lunes, 19 de octubre de 2015

LOS NICOLAITAS ANTES, DESPUÉS, Y EN NUESTRO PRESENTE.....

LOS NICOLAITAS ANTES, DESPUÉS, Y EN NUESTRO PRESENTE…


La Iglesia desde siempre luchó y luchará por preservar su Esencia y Naturaleza, aunque esas palabras puedan sembrar  los fundamentos de un discurso Absolutista para algunos, solo apunta a plantearnos la necesidad de una postura acorde con la Fundamentación de la Institución y como reza la ad-monición de invitación a orar por ella justo antes del Padre Nuestro “Defiende Dios a la Santa Iglesia Divina Institución” solo para indicarnos el carácter de su Doctrina y Fundamento y no suponer que durante su trasegar esta deba responder a principios que esgrimen paradójica mente quienes no la ven en su Esencia de Madre de los Bautizados y quieren subordinarla al mediatismo de sus propias vivencias, el Bautizado se apropia de su Fe y Compromiso en la Idea de ser y transparentar a Cristo bajo el concepto de su propio Testimonio (Alter) hoy como hace dos Milenios la Iglesia enfrenta la desazón (Tribulación) que le producen algunos de sus hijos por su Anti-testimonio y la Indiferencia de miles, no es poco  lo que sufre esta Madre y más aún cuando muchos pretenden “adaptarla” disque al Tiempo Actual como si la Inmutabilidad del “Pacto Bautismal” se pudiera suprimir en el Tiempo y “Modernizarlo” o la respuesta a la Intimidad amorosa con Cristo se negociara por algunas horas o momentos emotivos, esta Iglesia se reconoce a sí misma como Católica y bajo nuestra Reforma purificamos el Ser Catolicidad… Desde siempre conservamos las “Notas esenciales” de nuestra Eclesiología (Fidelidad a los primeros Concilios, Doctrina de los PP. De la Iglesia, Vida Sacramental, Gracia, Revelación Escrita, entre otros) y cuando ella necesita el sentir de sus Hijos les anima a discernir bajo la guía del Espíritu Santo quien la Engendra y del Hijo a quien Sirve como Sierva y solo así acogemos sus reformas  que en su Colegialidad  se entienden y sustentan.

La Tradición Neo-Testamentaria advierte ya de personas que pretendieron cambiarla a su antojo e intereses desligándose de su naciente Tradición, nosotros comprendemos que el Kairos no es la correlación de nuestro Tiempo(Pasado o Presente)  como tampoco del Tiempo Cósmico que en palabra del Hiponense  “existe a la par con la Creación”, sino del Tiempo de Dios que cumple una función en el destino de la Humanidad y la Creación, es decir, es y será intervención Salvífica de Dios, como ejemplo diremos que la “Cruz de Cristo es Tiempo de Dios porque en esa acción fuimos Redimidos y no solo fue una constatación histórica sino y sobre todo Salvífica” ( Podemos intuirla como Fenómeno Salvífico) y sobre esta experiencia en el (A.T) rescatamos en (Jos 10:12-14) aquí la victoria del Pueblo es obra del Kairos de Dios que intercede  en un suceso de connotación ”Salvífica” para el Pueblo.

La Iglesia no puede estar sujeta a la mentalidad Humana de Tiempo y Espacio, es ella como Institución guiada por el Kairos de Dios en la Realidad de sus hijos los Bautizados, dejando  a salvo la forma y manera de la intervención de Dios que no deja que su accionar sea condicionado por nuestras concepciones mediáticas y frívolas si es del caso indicarlo en esa perspectiva, la Madre de los Bautizados no vive esta perspectiva de pecado como una actitud inexorable, ella experimenta la fragilidad de sus hijos sin perder de vista que la Gracia que la Espiritualiza la sostiene en su propia acción de Metanoia en el Camino de su  Conversión, que sabemos se da por su acción de expiar si se quiere el pecado de sus hijos no de forma Redentora pero si solidaria.

