SIMBOLOGÍA
PRESENTE EN EL EVANGELIO.
Mateo
se simbolizó con un ángel (un hombre con alas) porque su evangelio comienza con
la lista de los antepasados de Jesús, el Mesías: Mateo capítulo 1
versículo 1-16. Esta lista es de gran valor para este evangelio porque
presenta a Jesús como hijo de David (el más importante de los reyes) e hijo de
Abrahán (el padre del pueblo de Dios). Mateo quiere afirmar que Jesús lleva a
su perfección la historia del pueblo. Esta lista de mensajes tiene tres
períodos de generaciones (3=número perfecto), y cada uno de los períodos
se compone de catorce generaciones (14=7+7, número perfecto). Las
mujeres también juegan un papel importante en esta genealogía; se trata de
Tamar, Rajab, la mujer de Urías (Betsabé) y María. Son mujeres comprometidas
con la justicia. Por eso Mateo las incluye en la lista.
Marcos
se simboliza con un león porque su evangelio comienza con la predicación del
Bautista en el desierto, donde había animales salvajes. Su evangelio fue el
primero en escribirse (en la década de los años 60 después de Cristo) y sirvió
como texto de catequesis para los que se preparaban para recibir el bautismo.
Es el evangelio más corto y el hecho de que comience presentando a Juan
Bautista en el desierto es muy importante. Para el pueblo de la Biblia, el
desierto representaba, entre otras cosas, el lugar donde se fraguan los nuevos
proyectos. Esto es lo que hizo el pueblo de Dios cuando salió de la esclavitud
de Egipto. Juan Bautista se da a conocer en el desierto, lo que pone de
manifiesto que está preparando al pueblo para la gran novedad que supone la
vida y las prácticas de liberación de Jesús. Partiendo de Amós capítulo 3
versículo 8, podemos afirmar que la voz del león simboliza la voz de
los profetas que denuncian la violación de los planes de Dios Apocalipsis
capítulo 10 versículo 3. Por tanto, Juan Bautista es el profeta que
denuncia la injusticia y que apunta a la novedad que aportará Jesús.
Lucas se
ha simbolizado mediante un buey o un toro porque su evangelio comienza con la
visión de Zacarías en el Templo, donde se sacrificaban animales como bueyes,
terneros y ovejas. El evangelio de Lucas comienza y termina en el Templo; los Hechos
de los apóstoles constituyen la segunda parte del evangelio de Lucas. Si en el
evangelio encontramos el camino de Jesús, en los Hechos tenemos el camino de
las comunidades que siguieron a Jesús. El libro de los Hechos termina llegando
Pablo a Roma, ciudad que, para Lucas, representa "los confines del
mundo".
Juan
es representado por un águila, la mirada dirigida al sol, porque su evangelio
se abre con la contemplación del Jesús-Dios: Juan capítulo 1 versículo 1. El
evangelio de Juan fue el último en aparecer, y no se escribió en pocos días. Lo
escribieron los discípulos de Juan. Una de las características del Jesús del
evangelio de Juan es esta: el Maestro nos conoce a cada uno de nosotros mejor
de lo que nos conocemos nosotros mismos: Juan capítulo 1 versículo 48.
Poco más adelante dice que Jesús "no necesitaba que le informasen de
nadie, pues él conocía muy bien el interior del hombre." (Juan
capítulo 2 versículo 25). Los símbolos de cuatro evangelistas surgieron
a partir de Ezequiel capítulo 1 versículo 10. En Apocalipsis
capítulo 4 versículos 6-10 hay cuatro vivientes con ese aspecto, pero
no se refieren a los evangelistas (1).
LOGION DEL SEÑOR.
Un ejemplo lo encontramos
en Lucas capítulo 6 versículo 42:” "¿Cómo puedes
decir a tu hermano: "Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu
ojo”, ¿no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero
la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo
de tu hermano." El texto anterior nos da fiel muestra de los dichos y
expresiones empleadas por el Señor. Miremos que dicen los PP. de la Iglesia: En citas patrísticas: San Justino Mártir,
Dial. 47: “Por eso también Nuestro Señor Jesucristo dijo, En aquellas cosas
que Yo os comprenda, en esas os juzgaré”. Clemente de Alejandría, Stromata
I, 24, 158: “Pues pedid por las cosas grandes, y las pequeñas os serán dadas
por añadidura”. Clemente de Alejandría, Strom. I, 28, 177: "Por eso
con razón también la Escritura en su deseo de hacernos razonadores, nos
exhorta: Sed banqueros autorizados, que desaprueban algunas cosas, pero
rápidamente retienen lo que es bueno”. Clemente de Alejandría, Stromata V, 10,
64: “Porque sin mala voluntad, dice él, el Señor declaró en cierto
evangelio: Mi misterio es para mí y para los hijos de mi casa”. Orígenes,
Homilía. En Jeremías capítulo 20 versículo 3: "Pues el
Salvador mismo dice: Quien está cerca de mí está cerca del fuego, y quien está
lejos de mí, está lejos del Reino”.
Además de dichos
conservados en fuentes extra canónicos, hay varios que se producen dentro del
texto del Nuevo Testamento, pero fuera de los Evangelios. Un famoso ejemplo es
el dicho "Más bienaventurado es dar que recibir",
atribuido a Jesús por San Pablo en un discurso reportado en Hechos de los
apóstoles capítulo 20 versículo 35. Del mismo modo, en 1
Corintios capítulo 11 versículos 24-25, Pablo pretende citar palabras
de Cristo antes de la Última Cena, usando palabras que son similares, pero no
idénticos a los de Lucas capítulo 22 versículos 19-20. cita de
Pablo en 1 Corintios es en sí mismo se cita en las Constituciones Apostólicas
del siglo cuarto (8.12), pero en esta última obra un comentario
explicativo por Paul ("Usted está proclamando la muerte del Señor hasta
que venga", 1 Corintios capítulo 11 versículo 26) se
registra como las palabras de Jesús ("Usted está proclamando mi muerte
hasta que yo venga"). Esta evolución sugiere una manera en que puede
tener el agrapha crecido. Un nombre usado por primera vez, en 1776, por
JG Körner (2).
INTERPRETACIÓN DE
ESTOS CONCEPTOS.
