BREVES COMENTARIOS SOBRE
LA NECESIDAD DE LA FORMACIÓN CONTINUADA Y PARTICULARMENTE LA LECTURA DE TEXTOS
AFINES.
“El clérigo Episcopal explicita también su Fe desde
el proceso del conocimiento y la actualización intelectiva de lo que sabemos
y recibimos en la formación, la formación debe ser continuada porque la sed
de Dios y el conocimiento lo es, esencialmente permanente” … cristoeseltema.blogspot.com
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La realidad intelectiva
del ser humano le hace transitar por caminos “adornados” por todo tipo
de interrogantes que le hacen parir la verdad como asegura uno de los grandes
griegos, nos referimos a Sócrates, la Mayéutica busca en lo más
recóndito de la conciencia humana para hacer brotar de esta la congruente
respuesta en orden a su realidad percibida como tal… (2) la verdad que se
percibe cuando se adelanta la formación permanente que no se deja
amilanar por el tiempo y las necesidades o preocupaciones, sin duda producirá
un fruto muy apreciado como es la armonía o Ataraxia de los pensadores
griegos. La armonía que identificamos como equilibrio es la misma que llega
justo cuando el ser humano se interroga sobre sí mismo y sobre su relación con
el Dios revelado. El conocimiento académico permanente afirma con creces
nuestra vocación hacia el conocimiento y por ende a instrumentalizar lo que
podemos y debemos conocer. La formación continuada es una necesidad del
espíritu de todos los bautizados. Esto último nos circunscribe al medio
eclesial por antonomasia. El conocer es propio de nuestra condición racional y
una necesidad de su producir intelectivamente hablando. Estamos en un medio con
una necesidad axiológica y epistemológica distintas, pero a la vez marcadas y
determinadas. El conocimiento expresa el dominio de la especie humana sobre
cuanto existe, pero un dominio racional mediado por el amor y no solo por el
quehacer inductivo y deductivo de cualquier investigación o postulado. Creer
esta unido intrínsecamente al conocer. (3) No se trata de una
experiencia de Fe estática o quietista sino de una continua intelección con el
medio somático donde la realidad se edifica paso a paso o momento a
momento, donde la sucesión del tiempo es tan dramática como el nacer y el
morir, todo ello presente en la vida del ser. (4) La formación continuada
nos dispone a actualizar cuanto sucede en nuestro medio relacional, donde la
realidad se manifiesta y es percibida.
El clérigo está llamado a
mantener en continua formación dando así respuesta al mundo cambiante y
afirmante de principios no necesariamente en concordancia con el mensaje de
Dios. “Nada de lo humano me es desconocido” (5) afirmará como
principio gnoseológico el propio Agustín de Hipona justo en la muerte del mundo
antiguo y no por ello deja de ser tan actual como hace ya 1500 años. El
pensamiento no entra en decadencia como la vida biológica, vive y expresa una
sucesión de eventos que nos facilitan su percepción y la muerte física es uno
de esos “mojones” Nuestra Mayéutica (6) desde el punto de vista
occidental que corre por nuestras venas nos conduce inevitablemente a revalidar
posturas intelectivas ante un mundo en constante transformación. Un ejercicio
que se nutre de cuanto conocemos y hemos vivido así mismo como construido. Es
pues una realidad que percibimos desde la seguridad de nuestra experiencia de
Fe, eso sí, salvaguardando la necesidad del conocer como praxis aun de lo que
hemos creído. El conocimiento se une al intelecto y juntos fundamentan
formalmente nuestra relación con el mundo creado y el increado amor de Dios.
Una relación de eternidad en tiempo y espacio bajo el signo perceptivo de la
razón y el amor de nuestra parte. (7) El rastro del mundo antiguo está
latente entre nosotros y esa huella de su poder intelectivo llega a la Edad
Media y particularmente justo después del oscurantismo, datando una fecha
conocida por todos, la Escolástica. La Summa teológica de
Anselmo que ocuparía la sede de Canterbury en el siglo XI, y Tomás de
Aquino dos siglos después, serán quienes tomarán las banderas de la necesidad
de un conocimiento continuo en el ser humano. La expresión latina “Credo
ut intelligas” (8) máxima acomodaticia de Anselmo nace
precisamente en el Hiponense, pero que al ser retomada por este se
centra en la posibilidad de la renovación tacita de todo conocimiento partiendo
de la Gracia como aquel factor detonante de la sed tanto de Dios como del
conocimiento convirtiendo esta relación en una bella contingencia de los
bautizados. El conocimiento posee unas implicancias antropológicas que suscitan
posturas transformadoras entre nosotros. El mundo pide respuestas y el
conocimiento es una de ellas. El creer es fruto del amor de Dios en
nosotros y el conocimiento es la respuesta apenas natural del ser humano creado
como persona y todo su contenido formal de racionalidad para percibir su propia
existencia tiempo espacial. (9) La línea anselmiana y su similar
tomista no distan mucho de una expresión de Fe bajo las categorías de nuestra
propia racionalidad. El conocimiento no reemplaza la Fe como experiencia
trascendente en el ser humano, por el contrario, es la Fe la que nos permite
conocer y el conocer la Fe es una de las categorías propias de la inteligencia
de los bautizados. No podemos escaparnos del mundo y mientras vivamos en el
debemos dar razón de lo que creemos y lo más importante, los interrogantes
existenciales a ser despejados, ¿Por qué y cómo creemos? El
bautizado episcopal transformado en cristiano episcopal debe estar a la
vanguardia de los procesos mediante los cuales la realidad es abordada y
comprendida, no podemos estar al margen de la ciencia y los adelantos de esta. El
mundo es asumido bajo las categorías epistemológicas que el ser humano ha
construido y no podemos ser distintos o indiferentes al reto del mundo y todo
su poder intelectivo. (10)
“La academia es una necesidad y se puede abordar
desde la disciplina de la lectura personal con fines”.
