LA SIGNIFICACIÓN DEL TERMINO “LLAMADO O LLAMAMIENTO” EN LA CONCEPCIÓN PAULINA… LA EFICAZ MANIFESTACIÓN DE LA GRACIA DE CRISTO.
La visión de Pablo sobre la
Conversión es bien particular al punto de generarla en una destinación compartida, es decir, no
siempre posee la misma significación aunque comparta el mismo espacio y ámbito
dentro de la Iglesia, estamos viendo que ser Llamado es la primera opción del Bautizado para caminar por el “Nuevo
Camino” para abandonar la certeza de su “Cabalgadura” y tocar tierra como
“Saulo” para aceptar esta situación de increíble intimidad con Cristo el
Bautizado deberá configurar su vida bajo la “Guía” de Cristo y la Autoridad de
la Iglesia quien en ultimas traza la “Norma Clave” de las nuevas prácticas de
la Fe cristiana, Pablo en su pensamiento reconoce que dentro de la misma
Iglesia existen Bautizados que no explicitaron todavía la riqueza de este Llamamiento y con ello pueden generar
divisiones entre los Llamados, quizá para nosotros pueda sonar muy “posesiva”
esta formulación del Llamado de Cristo pero para una Iglesia pequeña
desarrollándose entre viejas prácticas “no cristianas” tiene toda justificación
desde cualquier perspectiva posible, necesitamos compartir con ellos la
preocupación y celo por el Ministerio y por la vida Eclesial, dicho de otra
forma, el ser llamados implica una profunda “revisión” de nuestros modelos de vida y actitudes, al
respecto es muy evidente la preocupación de Pablo que le lleva a usar este
término, nosotros constituimos una forma
bien diferente de percibir este Llamado y sin duda la Tradición anterior a
nosotros fue determinante para purificarlo y vivenciarlo en la perspectiva del Pacto Bautismal, nuestro Pacto hace el
Llamamiento pero nuestra respuesta define el Llamado.
El Bautismo rompe la informalidad de quien escucha el Evangelio y
simplemente le parece “bonito” su mensaje, pero no necesariamente quiera
vivirlo o incorporarlo más allá de una simple concepción intelectual que le
motiva a ver su Estética y expresividad y no acogerlo con la fuerza del Mensaje
Revelado, la posibilidad de ser “Llamados” es obra del Espíritu Santo, al
respecto miremos algunos elementos en Pablo: Dios los ama y los ha apartado
para que sean parte de su pueblo (Rm 1,7) ser apartados implica
tácitamente un destino y una destinación diferente a lo que vivíamos antes de
ser efectivamente llamados, aquí el Amor de Dios es la Justificación de este
Llamado, pero en cuanto a esta definición podemos derivarla de la Tradición
misma del (A.T) y particularmente del Profeta Isaías: Pueblo de Israel Yo te he llamado. Yo Soy el único, el primero y el
ultimo (Is 48, 12) vemos que la acción
de Dios asegura la Identidad del Pueblo y en esa misma dirección de la Iglesia
de Cristo, donde los Llamados deben dar Testimonio
pero adentrado en una Realidad bien particular la compuesta por el Testigo y su Testimonio, de la anterior
aseveración encontramos que recae con toda su fuerza en Cristo que dio Testimonio
como Testigo y su Fidelidad sobrepasa a cualquier Testimonio de nuestra parte, entramos en el terreno de la Elección que atiende a una consideración
bien interesante como podría ser para el Bautizado el constituirse en prenda de
Elección por parte de Cristo y su Iglesia, solo Cristo llama constantemente a
la Humanidad de una forma tan compleja que sobresale por la sencillez de su formulación,
la invitación a su Reino con todos los componentes emotivos de nuestra parte y
certeza y fidelidad de la suya. La constante formulación de imaginarios de carácter
religioso está ocasionando que muchas personas entren como en una especie de
letargo o sueño Espiritual dejando a un lado sus creencias y desviando la atención
de la Centralidad que es Cristo, nosotros reconocemos que el sentirse Llamado es
una cuestión de Fe y Praxis de todo lo que esta contiene y no por eso se vive
fuera del contexto Socio-cultural imperante muchas veces el Apóstol se referirá a este
tema y a la imposibilidad de ”Sacar” al
creyente del Mundo (Aquí entendido como el medio donde este desenvuelve su vida
y confronta su Fe con los modelos existentes).
Es en el punto anterior donde surge
para nuestro bien y tranquilidad la figura de Cristo Testigo fiel bellamente aludido por Juan en el último Libro de la
Biblia, es en síntesis la significación del Testimonio que vivió la obra de Redención
sin encontrar en Él merito distinto del propio, es pues, solo el mérito de su Sangre
y no la intervención de terceros en el drama de nuestra Salvación, es solo su Testimonio
prueba irrefutable de vida comprada y Redimida, como también es claro en Pablo
que Dios preserva a quienes ha llamado en una constante guía de Gracia y Bendición.
El ser Testigo genera más que una connotación
religiosa, supone total entrega a lo que produce tal posición, Pablo lo tenía muy claro y
señala que ser Testigo se podría observar en una muy singular Concordancia con
figuras del (A.T) para rescatar a Moisés que fue llamado
a ser Testigo pero antes vivió en sus avatares el Llamamiento del que fue objeto, esto nos dice claramente que no
existe el Testimonio o el testimoniar si antes no hemos sido llamados por
Cristo a su Iglesia a su Pueblo la “Nueva Jerusalén” buscamos relacionar cuanto
sucede en nuestras vidas con el Llamado del que somos Objeto, la vida de los
Profetas y/o personajes del Pueblo de Israel son condicionadas por sus aconteceres como dando a
entender la Naturaleza de su personal Llamamiento, pues en estas mismas condiciones
Pablo ve al Bautizado (Llamados a ser Testigos) lo que implica un suceso que
cambia nuestra perspectiva frente a la vida y nuestro Rol en ella, pero cuando
pasa Pablo acude a la Gracia como la
creadora por así decirlo de una nueva y coherente condición de Vida con propósito para ser Testigos de
un Llamado o Discipulado… Pablo fue derribado de su cabalgadura y puesto por
Cristo en perspectiva de respuesta a su llamado, fue puesto bajo el accionar de
su Conciencia ya no religiosa sino cristiana, podemos citar aquel bello canto
que tararea un muy particular estribillo “cuando
Él pasa todo se transforma, se va la tristeza y llega la alegría” este
estado es propio de la Llamada a ser Testigos del autor de tanto Regocijo, es
decir, de Dios cuya presencia anima y fundamenta aun lo que es obvio para
nosotros.
En este contexto encontramos que
las Iglesias a las que escribe Pablo gozan de características similares ya que
viven su Fe en igualdad de condiciones sino materiales al menos espirituales.
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