CUARTO DOMINGO DE
ADVIENTO. Isaías capítulo 7 versiculos 10-16. Salmo 80: 1-7, 16-18. Romanos
capitulo 1 versiculos 1-7. Mateo capitulo 1 versiculos 18-25.
El Texto Mateano nos
presenta un relato bien interesante sobre la concepción del Señor. Y recalca algo vital para el futuro de las
ideas textuales del Evangelio. Esta definición apunta a la concepción Divina del
embarazo de la Virgen Madre y como la Tercera Persona de la Santísima Trinidad
interviene en el proceso, la generación de vida en el orden biológico-natural
sigue su curso. Aquí rescatamos el “desposorio” de la tradición
judía, aunque el matrimonio no había sido consumado se consideraba ya al esposo
el marido y lo mismo a la esposa. Los compromisos apuntaban a la ratificación
del acuerdo de carácter legal entre las familias de los novios. El no hacer
publico un repudio implicaba desde el contenido de la Ley Mosaica un “sin
precedentes” que habla muy bien del carácter espiritual de este hombre. El
señalamiento de “hijo de David” corresponde más a la misión futura del
niño que a un interés de tipo nacionalista como es posible pensar, aunque el
propio José era descendiente del Rey David. Ser parte de esta genealogía
implicaba una visión amplia sobre su futuro mesianismo para la psique de los
judíos, pero tal mesianismo rompió los esquemas esperados.
La consideraron de la
generación por obra del Espíritu Santo supone un concepto amplio de redención
todavía en potencia o visualizado en las escuelas proféticas de Israel. Un
mesianismo que supera la concepción nacionalista para asumir una relación
intrínseca con la humanidad y por ende de carácter universal. Esta postura sin
duda se afirmó de manera propia una vez los acontecimientos que todos
conocemos. Podríamos decir que se hace una lectura ante y pospascual de
la obra salvífica iniciada en el Vientre de la Niña Maria. Aquí queda
super claro cuál es el aporte de José al estatus del niño Jesús, y como
precisamente su presencia le incluye formalmente en la genealogía esperada para
darle autenticidad a su presencia en el contexto de una sociedad cerrada y
predominante en el derecho de tribu y sangre. José es parte de la norma y su
actuar es propio de un hombre bueno que sabe amar y acatar el mandato de Dios
sin que con ello implique absoluta comprensión, es parte de un proceso de
discernimiento desde la perspectiva de la Fe convertida en historia.
El Texto Mateano encaja
perfectamente con el acontecer profético de Israel y prueba de ello es el Texto
Isainiano citado a propósito de las escenas que nos describe el evangelista. El
“Dios con nosotros” Por tanto el mismo Señor os dará señal: He
aquí que la virgen concebirá, y parirá hijo, y llamará su nombre Emmanuel
(Reina Valera edición de 1909, Isaías capitulo 7 versiculo 14). La
tradición se valida por si misma en la relación textual y el acontecer de la
profecía en Israel, es una cita a propósito de lo descrito por Mateo. Lo
demás que se muestra nos permite ver cómo la conciencia religiosa del
evangelista se entronca con la proyección de la obra redentora desde su
inclusión en la historia. Mateo como buen judío es pera confirmar el
advenimiento mesiánico desde su tradición profética lo que sin duda dará bases
y fundamento legal a la misma. Entender el misterio no es la prioridad para el
relato y la forma como gramaticalmente fue confeccionado, es una aseveración de
Fe tanto para su autor como para los lectores. Hay una comunidad judía
interesada en conocer sobre Jesús y también griegos que desean ver cómo es
posible tal embarazo. Recordemos que lo más parecido es en la cultura clásica
la forma de proceder de Zeus quien se hace pasar por el esposo de una mujer
bella para tener intimidad con ella, y de tal intimidad nace un “semi-dios”
por esta razón Mateo insiste en la obra del Espíritu Santo como Causa Eficiente
del embarazo o Encarnación del Verbo de Dios. No hay una razón seminal o
biológica que convierta al niño en un ser humano con algunos dones divinos como
en las mitologías vecinas, sino una verdadera entrada de Dios en la historia de
la humanidad.
El nombre posee sus
connotaciones para la cultura religiosa de Israel, y también al ser un nombre
popular evoca una tradición creíble y solicitada por los judíos. El Texto
Isainiano describirá algunas peculiaridades en el niño que son propias
de los Nazareos o consagrados a Yahveh, esto sin duda afirmará en los
imaginarios judíos la forma de su obra y misión. La realidad de la obra del Mesías iniciará
construyendo una relación espiritual profunda de la cual los esposos de Nazaret
se constituyen en modelo de absoluta credibilidad. No se trata de una relación social o cultural
tan solamente sino de la aceptación radical de la redención en la forma como
esta llega a nuestras vidas. José y María son fruto de una profunda
entrega y dedicación a la obra salvífica dando de su parte un SI o FIAT radical
y fuertemente enraizado con su psique y praxis de Fe mesiánica.
El Texto
Paulino a la comunidad en Roma, Este primer capítulo inicia
describiendo cuál será el contenido de toda la Epístola o Carta, la intención
del apóstol con referencia a una necesidad que previamente debió conocer. El
llamarse siervo sin duda lo pone en la categoría de enviado como lo eran los
profetas de Israel. Para Pablo es claro que la resurrección del Señor es una
acción de Dios con la participación de su Espíritu que como en la Encarnación
que veíamos anteriormente hace del Espíritu Santo la “Causa Eficiente de
la resurrección” Lo mismo acontecerá con los bautizados, no se trata de
una gracia que actúa por si misma sino de la relación vital entre Cristo y los
creyentes de todas las épocas. Es el Kyrios o Hijo de Dios así
constituido por su Padre Dios y ligado poderosamente con la resurrección que
ratifica en la visión Paulina su condición. Hoy como hace tanto tiempo los
creyentes tenemos el deber de vivir y configurar la existencia según este
contenido y hacer creíble con la vida y sus acciones que verdaderamente Cristo
está transformando nuestro ser en un Ser glorioso como el suyo. Este cambio de
condición solo será posible bajo el contundente influjo del amor y su praxis.
No podemos vivir como si la Gracia no transformará la condición de nuestra
realidad mortal llamada a un Reino pleno y totalizante en cada uno de nosotros
los bautizados. Pablo se circunscribe a este orden redimido y anunciado por el
papel protagónico de la Gracia en la vida de los bautizados. El paso a paso
dependerá de la respuesta positiva que demos a la Gracia del “Dios con nosotros”
como era señalado pro el profeta Isaías.
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