Cristoeseltema.blogspot.com (11)
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La Fe no puede
convertirse en la excusa perfecta para no conocer o continuar en la formación
personal y continuada, recordemos que “camino a Emaús” el Señor
se aparece y al estar los ojos de aquellas personas como retenidos, el
Resucitado los abre por medio del conocimiento contenido en las Escrituras
inspiradas. Se convirtió también en maestro de lo intelectivo. Tal afirmación
la encontramos precisamente en la naturaleza de los diálogos descritos por la
visión Lucana de tal episodio pospascual. Conocer implica también La
capacidad de amar la naturaleza de los estudiado y conocido, esto último en el
plano de lo emocional se entrelaza con la Fe de quien conoce o someta a la
razón lo que cree con su corazón, (12) hemos parafraseado a Agustín
y con ello vemos su postura epistemológica que es sobre todo una prolongación
de su propia Fe como bautizado. Nuestra epistemología se conserva en los
parámetros de nuestra curiosidad académica. Aquí la teoría del
conocimiento episcopal es el amor de Dios convertido en un medio de lo
intelectivo al servicio de nuestra Fe. (13) La capacidad intelectiva es
propia de nuestra naturaleza y cumple una función sublimada que supera la
percepción del conocimiento material o filosófico de las cosas y las
reacciones. Conocer desde esta perspectiva antropológica trascendente es propio
de la persona humana redimida y actuando bajo la guía amorosa de la Gracia de
Dios. El conocimiento se sacraliza porque es visto como expresión del
Dios amoroso que adornó nuestra vida con la capacidad racional, tal capacidad
siempre en activo e inmanente condición de nuestra especie. (14) No es un
accidente en nosotros el conocer, es con todo y toda expresión un lineamiento
casi fronterizo entre la razón y la materia, no es dualidad sino contundente
descripción de nuestra propia naturaleza. La cohabitación esencial entre
materia y espíritu nos ofrece la posibilidad de conocer bajo la estructura
mental que poseemos dando como resultado la aprehensión de los fundamentos de
nuestro entorno o medio relacional. (15)
Los medios didácticos que
podemos emplear en nuestra formación continuada son muy amplios, hoy existen innumerables
recursos que son fáciles de incorporar al proceso de formación continuada, la
condición formativa es clave para buscar los medios que se ejecutan en la
formación continuada. Las ayudas didácticas son propias de una lectura
con fines determinados por la necesidad o el enfoque formativo de los
interesados. (16) La connotación antropológica que camina de la mano de
la ciencia hace posible que tales recursos entren en el espectro apenas natural
de lo social y cultural, desde esta dirección el internet como recurso está
latente en los procesos de formación continuada del presente. La dinámica de
aproximación a la tecnología está inscrita ya en el Ethos del presente y los
recursos se enfocan en el manejo personal de la información por este tipo de
medios. La dinámica de lo ciber entra en la elaboración de información de una
manera puntual sin barreras tiempo espaciales lo que facilita ser manejada como
un recurso puntual. Las posibilidades de no encontrar la información
solicitada son caso nulo, esto nos dice claramente que como recurso didáctico
es de suprema importancia. (17) La valoración de la información en
nuestra formación continuada corresponde a la frecuencia en la que nosotros
recolectamos la información y sobre todo a la finalidad de la misma. La
asiduidad es vital se pretendemos construir una disciplina de formación
continuada y de lectura que se enfoque en dicha cuestión. El amor por la
lectura nos conduce a valorar todos los procesos por los cuales recaudamos
información y también facilita su discriminación, así como aplicación. La
formación continuada responde a las exigencias del tiempo presente. La
formación continuada garantiza la constante y progresiva acumulación de
información sobre contenidos relacionados con nuestro campo de aplicación. Ver
más allá de lo que hemos recibido en la formación inicial es la tarea
fundamental de nuestro intelecto. (18)
El deseo por el conocimiento
no excluye la espiritualidad, es una manera muy particular de verla y
entenderla. Lo volitivo aflora también en lo sobrenatural de una vida llena de
contenidos espirituales. Lo volitivo corresponde a la capacidad innata de
decidir sobre la aplicación real o praxis de los contenidos sumados en todo
proceso de formación continuada. Esta categoría es claramente congruente con el
conocimiento asimilado y su utilidad en nosotros y nuestro entorno. Nuevos
Ethos aún más evolucionados afloran en la conciencia humana cuando abrimos las
puertas del conocimiento formal. No es un tema de estricto reconocimiento del
derrotero académico de una persona en una institución determinada, es, por el
contrario, la posibilidad de nutrir toda expresión de vida y su dinamismo. Las
ayudas didácticas facilitan toda actualización de conocimientos, así como de
nuevas posibilidades reflexivas en la elaboración de conceptos afines o de la
misma naturaleza de los temas actualizados.
La epistemología
lingüística, (19) es consecuencias de tales ejercicios
intelectivos de actualización en la formación continuada, debemos hablar
empleando los términos apropiados y de fácil comprensión sin olvidar el
lenguaje propio de la disciplina que estemos abordando, esta lingüística es
nueva en nosotros y la “vieja lingüística” se
actualiza enriqueciéndose con la presente expresión de actualización
idiomática.