El Tiempo de Dios no es el Tiempo de los Seres Humanos, es sobre toda consideración, el ejercicio  de su Misericordia con nuestra Realidad por si sola intrascendente o desprovista de Merito personal o reparación efectiva que compense la Justicia de Dios ofendida por el pecado y sus estructuras. En esta dirección apuntamos una idea que claramente es desarrollada por los autores del (N.T) sobre la consecuencia del pecado: Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, y del mismo modo Yo, el Hijo del Hombre, tengo que ser levantado en alto, para que todo el que crea en mí tenga vida eterna (Jn 3,14) la muerte no es “natural” lo natural es la vida pero esta fue interrumpida por el pecado, es decir, el Tiempo de Dios sufre la contaminación del Ser Humano y ese Tiempo Escatológico solo puede ser reparado por una ofrenda de la Majestad de Dios en la Persona de su Adorado Hijo.

Retomando la crítica y lucha Apostólica contra los Nicolaitas, nos detenemos en dos momentos, el primero de ellos tiene relación con los Apóstoles Pedro y Juan, quienes ya sintieron la presencia de un marcado relajamiento en las costumbres  de la naciente Iglesia así como tendencia a reducir a Cristo en una mera interpretación Humana acomodaticia a los tiempos del presente o mejor aún de los interesados que buscan solo continuar viviendo sus anteriores tendencias… Miremos una referencia en esta perspectiva: Andan perdidos, pues han dejado de obedecer a Dios para seguir el ejemplo de Balaám hijo de  Beor que quiso ganar dinero haciendo lo malo (2Pe 2,15) y en la misma dirección apunta… Esos falsos maestros son como pozos secos, sin agua, son como nubes llevadas por fuertes vientos (17) y agrega algo muy común entre los “reformistas” modernos…Porque ellos para impresionar a la gente, dicen cosas muy bonitas, que en realidad no sirven de nada, pero obligan a otros a participar en sus vicios y malos deseos y engañan a quienes con mucho esfuerzo logran alejarse del pecado, les prometen que sean libres de hacer todo lo que quieran (18 y ss).

Esta respuesta de increíble rudeza está encaminada a crear Conciencia sobre el verdadero alcance de quienes pretenden hacer de la Doctrina de nuestra Catolicidad una especie de “Recetario” ante las crisis del Tiempo presente pero evitan el llamamiento al Compromiso y la Conversión que debe adornar la vida del Bautizado, Pedro entiende perfectamente que esta corriente Nicolaita es un escape  para los Cristianos “Tibios” en su Fe cuyo temor a enfrentar el Presente les lleva a desviar la tensión bajo la figura de sus prácticas pasadas, nosotros debemos tener presente que el Bautizado vive bajo la Primicia de su Pacto Bautismal que es una síntesis de las prácticas y valores del Cristianismo, miremos algo de sus enunciados 

·        Continuaras en la enseñanza y comunión de los Apóstoles, en la Fracción del Pan (Eucaristía) y en las oraciones?

·         Perseveraras en resistir al mal, y cuando caigas en pecado, te arrepentirás y te volverás a Dios?

·        Proclamaras por medio de la palabra y el ejemplo las Buenas Nuevas de Dios en Cristo?                                              (L.O.C Pág. 225).

Si miramos detenidamente es posible asumir la connotación de estas
Afirmaciones y compromisos que sin duda generan las actitudes de vida suficientes para vivir en la Iglesia como sus hijos y herederos de Cristo su Cabeza… A lo largo y ancho de la Confección de la Liturgia del Santo Bautismo se comunica la idea primordial y esencial  en cuanto que deja firme su connotación de pertenencia a la Iglesia y fidelidad a sus enseñanzas, insiste en la verdad absoluta de buscar una genuina y autentica Conversión  en nuestras vidas y no pretender que nuestra Responsabilidad de vida sea asumida por la Iglesia, estas posturas  deberían empezar por Casa, Familia, Trabajo, Política, Cultura, Hábitos y Valores, haciendo de nuestro entorno un sano “Ámbito de Armonía y Paz”.

Este Fenómeno no es solo  problema en nuestra Iglesia, hoy por hoy, todas las denominaciones están sufriendo crisis de esa naturaleza y motivadas por estos personajes, ya en la época de los PP. De la Iglesia encontramos que tales movimientos se afincaron en sectas de carácter Gnóstico, así nos lo hacen saber Ireneo y Clemente al afirmar  que ellos se centraron en la absoluta exaltación de las cualidades naturales del Ser Humano entregándole a este la sola y natural capacidad de llegar al “Conocimiento pleno” de la Divinidad, cosa que confunde la Racionalidad con su capacidad según ellos de alcanzar la iluminación por si solos, algunos de los Bautizados transitan por esa ruta cuando creen que basta solo con “Orar solos” y no asistir a la Iglesia, es válido Orar y necesario pero también lo es participar con la Asamblea del Sacerdocio de Cristo por medio del Santo Bautismo, si la Iglesia es nuestra Madre será que existen hijos que visitar a la Madre se les pueda convertir en una carga muy pesada?  

