lunes, 2 de diciembre de 2013

JUAN ES LA LEY DE DIOS EN PERSONA...JESUCRISTO ES EL EVANGELIO DE DIOS EN PERSONA.

JUAN ES LA LEY DE DIOS EN PERSONA… JESUCRISTO ES EL EVANGELIO DE DIOS EN PERSONA. (Mt 3:1-12). COMENTARIOS Y LLAMADO A LA CONVERSION, (Bruner).

Queridos hermanos, la Liturgia de la Palabra nos propone para este Segundo Domingo de Adviento, la figura del Bautista como modelo y Signo vivo de la Verdadera Conversión,  pero adentrándonos para tal acción de Dios en la figura Cualitativa del cambio, en la vida y conciencia del creyente, mostrándonos su Kairos, o tiempo de Dios donde el Cambio y la transformación del cristiano es la máxima regla  de Adviento, cambio sufrido por el Bautista y su determinada concepción de la Justicia a la que llama urgentemente a su Pueblo, es una Justicia  no  “alineada  con los poderosos de su época” (2)…

Recordemos que la figura del Desierto tiene algunos matices sumamente importantes para la Cosmovisión del Pueblo Judío, uno de ellos lo resalta el profeta Oseas, (2:14-15)”… La llevaré al desierto y le hablaré al corazón”, pero también encontramos la figura del “retorno”, no pensada en la vuelta del Pueblo a la tierra prometida, sino en el retorno del Ser Humano a su Señor, donde la Conversión se siente como llamado existencial para todas y todos, y es precisamente donde Juan Bautista prepara la inclusión de su Ministerio de “Anunciante”, esa sana relación con Dios se convierte en Paradigma para el Precursor y en clave interpretativa para el Pueblo penitente, (7-9), donde conocer el advenimiento del Mesías anunciado por el Bautista es posible en la Palabra dada por los Profetas, pero desestimada por las pretensiones de sus Contemporáneos, cosa recurrente en nuestro tiempo, donde el Mensaje de Cristo es reemplazado por elementos de la misma cotidianidad y su estimulo sensorial, donde la propuesta del Mundo excluye la palabra Conversión y la reemplaza por el termino Merecimiento, sin discernir sobre su “Mérito o demerito”.

Esa relación sana anunciada desde la confrontación por el Bautista es consignada también por, (Dt 30,2; Jr 4,1; Ez 18:30-32; Os 14,1) solo por citar algunas Concordancias con el Texto… pero el camino que se debe enderezar no es propiamente el exilio del Pueblo, sino y sobre todo, el  “Exilio que produce el pecado en cada uno de nosotros”, tengamos muy presente que algunos esperan el “Día del Señor”   y para ello acuden a la interpretación ex temporal de los Profetas, puedes encontrarlo en (Is 13,6), dejando de largo lo más importante  la transformación Interior, la Religión Interior, anunciada por Isaías…

Merece un comentario la “Dieta” descrita por este Evangelio, como práctica habitual del Bautista, recordemos que esta alimentación era recurrente en el desierto y sobre todo “Ritualmente Pura” según su condición de “Consagrado”.

La Voz del Bautista es actual y resuena en cada cristiano que se prepara para transformar su experiencia de Fe y proyectarla en la Conciencia de la familiaridad con el Dios de la vida, es la propuesta del Bautista para el advenimiento del Salvador, (11-12), la diferencia y complementariedad del Mensaje es pues señalada por el mismo Bautista al manifestar la Naturaleza de su Bautismo, que solo para tenerlo en cuenta difiere del anunciado por Cristo en la formula Trinitaria y en el Don del Espíritu Santo, como el gran transformador y por Él, incorporados a la vida de Dios…

Mateo curiosamente, (para algunos), no relaciona la acción del Precursor con el “Perdón de los pecados” en su visión teológica solo reservada a Jesús, en la obra misma de su Misión… Ya que tal acción implica la Justificación del Ser Humano y su Total y Totalizante, “Apertura a Dios en una permanente actitud Dialogante”,   no podemos olvidar que somos Seres abiertos al Mundo y su intríngulis, y que tal apertura asegura nuestra Libertad o Libre Albedrío, pero estas relaciones necesarias necesitan ser auténticas y Sanas, necesitan el Fuego anunciado por el Bautista, que no es otra cosa que la presencia renovadora del espíritu de Dios en nosotros y en su Iglesia, siendo ella  Sierva y Madre,  parafraseando a San Agustín, quien Espiritualiza su acción Salvífica en su propio y vital Ministerio… Para concluir nuestra reflexión es precisa recordar que muchos de los elementos que componen la reacción Judía al Ministerio del Bautista y por ende el de Jesús, citemos para contextualizar la cuestión a (Mal 3,23) y tomemos textualmente “Yo os envío al Profeta Elías, antes que venga el Día de Yahveh, grande y terrible”, asunto que sin duda confrontará la memoria religiosa del Pueblo.




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