“La
interpretación de los conceptos nuevos produce tal fenómeno comunicativo,
estamos afirmando categóricamente que la renovación idiomática se centra
precisamente en el contenido actual de los términos y como estos encajan en
el nuevo Ethos de la comunicación a partir de una actualización de nuestros
conceptos antes aprendidos”. Cristoeseltema.blogspot.com (20)
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Hablar como acción básica
de comunicación y expresión de emociones y sentimientos se renueva para entrar
de total acuerdo con los tiempos que en la sucesión de eventos son siempre
otros, esta contingencia toca dramáticamente el lenguaje que empleamos en nuestra
comunicación o ejercicio ministerial. En la docencia sucede igual
fenómeno, por esta razón toda actualización es importante y sus aportes son
perceptibles dentro del esquema o estructura de nuestra comunicación. (21)
En cuanto a su teoría del
conocimiento diremos simplemente y sin tanta semántica, que los términos son
nuevos y antiguos y que muchos de ellos permanecen siempre. Aquí nos adentramos
en una comprensión metafísica de la comunicación, (22) cuando
caminamos intelectivamente hablando más allá de la comprensión inicial de las
palabras y los conceptos. La realidad que el clérigo forma en su mente es la
misma, pero con herramientas nuevas cuando este se actualiza, tal definición
nos ubica en un plano intelectivo que experimenta más allá de la realidad
cognoscible inicialmente. “recordemos la expresión popular cuando algo no
es claro en la comunicación con alguien-a mí no me hable en chino” (23)
pues tal expresión plantea sin saberlo su interlocutor una dificultad
intelectiva en la comprensión conceptual. La lógica en la comunicación puede
apuntar a generar dinámicas de aproximación en la que fuentes comunes de la
comunicación se emplean para dinamizar un dialogo. Podemos citar como ejemplo
el lenguaje técnico-científico que emplean los médicos en sus diagnósticos.
Puede cambiar la comprensión de los términos nuevos, pero algunos no pasan. La
actualización idiomática es necesaria porque las nuevas generaciones así se
expresan. No podemos concluir acertadamente una idea sin conocer lo que en si
su naturaleza fenomenológica nos quiere expresar de no ser así entonces será
difícil elaborar imágenes y conceptos a nivel mental. Esta elaboración se
alimenta del entorno y racionaliza los conceptos así comprendidos.
El postmodernismo nos
trajo una concepción de la comunicación amplia en cuanto a las imágenes que
empleamos en dicho periodo de la cultura humana, los conceptos anteriores
fueron revisados positivamente y acuñamos otros. El modelo epistemológico se
mantiene lo que cambió fue la elaboración conceptual acorde con los nuevos
tiempos. La percepción del mundo visto
en su proceso de crecimiento y también de deterioro se centró en el accionar
humano como era de esperase. La raíz idiomática sufrió cambios apenas
necesarios según los nuevos Ethos acuñados y conceptualizados. (24) La
misma teológica incluyó como su nuevo horizonte el fenómeno ambiental
desarrollando ahora una Teología en términos antes nunca vista por la Iglesia. Esta
teología se convirtió en el primer fortín a ser abordado y renovado por la
teología de la Iglesia. La renovación es un proceso necesario para el teólogo y
en general para los bautizados, se planteó con ello la necesidad de una “teología
funcional” (25) que respondiera a las necesidades de los creyentes sin
ser estos teólogos. El paradigma actual sufre cambios dinamizados por la
comprensión de la realidad que siendo mudable se instala en la psique de los
creyentes y especialmente de quienes se interrogan por su Fe y quieren entrar
en un desarrollo más comprometido de la misma. El paradigma postmodernista no
tolera que las instituciones tengan “el control” porque ven en
tal acción la pérdida de su propio dinamismo conceptual, nosotros poseemos una
concepción estructurada de la realidad a partir de los fenómenos que
interpretamos y a tal función racional sumamos para enriquecer la experiencia
de nuestra Fe, el mundo material es iluminado por el mundo espiritual. La
actualización es vital para responder a los tiempos que llegan propiciados por
la concepción de una realidad menos o casi nada dogmática y me refiero al
paradigma social y cultural, ya que la autoridad de los dogmas en la Fe de la
Iglesia es incuestionable porque es en sí una experiencia de Fe y no un
acontecer epistemológico. No es un acontecer al servicio de lo
fenomenológico sino de lo trascendente y ve en la existencia de nuestra
antropología una manifestación de lo deificado (santos PP. griegos). (26) No estamos desconociendo la
epistemología propia, sino que evitamos incluir maliciosamente la doctrina en
un juego de términos que pueden ser categorizados y modificados por la nueva
corriente idiomática.