Los Logion como
palabras pronunciadas bajo el argumento de sentencias o dichos por parte del
Señor son un recurrente elemento para estructurar los distintos relatos en los
que se involucró al Señor. Este recurso no siempre estuvo presente en la
tradición Escrituristica como si el griego de los libros tenidos por
inspirados. De lo anterior se desprende la necesidad de indagar sobre otras
fuentes que no fueron registradas incluso en el Evangelio conocido (3). Desde
tal perspectiva es posible notar a fuerza de una metodología de investigación
como los dichos breves del Señor dan origen a textos enteros. En este segmento
podremos incluir el Evangelio y sus autores o escritores inspirados. Siendo
simples dichos, y no discursos, los Agrapha no abarcan las prolongadas
secciones atribuidas a Jesús en la “Didascalia” y en la “Pistis
Sophia”. Estas obras contienen también algunas citas breves de alegadas
palabras de Jesús, aunque pudieron haber sido excluidas de los dichos por otras
razones. “Un hombre no es probado, si no es tentado” (4). Al
llegar a nosotros a través de canales fuera de los Evangelios canónicos, los Agrapha (5) deben
ser dichos, no discursos; deben ser dichos de Jesús; no deben estar contenidos
en los Evangelios canónicos. no comprenden: (a)
Simples formas paralelas, o amplificaciones, o, de nuevo, combinaciones de
dichos contenidos en los Evangelios canónicos. Así encontramos una combinación
de Mateo capítulo 6 versículo 19 y 10,9; Lucas capítulo 12 versículo 33, “Pues
yo escuché al Buen Maestro en los divinos evangelios diciendo a sus discípulos,
No obtengáis nada en la tierra. (6)" (b) Párrafos
exhortatorios de Jesús, reflexiones dadas por escritores antiguos. Así Hipólito
parafrasea el Salmo 69 (68), 26: “De donde él dijo, dejad, Padre, que su
Templo sea desolado”. Los conceptos por medio de los cuales las
palabras del Señor llegan por otras fuentes no hablan claramente sobre la
universalidad en la difusión del Texto Sagrado de Tradición y como las
distintas fuentes se recopilaron según la necesidad real de los interlocutores
(7). Esto último es fruto de una ordenada secuencia de indagaciones que por
obra de la vocación académica de los PP. Apostólicos pudo ser descubierta y
enfocada para estos fines. Es romántico pensar en un contenido inmodificable en
cuanto a fuentes nuevas para ser confrontadas pero la realidad nos dice lo
contrario, las fuentes ingresaron conforme creció el número de los bautizados y
la Iglesia empezó a ocupar escenarios antes no transitados. Las posibilidades
de encontrar nuevas fuentes crecieron de manera aleatoria y si se quiere
exponencial. Los Logion del Señor y los Agrapha (8)
en su concepción nos describen un panorama más complejo al planteado
inicialmente en la revelación de los textos hoy tenidos por canónicos. Hipólita
al citar el Salmo 69 sabemos que pertenece a una tradición de insole mesiánica
al ser citado por otros escritos del N.T, pues tal aseveración le convierte en
referente profético de la pasión del Señor y la aparente desesperanza que toca
el corazón del creyente en los momentos difíciles de su vida (9).
Esto último no es necesariamente fruto
de acción alguna distinta a una interpretación de posibles palabras tanto del
Señor como de la tradición inmediata que se desarrolló a partir de los sucesos
de la Cruz (10). No podemos considerar los Agrapha en
escenarios distintos a los propiciados por el propio Jesús durante su
ministerio público y cuyas interpretaciones muy posiblemente tocaron los
imaginaros de quienes le escuchaban y compartían con él. En el caso del Salmo
citado por Hipólito sin duda que durante tiempo sufrió algunos retoques
propios del estilo de composición. Esto no implica de ninguna manera que tales
acciones descritas pierdan o se alteren en cuanto a su significación para la
Tradición eclesial (11). Las citas que el propio Señor hace como por ejemplo la
del profeta Isaías escogiendo por escenario el templo es clara alusión a su
inclusión en mundo académico judío como parangón para lanzar sus contenidos
salvíficos en una tradición de la cual el mismo provenía. Nunca hablamos
pues, de una cita que no se desprenda intuitivamente de una tradición ya
establecida, es pues uno de los criterios para su validez (12). La Iglesia conserva el interés por avanzar en tales investigaciones con el ánimo
de fortalecer el mismo contenido Escrituristico sin renunciar a la posibilidad
de nuevas fuentes, eso sí, avaladas por la institucionalidad de la misma (13). Cuando
nosotros leemos por citar un ejemplo el Salmo 69 versículo 11, el Texto de la
Edición de la Biblia de Jerusalén emplea el término griego Mortifico o
mortificación (14) que tomado de este idioma lo podemos
reemplazar por expresiones como el llanto o llorar más acorde con la tradición
hebrea y desde luego amiga de la latina donde el termino empleado en esta
edición lo interpretamos de la misma manera (15). No es necesario cambiar su significación,
aunque el termino puede ser acomodados según la versión y las necesidades del
momento sin que con ello se esté alterando su contenido o en líneas generales
su significación (16). Pues en cuanto a los Logion del Señor no
se trata de simples modificaciones fruto del idioma o la edición sino de
auténticas expresiones lingüísticas que usó el Señor en su momento. Acá el
derrotero interpretativo al no ser palabras pronunciadas por el Señor si se
someten a tales retoques incluso estéticos. Evidencia Externa: Primero
determinar la fuente o fuentes independientes por las cuales el dicho en
cuestión ha sido preservado, y luego ver si la autoridad más antigua para el
dicho es de fecha y carácter tales que razonablemente podría haber tenido acceso
a la tradición extra canónica. Para Papías y Justino Mártir
(17) se puede aceptar tal acceso, pero difícilmente para un escritor del siglo
IV. Estos son casos extremos, la principal dificultad tiene que ver con
escritores intermedios. Quiero recordar brevemente que tanto Papías como
posteriormente el propio Agustín presentaron dificultades para aceptar el Texto
Marcano (Marcos) por razones estéticas en cuanto a la redacción y la
organización de las ideas en tal Texto inspirado. Los PP. de la Iglesia aceptaron la posibilidad de tratar con fuentes alternas que contenían
información sobre los Textos declarados canónicos por la Iglesia (18).
Alrededor
del año 50 surge la fuente Q. La 1 y 2 de Tesalonicenses se
considera el escrito más antiguo en el NT. Por la fe, el evento Jesucristo,
se comunica, se conserva y se nutre. A este evento, que para los apóstoles
fue extraordinario y choque en su experiencia cristiana hace que esta fe se
reavive (aún en las persecuciones de los judíos contra los cristianos). Por
eso se comunica (Hechos de los apóstoles capítulo 4) y se conservan en las
narraciones orales (María, testigo importante) y se nutre. En los Hechos de
los apóstoles nos narran como se reunían para la enseñanza y la fracción del
pan en catacumbas. Cristoeseltema.blogspot.com (19).
