BREVES DE LA INTERCESIÓN EN LA COMUNIÓN ANGLICANA Y EL CULTO CRISTIANO.
Quiero iniciar esta reflexión
manifestando el criterio de los PP. De la Iglesia frente al tema en cuestión
sin desconocer que el contexto clave de sus palabras y motivaciones obedece a
la concepción de sus muy particulares experiencias y momentos donde era
necesario crear la conexión Eclesial en los distintos estadios de la vida del
Creyente, la Intercesión entendida en nuestra perspectiva Eclesial asume las
características de una relación Ejemplar y Ejemplarizante más que de la
consecución de una Gracia muy particular para el Bautizado… La relación que se
establece entre el Maestro y el
Discípulo o seguidor, parte de una Primicia, la necesidad del segundo y la
riqueza del primero, esta relación supone una especie de Subordinación del
conocimiento y el ejemplo, que sin duda se transmiten de forma eficiente en las
categorías enunciadas por el Maestro y comprendidas por el Discípulo. Para los
PP. Latinos la Intercesión es
asumida como preparación muy comprometida del que Ora y espera ser escuchado,
miremos las palabras de Clemente de
Alejandría “Los Santos se unen en la Comunión a nuestras Oraciones” nos deja percibir que la potenciación de
nuestras oraciones son en consonancia ejemplares ante los Santos en la Causa y
Consecución de sus fines, más no implica una Sobrenatural respuesta de estos,
que si bien se unen a nuestras Plegarias parten ellos y nosotros de una Común
Herencia como Hijos de Dios.
Acudiendo al Doctor de la Gracia,
asumimos que el Espíritu intercede por
nosotros (Relación Salvífica y no dadivosa) y que la Potencia misma de
nuestras Oraciones pasan por Cristo
Maestro Interior que como su nombre lo indica presenta nuestras oraciones
al Padre Dios por medio de su Santo Espíritu… Tal relación se establece como propuesta de
Salvación que involucra al creyente y sus expectativas tanto presentes como
futuras.
La Intercesión desmitificada asume
entre nosotros una postura Igualitaria en cuanto al que Ora como al que espera
ser escuchado y todo ello condicionado por su personal experiencia de Fe y esta
unida a la Iglesia de Cristo, una clara alusión a esta nueva Relación entre los
Hijos de Dios, nadie es tan poquito que necesite de otras y otros para alcanzar
Misericordia, de otro lado se invita a cada bautizado a Orar hasta ver formado a Cristo en su vida, y si eso no es convincente
aclara el Hiponense: Insiste a tiempo y
a destiempo, y nos recuerda que el Espíritu
intercede por nosotros, y sobre el sentido de nuestra Oración sintetiza la
siguiente expresión: Que nuestro deseo
de la Vida Eterna se ejercite en la Oración, es pues nuestra Oración una Comunión de anhelos y metas que
se alimenta de nuestro perenne deseo de alcanzar la Plenitud, en la Intercesión
el Creyente reconoce la Maternidad de la Iglesia que aboga por cada uno de sus
Hijos y si podríamos decir, al punto de Suplir
por estos en su Oración y Plegaria, la Igualdad Esencial no se altera en la
Eternidad es todo lo opuesto, se Perfecciona o Deifica haciendo del Redimido
una Realidad que contrasta con la Terrena.
Nuestra Oración e Intercesión se
hace una con la Vocación del Cristiano, la Adoración de Dios y por ende su
Salvación, es destino Trinitario cada Forma, Modo y Plegaria, y si nos acogemos
al Modelo de Intercesión que reina en otras Iglesias Históricas la definiremos
como: Pedir a favor de otro, en este
Punto los invito a mirar el reverso de nuestra Espiritualidad y Reforma
Insular, a tener muy presente que estamos bajo el Gobierno del Amor de Dios y
no bajo la Autoridad de una divinidad que requiera pruebas a satisfacción de
nuestras devociones, al respecto quiero citar un ejemplo bien particular en (Nm
22) la Historia de Balaam, es curioso como la Oración se debe direccionar hacia
la Justicia y Bendición de Dios, y como la Intercesión en disparidad de
criterios envilece el espíritu del Ser Humano al punto de oscurecer la mente y
Actitudes del orante, estamos ante un
ejemplo de Religión Egoísta como lo
define Watson (1954, compilador y Teólogo) donde los logros Humanos priman por
sobre la Voluntad de Dios y se anula el contraste que ofrece la Gracia ante el
pecado y este ultimo como oportunidad de clamar y volverse a Dios (Metanoía).
