miércoles, 27 de noviembre de 2013

MAS EL DIA Y LA HORA NADIE LO SABE... TIEMPO DE ADVIENTO. Mt 24:36-44.

MAS EL DÍA Y LA HORA NADIE LO SABE… TIEMPO DE ADVIENTO. (Mt 24:36-44).

Inicia para nosotros un Tiempo Litúrgico de gran importancia como quiera que nos prepare  para la celebración del “Nacimiento Espiritual del Salvador”, Mateo en su Evangelio nos amonesta sobre la característica de Fe de este momento tan arraigado en la Espiritualidad de la Iglesia y su Tradición… “Mas de aquel Día y hora, nadie sabe nada, ni los Ángeles, ni el Hijo, sólo el Padre…”, palabras que nos introducen en la concepción de este Tiempo Espiritual, (36).

El Texto de Mateo cita el ejemplo de Noé, (Gn 7,1ss) y lo compara con la venida del Hijo del Hombre, característica del Género Apocalíptico y su inmediatez desde luego, interpretada en la perspectiva de la madurez de Fe de sus oyentes, pero deteniéndose a considerar aspectos que involucran actitudes relevantes y a la vez enfrentadas a las exigencias del Evangelio… Es posible determinar la connotación de este Evangelio en orden a decretar por así decirlo,  una postura radical y atenta, donde se conecta la Continuidad y Actualidad del Mensaje de Cristo con la Temporalidad de sus oyentes, (40).

Urge de nuestra parte la necesidad de “Revisar” nuestros Estilos de vida y crianza, elementos vitales para asimilar el Evangelio y sus exigencias. Es como decir, que la Palabra de Dios en la Persona de Jesús, nos Urge positivamente en la madurez y opción Cristiana de nuestra vida, aquí es posible describir este Tiempo como oportunidad de revisar y replantear siempre en perspectiva de Salvación nuestro quehacer cotidiano… “Más que aguardar señales pavorosas en el Cielo”, forjemos del Corazón hacia fuera acciones y pensamientos Redimidos, como quien busca la verdad y vive de ella… La preparación toca directamente nuestra convicción de fe y espiritualidad, así como nuestro Compromiso con quienes nos rodean y aun más, con aquellos que gastan sus vidas junto a las nuestras.

Mateo deja entrever que no todo esta bajo la concepción del Hijo de Dios y hay asuntos por así decirlo, solo bajo el Gobierno del Padre, cosa que sin duda asumimos como un cierto “Escrúpulo teológico del Evangelio” más referido a la Cosmovisión de su Autor que al propio Salvador…

La preparación ya no se vive bajo el modelo de las tradiciones del Pueblo Hebreo, se vive bajo la Luz del Evangelio y sus contenidos trascendentales, donde la figura del otro como referente de mi experiencia con Cristo nutre la Moral de mi proceder… Que Ethos vivimos o mejor aún, como lo vivimos siendo Adviento inspiración para nuestro encuentro con Cristo Resucitado, o por el contrario nos hemos dejado sustraer por el “Mundo” dejando a un lado su Palabra? La preparación nuestra tiene un gran componente de “Tensión”  de cara a la Realidad en la que construimos su reino y tal tensión es la misma Intrínseca Realidad Cristiana, Cristo deja las puertas abiertas siempre como opción de nuestra parte, pero es con todo perentorio el llamado que nos hace a la preparación o cambio de Realidad en nuestras vidas, (44).
    






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