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El proceso de composición
del AT es un proceso que se llevó cerca de mil años, para que finalmente tuviéramos
el libro santo del AT. Los dos textos más antiguos que han llegado hasta
nosotros son los encontrados en el siglo XII a.C.: Éxodo capítulo 15 versículos
1-18 y Jueces capítulo 5. Estos dos textos se dicen los más viejos del AT, por
el vocabulario primitivo, por la estructura, por el mismo motivo literario y
por la redacción. Uno es el Cántico de Miriam (Éxodo capítulo 15). Canto de
acción de gracias al Dios poderoso por todos los beneficios que ha dado al
pueblo. Para su composición existieron tradiciones orales. El
pueblo de Israel sistematiza su gramática en el camino por el desierto dado que
ya no tiene ninguna influencia. Por esto, es el período en el que se escribe el
texto más cavernario. Actualmente el Cántico de Miriam nos llega de una manera
poética extraordinaria. Concluye con un pequeño epílogo en el versículo 20. Con
este cántico se concluye la narración pascual que presenta las tradiciones
hebreas. El texto de los Jueces 5 es llamado el Cántico triunfal de Débora. En
el siglo II a.C. encontramos los textos más recientes del AT. El II libro de
los Macabeos, el libro de Esther y algunos fragmentos del libro de Daniel. Su
característica es que están escritos en griego al contrario de los otros que
fueron escritos en paleo hebreo.
ANÁLISIS SOBRE EL
TEXTO CITADO.
Si
analizamos el milagro que relata este cántico atribuido a Moisés encontramos
dos maneras de describir la intervención de Dios. El relato de Éxodo capítulo
14 conjuga para nosotros la inclusión típica de dos tradiciones y no por
ello rompe su unidad temática, es como si el tiempo se identificara con el
contenido descrito, lo que nos lleva a suponer un tiempo de composición
distinta gracias a las dos tradiciones incluidas en el mismo, nos referimos a
la tradición Elohista y a la Yahvista. Si miramos con detenimiento debemos
iniciar por datar dichas tradiciones y la respuesta será: Elohista del
año 900 a.C y la Yahvista del año al menos 1000 años a.C. Es pues
claro según lo anterior la cercanía en cuanto a su cronología y también en cuanto
a los momentos históricos donde este relato se desempeña. El Dios guerrero,
el Altísimo Yahveh Señor de los ejércitos se convierte en un líder que
terminará por derrotar al imperio del Faraón. Estamos pues en un tiempo donde
la reafirmación de la identidad y soberanía del pueblo pasa por la percepción
de la Divinidad revelada como énfasis de la subsecuente intervención de Dios
en favor de los suyos, es aquí una especie de noviazgo en el que Dios se
revela a la nación gitana. El termino gitano corresponde a la travesía
o peregrinaje por el desierto que iniciará hasta tener donde estructural una
vida social distinta a la impulsada en el desierto. La manera de
presentar las acciones las podemos confrontar en la lectura del capítulo
14.
En
cuanto al capítulo 15 vemos la composición de un canto para celebrar
el exterminio de los ejércitos del Faraón. Es bueno considerar que este Salmo
entra en nuestra liturgia y de esta manera como un triunfo de Dios lo hemos
tomado, desde luego, que las características del presente son distintas y de
allí su enfoque atemporal. El tema de una salvación milagrosa ha sido
superado por el concepto cristiano de una salvación donde el ser humano es
también parte definitiva. Vemos dos posturas ante un acontecimiento,
uno en la historia del pueblo hebreo y otro con un trasfondo de mayor
contenido universal reservado para la Iglesia como el nuevo pueblo de Dios. Retomando
el concepto anterior, este cántico puede llegar incluso en su complejidad
hasta los albores del templo en Jerusalén, aplicado a Israel y sus distintos
conflictos por poseer una tierra. Amplificar
su contenido nos permitirá situarlo en los momentos en los que el creyente
lucha por afirmar su propia Fe.
Saliendo
al paso diremos que la futura posibilidad de establecerse en las tierras
palestinas le permitirá al pueblo judío (semita) desarrollar la
literatura sacra y con ello la necesidad de las Escrituras inspiradas. La
confrontación con el imperio africano genera en la insipiente nación judía la
noción de una fuerza superior que sale en su auxilio como ocurrió con Abraham
y su descendencia. El versículo 3 de este capítulo cita
convenientemente su intención como lo hemos planteado antes. (20).
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En el siglo X a.C.,
en el esplendor salomónico, surgió como consecuencia la literatura sapiencial,
pero no de manera escrita, sino sistematizada en la mente.
Es el inicio también de los escritos que se piensa que es revelación de Dios
surgiendo el círculo Yahvista. También se ponen por escrito
algunos relatos sobre David, sobre todo lo que se nos narra en el segundo libro
de Samuel del capítulo 9 al 20. Unos textos que después pasaron a la literatura
hebrea como textos testimonio, utilizados en la liturgia hebraica. También lo
que se nos narra en el primer libro de los Reyes en sus capítulos 1 y 2. Se
empiezan a interpretar algunos salmos reales o regios, que se componían para
una liturgia especial y se cantaban en el templo. En este siglo X el
pueblo se vuelve sedentario. En el siglo IX a.C. se redacta la tradición
elohista. Es en la época de Elías y Eliseo, profetas que nacen para
destruir la idolatría. Esta tradición tiene como finalidad hacer surgir a Dios
con el nombre de Elohim y destruir la idolatría. Se nota en el inicio el
profetismo estático (aquellos que tienen un sueño) en Israel. En
este siglo se escriben algunos textos llamados Anales Reales que se encuentran
contenidos en el primer libro de los Reyes 1-2 y 1 Crón 1-2 (escrito en el
siglo IV). Dos versos importantes surgen en relación a los profetas Elías y
Eliseo, contenidos en 1 Re 17 y 2 Re 10. Se nos refiere el ciclo profético de
Elías y Eliseo. En cuanto a los escritos surge un texto muy
significativo: el canto de bodas que no es otra cosa que lo que será
posteriormente el Cantar de los Cantares, entrando en la liturgia hebrea y
sacralizándolo. El siglo VIII. En cuanto al libro de la ley, el hecho
sobresaliente es que las tradiciones se conjuntan bajo el reinado de Ezequías,
continuador de las presencias mesiánicas y que luchó por Jerusalén para que no
fuera tomado por los asirios, siendo así uno de los reyes más importantes de
Judá. Es lógico que durante su reinado se hayan fusionado las dos tradiciones. Se
continúan redactando los acontecimientos regios de Judá e Israel. En cuanto a
los Profetas: Amós, Oseas, Miqueas y el proto Isaías. Así surge el profetismo
clásico, cuando se nos deja una obra escrita. Es también en este
período donde el profetismo adquiere un nuevo matiz: anunciar y denunciar.
En cuanto a la situación política y religiosa se encuentra la división del
reino del norte y el reino del sur.
En el año 750 el
reino del norte es destruido y el del sur continúa viviendo hasta el 583,
cuando son deportados a Babilonia. El mensaje de Amós va
dirigido al reino del norte donde hay riqueza, opulencia, idolatría,
prostitución, etc. Oseas denuncia las injusticias del reino del norte a
partir de su matrimonio. Miqueas, que es un libro pequeño, es el
primer profeta que anuncia al Salvador que vendrá. El proto Isaías da un paso
más en la concretización de las características de ese Mesías, presentándonos
los oráculos del Emmanuel: nos indica que nacerá de una virgen y le pondrán por
nombre Emmanuel, Dios con nosotros; será el Dios de Justicia; iluminará a los
que viven en tinieblas; guiará los pasos, etc. Amos y Oseas pronuncian sus
oráculos en Israel. Isaías y Miqueas en Judá. Los cuatro presentan el mismo
ambiente social. Los libros históricos son: Reyes, Jueces, Josué. Libro
de la Ley: el hallazgo que Josías hace en el templo de un fragmento del Deuteronomio.
constituye la base para la elaboración de la tradición deuteronomista en el
período de Josías. Surge la necesidad de conservar las leyes. Así la tradición
deuteronomista se caracteriza por la recopilación de los códigos. En
cuanto a los oráculos o los profetas: se recopilan los escritos de Sofonías,
Nahum, Habacuc y Jeremías. Es importante tomar en cuenta el año 722 por los
escritos de este último, a quien le toca vivir la deportación del reino del
norte. En cuanto a los escritos bajo la orden de Ezequías, manda recuperar la
tradición oral de los proverbios. Prov.24,30; 25 y 29. Se recopilan además los
escritos reales de Judá.
Siglo VI. En el 586
es la deportación del reino del sur a Babilonia y en el 538, Ciro, Emperador
Persa, proclama la libertad de los cautivos en Babilonia. En cuanto al
libro de la ley: los que regresan y se instalan en la Palestina tienen la
necesidad de recopilar los escritos sobre el origen del mundo y la tradición, y
elaboran la tradición sacerdotal, que ya teológicamente está bien elaborada. En
cuanto a los profetas es importante mencionar la obra de Ezequiel que escribe
en el destierro, siendo así el único profeta que escribe fuera de Israel. Por
otra parte, nos encontramos con el deutero-Isaías quien está marcado por la
destrucción del templo de Jerusalén. Escribe el siervo de Dios reflejando la
experiencia del pueblo doliente, que pronto recibirá la salvación. También en
este período se escribe la obra del profeta Ageo y el proto-Zacarías (capítulo 1-9).
A finales del siglo VI se escribe el trito- Isaías, cuando Jerusalén está
siendo reconstruido (Isaías capítulo 60, 1ss; 61,1ss; 62,1ss; 66,1ss y 66,
10-13). En cuanto a los escritos está el libro de Job que pertenece a la
literatura sapiencial hebrea. Siglo V. Se recupera el Pentateuco. Este
hecho es importante. Se habían dado ya las tradiciones: yahvista,
deuteronomista, elohista y sacerdotal. En este siglo se escribe en
cuanto a los libros proféticos la obra de Abdías y Malaquías, y en este mismo
siglo Esdras y Nehemías. Se escribe del capítulo 1 al 9 del libro de los
Proverbios, y se elabora el prólogo del Eclesiástico. Siglo IV. Se escribe la
obra de Jonás, Joel y el deutero-Zacarías del capítulo 9 al 14.
Se puede decir que es la obra más reciente del profetismo clásico que ha
llegado hasta nuestro tiempo (Zacarías capítulo 13 versículos 1 ss). En cuanto a
los escritos se recopilan la mayor parte del libro de Crónicas, se completa la
colección de Salmos, y así, entendemos cuál fue el período de construcción del
salterio. A finales del siglo IV encontramos el escrito de Esther y los
fragmentos del libro de Daniel, el 1 y 2 de Macabeos, y podríamos decir, que
todos los deuterocanónicos que fueron redactados en griego. Siglo III y II. Entre
estos dos siglos surgen escritos del AT, pero apócrifos: el primer libro de
Henoc, el primer libro de los Jubileos y la Carta de Aristeas. Este es,
entonces, el origen y evolución de los libros del AT, que ahora tenemos en
nuestro canon y su agrupación.
FIJACIÓN DEL
CANON.
Uno de los criterios
importantes para la fijación del canon es la tradición. Podemos decir que la
tradición hebrea es lo que nos lleva a entender la fidelidad con que hemos
recibido esos escritos. Cánones: Alejandrino es el más amplio y,
Palestinense, más corto. Para la fijación del canon se reunieron los rabinos en
el siglo II después de Jesús, en un lugar llamada Yannia, y allí se determinó
el canon Palestinense, en el año 140 d.C. antes de la segunda revuelta
hebrea. Hasta el concilio de Trento se acepta el canon Alejandrino por la
Iglesia católica. CANON DE QUMRAN. En Qumran por los
descubrimientos se refleja la existencia de todos los libros del canon Palestinense.
El único que no se ha encontrado es el libro de Esther, quizá porque los
esenios lo rechazaban, ya que no se menciona a Dios y se carga el acento en la
fiesta de las suertes, que era una fiesta en que se ponía a prueba a Dios.
CANON DEL N.T.
El canon del NT está
formado por 27 libros. No se puede decir que desde los albores del cristianismo
ya se tenían. Estos tuvieron un origen, una evolución y una sistematización.
