JESUS ANTES DE SU PASION, CAUSA DE DISENSION AUN EN NUESTRO TIEMPO… (Lc
12: 49-56).
Las palabras
de Jesús, están cargadas de cierta ironía pero a la vez desea “Centrar” la atención de sus amigos en
referencia directa al Lenguaje apocalíptico muy común en su época. Por aquel
entonces la prioridad era la inmediatez en la Praxis y síntesis religiosa por
parte de la Cultura y Pueblo Judío, actitud que Jesús siente en los suyos,” He venido a arrojar un fuego sobre la
Tierra, y cuanto deseo que ya estuviera encendido… Con un Bautismo tengo que
ser bautizado y que angustiado estoy hasta que se cumpla” (49). Los
sentimientos de Jesús se mezclan en torno a la Voluntad del Padre y a la
necesidad nuestra, estamos ante uno de los pocos Pasajes donde Cristo aflora su
Emotividad por el ser Humano, siempre en referencia solidaria con cada uno de
nosotros.
También nos
interroga sobre la finalidad de nuestra Fe y quiere estar seguro de nuestra
Fidelidad, aun en los conflictos propios de nuestra opción de vida como cristianos “Creéis que estoy aquí para dar paz a la
Tierra? Y particulariza en el ámbito de nuestra Intimidad y entorno, como
reconociendo y haciéndonos reconocer que nuestro “Espacio Vital” será transformado inicialmente- Habrá cinco en una casa y estarán
divididos; tres contra dos, dos contra tres…”.
Las fibras de
la vida Cristiana serán puestas a prueba, incluso, en el Tiempo presente donde
nuestro “Eje relacional” se espiritualiza a la luz de su Gracia y ordenanza,
como indicando que su Señorío priorizara la Concordia y todo aquello que brota
de un corazón ordenado y sensibilizado por su Amor y Presencia. El Creyente
esta llamado a vivir una “Nueva Estructura Relacional”.
La Paz, como
planteamiento Cristiano esta delimitada por la necesidad de transformar la vida
y la existencia del cristiano y permitirle construir su Ser Articulado al
proyecto de Dios sobre el Ser Humano y los suyos, la Paz es un movimiento que
inicia en Dios y se funde con el hombre irradiando su Entorno y Soma… Siendo la
Paz fundamento de la Convivencia y el
desarrollo ordenado del “Ser Social y sus complementos”, la Paz vista como
Orden se asume como estructura eminentemente Sociológica y no necesariamente
Cristiana o alimentada con los valores del Evangelio. Creemos que las Señales
autorizadas no se descubren en la Naturaleza y Tiempo de los eventos o
Fenómenos del Medio Ambiente, mejor aún, es nuestro Corazón el que emitirá
señales a su Entorno y orden “justo”,
donde las estructuras sociales son claramente gobernadas por el Evangelio…
Recordemos a San Agustín en su Obra la
“Ciudad de Dios”, que en la Dialéctica actual se refiere en la evolución
conceptual, al choque de “Valores cristianos y anticristianos” (Evolución,
Involución).
Sembrar la
paz requiere el concurso de nuestras Cualidades y Convicciones que
transparentan al “Nuevo Hombre”, en la formación de la Convivencia como
consecuencia del Proyecto de Dios inmerso en el nuestro. Cristo se muestra
preocupado no por el conflicto sino por la capacidad que desplegamos para
solucionarlo. También podríamos decir que la Intuición, o perspicacia para interpretar los signos de los tiempos cosa que no basta para aproximarnos a
la comprensión de nuestra Intimidad con Él y mucho menos para elevar el “Don
Mesiánico de la Paz” a un mero ejercicio de la razón y las estructuras
Sociales.
Cristo no separa a nadie pero si afirma
nuestra personalidad Cristiana al vernos avocados a replantear las relaciones
Sociales y la forma como nos permean estas estructuras… La Paz es un Don de Dios
contenida Intrínsecamente en los Títulos mesiánicos, “Cristo príncipe de paz” es
el fundamento de la Paz y no de la ausencia de Conflicto porque siempre
estaremos ante la Libertad y paradoja del acierto y el error pero es Cristo
mismo la Causa Final de nuestra propia paz y por ente de nuestro bienestar…
Estar unidos
a Cristo asegura que tu casa y familia experimenten la Paz dentro de los
conflictos propios de la temporalidad terrena, pero a la vez es un faro que guía
y fortalece la consecución de la misma… recordemos que las promesas de Cristo
son inmanentes a nuestro Bienestar y Seguridad, Cristo propone Orden y
Equilibrio, como Santidad en las acciones que asisten nuestro diario vivir,
parafraseando a San Agustín, bien podría exclamar Cristo en nuestra propia
perspectiva Antropológica y relacionada con el Acto Humano” Nada de lo Humano me es desconocido”, indicando por ende la misma
Naturaleza que explicita nuestro actuar… “Busca
la Paz y corre tras ella”, un Atributo más de su Reino y Señorío.
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