Como Episcopales no vemos
la realidad como una simple construcción de eventos y quehaceres sociales, si
fuera de esta manera sonaría a una especie de “realismo ontológico”
(27) que básicamente afirma que el todo que percibimos como realidad es y será
fruto de las acciones sucesivas del ser humano en lo social y cultural,
desprovista tal afirmación del enfoque teórico-practico de una sociedad movida
como expresión de nuestra Fe y hablo por los Episcopales. El paradigma de
nuestra actualización es fundamentalmente el movido por el Espíritu, (28)
es decir, un paradigma que nace en el Espíritu Santo como manifestación de Dios
Trinidad al mundo sensible. Aquí vemos las huellas de la Trinidad Económica en
su bondad salvífica hacia la creación y la humanidad como parte de ella. Un
paradigma de esta naturaleza se ajusta a nuestra concepción de Fe centrada en
Cristo revelador de la vida Trinitaria. (29) La formulación de
conceptos en la formación continuada nos permite elaborar ideas reducidas
a lo que en verdad estamos buscando. Esta reducción conceptual se asemeja a lo
que encontramos en el siglo anterior y del que figuras como Husserl (30) plantearon
desde la concepción de una reducción de las ideas en su contenido teórico, pero
tal afirmación sino es llevada a la praxis del concepto entonces se convierte
en una afirmación más del idealismo filosófico que nos inunda todavía. La
realidad no la percibimos desde la comprensión total de esta sino desde la
cosmovisión que nos imprime la Gracia al enfrentar el fenómeno como una
manifestación de nuestra Fe en el Resucitado cuyo paradigma rompe cualquier
concepto de una idea que interpreta la realidad en la que actuamos. No es solo
un mundo sensible el que nos interesa es por demás toda expresión delo
sobrenatural que actúa en nosotros y en nuestro entorno somático. La
elaboración conceptual bajo el influjo de la Gracia ve más allá de un simple
proceso racional en nosotros. (31) Es
una supra expresión de Fe que vivimos desde la perspectiva episcopal. Una
dinámica que se afianza en el uso racional de los presupuestos teológicos y su
espiritualidad, en una palabra, hace que la praxis espiritual sea contundente
en quien se renueva conceptualmente. Estaremos pues capacitados para comprender
mejor las situaciones humanas que conocemos o vivimos en nuestras propias
congregaciones. La posibilidad se amplía en su espectro teórico y práctico
al punto de facilitar que la dimensión ontológica y su similar, la lógica, se
unan en un discurso aterrizado de fácil comprensión. (32) Aquí las bases
y fundamentos de nuestra metodología para aproximarnos a la teoría y luego
convertirla en obra es vital para el aprendizaje como nueva posibilidad real de
ampliar nuestro espectro intelectivo. El mundo actual vive otros conceptos de
verdad y por ende sus presupuestos axiológicos son distintos a los transmitidos
por el Evangelio. Estamos pues llamados a dar respuesta a unos y a otros, tanto
a quienes viven su Fe como a quienes no lo hacen en su total expresión. La
veracidad se convierte en testimonio y este en lenguaje practico al mundo. Es
pues desde toda posibilidad intelectiva un ir más allá de lo que inicialmente
creíamos que necesitábamos en nuestra formación continuada. (33) Los presupuestos gnoseológicos son
amigos de la ciencia y esta del empirismo y sus métodos de experimentación, así
es como se producen las hipótesis que luego serán trabajadas. Aquí nos
detenemos en la consideración de una metafísica cuya dialéctica se argumenta
desde la proyección de lo intelectivo para asimilar mejor toda la información
de la formación continuada que hemos recibido, no se trata de un título o
certificación sino y sobre toda consideración de la praxis supra de lo
asimilado en la formación continuada y esta información convertida en respuesta
al mundo.
PARADIGMA
FORMATIVO.
“La Formación Continuada, esta presente en el
espíritu canónico de esta Iglesia, lo que implica la necesidad de su
implementación y desarrollo de políticas y entendimientos personales para
hacer su inserción pastoral en las congregaciones que los clérigos asumen”. Cristoeseltema.blogspot.com
(34)
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El modelo que se vive en
la formación continuada es una expresión directa del modelo académico que se ha
constituido en guía de los procesos anteriores. Lo anterior nos está diciendo
claramente que el paradigma no se produce solo por la identidad de conceptos
comunes sino y sobre todo por la interacción de un método para convertir los
conceptos en argumentos y darles el peso científico de su veracidad.
Resumiendo, la cuestión inicial simplemente diremos que el paradigma posee la
verdad que dice argumentar desde sus fundamentos teórico-prácticos. (35) La interpretación busca hoy una
postura hermenéutica distinta que pueda responder a las exigencias del
presente, una tal postura que aborda el realismo que muchos viven sin tener en
cuenta las consecuencias de sus distintos estilos de vida. Este tipo de
realismo se arma por medio de la exposición de una lógica muy particular que
interpretas según las convicciones personales el mundo como realidad
fenomenológica. Tal contenido de la realidad es interpretativo y por ende ese
principio de lógica se enfrenta con la intuición que no es reconocida, pero que
en cuanto se une a nuestra inmanencia entonces nos plantea un conocimiento-reacción
(36) ante el mundo y sus relaciones. Aquí
la Fe tiene mucha dificultad en hacer su trabajo puesto que sobreviene una
especie de ateísmo funcional según sea el compromiso que se asume por lo
sobrenatural, llámese oración, meditación, vida sobrenatural y en síntesis todo
aquello que contenga una realidad distinta a la perceptible por la via
sensitiva. (37) La formación busca en su paradigma plantearse los
distintos retos por los cuales esta se adelanta. La hermenéutica sufre
las consecuencias de una interpretación sensitiva que no reconoce más que la
razón como argumento central, no estamos enfocados en una interpelación
estrictamente supra de la realidad sino en la capacidad de reconocer la
injerencia de lo espiritual en los procesos antropológicos. (38) Teorizando aportamos la conciencia de
lo supra en la construcción de los sentidos como los perceptivos de la realidad
material formalmente hablando. El vínculo esencialmente racional de muchos bautizados
les dificulta ver más aun, que su propia praxis en lo sensitivo y creen que el
mundo es solo una experiencia sensible de aquí se desprende la perdida
sustancial de argumentos para sostener una vida cargada de espiritualidad para
enfrentar el mundo y sus realidades. El creyente se forma para responder
en las categorías paradigmáticas de la razón y la Fe. (39) Una vez más
la epistemología Agustiniana tiene la razón en sus criterios
teórico-prácticos:” Lo que creas con el corazón, somételo a la razón”.
