesis o invocación al Espíritu
Santo reúne los elementos históricos (Pueblo, Agua, Espíritu) en la Confección del Rito de la
Consagración de las Especies del Pan y el Vino, siempre en la dimensión
del Pueblo de Dios o la Iglesia (Juan)
lo demás se presenta como cualquier esquema subsecuente.
La Plegaria
aplaude la inclusión de los personajes representativos de la Génesis de Israel desembocando
en una particular concepción de Familia que abarca y supera con creces el
ámbito meramente personal, esta visión de Familia es consagrada como Familia de
Dios y al caso involucra tanto la Tradición Israelita como la Eclesial, luego
pide a la Conciencia acudir en busca de la Gracia que restaura y deja a los
hijos de Dios en sintonía con la Salvación Gratis de Dios en la Persona de su
Hijo… La Santa Comunión es el Signo y
Punto Focal de la nueva Relación Salvífica con Dios, toda posible
presunción de inocencia debe estar sujeta a
la norma del Amor reparador de Dios, la Iglesia se hace portadora de
Esperanza y depositaria de esta Gracia sin
la cual sería imposible vivir la experiencia del arrepentimiento y Conversión, Que la
Gracia de esta santa Comunión nos haga un solo cuerpo, la Unidad Eclesial
es mandato de Cristo quien se entrega por la Iglesia dejando fuera cualquier
explicitación de Iglesias o cabezas de Iglesia, recordemos que solo Cristo es Sumo y Eterno Sacerdote. La Dignidad
aquí señalada apunta a la consecución de los Medios de la Gracia que optimizan
por así decirlo nuestras relaciones con nuestro Entorno, el Soma siempre
presente e inalienable, para culminar en una Aclamación de ribetes de Petición:
Señor resucitado muéstrate en la
fracción del pan, aquí Signo visible de
Unidad espiritual con Cristo y su
Iglesia, debemos estar alerta para
cerrarle el paso al orgullo y a los dis-valores en general que nos apartan de
este Banquete y buscan la Centralidad de nuestra existencia lejos de la
propuesta de Cristo, es clave ver en el perdón la posibilidad de configurar un verdadero cambio en nuestras vida y sanar
nuestro ámbito eclesial.
El orden
que nos enseña esta plegaria es precisamente mostrar que la Creación participa
desde la perfección de sus Leyes y que es la primera de forma Intrínseca en
reconocer no solo su perfección, sino y sobre todo la de su Creador, sin duda la Causa Eficiente
de esta Formula Litúrgica pasa por la posibilidad de
asumir que la Gracia hace posible la Revelación a nuestros Padres en la Fe y luego abarcante a la Creación y a la
Humanidad de todas las épocas, recordemos una vez más que es expresión del
Kairos de Dios en su obra Creadora… La Naturaleza es vista como un Fenómeno
cuya comprobación supera a las Leyes Naturales y esta Plegaria lo ubica en una
latente visión de Fe en las manos de Dios dando a entender que el curso de la
Historia y los eventos naturales están dispuestos
por la Sabiduría de Dios, hacemos aquí una muy especial relación entre el Amor
y la Mente del Creador, ese Amor precisamente hace su Obra Sagrada, y porque no,
Agradecida, en los Escritos del Profeta Jonás el primordial Argumento de Dios para no destruir
la Ciudad como pedía Jonás fue precisamente que “estaba llena de personas y
animales” (Jo 4,11). Estamos asumiendo nuestro papel en la Liturgia de la Creación y con ella rindiendo tributo al
Dios de la vida…
Unidos en
Cristo.
Rev. Diego
Sabogal.
Catedral Epifanía.
Cristoeseltema.blogspot.com
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