SALMO 42… FUNDAMENTO DE LA BÚSQUEDA ESPIRITUAL DEL CREYENTE (San Agustín
de Hipona).
Nuestra Espiritualidad es un
continuo “Caminar” a lo largo de este desplazamiento se Ilumina nuestro Ser, se
produce en el Creyente en aquel que optó por el Salvador una Sed de carácter Espiritual,
un necesitar continuamente de Dios y darle la relevancia y espacio en nosotros
para que su Amor se pueda manifestar paulatinamente en el Bautizado, es pues,
una relación absolutamente necesaria y vital, esta relación pasa por sobre los
problemas y dificultades propias de este “Caminar” Como jadea la sierva, tras las corrientes de agua, así jadea mi alma,
en pos de ti, mi Dios… Inicio del Salmo 42.
Es una Sed existencial que nada en
este Mundo por atractivo y llamativo puede saciar es más la Interioridad que
clama por su constante Huésped, por disfrutar de su pleno conocimiento y al
nivel que solo el Bautizado puede trascender, Sed de Dios de su Amor y de su
Gracia, Sed de ser transformados en la Dignidad de los Hijos de Dios… Ver tu Rostro,
es sinónimo de Trascendencia e Inmanencia, de
Gracia y Liberación, de perdón personal
y Divino, de Encuentro y Amistad, de Amor y Sanación Integral, una palabra es
suficiente para decirlo a plenitud Solo
nos afirmamos en el Amor de Dios, por extensión en el Hijo y en el Espíritu Santo, el Amor Divino por Antonomasia.
Las Lagrimas del Salmista, son su confrontación
con la Realidad que su Fe transforma paulatinamente, constante y vivamente en
una relación de Pureza espiritual, se hace sensible y capaz de rechazar el
pecado que como es natural se manifiesta aun en las intenciones más santas, también
llora de Alegría al saberse cerca de su Señor, al dirigirse a la Tienda del Encuentro, lugar por excelencia
de la Presencia de Dios entre su Pueblo, anhela vivir una vez más el encuentro festivo
con su Dios y Señor (5).
Esperar en Dios es su consigna de
vida y mueve todo su ser a esta noble causa, la que sin duda le produce todas
sus alegrías, al respecto de esta afirmación que hizo suya el Hiponense: Muchas personas se maravillan de los
Paisajes y Monumentos y hacen grandes viajes para admirarlos y pasan de largo
ante la Belleza de su Interior donde reside la Verdad. La Sed es Interior y
solo la Fuente de la Gracia podrá Saciar totalmente, aun superando estos
enamoramientos Sensibles aquel Hombre y Mujer viviendo su Espiritualidad
encuentran las dificultades propias de la Vida y su Intríngulis, pero la
consigna es una y solo una, Lucha y Luchar por vivir sus convicciones y opción de
vida en el Espíritu, el Mundo no lo
entiende y busca tan solo satisfacer pasajeramente sus deseos y paradigmas
materialistas, pero aun así se siente y sabe que es bendecido con la Gracia y
la Oración como Contemplación de Dios (9).
Este sufrimiento espiritual se
asemeja a Cristo y su Pasión figura desde siempre contemplada por los PP. De la
Iglesia: Con quebranto en mis huesos,
mis adversarios me insultan, todo el día repitiéndome, En donde esta tu Dios? (11)…
es pues una experiencia que taladra las bases de la Fe pero pasado el
sufrimiento las alegrías son infinitamente superiores y nos llenan de Certeza
de Dios cada vez más presente en nosotros, bien expresó Platón: Amar Duele o el Hiponense en la misma dirección: Nadie Ama lo que no conoce aun en el
dolor o la enfermedad conocemos y somos conocidos por el Amor reparador de
Dios, el Compromiso del Creyente es uno vivir en dirección del Amor de Dios así
cada prueba se convierte en Camino
revelador de este Amor, una Revelación que anida en el Ser y sus Emociones
al punto de contagiar de esta Alegría Espiritual nuestra Cotidianidad, Ya no
estamos solos como el Levita Inspirador de esta Bella Suplica, estamos en Comunión
de Afectos y Emociones y Juntos unidos en esta continua búsqueda con la Madre
Iglesia podremos manifestar que esta Gran Sed es saciada desde y para siempre
por el Amor de Dios.
La confrontación del Levita (Sacerdote)
con su propio ser en una bella Introspección de su Espiritualidad le lleva como
es de esperar a ratificar su Fe y constancia en la misma, nada podrá hacerle perder de vista la realidad
de su Fe y la fuerza de la Gracia, dirá con absoluto convencimiento: Espera en Dios, aun le alabaré, Salvación
de mi rostro y mi Dios (12)… Dios
en su Misericordia nos ha concedido beber de sus fuentes que se abren gracias a
las aguas del Santo Bautismo, nada será lo suficientemente poderoso para
alejarnos de su Amor, nada podrá derrotar un Corazón dispuesto para el Amor y
la entrega de Fe. Es una Sed que al ser satisfecha salta por toda la Eternidad,
que puede desplazar todo lo que no provenga de Dios, un Agua de una característica
bien especial que solo podemos beber en la Oración y Meditación, dejemos de
pensar como la Samaritana, dejemos de creer en Aguas pasajeras” bebámosla desde
los campos y Arroyos de la Iglesia, de ella su depositaria y guardiana, permitámosle
a la Gracia adentrase profundamente en nuestra existencia, que en contraposición
con la Sierva la Gracia de Dios nos sacia y transforma de Adentro hacia fuera con la fuerza de su Amor,
esta Inhabitacion de la SS. Trinidad
en el Creyente llamada así afirmar categóricamente:
No saben ustedes que son Templos del Espíritu
Santo (1Cor 6,19). Nuestra Oración debe ser abrazada por la Confianza y
Constancia necesarias para trascender, así lo entiende el Hiponense al indicar
que Cristo era Maestro Interior portador y potenciador de nuestras Suplicas al Padre
Dios bajo la Gracia y Luz del Espíritu de Dios, entrando asi en la Comunión
Trinitaria. Un solo corazón y una sola Plegaria capaz de llegar a su Presencia
por al insondable presencia de dios en la misma Interioridad del Ser Humano… Orar
y Orar es confiar y confiar en ser escuchados y sobre todo arropados por la
Misericordia de Dios… Solo la constancia en la Oración nos llena de Confianza
para continuar unidos de esta forma a Dios, no desmayes nunca, insiste a tiempo
y destiempo, diría el Hiponense.
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