Suponer que la Intercesión de otros y otras es definitiva es encausar la Gracia
de Dios bajo el espectro de los Logros Humanos sustancialmente estamos ante la
exaltación de Méritos y Virtudes que por Nobles que sean no son ni serán fuente
de Salvación… Recordemos que en la Oración de la Iglesia se Personifica a las
Personas Divinas o Prosopones del
Dios Uno y Único. Es vital que la Presencia de Dios sea exaltada no por
cualidades del Orante sino de su Misericordia que transparenta su Gracia
actuante sin ninguna condición distinta al Amor de Dios, esta presencia para el
Pueblo de Israel la definían como Shekhinaa
y ellos la reservaban a un Lugar (Tienda del Encuentro) nosotros a la
Santidad de la Persona Humana. Evocamos al respecto la afirmación del
Doctor de la Gracia: A ti Señor me
manifiesto como soy, estamos también
afirmando que la Presencia de Dios se aplica plenamente a su Hijo Jesucristo.
La Fe se expresa en distintas categorías
y una la que nos interesa hoy tiene todo que ver con la condición del Creyente
que une su existencia a la Trascendencia de Dios y desde su propia Inmanencia
busca de la Gracia para salir de sí mismo en una clara alusión a su Objetividad
Existencial, es decir, por la Oración salimos al encuentro de otras y otros ya
sea aquí y ahora o en la misma Eternidad…
Es imperativo categórico que esta
Iglesia cree en la Comunión de los Santos, en los que
murieron con Cristo y por ende reinan con su Majestad, también profesa la
Comunión Orante y reconoce en los Santos
y en la Virgen Madre, Modelos de vida y Cristiandad mas no Intercesores ante un
mismo Padre Dios… Son la Fe y los Méritos Bálsamo que agradan a Dios y por
sobre esto la Misericordia Salvífica de Dios que no es movida por nada
supremamente bueno que hagamos no tenemos como pagar nuestro propio rescate, es
una relación exclusiva Dios y Criatura Redimida. La Hiperdulía termino exclusivo de Roma (Concilio Vaticano II) no
opera en la Comunión Anglicana, no tiene asidero Bíblico o de la Tradición de
los PP. De la Iglesia en la categoría de Intercesora por Antonomasia, me
refiero a la Virgen Madre. Para los PP. De la Iglesia en su consenso era el
Espíritu Santo el gran Reconciliador e Intercesor del Bautizado y desde luego
la Iglesia como Madre del Creyente.
Recordemos que en orden a la
Intercesión que se expresa en el Rito Penitencial es la Iglesia la que funge
como tal, solo hasta el Siglo VIII se mantuvo la Santa Praxis de la Confesión
Comunitaria o en el Rito Eucarístico para dar paso a la Reconciliación
Sacramental Auricular o personal, nosotros
conservamos tal práctica dejando a la Asamblea la capacidad de Orar y buscar
Misericordia.
Queda claro en los PP. Latinos y especialmente en el
Hiponense que los méritos de María tienen su Génesis en la Fe y Maternidad, en
la Fe en cuánto al cumplimiento de una Promesa y en la Maternidad como
consecuencia de su experiencia de Dios: Dio
Fe al Mensaje de Dios y concibió por su Fe. La llena de Gracia por virtud
del Amor de Dios en la Persona de su Hijo y acción de su Espíritu, pero nunca
como Causa Ejemplar de Intercesión
alguna.