(40) Una lógica que trasforma la forma como vemos el mundo y sus contenidos
llevando con nosotros la suficiente esperanza para vivirlo y lograrlo. Interpretar
no es una acción superficial, es la congruente identidad de la Fe puesta al
servicio de los fundamentos de lo que tenemos por verdad de nuestra Fe. Ser
objetivos en la introducción de nuestro paradigma cristiano en la formación es
necesariamente una misión epistemológica que revalidar. (41) Una vez
más lo intersubjetivo como apreciación de la verdad llega a nosotros los
bautizados sin demeritar el sabio uso de la Fe. Una realidad que se
convierte en intersubjetiva al evocar en sus procesos la verdad y su
interpretación bajo el concepto de nuestra hermenéutica, no se trata de dar
solo razones al mundo para creer sino sostener todo aquello que creemos. (42) Como propuesta para nuestra
metodología e investigación de los fundamentos de la formación continuada en
nosotros, podemos asegurar estos pasos que todos conocemos cuando hemos
investigado:
Análisis de un contenido cualquiera
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Este concepto se realiza bajo dos presupuestos,
miremos cuales son:
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Fundamento no gramatical
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Se emplea para abordar la información que nos brinda
uno o más términos usados en la lectura de un párrafo o articulo cualquiera y
de cualquier naturaleza de contenido disciplinario. Desde teología hasta
música, sus aplicaciones son diametralmente relacionadas con la infinidad de
contenidos que se pueden citar.
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Fundamento gramatical
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Corresponde a la elección de todo aquel material que
leeremos o asimilaremos según su contenido, no se detiene en termino alguno
sino en toda su estructura contenida en el párrafo, libro o articulo citado.
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Lo anterior necesita de un análisis que se centra en
la objetivad del texto citado sin importar su contenido, desde luego, se
escoge el material o insumo según el fundamento de nuestra formación y su
actualización. Todos también hemos clasificado la información según su
relevancia en la formación o como expresamos antes, en su actualización
conceptual. Toda interpretación posee por naturaleza una finalidad y esta la
que buscamos en la formación continuada no desconectarnos de sus avances y/o
cambios.
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El Episteme platónico que este gran griego
entendía como la interpretación inmediata de las ideas en la formación
continuada es una realidad, pero bajo su propio dinamismo. Aquí citamos el Eidós
que cumple la función de la contemplación de la verdad y para lograrlo es necesario
cierto contenido de disciplina y responsabilidad en frecuentar la lectura con
fines y todo aquello que contribuya a nuestra formación. Aquí en conocimiento
asume distintos grados en nosotros y suena acertadamente a una clasificación
ontológica y gnoseológica del conocimiento adquirido. Quien ama el estudio lo
llevará también como expresión de su Fe al terreno de la praxis
supra-natural, es decir, que no se trata de “títulos” sino de
interiorización de la verdad revelada también en la academia. (43)
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La formación continuada
requiere de los componentes anteriormente descritos en el cuadro. para poder
hacer autentico el crecimiento intelectivo en la investigación y/o lectura con
fines establecidos. La estructuración personal necesita del conocer el entorno y
sus realidades y la gramatical como descriptiva de esta realidad es
importante. El lenguaje responde a los
devenires del presente y a plantear una comunicación fácil de asumir. La
investigación es el primer fundamento para poder profundizar sobre cualquier
disciplina y no siempre tal acción debe ser adelantada en institución alguna,
la sed personal de conocimiento no puede ser apagada fácilmente. El
clérigo como sujeto movido por una profunda experiencia de Dios, debe responder
a esta sed acudiendo a la Gracia que convierte en ejercicio intelectivo nuestra
historia dejando en cada acción un contenido de la misma a nivel de nuestro
razonamiento. (44) Los
conocimientos son recurso de primera mano en toda la obra de la Iglesia, son la
forma como el mundo se convierte en lenguaje cognoscible para nosotros y
nuestro entorno. Es una percepción eidética de los eventos y con el
conocimiento el concepto se estructura sin la necesidad de mediar recurso
distinto a nuestra propia reflexión.
Nuestra contingencia es vista en una forma tal
que puede salir de sí misma para absorber los contenidos de otras realidades.
La inmanencia que somos y manifestamos no está lejana de los conocimientos que
enriquecen nuestra propia comprensión de la realidad en la que actuamos. La praxis
de nuestra Fe permite que la razón sea iluminada por la experiencia con el Dios
revelado y tal información nos permita reflexionar más profundamente sobre las
causalidades de las cosas, entendiendo estos fenómenos desde la interpretación
racional de quien los vive o se informa de ellos. Lo intelectivo no se puede
apartar de la praxis y su contenido, somos pues, por definición escolástica “toda
inteligencia y razón” (45) un instrumento que define nuestra naturaleza
singular. La comprensión del mundo racional es claramente la tendencia de
nuestra existencia y hacemos de la razón el recurso más grande para conocer y
amar ya que la Fe ilumina esta cualidad de nuestra forma de existir. Antes
citábamos a Tomas de Aquino, ahora miramos al pasado y acudimos al último
romano para afirmar esta relación racional esencial, nos referimos a Boecio.
