martes, 5 de junio de 2018

TERCER DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS...


TERCER  DOMINGO  DESPUÉS  DE  PENTECOSTÉS. Año B.  1 Samuel  capítulo 8 versículos 4-11; (12-15), 16-20, (11:14-15) Salmo  138. 2 Corintios capítulo 4 versículo 13 y 5,1. Marcos  capítulo 3 versículos 20-35.



Samuel enfrenta las opiniones del pueblo y se produce un dialogo entre este y los ancianos o representantes de los judíos, ellos buscan tener una Monarquía como sucedía con sus vecinos pero se olvidan de su pasado y relación con el Dios revelado. En la visión del Texto inspirado tal solicitud es una falta total de consideración con Yahveh y un desconocimiento de su propia condición como pueblo escogido y gobernado por el propio Dios. El querer parecerse a otros pueblos conlleva en sí una búsqueda cultural distinta en el mundo y rechazo de las enseñanzas y valores de Fe. Hoy sucede algo parecido cuando el creyente rechazando el modelo del Evangelio busca realizarse bajo esquemas distintos y absolutamente mundanos. Quien vive como quiere el mundo terminará rechazando las enseñanzas de los valores cristianos porque como sabemos el mundo posee su propia escala de valores y prioridades.

Samuel ve con justa preocupación la entrada de este sistema de gobierno y advierte sobre los abusos que tal autoridad absoluta cometerá contra su pueblo.  El bautizado hoy se convierte en cómplice cuando va a las urnas y vota sin consideración alguna por candidatos francamente sacados de una novela. La falta de responsabilidad y compromiso de Israel los lleva a   pretender ser gobernados como lo hace el mundo y no como lo determina el propio Dios.

Lo curioso es que las prácticas abusivas de la Monarquia en Israel correspondía al modelo asimilado de los reyes cananeos y filisteos, como quien dice,  Israel copió el modelo político cananeo y filisteo  lo que sin duda desencadenó una serie de injusticias y practicas alejadas de Dios y de la ley dada a Moisés. Samuel critica fuertemente al orden político exigido por sus compatriotas y  ve los abusos que el poder egoístamente vivido ocasiona a las mayorías, Samuel se constituye en un crítico político  de su Nación. Finalmente la opción de reinar cae sobre Saúl, más adelante en el capítulo 11 versículos (14-15) Samuel invita al pueblo a Gilgal  donde es inaugurada la Monarquía asegurándose que todo el pueblo comprenda y se adhiera a su deseo ferviente de ser gobernados por Dios y no por un hombre, sus intentos fracasaron y con ello desaparece la institución de los Jueces en Israel (inaugurada por el propio Moisés). Saúl inicia de esta forma su reinado y los conflictos con los pueblos vecinos se mantienen en el escenario de esta Nación.  Elí era también Juez de Israel, a su muerte las condiciones políticas eran las peores desde la muerte de Moisés.  La cuestión del impacto político sin duda precipita la necesidad del pueblo por tener autoridades con respuesta militar y no solo desde la percepción de su propia experiencia de Fe. Estas actitudes fueron una contundente violación de la memoria religiosa de Israel y las causas están insertas en el contacto con otras culturas como era de esperarse durante sus repetidas trashumancias. Para la historia queda que cuando una cultura establecida se encuentra con otra en proceso siempre queda en desventaja la nueva. Tal situación podemos verificarla en el encuentro de los europeos con los pueblos nativos de toda América.

Si hoy no defendemos la cultura religiosa y sus fundamentos ético-morales, el mundo moderno hará lo propio con nuestros valores cristianos. Los jóvenes son constantemente victimas de estas injerencias culturales que los hacen perseguir sueños importados  de otras latitudes. El Evangelio es la fuerza que se manifiesta en toda cultura y como tal debemos difundirlo.  Todo Episcopal es un defensor de las Escrituras y un propagador de sus verdades reveladas. Pablo nos enseña, tomemos lo bueno y desechemos lo malo y no todo está permitido y aun cosas permitidas pueden ser destructivas en la vida del creyente (1 Tesalonicenses capitulo 5 versículos 21-23).

