2014 Y LA SACRALIDAD DE LA VIDA... PROPÓSITO DE NUESTRA VIDA ECLESIAL, PERSONAL Y FAMILIAR.

2014 Y LA  SACRALIDAD DE LA VIDA HUMANA… PROPÓSITO DE NUESTRA VIDA ECLESIAL, PERSONAL Y FAMILIAR. (Lc 2: 21-38).

Queridos hermanos, a lo largo del 2013 y próximos a dar inicio a un nuevo 2014, debemos revisar algunas facetas de nuestra experiencia de vida Cristiana, que sin duda conviene a nuestro propósito presente… Quiero evocar las subsecuentes escenas del nacimiento de Jesús, y particularmente el rito de la Presentación en el Templo descrito por Lucas en su Evangelio “Cumplidos los 8 días para circuncidar al Niño, le pusieron por nombre Jesús, el cual le había sido puesto por el Ángel, antes que fuera concebido…” (21),  Sin duda, la Sacralidad de la vida es asumida como encargo Divino, y la presencia del Ángel en la escena de la Encarnación del Salvador lo muestra con total claridad, estamos asistiendo a un movimiento de hábitos y costumbres que relegaron la inmutabilidad de los valores y actitudes de vida,  asiendo del capitalismo o del presente Modelo Económico-social,  un “regulador efectivo” incluso de las Emociones del Ciudadano, siendo las actitudes del Ser Humano aventajadas en la fe, las desplazadas en este Modernismo de tinte Ultra evolucionista, donde la complejidad de la existencia se convierte paulatinamente en mutabilidad, tal acción Intelectiva corre el riesgo de aplazar, por así decirlo,  la manifestación de la trascendencia en la vida del Ser Humano, trascendencia que le conecta con su origen y con su Destino” A quienes creen en su Nombre les dio Potestad de ser hechos Hijos de Dios” (Jn 1,12).

Quiero invitarles a pensar detenidamente sobre el valor de nuestras Tradiciones y Enseñanzas en la dimensión del Espíritu y  contribuir decididamente en el Aquí y Ahora de su Reino, donde la Soberanía de Dios alimente todo lo que hacemos y pensamos creando vínculos coherentes entre el Creer y el Obrar, explicitando aun más la presencia de Cristo en su Iglesia y por ende en nosotros, retomemos la transformación que la mano de Dios crea en todo lo que “toca”, dejémosle tocar nuestras vidas, y volvamos a la Sacralidad de la misma, cosa que solo es posible Percibir desde la experiencia de la intervención “animada y animadora” de Dios. Hoy estamos viviendo cambios profundos en el modo de la Sociedad y en la forma de entablar relaciones ad extra, pero desafortunadamente la conciencia de Sublimar tales vínculos en un Eje Relacional Nuevo no se cumple a cabalidad, es definitivamente la Persona de Jesucristo la fuente de tales Relaciones Ordenadas y en vocación de Trascendencia, asunto que el Modernismo “exacerbado” no reconoce y menos le da prioridad en sus modelos y Dialéctica.

“Mucho cuesta a los ojos de Yahve la muerte de los que le aman”, (Sal 116,15) gracias a Cristo el Amor se hace plena y totalmente gestor del vinculo definitivo entre Dios y la Humanidad, es pues el Amor de Dios, la transformación real y palpable del Hombre y su destino, estamos hechos en Amor y para el Amor, esta es la Eternidad, somos una vez más Sujetos activos de la  Salvación, argumento que afianzó San Agustín al exclamar “Señor nos hiciste para Ti y nuestro corazón estará inquieto hasta descansar en Ti”, tal afirmación es fruto de una verdadera experiencia transformadora en el Dios de la vida.

Ella como Valor es indiscutible y Sagrada y por tanto, no es aceptable alteración o alienación de la misma, esta ella, por decirlo de alguna manera anhelando volver a las manos de su Hacedor… La vida es el habitáculo ideal del Espíritu Santo, y Espiritualización de la Creación, así nos lo comunica el Salmista en el (Salmo 104,30) es el espíritu de Dios la explicitación del amor Creador del Padre y el Hijo, en Ti y en los Tuyos, Él te muestra y conduce en el camino de la Eternidad y plena realización de tu Vida y Ser.