Los seguidores de Jesús tenían una Escritura, herencia que habían recibido de
sus padres. ¿Cuándo comenzaron los cristianos a componer sus primeros
escritos y por qué? ¿Qué fue lo que determinó que los escritos
sagrados cristianos fueran aceptados en un canon y conservador? ¿Cuándo
y por qué se produjo esta aceptación? Ante estas preguntas damos unas
respuestas generales. Motivos que impulsaron a escribir: el cristianismo,
sabemos, tiene su origen en el envío de Jesús, Hijo de Dios, que se encarna
para que el hombre tuviera más elementos concretos en el conocimiento de Dios,
ya que como nos dice San Pablo en la 2 Corintios capítulo 5 versículo 19: “porque
la verdad de Dios estaba con Cristo. Jesús en el desarrollo de su ministerio
público escogió a unos colaboradores con la idea de enviarlos a anunciar lo que
han visto y oído” de tal manera que en los primeros años del cristianismo,
después de la resurrección de Jesús, no se sintió la necesidad de escribir los
hechos que Jesús realizó, ya que los apóstoles habían sido los testigos
oculares de los acontecimientos y, podemos notar, que ellos todavía estaban
experimentando la impresión de ver a Jesús resucitado, añadiendo a esto, la
fuerza del Espíritu Santo. Vivían el entusiasmo del anuncio. Es esta la
razón por la cual, del año 28 al 49, no tenemos certezas concretas de algún
escrito bíblico (aquí ya está considerado el error de la crucifixión
de Cristo).
Alrededor del año
50 surge la fuente Q. La 1 y 2 de Tesalonicenses se
considera el escrito más antiguo en el NT. Por la fe, el evento Jesucristo, se
comunica, se conserva y se nutre. A este evento, que para los apóstoles
fue extraordinario y choque en su experiencia cristiana hace que esta fe se
reavive (aún en las persecuciones de los judíos contra los cristianos).
Por eso se comunica (Hechos de los apóstoles capítulo 4) y se conservan en las
narraciones orales (María, testigo importante) y se nutre. En los Hechos
de los apóstoles nos narran como se reunían para la enseñanza y la fracción del
pan en catacumbas. La necesidad de escribir surge por la distancia. Esta
distancia es el factor más importante y decisivo para que surja la necesidad de
escribir algunos relatos Aquí encaja la cita de Pablo de Romanos capítulo 10
versículos 14-15. Tenemos así: a) La distancia geográfica:
la comunidad naciente se extiende rápidamente por la experiencia de conversión,
de tal manera que hacía el año 49 la Iglesia se ha difundido hasta Roma (que
es el signo del paganismo en el tiempo apostólico). La difusión cristiana
se debió a la misión encomendada por Cristo a los apóstoles. Ya desde muy
temprana edad existía el rito del envío y por otro lado la aceptación del
cristianismo, ya que se acercaba más a lo helenístico -griego, y sobre todo por
la doctrina del amor. En cuanto al cristianismo hay más aceptación por parte de
los gentiles que de los mismos judíos, que se encerraron más en su sinagoga. Lo
primero que tenemos en escritura son las cartas de Pablo a las comunidades
fundadas, sobre todo en el año 49, cuando acontece el Concilio de Jerusalén,
donde el punto central de discusión es si los convertidos tienen que pasar por
las leyes rituales del judaísmo, para poder ser aceptados en la comunidad. La
respuesta en el concilio fue de que no es necesario pasar por los ritos judíos
para poder ser aceptados, sino que se pide conversión y evangelización. Es allí
donde Pablo se introdujo en el mundo gentil, que con estos criterios era un
campo abierto para la misión. Ante esta distancia geográfica Pablo comunica lo
acontecido por medio de cartas. Es por esto que las Cartas Paulinas son lo más
antiguo que sobre el NT poseemos, y la más antigua es la 1 y 2 de
Tesalonicenses.
b)
Distancia cronológica. En este contexto, los apóstoles se van
dispersando y algunos de ellos van muriendo. Ellos que habían sido los testigos
oculares. Esto trago como consecuencia el problema de que los datos que tenían
sobre el maestro se podían ir perdiendo; de esta misma manera, las exigencias
catequéticas exigían que se ordenará cronológicamente el material existente
sobre Jesús. De aquí surge el primer intento de Evangelio ante la distancia
cronológica. Hacia el año 55 una llamada fuente Q. Esto no tiene
todavía la estructura del Evangelio. c) Distancia histórica.
Las diferentes etapas al expansionismo cristiano, lo que cada comunidad iba
experimentando en el ambiente, el ambiente de conversión, las persecuciones de
los dirigentes hebreos, la parusía (2da. venida de Jesucristo), ante las
necesidades históricas surgen los escritos del NT.
ANÁLISIS DEL TEXTO
CITADO.
La
relación entre los reinos del norte y el sur genera una postura que muchas
veces se comparte y otras veces es totalmente única en uno u otro de los
reinos. La situación política es un detonante de las manifestaciones social y
culturales de Israel, se está construyendo un nuevo Ethos de índole universal
con la inclusión de la cosmovisión de otras naciones. La injerencia por
ejemplo del griego fue rechazada por los más conservadores que no
reconocieron este idioma en relación con el arameo y el hebreo donde se
desarrollaron los Escritos del A.T. Los
Masoretas al traducir chocaron precisamente con los Textos inspirados pero
escritos en griego. En cuanto a la Fuente Q vemos que es natural la
inclusión de distintos contenidos que versan analógicamente sobre el fenómeno
del Señor y su ministerio publico. Sabemos por la medición de las
complejas relaciones entre la distancia geográfica, cronológica e historia en
orden a los eventos descritos inicialmente por la tradición oral que conforme
las comunidades crecían y se expandían pues esto último desencadenó la
necesidad de formalizar su contenido mediante los escritos que hoy llamamos
N.T.
Aquí
la dificultad idiomática no fue determinante porque el mundo entraba en el necesario concepto de la universalización saliendo del reducto judío y su enclave
palestino. La lógica exponencial nos dice que los relatos paulinos se
escribieron para ser compartidos con otras comunidades distantes y no por una
mera necesidad de datar los eventos históricos del Señor. La misión
al ser convertida en una necesidad primero existencial del creyente y luego
universa del bautizado entonces surge la cuestión de las fuentes para evitar
que se contamine el mensaje (20).
El
proceso dialéctico de su aceptación tiene su contenido histórico determinante
en la misión que obliga positivamente a los testigos de los eventos
salvíficos a prever su muerte y dictar a otros lo que vieron y escucharon tal
y como apunta Juan en una de sus cartas: “Lo que existía desde el
principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que
contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida,” (1
Juan capítulo 1 versículo 1). (21). La distancia geográfica, cronológica,
e histórica, son la razón central de la necesidad de poner por
escrito la revelación y manifestarla en el tiempo históricamente determinado
por su autor, esto ultimo queda patente en las tradiciones en las que se
compuso el Texto Sagrado de Tradición. Las fuentes en su más profunda
diversidad no se ven a sí misma como la razón suficiente para ser puesta por escrito,
sino que el derrotero de los tiempos y la conciencia sobre la filiación y relación
con el Dios revelado lleva al autor sagrado a datar sus intuiciones y
revelaciones en el tiempo presente para su época.