(46) El que de la cuestión se resume fácilmente con la inclusión
discursiva de la razón y la Fe. El
modelo formativo debe cambiar para dar respuesta a los nuevos tiempos donde el
acceso a la información es esencial para todos y donde la tecnología contribuye
grandemente a masificar los contenidos y dejarlos de una manera tal que todos
pueden alcanzarlos.
“El modelo epistemológico se ha transformado en una
cadena de eventos interpretados bajo la lupa de la razón, y el absolutismo
esta de retirada, los meta relatos cuestionados antes hoy parece que están de
regreso ante la necesidad de ir más allá de los simples eventos en su más
segura interpretación”. cristoeseltema.blogspot.com (47)
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El paradigma formativo se
abre a nuevos mundos intelectivos y el saber fluye como nunca antes, los
recursos y ayudas didácticas para el aprendizaje son cada vez más populares. No
es un privilegio o una cualidad unica exclusiva de algunas personas, es por naturaleza
la necesidad de la humanidad en el presente siglo. Los que llamo nuevos
mundos no son una manera de existencias independientes en el plano de la misma
y unica realidad perceptible, sino que corresponde a los niveles de formación y
continuidad en estos procesos. (48) El
pluralismo esta de moda una vez más y se experimenta en los accesos variados a
las fuentes de información y líneas de investigación para abordar uno u otro
tema. La lógica esta entre nosotros como el nexo que hace posible clarificar el
valor esencial de la información o investigación personal al conectarla con un
todo investigado.
El QUÉ DE LA
CUESTIÓN, como método y metodología nos lleva a suponer que mientras
más fuentes y contenidos consulte (El lector y/o investigador) (49)
más cerca podrá estar de la veracidad en sus investigaciones, y en este caso de
sus juicios personales. El criterio
puede ser influenciado positiva o negativamente según los contenidos a su
alcance, los apriorismos son comunes cuando no hay suficiente contenido y
recurso reflexivo a nuestro alcance.
El NOUS o
la inteligencia (50) actúa dinámicamente en la composición e
interpretación de la realidad de quien la somete a sus categorías intelectivas,
conocemos y el conocer como función natural es iluminado por la Gracia de Dios.
De no ser así entonces nuestra inmanencia no podrá ser superada en el
conocimiento de los contenidos tratados y nuestro crecimiento académico y
espiritual será en verdad limitado. Las
categorías del conocimiento las abordamos en la praxis de nuestra racionalidad.
(51) Aquí encontramos la potencia más especifica en nosotros y no es
otra que la inteligencia como aseveraba Tomás de Aquino y Boecio,
Los fundamentos de los racionalistas, empiristas, y podemos incluso citar
nombres como es el caso de Locke, Descartes y Kant, (52) que
trataron sobre la inteligencia más allá de la concepción religiosa. El ser de
las cosas y su orden nos toca a cada uno de nosotros y la necesidad de la
formación continuada y la lectura con una finalidad. El paradigma en la
formación se adapta a los nuevos tiempos y necesidades, pero en su estructura
permanente no se modifica porque el concepto doctrinal ya fue establecido y su
dialéctica es el dogma, esto último implica que su contenido universal no está
sujeto a voluntades particulares fuera del concurso de la Iglesia universal y
su catolicidad. (53) La
formación permanente o continuada hace eco de las necesidades del presente pero
dialécticamente no se desconecta del pasado donde encuentra la razón de su
actualidad o presente. Aquí definimos antes que la dialéctica se expresa en las
categorías cognoscibles puede y debe ser adaptada, pero sin perder su esencia
universal. Somos expresión particular de racionalidad, pero unidos a un todo
donde brota conciencia universal como es el caso de los contenidos doctrinales
de la Iglesia. El renacer de la actividad académica es el sustento de
todo principio pastoral conocido o implementado. (54)
Nuestro paradigma se
afecta positivamente en todos los procesos que emprendemos desde la perspectiva
académica y con ello se realizan avances importantes en la asimilación de
nuevos espacios para la pastoral de la congregación. El principio que ordena
nuestra praxis es un fundamento categóricamente intelectivo lo que implica que
la comprensión de lo académico es vital en el ámbito de la vida eclesial. Los
carismas necesitan de reflexión para su mejor utilidad y el discernimiento es
un ejercicio intelectivo naturalmente expresado. La Iglesia forma a sus
clérigos como respuesta al mundo y a sus verdades de Fe. Qui en los distintos
escenarios sociales y culturales encontramos Ethos formados en categorías
ordenadas y otros en el degrado de las mismas, por esta razón la formación
continuada da luz a estos escenarios confusos y poco conocidos. Sino
continuamos la formación entonces creeremos que las cosas son como creemos que
son y no hay posibilidad de dar espacio en nuestros escenarios a procesos que
hoy son nuevos a los que incluso vivimos en nuestro momento. La Fe y la
antropología se dan la mano en situaciones como:
·
Niños y niñas transgénero.
·
Modelos socio-políticos.
·
Modelos culturales.
·
Ideología de género.
·
Situación medio-ambiental.
·
Dignidad de la humanidad y la creación.
·
Libertad de culto e identidad religiosa.
·
Ámbitos sociológicos.
·
Praxis religiosa.
·
Derechos Humanos.
