MIÉRCOLES DE
CENIZA. CAMINO DE AMOR Y COMPROMISO CRISTIANO.
La Iglesia dispone de una liturgia cuyo contenido es
significante meta ritualmente hablando, es decir, que va más allá de la sola
explicitación cultica. Y la Ceniza entra en tal categoría. Es pues, para
nosotros los creyentes Episcopales una oportunidad de unir las expectativas
del proceder social con la trascendente presencia de nuestro Pacto Bautismal.
Participemos de nuestra celebración con toda la disposición y entrega…
|
RESUMEN.
La dinámica espiritual
del bautizado le lleva a los pies de Cristo y la Ceniza es un signo externo que
refleja la firme convicción de una autentica transformación espiritual del
creyente. Pues esta transformación nos permite irradiar con la Gracia todas las
facetas de nuestro ser y existir en Dios, que nos movemos, existimos, y tenemos
el ser -parafraseando a Pablo- solo de esta forma la realidad de
nuestra relación con el Dios amoroso tomará forma en nuestro ser. La Iglesia ve
en la praxis cuaresmal un tiempo precioso de cambio y compromiso en la vida y
obra de sus hijos las bautizados. No se trata solo de una marca que se borra
sino de la marca o sello cristiano del amor en nuestros corazones. Desde el
siglo IV la Iglesia invita a sus ministros y feligreses para que este tiempo
fuerte en la liturgia deje su huella y transforme nuestra comprensión del mundo
y sus relaciones. Estamos pues invitados a signar nuestras vidas con una alta dosis
de amor y compromiso, y solo así los frutos de la Ceniza tomarán forma en nosotros…
Nuestro caminar eclesial es ya un signo salvífico que debemos alentar y conservar
bajo el signo de la Gracia, de allí que la vida sacramental, la oración y la
Palabra de Dios ocupan lugares de suma importancia en la configuración espiritual
de los bautizados.
CENIZA SIGNO
AMOROSO.
La ceniza es para Israel
signo de penitencia y reconocimiento implícito de los pecados que separan al
Creyente hebreo de Dios. La Ceniza mortificaba el cuerpo y el alma del
penitente influyendo en la forma como era visto por sus hermanos judíos. Es
también símbolo de la primera concepción ideológica de pecado personal y
colectivo. La Ceniza era unida al Ayuno con el fin de propiciar el “favor
divino” y de paso reconocer la “fragilidad de la existencia humana”.
El primer señalamiento Bíblico sobre la ceniza se remonta al Libro del Génesis
capítulo 3 versículo 19. El profeta Joel inicia su reflexión citando al profeta
Amós capítulo 5 versículo 18 quien cita el Día de Yahveh en la perspectiva del
castigo inminente cambiando esa cierta sensación de seguridad del pueblo al
suponer que por ser la Nación escogida Dios no procedería con dureza ante sus
múltiples pecados. Es pues para Joel
como para Amós un día de justicia y juicio de Dios ante las infidelidades de su
pueblo. Los signos o imágenes que emplea Joel nos recuerdan a las plagas de
Egipto cuyo cielo se oscureció ante las nubes formadas por millares y millares
de langostas que asolaron los campos del Faraón. Es pues otra forma de percibir
la liberación del pueblo cautivo por su propio pecado.
A pesar de este panorama
sombrío y lúgubre existe la esperanza de estar a tiempo para retornar a Dios y
dejar a un lado el pecado señalado. Existe la Esperanza del perdón y la misericordia
de Dios versículo 12 y siguientes, pero la exigencia es unánime Dios no espera
solo “rasgar” vestiduras o imponer Ceniza sobre nuestras cabezas, espera
por el contrario un “corazón dispuesto” solo así alcanzaremos al Dios clemente
y compasivo. El apóstol Pablo en 2 Corintios capítulo 5:20b-6:10 nos invita a
trabajar por una reconciliación amorosa con el Dios viviente pero esa reconciliación
exige la pureza del corazón para que este no sea gobernado más por el mundo y
su hostilidad ante el mensaje de Cristo.
Pablo nos invita con vehemencia a poner todo en manos de Dios y no en el
mundo y sus “consuelos”. Nuestra actitud de vida es clara y coherente,
el mundo ofrece sus regalos, pero no significa bienestar solo aquello que puede
ser comprado con dinero. El dinero no es “malo” es simplemente un instrumento
de ensamble socio-cultural que define el derrotero de la vida en Sociedad. Lo
negativo es cuando se vive como si no existiera más. Pablo insiste en priorizar
lo verdaderamente trascendente y emplear con justicia los bienes materiales sin
convertirnos en “esclavos” o extremamente dependientes de este
componente cultural. Quien vive solo para poseer fácilmente se olvida del ser. Como bautizados no podemos darnos el lujo de
olvidar que Dios es el más grande proveedor para nuestra subsistencia y calidad
de vida. Recordemos las palabras del Evangelio: “Busca primero el Reino de
Dios y su Justicia y lo demás se os dará por añadidura” Mateo capítulo 6
versículo 33.
El Evangelio de Mateo
capítulo 6 versículos 1-6, 16-21 nos invita a practicar casi que radicalmente
la Justicia que consiste en la solidaridad y respeto por el otro y su
intríngulis, tal actitud agrada a Dios y se convierte en signo de justicia para
el bautizado. La piedad cuando es ostentosa o viciada por el “qué dirán”
desdibuja el amor y huella en nosotros de la Imagen del Dios vivo (Imago Deo).
Jesús nos muestra el camino de la oración humilde y confiada como de hijos
dependientes del amor y la misericordia de Dios. Debe hablar nuestro corazón antes que
nuestros labios. Nuestra oración está animada y potenciada por el Espíritu
Santo que llega en cada invocación y acto de adoración de nuestra parte.
Nuestra suplica debe ser constante y señal del advenimiento del Señor y el
Reino en nuestras vidas. En cuanto al ayuno una vez más nos enseña su
importancia como una acción “bien intencionada” que parte de nuestro
corazón. Es pues, el ayuno un acto de misericordia cuando compartimos con otros
aquellos alimentos que no consumimos. Es rasgar los apetitos que hemos
instalado en el corazón antes que otro requerimiento de la índole que este
fuera. Los tesoros a los que alude Mateo se centran en la autosuficiencia
que no permite ver la realidad espiritual del bautizado preocupado por lo
material e ignorante de lo trascendente…
COMPROMISOS DE LA
CENIZA.
·
Orar y meditar a diario la Palabra de
Dios.
·
Participar de la vida sacramental y de
todas las acciones pastorales de la congregación.
·
Ser solidarios y mostrar el “rostro
amable de Dios reflejado en nosotros”.
·
Revisar nuestras relaciones con el
entorno y nuestros hermanos congregantes.
·
Apartarnos de toda forma de injusticia
que retrasa el Reino de Dios.
·
Si es tu propósito ayunar destina lo
ahorrado para una obra social que te aproxime a las necesidades del otro.
·
Hablar solo lo positivo y rechazar
comentarios destructivos sobre tus hermanos.
·
Ser testigo de paz.
·
Ser discípulo de Cristo.
·
Ser propositivo de acciones en favor
del Medio Ambiente.
·
Respetar la vida en todas sus formas.
·
Participar de la Eucaristía cada domingo
según sea la costumbre de tu congregación.
·
Ceniza compromiso de justicia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario