miércoles, 29 de agosto de 2018

DÉCIMO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS...


DECIMO QUINTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. Año B. Cantares capítulo 2 versículos 8-13. Salmo 45: 1-2, 7-10. Santiago capítulo 1 versículos 17-27. Marcos capítulo 7 versículos 1-8,14-15, 21-23.



La escena descrita por el libro de Cantares,  se asemeja a la poesía griega y egipcia particularmente sobre el lamento del novio pero  aquí se convierte en una invitación a la novia, estamos recreando una imagen de la primavera donde la vida florece y el amor se manifiesta. La vida espiritual es un permanente “buen clima” sin importar las condiciones de nuestro entorno y las relaciones que trabamos con el mundo. Es vivir teniendo presente la realidad trascendente de nuestras vidas.

El Cantar nos permite apreciar un viaje místico hacia las profundidades   de la relación espiritual entre Cristo y los bautizados, en el pasado  muy actual de los PP. de la Iglesia esta relación descrita bellamente la refirieron al estado espiritual del alma frente a su Señor y también a la misma Iglesia con relación al Resucitado. Un noviazgo ya no puesto a prueba como en el desierto sino alimentado por el mutuo amor. La relación de índole espiritual muestra su crecimiento paulatino solo en la medida en la que el creyente entrelaza su realidad con el mensaje revelado y alimenta con él todas las facetas de su vida. La espiritualidad actual reclama de escenarios para vivir nuestra Fe y la congregación es uno de los más importantes.

El cristianismo nos está invitando a afirmar relaciones redimidas en el contexto de nuestra cotidianidad siendo así luz para quienes pueden observar nuestro testimonio de vida. El amor relacional es la condición nueva del bautizado. Una categoría de vida fértil para plantar todo tipo de relaciones que no temen dar  la cara o ver la luz del sol.

El Salmo 45,  continúa en la misma dirección que el libro de Cantares citado en la primera lectura. Es una bella metáfora de la relación espiritual entre Cristo y su Iglesia, a partir del versículo 7 sin duda se refiere directamente al Mesías y su condición de Dios. Todo lo mejor es para Dios y eso incluye desde luego nuestros sentimientos y celebraciones. Aquí el amor se convierte en una profesión de Fe.   En un encuentro de realidades iluminadas y bendecidas por la presencia del Dios Amor que nos da ejemplo de la profunda significación del amor en nuestras vidas.

El Apóstol Santiago en su carta evoca algunas imágenes que nos podrían hacer pensar en el estilo de Juan,  se refiere a un orden cósmico presente en la creación de Dios, en las luminarias o en los astros celestes, los cuales con todo su poder y brillo solo hablan de quien los creó y adornó de tal forma. La santidad y el bien brotan solo del Trono de Dios, parece decirnos el Apóstol en su referencia a todo lo bueno que viene de lo alto.

La Palabra de Dios  se guarda celosamente en el depósito eclesial pero el bautizado debe actualizarla con su vivencia comprometida, no solo es un recurso litúrgico sino que lo más importante sería decir que se convierte en el fundamento de nuestra relación con el Dios revelado. La Palabra da vida en abundancia, y todo creyente está en la obligación en sentido positivo de vivirla y compartirla materializándola en sus comportamientos y actuaciones donde se manifiesta el  énfasis salvífico predicado por la Iglesia… La realidad del creyente se mueve entre el mensaje salvífico y las exigencias del mundo, pues la palabra es luz que guía nuestro proceder y conciencia,  estando por sobre cualquier consideración humana. Como Episcopales damos culto al Dios vivo pero tal acción necesita de nuestra parte para que sea coincidente con un estilo de vida concreta que sea reflejo de los valores cristianos y por ende que nuestra vida se convierta también en culto.   El crecimiento espiritual debe ser constante en nosotros de lo contrario solo aprenderemos cosas y practicaremos cosas mecánicas pero de vida y espíritu poco. El Apóstol Santiago  dimensiona en su experiencia personal una autentica creencia que anima la vida y toda su cotidianidad haciendo del bautizado algo  diferente al mundo  porque Dios es  un Dios diferente.

Las manifestaciones solidarias son importantes como sensibilidad ante el mensaje y cambio de mentalidad frente al otro y su realidad. Nuestra Fe debe ser movida por la Caridad hacia el otro dándole lugar en nuestros triunfos y fracasos, en nuestras alegrías y tristezas, esto es una forma solidaria de expresar amor.

El Evangelio de Marcos, nos recuerda muy a su estilo y por boca del Señor que las tradiciones de limpieza corporal no nacieron en la Ley Mosaica sino que los rabinos las incorporaron como parte de la Ley. Estos rituales eran de suma importancia para ellos en sus expresiones tanto comunitarias como personales de Fe. La dificultad radica no en si en los ritos sino en el valor por sobre la condición humana que le dieron a tales acciones que son más de corte higiénico que ritual. Lo positivo de estas exageraciones del momento constituyó a Israel en el pueblo más sano y limpio de la antigüedad.
Marcos ve el peligro de las tendencias vacías entre los creyentes y como estas prácticas deshumanizaban el encuentro con el otro y su circunstancia. Haciendo simplemente un contacto ritualista y no objetivo de la condición de la persona. De lo anterior llega a nosotros la supra valoración del otro tal y como lo enseñará el Señor en el denominado Mandamiento Nuevo. Es pues, una condición amorosa que reclama al otro como activo y vital en nuestra propia vida y su cotidianidad. Para Jesús simplemente no tiene sentido una norma que  esté en contra del encuentro con el otro y su vida.

Ellos tomaron la ofrenda denominada Korban, que solo se hacía a Dios pero está  la consideración de la necesidad antes que el rito del cual solo ellos disfrutaban, el amor como expresión solidaria es la razón por la cual Cristo nos redimió en la Cruz. La realidad de nuestro tiempo demanda un acto de conciencia para darle al otro el lugar que le es propio  en nuestra vida. La salvación es un acto solidario de Dios con la humanidad, no un mérito de nuestra parte. Jesús acude al estilo de parábola Masal…

Este tipo de parábola puede ser aplicado a toda clase de persona y situación normalmente en verso. No podemos dejar a un lado al profeta Isaías que es citado básicamente en el contexto de la relación judía con el Dios revelado. Una relación basada en normas y leyes y poco amor.  



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