Los
profetas inauguraron el hablar literalmente de parte de Dios en tiempo y espacio
bien definidos tanto a los hombres de su época como a los actuales. Los
eventos en si se relacionaron según el contenido e interés para la sociedad judía.
La madurez doctrinal camino de la mano del crecimiento espiritual del
pueblo que antes no estaba listo para recibir tales mensajes u oráculos de su
Dios. El panorama de la revelación se torna universalista cuando
entran en acción los profetas y la necesidad de portar la Palabra como garante
del valor implícito de lo anunciado hace que las escuelas proféticas posean
relatores que todo lo consignaban en sus escuelas. Es también útil que
entendamos que las revelaciones están de la mano con el acontecer de Israel y
su cultura religiosa, no hay nada que no se relacione íntimamente entre sí,
es pues, esta postura una de las condiciones para reconocer su canonicidad,
la coherencia y unidad histórica con la tradición.
La
noción de la tradición esta presente en el desenlace del mensaje y su
afinidad con los que reciben tal contenido. Los profetas anunciaron para el
pueblo y luego para todos y su escala de actividad se hace poderosamente
grande cuando entran en contacto con la realidad espiritual de su pueblo. La
presencia de su actividad no deja duda sobre su propia vocación y llamado. El
Arameo es más antiguo que el Hebreo y corresponde a pueblos semitas anteriores al propio Israel. La dimensión idiomática es clave si
pretendemos comprender el sentido de la profecía de Israel. El
trabajo en materia de Sagradas Escrituras que adelantaron los Santos Padres
de la Iglesia presentó esta dificultad y aun ahora nos exponemos a ella
cuando pretendemos hacer un estudio de su literalidad e interpretación tal
cual dice el Texto en sus distintas versiones. La nueva hermenéutica no puede
pasar por alto el valor implícito del tiempo en la visión de la humanidad. Cristoeseltema.blogspot.com
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CRITERIOS PARA
ACEPTAR Y CONSERVAR LOS ESCRITOS CRISTIANOS.
¿Por qué algunos escritos
cristianos fueron aceptados y conservados y por qué otros no? Los escritos
apócrifos en muchas ocasiones son muy semejantes a los evangelios, pero ¿por
qué no fueron aceptados? Si en nuestros días fuera encontrado un texto firmado
por alguno de los apóstoles ¿entraría en el canon del NT o sería simplemente
considerado como un valioso libro? Canon del NT que llega hasta nuestros días:
(22).
LIBRO
|
AÑO
|
LIBRO
|
AÑO
|
LIBRO
|
AÑO
|
Marcos
|
60 - 65
|
Lucas
|
75 - 85
|
Mateo
|
75 - 85
|
Juan
|
90 - 100
|
Hechos
|
75 -85
|
1 y 2 Tes.
|
49
|
Filipenses
|
56
|
1 y 2 Corintios
|
57
|
Gálatas
|
57
|
Romanos
|
58
|
Filemón
|
60 -62
|
Colosenses
|
60 -62
|
Efesios
|
60 - 62
|
1 y 2 Timoteo
|
64 - 65
|
Tito
|
64 - 65
|
Hebreos
|
61 - 68
|
Santiago
|
58
|
1 y 2 Pedro
|
80 - 90
|
1,2 y 3 Juan
|
90 -100
|
Judas
|
70 - 80
|
Apocalipsis
|
90 -100.
|
Es un valiosísimo manuscrito griego del Antiguo y Nuevo Testamento
llamado así porque fue traído a Europa desde Alejandría y había sido propiedad
del patriarca de esa sede. En aras de la brevedad, Walton
le asignó la letra A en su Biblia políglota
y así creó la moda de llamar a los manuscritos de la Biblia con esos símbolos. El
Códice A fue el primero de los grandes unciales que se conoció en el mundo
ilustrado. Se cree que cuando Cyril Lucar, patriarca de Alejandría,
pasó en 1621 al patriarcado de Constantinopla trajo consigo el códice. Más
tarde lo envió como un regalo al rey James I de Inglaterra, que murió antes de
que el regalo le fuera presentado y Carlos I, en 1627, lo aceptó en su lugar.
Ahora es la gloria principal del departamento de manuscritos del Museo
Británico, donde se exhibe. (Nota del Editor: El Museo Británico y le
Biblioteca Británica se separaron en 1973, y el códice se guarda ahora en ella).
La última Biblia de la
saga de las grandes políglotas fue la Biblia sacra políglota publicada en Londres
por Thomas Roycroft, y editada por Brian Walton, obispo anglicano de
Chester y reconocido orientalista, (23) que contó con la ayuda de
importantes especialistas de la época. Aunque no alcanzó la calidad de
impresión de las que le precedieron, por el alarde de erudición que significó y
por sus novedades tipográficas fue un hito en la imprenta inglesa del siglo
XVII y un avance en relación a la crítica bíblica. A los idiomas ya publicados,
hebreo, griego, arameo, siriaco, latín, árabe y samaritano, Walton añadió las
versiones del etíope y el persa; de todos ellos se incluyó, en los
prolegómenos, representación gráfica de los alfabetos. Además, otras
ilustraciones calcográficas que aparecen en la obra son el mapa de Tierra
Santa, plano y alzado del Templo de Salomón, arco, candelabros, mesas de altar,
ropajes ceremoniales, y planos de la ciudad de Jerusalén (23).
El Códice A
contiene la Biblia del Canon Católico, y, por lo tanto,
incluye los libros deuterocanónicos y partes de libros del Antiguo Testamento. Además,
une los apócrifos 3 y 4 Macabeos, de origen muy posterior, a los Macabeos
canónicos. Al Nuevo Testamento se añaden la Epístola de Clemente de Roma y la
homilía que se conocía con el título de Segunda Epístola de Clemente, las
únicas copias conocidas existentes. Éstas están incluidas en la lista de los
libros del Nuevo Testamento que va prefijado y que parece que el escriba
consideraba parte del Nuevo Testamento. La misma lista muestra que los Salmos
de Salomón, que ahora faltan, estaban originalmente en el volumen, pero el
espacio que separa este libro de los otros en la lista indica que no estaba
clasificado entre los libros del Nuevo Testamento. Como prefacio al
Salterio se inserta una “Epístola a Marcelino” atribuida a Atanasio, junto con
el resumen de los Salmos atribuido a Eusebio de Cesárea; se anexan el Salmo 151
y ciertos cantos seleccionados del Antiguo Testamento y se indica el uso
litúrgico de los Salmos. No todos los libros están completos. En el Antiguo
Testamento ha de notarse particularmente la laguna de treinta salmos, desde
5,20 a 80,11; más aún, del Génesis 14,14-17; 15,1-5; 16-19; 16,6-9; 1 Samuel
12,20 - 14,9.
