lunes, 15 de julio de 2013

MARTA PENSABA EN COMO ALIMENTAR A CRISTO Y MARIA EN COMO SER ALIMENTADA POR EL.


MARIA HA ELEGIDO LA PARTE BUENA QUE NO LE SERA QUITADA. (Lc 10:38-42).

Atendiendo a la Tradición Judía, Lucas apunta a fortalecer y ampliar el espectro relacional de Jesús con la mujer, cosa mal vista por los judíos de su época, debemos tener presente que Lucas es considerado el Evangelio de la Mujer precisamente por romper con estos Paradigmas Culturales discriminatorios de aquel momento”Yendo ellos de camino, entró en un Pueblo y una Mujer llamada Marta le recibió en su casa” (38). Sin duda, aquella mujer manifestó su vocación de servicio en un gesto de Hospitalidad y acogida, no solo abrió las puertas de su casa al Señor sino también las de su Corazón, sublimando así la necesidad del Señorío de Cristo sobre su vida, podemos decir, que Marta, comprometió su Ser y se manifestó como “facilitadora de Redención para los suyos”, asunto que también nos involucra a nosotros cuando llevamos el Mensaje Evangélico a los que amamos.

Luego podemos ver en las palabras de Jesús que no existe discriminación alguna en cuanto a la función de las hermanas en ese momento, miremos el Texto Sagrado “Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del señor escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres…” Luego la respuesta de Jesús a las palabras de Marta, “Marta, Marta te preocupas y agitas por muchas cosas, y hay necesidad de pocas o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada” (40-42). Jesús aterriza sus palabras en la escogencia del momento apropiado para Sublimar nuestro Trabajo y potenciarlo de cara a Dios como una Ofrenda que le agrade, no es posible suponer que esta figura de dos vidas o modos de vivir la vida, anteponga lo Eterno a lo Temporal, o que María escogió mejor que su hermana, ya que la postura del Cristiano debe ser siempre de servicio y Hospitalidad ante los suyos y ante su Prójimo (Próximo).

Cada uno de nosotros cumple con un Rol para el cual estamos dotados sobremanera por la Perfección Divina, pero nunca estará por demás reconocer que nuestras Habilidades son un Don y que sus Frutos son Tributo agradable a Dios (Actitud de Marta), pero ella olvidó la necesidad de Santificar y Ofrendar su trabajo en lo que podemos definir como Mayordomía Sublime, recordemos el texto del (Gn 1,31) al respecto “Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba bien…” El Trabajo como acción necesaria es Santificada e instrumentalizada en el cuidado personal del Ser Humano y la creación de Dios.

De lo anterior se desprende la valía de todo lo que hacemos como fruto de nuestras habilidades, no podemos afirmar que la acción de Contemplar es mayor ante la necesidad de cuidar de la vida por la vía del Trabajo, te doy un ejemplo, cuando destinas tiempo en la Semana al trabajo necesario, pero cuando estas ante la posibilidad de participar en tu Comunidad Parroquial o Congregación de la celebración eucarística y no lo haces pensando solo en el descanso de cuerpo, dejas de largo el alimento de tu Espíritu y no elegiste acertadamente, miremos las palabras de San Agustín “Marta, pensaba en cómo alimentar al Señor, y María en cómo ser alimentada por Él”, dos actitudes  de cara a una misma realidad, dos formas de ver y priorizar los distintos momentos y ritmos de vida, pero una sola opción posible acoger a Cristo en la función que desempeñemos cada día…

Nuestra reflexión se orienta a la necesidad de conocer y valorar como estamos nutriendo nuestra vida espiritual, de cara a Cristo y como le acogemos desde la hospitalidad de nuestros Corazones y la Santidad de nuestro Trabajo, nuestra realidad pasa por “las manos de Dios, que unidas a las nuestras son doblemente productivas”… No podemos desconocer la Temporalidad de nuestro trabajo y tampoco que la palabra de Dios llega en auxilio de nuestras preocupaciones y quehacer cotidianos.

La traducción Griega, simplemente nos dice del (versículo 42)”Una sola cosa es necesaria”, es por demás la terminología absoluta  de la impronta del Mensaje de Cristo y nadie estará impedido de reconocer y vivir lo esencial “camino a Dios”, no puedes permitir que las preocupaciones te “roben” la posibilidad de Sublimar tu Trabajo y Oración, así como la necesidad de Congregarte y sacar Tiempo para el dueño del Tiempo… “Tú navegas todavía, mientras ella está ya en el Puerto” San Agustín.   

 

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