LA TRANSFIGURACIÓN DE
NUESTRO SALVADOR… (Mc 9:2-9)
Marcos inicia este relato o Pasaje Evangélico situando a
Jesús y sus Discípulos más cercanos (Pedro,
Santiago y Juan) en un “Monte Alto” sabemos que en la simbología Bíblica se
refiere a la Oración y la necesidad de la interioridad para la misma, máxime
que para el Pueblo de Israel por lo general los lugares “Altos” eran sitios de
Oración que generalmente se convertían en Santuarios (La Catolicidad construyó
grandes lugares de Culto y Adoración siguiendo esta Tradición o Herencia Judía
y de otros Pueblos).
La Transfiguración es
formalmente el inicio más contundente de la Revelación de la Identidad Mesiánica
del Salvador, superando los Milagros anteriores muestra su Gloria a los suyos, es como indicar con esta
manifestación que el Poder e Identidad del Redentor solo puede ser vista desde
la perspectiva de la Fe e Intimidad con Él, no es para todo “Ojo” espectador,
no es para la Curiosidad Natural del Ser Humano, es por el contrario, para
aquellas y aquellos que vivieron y viven su fuerte experiencia con el Dios de
la vida… La exclamación posterior de Pedro ya solemnizada por el término Rabbí nos dice claramente que la
cercanía de Dios y su Gracia hace que solo el Ser Humano le desee grandemente y
solo en lo que Dios le Revela este encuentre plena y total realización de su
Existencia… Estamos bajo el Signo de la Fruición
o posesión del Amor como diría el Hiponense.
Superando la forma tan gráfica como se compone esta escena
cabe anotar y de forma oportuna que la Revelación de Jesús fue progresiva y que la aparente inmediatez de la respuesta
de estos testigos oculares no es sino consecuencia de la anterior experiencia
de Fe gracias a lo mostrado por el Redentor en los Milagros anteriores, lo que
sin duda, genera una “Desventaja” a la hora de afirmar la Fe en el Mesías tal y
como aconteció en sus últimos y decisivos momentos (Pasión). La Interioridad es
la que termina hablando sobre nuestra Fe y sus conceptos se traducen en una
sana Espiritualidad que no dependerá de estas manifestaciones Sobrenaturales sino del Amor reciproco
entre Dios y sus Criaturas (Seres Humanos). Para el Hiponense es determinante
que el Amor genera la misma Causa y necesidad de nuestra Redención y que el
Amor de Dios dio en la Transfiguración una muestra de su Poder para Transformar
Vidas y Conciencias, desde esta perspectiva Hoy muchos Seres Humanos están
viviendo gracias al Amor de Dios su Personal y vital Transformación que les
asemeja al Rostro Amable del Salvador… Los
demás componentes son Intrínsecos
tanto al mensaje como a la forma de concebir la mente Judía este tipo de
Revelaciones o manifestaciones de Dios, es toda una composición Literaria que
busca afirmar con Autoridad lo aquí descrito (Elías, Moisés, La Nube, Sombra,
la Voz, en los Vers. 4-7). Una Procesión maravillosa de la Gloria del Verbo
Eterno que se revela a los Discípulos como preludio de su retorno al Padre
Dios, ya no dispuesto a habitar en tres Chozas o casitas de madera sino y lo
verdaderamente maravilloso en el Corazón del Ser Humano su Imagen viva Inhabitacion Trinitaria en el Ser Humano, San
Agustín de Hipona.
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