El Nuevo Testamento
perdió las primeras veinticinco hojas del Evangelio según San Mateo, hasta el capítulo
25,6, e igualmente las dos hojas que van desde Juan 6,50 a 8,52 (que, sin
embargo, como muestra el espacio que deja, omitía el antes muy disputado pasaje
de la mujer adúltera) y tres hojas que contenían 2 Corintios capítulo 4
versículo 13 - 12,6. Falta una hoja de I Clemente y probablemente dos al final
de II Clemente. El Códice A apoya a la Vulgata Sixtina en relación a la
conclusión de San Marcos y Juan 5,4, pero, como todos los manuscritos griegos
anteriores al siglo XIV, omite el texto de los tres testigos celestiales, 1
Juan capítulo 5 versículo 7. El orden de los libros del Antiguo Testamento es
peculiar. En el Nuevo Testamento el orden es: Evangelios, Hechos, Epístolas
Católicas, Epístolas Paulinas, Apocalipsis, con hebreos colocada antes de las
Epístolas Pastorales. Aunque originalmente era un solo volumen, ahora
está encuadernado en cuatro, con las armas de Carlos I en las cubiertas. Tres
volúmenes contienen el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento con Clemente en
el otro. Las delgadas hojas de pergamino, de 12 ¾ pulgadas de alto por
10 pulgadas de ancho, son hoy en día 773, pero originalmente fueron 822,
de acuerdo con el cálculo ordinario. Cada página tiene dos columnas de 49
a 51 líneas.
El Códice es el primero
en contener los capítulos principales con sus títulos, las Secciones Amonianas
y los Cánones de Eusebio completos (Schrivener). Un nuevo párrafo se
indica con una mayúscula grande y frecuentemente con espacio, no comenzando con
una nueva línea; la mayúscula agrandada se coloca en el margen de la línea
siguiente, aunque, curiosamente, puede no coincidir con el principio del
párrafo o de la palabra. El manuscrito está escrito en caracteres unciales a la
vez firmes, elegantes, sencillos; Gregorio le atribuye la mayor parte del
volumen III a una mano diferente de las otras. Woide distingue en el
Nuevo Testamento dos manos; Sir E Maunde, Thompson y Kenyon, tres, los expertos
difieren en estos puntos. Generalmente se estima que la escritura
pertenece a principios o mediados del siglo V o posiblemente a fines del IV.
Una nota arábiga indica que fue escrito por la mártir Tecla; y el Patriarca
Cirilo Lucar añade en su nota que la tradición afirma que ella era una noble
egipcia y que escribió el códice poco después del Primer Concilio de Nicea.
Pero nada se conoce de tal mártir en esa fecha, y el valor de su testimonio se
debilita por la presencia de los Cánones de Eusebio (murió en 340) y
destruido por la inserción de una carta de Atanasio (murió en 373). Por
otro lado, Scrivener considera que la ausencia de las divisiones de Eutalio son
prueba de que apenas puede ser posterior al año 450. Esto no es decisivo
y Gregorio podría traerlo hasta la segunda mitad del siglo V. El carácter
de las letras y la historia del manuscrito apuntan a Egipto como su lugar de
origen.
El texto del Códice
A es considerado como uno de los más valiosos testigos de la Versión de
los Setenta. Sin embargo, tiene una gran afinidad con el texto de la Hexapla
de Orígenes Nombre dado a la edición hecha por Orígenes del Antiguo
Testamento en hebreo y griego, la más colosal producción crítica de la
antigüedad. Esta obra era urgentemente requerida por la confusión que había en
tiempos de Orígenes sobre el verdadero texto de la Escritura y ha sido
corregido en un sinnúmero de pasajes, según el hebreo. El texto de los códices
de los Setenta está en una condición demasiado caótica, y su criticismo
muy atrasado, para permitir un juicio seguro sobre el valor textual de los
grandes manuscritos. El texto del Nuevo Testamento tiene aquí un carácter
mixto. En los Evangelios tenemos el mejor ejemplo del llamado tipo de
texto siríaco, antecesor de la forma tradicional y menos pura forma encontrada
en el textus receptus. Sin embargo, el texto siríaco es rechazado
por la mayoría de los eruditos a favor del tipo “neutral”, mejor
representado en el Códice Vaticano. En los Hechos, en las Epístolas Católicas,
y más aún en las Epístolas de Pablo y en el Apocalipsis, el Códice A
se acerca más o pertenece más al tipo neutral. Esta mezcla de tipos textuales
se explica con la teoría de que A o su prototipo no fueron
copiados de un manuscrito único sino de varios de distinto valor y origen
diversos. Los errores de copistas en este manuscrito son bastante frecuentes.
El Códice Alejandrino
jugó un papel importante en el desarrollo del criticismo textual de la Biblia,
particularmente del Nuevo Testamento. Grabe editó el Nuevo Testamento en Oxford
en 1707-20 y esta edición fue reproducida en Zúrich en 1730-32 y en Leipzig,
1750-51, y además en Oxford, por Field, en 1859. Woide publicó el Nuevo
Testamento en 1786, que B. H. Cowper reprodujo en 1860. Las variantes del
Códice A se anotaron en la Políglota de Walton, 1657, y en toda colación
importante hecha desde entonces. Baber publicó una edición del Antiguo
Testamento en tipo facsímil en 1816-28; pero todas las ediciones previas fueron
sobreseídas por un magnífico facsímil fotográfico de ambos Testamentos
producidos bajo el cuidado de Sir E. Maunde Thompson (El Nuevo Testamento en
1879, el Antiguo Testamento en 1881-83) (24).
BREVE ANÁLISIS DEL
TEXTO CITADO COMO RECURSO.
