miércoles, 24 de junio de 2015

CATEQUESIS SALMODIA... TEOLOGÍA DEL SALMO 69. SALVUM ME FAC.

TEOLOGÍA DEL SALMO 69… SALVUM ME FAC.

 La Salmodia nos ofrece su gran riqueza e ilustración sobre todo tipo de experiencias de Fe que los Creyentes vivieron y viven en el presente, los Salmos retratan con precisión Psicológica la vida  y obra de sus autores, al punto de manifestar que cada Línea o Versículo obedece a una muy particular forma de ver la Espiritualidad y sus manifestaciones… El Cristiano Ora con los Salmos, el Creyente se siente identificado con ellos y su contenido tan variado como la Fe del Bautizado… La Teología presente en el Salmo 69 puede generar polémica bien entendida al vincular tanto las añoranzas como la Imprecación que corresponde a un estado de Moral Imperfecta vivido por el Pueblo de Israel, esta especie de mezcla genera por demás una posición bien particular en el Orante, miremos apartes del mismo:

Sálvame, oh Dios, porque me llegan las aguas al cuello (1)… Las aguas son aquí sinónimo de crisis y confrontación donde esta en dificultad la Fe del Salmista y de los que por intermedio de su experiencia Espiritual viven en circunstancias similares o idénticas, es un grito desgarrador pero a la vez confiado que nos recuerda la experiencia y actitud de Pedro cuando Jesús le invita a “Caminar sobre las aguas”  la falta de Fe puede convertirse en una maravillosa oportunidad de Creer en la perspectiva de la Salvación y auxilio divinos,  el relato hecho Oración cuestiona las bases de la seguridad terrena, la misma seguridad de la que se carece dentro del Agua, las aguas profundas son sin duda, la crisis  que se produce en la vida y en sus relaciones que en la obra de los Creyentes se reviste de cuestionamientos apenas naturales, estos son fruto de la poca profundidad en el Amar y Creer en Dios Revelado en su Hijo y el Santo Espíritu de su Amor.

Los enemigos de los que hablan los versículos subsecuentes son consecuencia de la opción por Dios en nuestras vidas, con razón los PP. De la Iglesia los remiten a Cristo y su Pasión… Solo una autentica Fe nos permite soportar en los términos Cristianos de esta expresión cuanto sucede con nosotros, la dificultad es el Crisol que prueba nuestra entrega a Dios en cada faceta de nuestras vidas, una entrega que reviste características propias de la Gracia, cuyo Inmanente es el Amor experiencia y vehículo de Fe, es una bella analogía que mueve al ser en su Plenitud Cristiana: Ciertamente por Amor a ti he sufrido afrenta, la vergüenza ha cubierto mi rostro en una decisión de Fe que le puede apartar de los suyos en cuanto a relaciones meramente carnales y afectivas, la consecuencia de esta afirmación la transparenta el Versículo (10) Me consumió el celo por tu casa, las afrentas de los que te insultaban cayeron sobre mi…  La opción por Cristo significa una muy especial predilección por su Evangelio y disposición de seguirle radicalmente y ser fiel a su Iglesia, muestra una Eclesiología bien interesante como respuesta a la crisis y el conflicto que se genera en la vivencia del Mensaje Cristiano.

Los Versículos (11 y 12) son la respuesta de un Judío practicante desde su propia experiencia de Fe donde la Oración es determinante para afrontar esta crisis y el rechazo que el Modelo Socio-religioso le genera, la respuesta es Interior: Pero yo oro a ti Señor, en el Tiempo que has fijado, la Oración alcanza Misericordia pero también cuestiona nuestra entrega y respuesta a Cristo,  el Socorro es visto como respuesta amorosa e inmediata de Dios que sabe el sufrimiento de sus Hijos y acude antes de que sea demasiado tarde toda suplica confiada recibe una respuesta segura sin importar la figura usada para describir la fatalidad del que Ora incesantemente, al respecto dice el Hiponense:  Ora e insiste a Tiempo y a destiempo, no permitas que la tribulación sea más fuerte que la Esperanza en tu Corazón.