Por su parte el Vidente de Patmos se enfoca en enseñar sobre la Naturaleza del “Dios Amor” y lo relaciona en una especie de paralelismo donde la constatación es emblema de la vivencia del Cristiano y su filiación, para Juan el Conocimiento de Dios no es asunto de las Potencias del Alma sino de la presencia Sublima-dora del Amor que valora y yuxtapone el Amor como Eje Relacional en la vida y obra del Bautizado, al respecto dirá el Hiponense: Porque me amaste me hiciste amable es aquí donde centramos la Naturaleza del Conocer, en la mentalidad Joanica quien “no ama” no conoce a Dios y su Hijo Jesucristo . Hoy es posible que algunos de los llamados “servidores” quieran sacar partido de sus distintos ministerios solo para “Lucrarse” convirtiendo a la Iglesia en la equivalencia del Templo Judío lleno de “Mercaderes” que se hicieron Ordenar y otros Consagrar para sacar provecho económico cometiendo toda serie de “Injusticias” con sus procederes faltando a la Caridad y Dignidad de sus Ministerios, nosotros debemos tener presente que como Clérigos debemos tener en muy alta estima las responsabilidades que la Iglesia depositó  en nosotros y ser fieles tanto a su Universalidad como a su Dueño y Cabeza.

Los Nicolaitas Modernos no distan para nada de los antiguos, no se diferencian en cuanto a sus modos y formas de actuar, son una clase que se cree con derechos de apropiarse de los recursos de sus Instituciones y para ello buscan estrategias o “merecimientos” pero no se detienen a pensar en sus Responsabilidades tanto personales como institucionales constituyendo “Iglesias de bolsillo” para sus fines. La Catolicidad de nuestra Institución Eclesial supone ciertamente una afinidad que trasciende o supera las fronteras de nuestros Ministerios y los une al Ministerio dispensador de la Iglesia que a su vez lo recibe en plenitud de Cristo nuestro Sumo Sacerdote mientras que el pensamiento Nicolaita es reducido y alejado de esta Realidad al suponer el amaño de sus intereses personales  esos también rendirán cuentas por sus acciones, ya que se dedicaron a vivir sus intereses  personales y olvidaron la responsabilidad Eclesial sus acciones, recordemos que mientras más  grande  nuestra Responsabilidad en la Iglesia menos egoístas debemos ser o actuar, los Nicolaitas profesan la misma Fe pero tal “Credo” es vacío al no existir conexión con la Realidad o Praxis de sus enunciados o contenidos, incluso pueden mostrarse con cierto Carisma  que los haga afables con los demás pero es solo apariencia siguen siendo los mismos   ególatras y ambiciosos no del Evangelio sino de los recursos monetarios que reciben.

Dejando de lado las anteriores consideraciones debemos afirmar que la Iglesia en su Esencia conserva la capacidad de dejar a un lado estas personas y superar el daño que ocasionan u ocasionaron, desde luego, asumiendo un costo por tales acciones  que muchas veces implican rezagos frente a otras instituciones del ámbito eclesial, lo importante es no perder la Dirección y Sapiencia a la hora de vivir nuestro Ministerio y tener en alta estima la Responsabilidad que la Iglesia puso y pone en nuestra manos, no olvidemos que no existe ninguna acción o rito que hagamos que tenga la connotación de Privado o Personal, todo se hace u oficia a nombre de la Iglesia y su consabida e Intrínseca Responsabilidad, recordando al Hiponense: Creo en Cristo y en su Evangelio porque me lo enseña la Madre Iglesia.

Unidos en Cristo Cabeza de la Iglesia.

Rev. Diego Sabogal.
Santo Domingo.
       
 





     

   
     
    


1 comentario:

  1. Su escrito padre me recuerda una frase que San Fracisco dijo a los hermanos mientras los exhortaba a la unidad y la perseverancia en la vocación recibida de Dios:

    "Grandes cosas hemos prometido, aún mayores se nos prometieron, guardemos estas, suspiremos por aquellas."

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