·
Igualdad, equidad, de género. (55)
Los anteriores enunciados
son solo algunos de los más tratados por las distintas iglesias en sus
pastorales y cosmovisión, la formación continuada encuentra en cada uno de
ellos motivos más que valederos para adelantar sus estudios con el animo de
generar respuestas ante la inmediatez y actualidad casi mediática de cada uno
de sus contenidos. El mundo en su globalización también toca de frente las
comunicaciones y ellas impulsan el cambio de mentalidad o cosmovisión, ahora el
mundo parece más pequeño de lo que en realidad es, la comunicación hace de las
relaciones un todo actual porque no discrimina la distancia con relación al
tiempo de la comunicación. La metafísica de la comunicación y el lenguaje
permiten a los distintos programas de formación continuada y lectura personal
con fines contar con recursos claros y de fácil acceso que en la perspectiva de
superar las barreras idiomáticas se adentran en la comprensión tanto del que
lee como de quien recibe la interpretación de su contenido. Los distintos logos
de la comunicación de actualizan cada que un recurso de los empelados entra en
acción, sea un texto escrito o por medio virtual, su contenido no se altera. La
metafísica de la comunicación y su énfasis en el contenido estructural de cada
recurso o ayuda didáctica se conserva porque el logos que se imprime en las
palabras no se altera en lo absoluto. (56) Las unidades lingüísticas son las
mismas solo que en significado puede explicitarse mejor en el medio de la
formación que así lo reclama. Es un contenido que llega en sus textos ya fruto
de anteriores reflexiones para ser adaptado idiomáticamente y comprensiblemente
a nuestras necesidades de formación. La interpretación teológica sigue su
cordón que es la Tradición y el Magisterio, (57) la connotación
ontológica es similar en sus operaciones, pero afecta al ser más que a sus
creencias y formulaciones, por esta razón la metafísica se involucra en la
praxis de lo comunicado idiomáticamente y la ontología en la forma como el ser
transforma su existencia gracias a los contenidos de su proceso formativo y
actualización. No tratamos de alterar la información sino aterrizarla en
el contexto de una vida y sus vivencias desde la proyección de la Fe. (58) El
panorama se relaciona vitalmente cuando la formación sigue su caminar en
nosotros. Es pues para nosotros una realidad que todo proyecto formativo
produce sus resultados en una dinámica que no necesariamente sea aplicada en la
inmediatez de su término, pero si se manifiesta en el proceso de fortalecimiento
de los conceptos y la cosmovisión de quien continua en sus caminos. La
interpretación de la historia está presente en la formación continuada porque
esta actualiza los avances que se suscitan en ella.
LA FORMACIÓN CONTINUADA Y SU VITALIDAD INTELECTIVA.
La formación
continuada le permite al clérigo desarrollar sus competencias a lo largo de su
vida. (59) Dándole los medios necesarios para
comprender la dinámica de los tiempos presentes y los por venir. Aquí los
recursos corresponden al grado de madurez que este posee siendo sinónimo de
interrogante permanente ante el mundo y sus realidades, así como relaciones. El
proceder bajo los esquemas de nuestra racionalidad implica que necesitamos de
medios para comprender estos procesos en un mundo mudable como el actual. La
ciencia y la capacidad de producir a gran escala introdujo en la cultura de
consumo el término “desechable” (60)y tal afirmación convierte
los artículos en cosas que son de fácil y ya “necesario”
reemplazo. Esta postura y mentalidad ataca frontalmente la concepción de un
mundo perfecto que requiere de ser conservado no renovado en sus estructuras
materiales o perceptibles. Debemos hacer énfasis en una realidad que evoluciona
y cuyo proceso es afirmado categóricamente por las necesidades de tales
estadios. Las necesidades de la evolución son la adaptabilidad a la vida
y su entorno y no precisamente en generar cantidad de elementos para reemplazar
a otros perdiendo así su Valía sobrenatural y convirtiendo la obra de Dios en artículos
asimilables y desechado como estamos tratando ahora los recursos que provee la
naturaleza. El mundo y su
cosmovisión se presenta en todos los escenarios donde actúa dinámicamente la Iglesia,
el clérigo bajo esta realidad debe asumir que su interacción con el entorno
somático debe ser positiva y por lo general servir de referente a quienes le
observan, en esta postura revivimos la moral kantiana cuando este autor alemán
afirmaba: “Obra de tal manera que tus acciones sean ejemplo para aquellos
que te observan” (61) lejos de
ser absolutista la sentencia nos permite ver una relación personal directa con
el Acto Humano y su Intencionalidad… es decir, con la naturaleza de nuestras
acciones y la manera de percibirlas. Somos pues, un todo de emociones,
sensaciones y sentimientos y todo ello estructurado ante el mundo como
escenario de realidades y todas ellas complejas. (62) Al revisar
nuestra cosmovisión encontramos que el medio por el cual nos damos al mundo es
el mismo por el cual el mundo nos observa detenidamente. Tenemos
responsabilidad moral ante el mundo y sus relaciones y no podemos sacar el cuerpo
al deber moral de actuar como hijos del Dios vivo.