Es grato leer las afirmaciones
del Hiponense sobre la condición de los
que mueren y su vinculo Sustancial con la Iglesia: Las almas de los muertos en Santidad no están apartadas de la Iglesia,
menos ahora incluso que están en el Reino de Cristo de otra manera no habría
recuerdo de ellas ante el Altar de Dios y en la comunicación del Cuerpo de
Cristo (Ciudad de Dios).
El orden de esta Cuestión es
concebido en la Reforma (Por analogía la Insular y la Continental) de esta
forma nosotros asumimos que los méritos sin discusión son los de la Cruz y el
evento fenomenológico percibido desde la Espiritualización de la Historia a
partir de Jesús y su Revelación como Hijo
de Dios, Muerte y Resurrección, la Ascensión como Realidad pura de su condición de Hijo cuya Naturaleza retorna al Padre Dios y al
seno de la Trinidad Una y Único Dios… En
esta Relación encontramos la Génesis de nuestra Fe y Méritos sin alusión alguna
a la Supererogación de los mismos.
No hay poder Humano o Deificado capaz de
Interceder por tan solo uno de los Hijos de Dios (Los méritos son
intransferibles como la respuesta de la gracia es personal e inmodificable) Incluso
la Cruz somete a prueba la Santidad de quienes en el pasado fueron afirmados
como tal y en el Presente aspiran en esa dirección, la prueba de la Cruz es el
Juicio del Amor de Dios que generosamente se derrama sobre la Creación creando así
una contradicción bien interesante y necesaria, miremos: La Cruz es también el lugar donde se plasma la expresión máxima que el
mundo conozca del amor, de tal manera que el amor de la Cruz es la única manera
de subvertir el dolor y la injusticia de la Cruz… La expresión “Lo que no se
asume no se Redime” nos permite entender la tensión de la Cruz vuelta sobre sí
misma. Giacomo Cassese. La Reforma de la que tomamos parte nos dicta con
total certeza y claridad que es precisamente la Madre Iglesia la que aboga e Intercede por nosotros pero Dios toma la Decisión final bajo el Juicio de
su Amor. Si alguien puede ofrecer Sacrificios es la Iglesia en su Maternal Intercesión.
Es chocante la afirmación de Roger Bacón pero a propósito de la Cuestión sirve
de ilustración en la contraposición de la afirmación: Vale más una Persona que todos los Universales. (No hacemos mención
alguna del Nominalismo de Lutero o su presencia en las Reformas tanto Insular
como Continental). Pero deseo concluir citando a Lutero sobre el Valor del
mensaje Predicado por la Iglesia y su Autoridad sobre la Revelación escrita: Es más valioso un mendigo con la Biblia que un Papa
sin ella.
Para concluir quiero ratificar que en la Eclesiología nuestra No existe la condición
o estado del Purgatorio o Limbo y en cuanto al llamado Infierno nos unimos a la
Teología Moderna (Superó las posturas Clásicas) en cabeza del teólogo Alemán
Rhaner: No existe estado equiparado o reconocido
como infierno, sino la Frustración del ser que incapaz de unirse a Dios vive de
espaldas a este su eternidad… La Metafísica
de estas afirmaciones es axiomática y propone como principio la Salvación y conclusión
la Deificación.
El Rito Eucarístico y su Mistagógica,
nos dice con total claridad que: En la plenitud de los tiempos sujeta todas
las cosas a Cristo y llévanos a la Patria celestial donde con…………………………………………………………
y todos los santos entremos en la herencia de eterna de tus hijos por
Jesucristo Nuestro Señor, el Primogénito de toda la Creación, la cabeza de la Iglesia
y el autor de nuestra Salvación (L.O.C Pág. 292 Plegaria “B”) unidos a
ellos más no por ellos y ellos como signo Eclesial por Antonomasia, así afirmaría
el Doctor de la Gracia.
Rev. Diego Sabogal.
C.E.T Bogotá en San Pablo.
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