ÚLTIMO DOMINGO
DESPUÉS DE LA EPIFANÍA. Éxodo capítulo 24 versiculos 12-18. Salmo 2. 2 Pedro capítulo
1 versiculos 16-21. Mateo capítulo 17 versiculos 1-9.
"1. Seis días después, toma Jesús consigo a
Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto.
2. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como
el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. 3. En esto, se les
aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. 4. Tomando Pedro la
palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si
quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías.» 5. Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los
cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Este es mi
Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.» 6. Al oír esto los
discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. 7. Mas Jesús, acercándose
a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.» 8. Ellos
alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. 9. Y cuando
bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta
que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.»"
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Para los Santos Padres de la Iglesia es precisamente el Tabor
el lugar elevado de encuentro con sus discípulos y donde Jesús revela su
grandeza (Mateo capítulo versiculos
17:1-9), pero encontramos una característica que lo diferencia de (Marcos
capítulo 9 versiculo 2) recordemos
que el interés de (Mateo) pasa por presentar a Jesús en esta escena
como un “Nuevo Moisés” que retoma en su figura y persona la misión
de este personaje nacional, que se encuentra con Dios como en un “Nuevo
Sinaí” en medio de una nube (simbología judía para designar lo sagrado
y misterioso)… Al respecto puedes establecer similitudes y diferencias en
la composición del Texto Sagrado y su intencionalidad con (Éxodo capítulo 24
versiculos 15-18), y siguiendo el relato Neo Testamentario,
es posible transponer el rostro “iluminado” de Jesús con (Éxodo
capítulo 34 versiculos 29-35). Jesús no está solo, junto a Él es posible
observar según el relato evangélico a dos personajes de la vida y cosmovisión judía
que encarnan la Ley y la institución profética y sus enunciados, son Moisés y
Elías (Mateo) ubica estratégicamente en su evangelio (5,17) una
alusión de Jesús sobre la naturaleza de su misión y la voluntad de dar total y
pleno cumplimiento de la Ley. Quienes
presenciaron este evento maravilloso le escuchan como a un “Nuevo Moisés”
(Deuteronomio capítulo 18 versiculos 15) que nos recuerda en relación
con (Hechos de los Apóstoles capítulo 3 versiculos 20-26). Pero persiste
en su interés por demostrar la aceptación de Jesús a la intimación de la voluntad
salvífica de Dios Padre (misión redentora) y se establece una especie de
Paralelo con el Siervo de Yahveh y su Misión, miremos
el texto Isainiano (42,1 y ss).
Quiero resaltar la forma
del plural que emplea en la traducción de la Vulgata Jerónimo, que nos recuerda al (Genesis),
cuando habla de la creación y la inclusión del hombre, este plural asume la
relación necesaria en la revelación y la disposición para acoger el mensaje,
recordemos que los discípulos en boca de Pedro estaban muy interesados en
permanecer en aquel lugar, pero la dinámica de la revelación los lleva a
madurar la opción del seguimiento de Cristo, invitación de la cual todos somos
depositarios a la vez facilitadores de la Transfiguración de su
Palabra que mediante nuestras obras muestra su grandeza y Divinidad, dicho en
definición teológica, nuestras acciones pueden o no facilitar la revelación salvífica
de Cristo en todo tiempo y lugar especialmente en nuestra época y vida, esto
es, llevándola en la historia personal y de la humanidad (Espiritualización
del Mensaje) en nuestro rol o vocación cristiana. Recordemos que, para Pablo, (Parafraseándolo)
la Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven. Las imágenes que
construimos a partir de los diálogos nos hablan de una manifestación sobrenatural
que solo desde una lectura de Fe es posible asimilar. Solo en lenguaje del amor
puede interpretar tales contenidos y darles forma en el bautizado. Hoy como
hace ya tanto tiempo la fórmula de la interioridad puede facilitar tales
manifestaciones de Cristo en lo más intimo de nuestro ser. Hoy es posible
identificarnos con la Transfiguración desde una perspectiva que transforma de
adentro hacia fuera la vida y obra de los creyentes. Una espiritualidad
iluminada por la Gracia aflora en nosotros lo mejor de nuestra condición de
personas de Fe en camino de esperanza. Pedro y los demás estaban temerosos ante
una experiencia que solo puede ser entendida cuando aparece en la madurez de
nuestra vida cristiana, hoy transfiguramos a Cristo en un mundo que solo
sabe de los sentidos y sus complejas relaciones pasajeras.
Escuchar la Palabra de
Dios es parte vital de esta maravillosa manifestación si deseamos que ella nos
transforme a imagen de los misterios celebrados por la Iglesia. Donde el
amor y la Fe son constantes no puede haber temor alguno, el miedo es
consecuencia de la superficialidad en la experiencia con el Dios revelado. La
intención de Mateo era situar a Jesús en el ámbito de los personajes importantes
para su pueblo, pero nosotros no requerimos de tal inclusión en el Ethos cultural
de nuestro cristianismo por lo que la figura de Jesús como Hijo de Dios manifestado
al mundo es clara y diáfana. Tal revelación es contundentemente decisiva en
nuestra configuración como bautizados. El rostro de Cristo que llevamos
al mundo debe ser tan real que las personas que nos tratan a diario observen en
nosotros una experiencia coherente que se identifica con nuestras palabras
sobre el Dios revelado. Transfiguremos nuestro proceder en el presente
para que el mensaje enseñado tenga praxis real y concreta en los bautizados de
todos los tiempos.
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