El
concepto de orden corresponde al momento histórico y sobre todo a la
interacción del Texto inspirado con la comunidad judía en el caso del A.T, y
tal fijación textual es una muestra del interés de la misma en una época
determinada y bajo los acontecimientos que marcaron los distintos imaginarios
del pueblo de Israel. La respuesta pastoral es una coherente manera de ubicar
los Textos inspirados en el orden que hoy los conocemos. La tradición
fundamentalmente determinó tal orden y la Iglesia asume su posición como
respuesta a la dinámica pastoral que apoyada en su sentido común procede de
esa manera. Orígenes en su formidable obra invoca por decirlo así la fidelidad
idiomática al emplear tanto el hebreo como el griego, de esta forma
reconocemos que el N.T exceptuando a Mateo se escribió en hebreo y en la Iglesia el griego dominó hasta el siglo IV en sus escritos teológicos. Hoy
reconocemos al latín como el idioma eclesial en Occidente, los Santos PP. de
la Iglesia latina lo emplearon y solo citaré las obras de Agustín de Hipona
(24). La identidad idiomática es clave a la hora de abordar el
sentido amplio de las Escrituras y la manera como las distintas traducciones
conservan sus contenidos más apegados a la realidad histórica de su
redacción. Las ediciones en otros idiomas están presentes pero la Iglesia ha
preferido señalar la versión de la Biblia de Jerusalén en sus estudios y eso
incluye también la Iglesia anglicana y nuestra Episcopal (Parte de la
Comunión Anglicana).
Los
escritos pastorales y los universales están conjugados en el orden que
conocemos en el N.T. Su contenido motivo tal orden, por esta razón Pablo y
sus escritos están antes que las llamadas católicas. La estructura eclesial
así lo reclamó, si pensamos en la Iglesia primitiva y luego la de los Santos
PP. de la Iglesia iniciando con los apostólicos. El propio Agustín ante
la falta de Textos fieles a la tradición Escrituristica acude a Jerónimo, de
esta manera emplea su obra y básicamente se nutre de sus esfuerzos por
traducir el Texto Sagrado de Tradición que a la sazón lo tomó tanto en hebreo
como en griego (25).
El
trabajo de orígenes en la escuela de Alejandría es de suma importancia entre
otros, por las condiciones y fuentes de las que disponía. La cantidad de
material que circulaba en el mundo primitivo era alarmante y por una especie
de moda muchos escribían y lo emparentaban con un autor sagrado para alcanzar
algún tipo de reconocimiento. La condición del canon Escrituristico todavía no
había sido fijado contundentemente. La Hexapla da cuenta de
esta realidad en la que se movía la Iglesia de su época (26). La autenticidad
se sujetó inevitablemente a la tradición de la Iglesia y con ello se buscó en
sus raíces el acontecer de las Escrituras inspiradas.
Los
contenidos de las Sagradas Escrituras están vivos en el acontecer eclesial y
no son solo anécdotas del pasado sino revitalización de la historia gracias a
la propuesta salvífica ofrecida por el Señor. La Iglesia Episcopal como parte
viva de la comunión anglicana en la praxis de su propia visión hermenéutica y
exegética no puede dudar del valor intrínseco de la revelación recibida en la
Biblia y su trabajo de Fe esta unido vitalmente a la reflexión salvífica que
es su cometido primordial (27). La celebración del mes de la Biblia es una
excusa perfecta para redoblar el trabajo reflexivo y de Fe en orden a la revelación
y como esta entra activamente en el quehacer o intríngulis del bautizado. Una
afinidad histórica que se muestra actual cada vez que la Palabra llega nuestros púlpitos y altares y al corazón y conciencia de los bautizados-episcopales.
La hermenéutica sale del corazón de la Madre Iglesia para nutrir la vida de
todos sus hijos los bautizados. Debemos ser parte del anuncio y difusión de
la Palabra de Dios (28).
|
FUENTES/CITAS DEL
AUTOR/INSUMOS/BIBLIOGRAFÍAS.
1-
Maas,
Anthony. "Agrapha." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York:
Robert Appleton Company, 1907.
<http://www.newadvent.org/cathen/01225c.htm>.
Traducido por Daniel
Reyes V. L H M.
2-
CUERDAS en has., Dict. de la Biblia
(Nueva York, 1905); Jesu Sprüche, Untersuch Texte und, XIV, 2 (Leipzig, 1896);
Resch, Agrapha, Untersuch und Texte, VI (Leipzig, 1889); Grenfell y Hunt, Iesou
LOGIA, (Egipto Expl Fondo, Londres, 1897.) BLOQUEO Y S Anday, refranes de Jesús
(Oxford, 1897); Nestler, Supplementum NT (Leipzig, 1896). bibliografías
completas se encuentran en la mayoría de las obras anteriores.
3-
Nota del autor.
4-
Didasc.
Syr. II, 8 (ed. Lagarde, p. 14).
5-
Un nombre usado por primera vez en
1776 por J. G. Körner para los dichos de Jesucristo que han llegado
hasta nosotros fuera de los Evangelios canónicos. Después de que Alfred Resch
hubo escogido la expresión como el título para su trabajo erudito sobre estos
dichos (1889), su significado técnico fue generalmente aceptado.
Consideraremos, primero, los límites de los Agrapha; en segundo lugar, los
criterios de su autenticidad; tercero, la lista de aquellos que probablemente
son auténticos.
6-
Ephr.
Syr. Test. (opp. Græce, ed. Assemani, II, 232).
7-
Demonstr. adv. Judæos, VII.
8-
Nota del autor.
9-
Nota del autor.
10- Nota
del autor.
11- Nota
del autor.
12- Nota
del autor.
13- Nota
del autor.
14- https://www.bibliatodo.com
› la-biblia › versión › Biblia-de-Jerusalén
15- Nota
del autor.
16- Nota
del autor.
17- Fuente: Maas, Anthony. "Agrapha." The Catholic
Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01225c.htm>.
18- Nota
del autor.
19- Cristoeseltema.blogspot.com
20- Nota
del autor. Cristoeseltema.blogspot.com
21- https://www.bibliacatolica.com.br
› La Biblia de Jerusalén › I Juan.
22- https://mercaba.org
› FICHAS › cetese.org › 1-4_canon_bíblico// www.mercaba.org › ARTICULOS ›
04_el_canon_de_la_biblia//
23- https://biblioteca.ucm.es
› histórica › biblia-walton.
24-
Fuente:
Fenlon, John Francis. "Codex Alexandrinus." The Catholic
Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908.
<http://www.newadvent.org/cathen/04080c.htm>.JOHN F. FENLON// Traducido
por Pedro Royo. Lhm
25-
Nota
del autor.
26- Nota
del autor.
27- Nota
del autor.
28- Nota
del autor.
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