La relación salvífica se manifiesta también en la
ciencia, ya que esta es la voz natural de la creación. cristoeseltema.blogspot.com
(63)
|
La formación
continuada obedece a este fundamento epistemológico
y no podemos excluirlo de nuestras vidas, la actualización es una necesidad
como lo es la interacción con quienes comparten sus vidas junto a la nuestra. El
estatuto de nuestra racionalidad y posibilidad espiritual necesita grandemente
de su constante alimentación y la formación continuada, al igual que la lectura
con fines puede darnos los medios para alimentarles. (64) Nuestra
continuada formación es una positiva oportunidad de descubrir el contenido más
amplio de un mundo intelectivo proclive al conocimiento. Así es como abrimos el
espectro interpretativo de lo fenomenológico en donde actuamos. La posibilidad
de conocer al ente y sus contenidos es también un recurso desambiguado de la
formación continuada. Un ente que asume la forma de lo social y cultural y con
ellos florecen los nuevos Ethos y debemos estar preparados para afrontarlos. La
evolución conceptual es otro de los recursos de la formación continuada y la
lectura con fines establecidos. La transversal etimológicamente hablando
de la formación continuada toca de lleno no solo la raíz de las palabras y
términos sino su aplicabilidad real en los escenarios donde nos movemos.
(65) Miremos en el siguiente recuadro estos esquemas brevemente citados:
Estatuto racional: Corresponde al
contenido intelectual de nuestra naturaleza en su inmanente realidad descrita
por nuestro intelecto. En conceptos menos estructurados simplemente diremos
que corresponde a la potencia más sobresaliente de la condición humana. Nos
referimos a la Inteligencia. Este estatuto se expresa en el conocer y la
necesidad de hacerlo como parte también de la revelación de Dios en el medio
natural.
|
Fenomenología: Corresponde al
fenómeno y sus causalidades estamos pues hablando del pensamiento introducido
por el filósofo alemán Husserl y el francés
Maurice Merleau-Ponty. Percibimos el
ser y sus relaciones todas ellas desde nuestro conocimiento racional. Todo
ello en relación directa con nuestra conciencia que los percibe como tal.
|
Ente:
Es lo que existe tanto real como imaginario, y desde
nuestra reflexión lo atribuimos a la formación que permite ver con absoluta
claridad sus implicancias en la vida del formando y quienes viven a su lado.
El ente como tal es percibido por sus cualidades y accidentes y esto nos
indica que también es necesario interpretarlo por estar en medio de nuestras
relaciones y percepciones frente al mundo. (66).
|
A manera de conclusión
quiero ahora citar apartes de Anselmo de Canterbury en su
reflexión sobre la prueba ontológica de la existencia de Dios unida a la
necesaria formación de conceptos originados tanto en lo académico como en la Fe
de la Iglesia: “Pues si existe, aunque sea sólo en el entendimiento,
puede pensarse que exista también en la realidad, lo que es mayor. Por
consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede pensarse existiese sólo
en el entendimiento, se podría pensar algo mayor que aquello que es tal que no
puede pensarse nada mayor. Luego existe sin duda, en el entendimiento y en la
realidad, algo mayor que lo cual nada puede ser pensado” (67).
CITAS Y RECURSOS BIBLIOGRÁFICOS.
1. Nota del autor. Cristoeseltema.blogspot.com
2. Nota
del autor.
3. Nota
del autor.
4. Nota
del autor.
6. Método
Socrático.
7. Nota
del autor.
8. Anselmo
de Canterbury.
9. Nota
del autor.
10. Nota
del autor.
11. Nota
del autor. Cristoeseltema.blogspot.com
12. Nota
del autor.
13. Nota
del autor.
14. Nota
del autor.
15. Nota
del autor.
16. Nota
del autor.
17. Nota
del autor.
18. Nota
del autor.
19. Nota
del autor.
20. Nota
del autor. Cristoeseltema.blogspot.com
21. Nota
del autor.
22. Nota
del autor.
23. Nota
del autor.
24. Nota
del autor.
25. Nota
del autor.
26. Santos
PP. griegos emplearon el termino Deificación para referirse al estado pleno de
Gracia en el bautizado.
27. Nota
del autor.
28. Nota
del autor.
29. Nota
del Autor.
30. Edmund
Husserl, filósofo alemán siglo XIX.
31. Nota
del autor.
32. Nota
del autor.
33. Nota
del autor.
34. Nota
del autor. Cristoeseltema.blogspot.com
35. Nota
del autor.
36. Nota
del autor.
37. Nota
del autor.
38. Nota
del autor.
39. Nota
del autor.
40. Agustín
de Hipona, África siglo V. PP. de la Iglesia latina.
41. Nota
del autor.
42. Nota
del autor.
43. Nota
del autor.
44. Nota
del autor.
45. Nota
del autor.
46. Anicio
Manlio Torcuato Severino Boecio, conocido también como San Severino Boecio fue
un filósofo y poeta latino romano, actividad que compaginó con su faceta como
estadista, traductor de filosofía griega y autor de tratados sobre distintas
disciplinas como la música, la aritmética o la astronomía. Conocido como el
ultimo romano. https://mercaba.org › Rialp › Boecio
47. Nota
del autor. Cristoeseltema.blogspot.com
48. Nota
del autor.
49. Nota
del autor.
50. Nota
del autor.
51. Nota
del autor.
52. Filósofos
de las escuelas empirista y racionalista europea.
53. Nota
del autor.
54. Nota
del autor.
55. Nota
del autor.
56. Nota
del autor.
57. Nota
del autor.
58. Nota
del autor.
59. Nota
del autor.
60. Nota
del autor.
61. Nota
del autor.
62. Nota
del autor.
63. Nota
del autor. Cristoeseltema.blogspot.com
64. Nota
del autor.
65. Nota
del autor.
66. Nota
del autor.
67. Fuente:
Proslogio, cap. 2 (en F. Canals Vidal, Textos de los grandes filósofos. Edad
Media, Herder, Barcelona 1979, p. 67).
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