El Salmista invoca la Misericordia de Dios que no es otra cosa que la materialización de su Corazón y este como figura referente de su grande Amor por la Humanidad, que asume la manifestación triple de Amor Creador, Redentor y Santificador… El Rostro de Dios (19) es figura de Dios que atento acoge en su corazón las Oraciones y suplicas de sus Hijos, es pues su Rostro figura cierta de su Voluntad Salvífica e Identidad para el Bautizado que sabe ser visto  por Dios con ojos amorosos.

La Mirada de ese “Rostro” encarna la Justicia de Dios sobre nosotros y todas nuestras circunstancias de vida donde Opera Santamente la Gracia Divina, es el Modo de decirnos que nos Ama y nos asiste siempre (21).

La secuencia que sigue es sin duda alguna Cristológica, así lo ven los PP. De la Iglesia,  al señalar: Me pusieron hiel  por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre (23) pasaje citado a propósito de la Pasión del Salvador, y que esta presente en la forma como los romanos condenaban a proscritos a muerte y aliviaban su dolor mediante una preparación similar al vinagre, la secuencia inmediatamente posterior en el Texto se refiere a la noción Judía de la Retribución en una perspectiva que supera a la idea de la Retribución terrena  que no trasciende ni espera literalmente Socorro mayor al recibido, la visión del Salmista rompe con esa idea al suponer y esperar confiado en la trascendencia como consecuencia de su esperanza en Yahve.

Esta posibilidad genera en el Creyente un orden de Justicia distinto al preconizado por las Instituciones Judías: Porque el Señor escucha a los menesterosos, y no desprecia a los prisioneros  (35) Jesús enmarca su propuesta del Reino de los Cielos bajo el Signo de la Justicia que retribuye desde la integralidad del Ser Humano en todas sus facetas o dimensiones, en la actualidad empleamos el termino Promoción Humana para referirnos a estas bendiciones y necesidades en la Persona Humana y su Dignidad… La Promoción es causa y motivo de la Liberación de Dios que se manifiesta en el Orden Justo al respecto diría el Hiponense: En las leyes injustas no esta presente el Pueblo. Dios escucha a quienes son víctimas de la injusticia y se ven obligados a renunciar a su Dignidad siendo alienados tanto por las privaciones como por las estructuras de pecado que hace de sus vidas presa favorita, la Confianza y reclamo del Salmista busca conciliar en su vida tanto Social como Espiritual un orden Justo donde la violencia y sus manifestaciones no lastimen su Propósito de vida.

El Nombre de Dios en la concepción de esta Espiritualidad se convierte en el depositario de todo Tributo y Liturgia, recordemos que el Nombre expresa la Naturaleza de su portador y también habla de sus atributos o componentes. Nuestra Espiritualidad Adora el Santo Nombre de Dios como referencia de la Naturaleza y Persona Divina (Dios Trino y Uno)… Siempre sobresale la plena Confianza en la intervención de Dios y la Totalizante implantación de su Reino y Justicia: Porque Dios salvará a Sion, y reconstruirá las ciudades de Judá ; los desterrados volverán allí y la poseerán (37) se hace referencia por parte del Autor a la Diáspora (Siglo VII a.C)  que fue asumido como consecuencia de las infidelidades del Pueblo que vuelto la espalda a Dios niega su Señorío y se abandona a Alianzas meramente humanas  alejándose de quien le podría Salvar o Liberar.

Culmina con la Promesa de su absoluta reivindicación a la luz de su Fe y Esperanza, no es de otra forma como Dios actúa en el Ser Humano y en la Sociedad, solo quien espera y confía recibir podrá disfrutar el Fruto u Objeto de su espera (38) nosotros no perdemos de vista que la Integralidad de nuestra Fe supone una irrestricta Confianza que se transforma dialécticamente en Esperanza cierta tal y como queda designada en la Resurrección del Salvador, no desmayar en nuestra Oración y propósito es vital para la maduración de nuestro Proyecto de Vida en el Espíritu. Esta por demás afirmar que la Solidaridad de Dios no tiene comparación alguna en nosotros pero si disfrutamos de su Amor transformador de vida y propósito…

Rev. Diego Sabogal.
C.E.T Bogotá en San Pablo.
Catequesis sobre la Salmodia.

    

    


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