El Salmo 138,  El Señorío es de Dios y solo de su Ser, no existe posibilidad de que en el plano de las relaciones naturales el ser humano pueda ser perfectamente feliz y realizado, no será sino en Cristo donde el creyente encuentra la plenitud de su ser y vida. La autoridad cuando es legítima y centrada en su naturaleza y misión proviene de Dios pero cuando es corrupta y centrada en los intereses egoístas de la clase  gobernante de turno, es solo expresión del ingenio humano. Los reyes de la tierra representan esos modelos de justicia estrictamente humanos y por ende susceptibles de ser manipulados como observamos entre nosotros. El manejo de la autoridad en algunos sectores de la Iglesia puede sufrir similar connotación y convertirse en un flujo de intereses en detrimento del sentido de justicia contenido en el Evangelio. Los reyes de la tierra son también los poderes de este mundo seguros en sus intereses y protegidos por sus estratagemas, las mismas acusadas por el propio Cristo en la Cruz… El amor de Dios es eterno para indicar con ello que nuestra esperanza no se consuma totalmente en esta realidad, que la escatológica es el fin último de todos nuestros esfuerzos.

 Debemos defender los derechos de los bautizados empezando por casa y por medio del testimonio que debemos dar al mundo exterior y antes, a las relaciones fraternas al interior de la Iglesia. Esta expresión de justicia es universal y se particulariza en la vida de cada uno de los bautizados. Es nuestra misión ser justos y no dejarnos contagiar por los estereotipos de éxito que nos vende el mundo. Para nosotros no puede ser fuente de felicidad el manejo económico o de privilegios sino un instrumento para facilitarnos el anuncio. Clérigo que vive bajo los principios del mundo así mismo será su madurez en la Fe.

En el Texto a los Corintios el Apóstol Pablo se muestra pragmático sobre el valor de la experiencia de Fe del creyente, esta experiencia  lo lleva a ser constituido en testimonio de los cambios tanto personales como eclesiales y que decir del ser identitativo de la sociedad donde vivimos nuestra existencia  terrena como sobrenatural. El hablar es signo de un conocimiento previo que sin duda bajo esta primicia se refiere a la vivencia de la Fe. Sin autentica experiencia con Cristo lo demás será solo libreto memorizado. Puedes resucitar muertos, desmayar gente, danzar, y todo ello, pero sin una autentica vivencia del Evangelio solo serás un “lorito” que repite los sonidos que se aprendió. El conocer es categóricamente la expresión de una vivencia y en el caso del creyente de la configuración de su existencia con el ser de su Fe en Cristo resucitado. Solo la criatura verdaderamente nueva en la Fe puede hablar porque conoce…

Pablo instruye sobre la realidad y el propósito de la trascendencia del creyente. Nuestra realidad no es solo o totalmente mundana sino que hay una  concreción que supera esta presentación. Es uno de los temas favoritos de la predicación Paulina, se refiere a la connotación de eternidad que acompaña la vivencia de nuestra Fe. La auténtica vida solo será posible superando esta y haciéndola plena en la presencia de Dios. Somos pues fruto de una esperanza cierta. Ya el hombre exterior deja paulatinamente su lugar al hombre interior cambiando así las prioridades y los valores que vive el bautizado. Estamos hablando del hombre nuevo que es inhabitado por la Gracia Trinitaria. Pablo ve una nueva condición que se manifiesta en el creyente y le permite expresar luego de conocer: Nuestra presentación terrenal es pasajera y definitiva la celestial.

La muerte no limita esta ascensión del auténtico ser humano imagen del Dios vivo y revelado. La Parusía está en una fase de consolidación y todavía no es segura su perfecta apreciación,  siendo que algunos cristianos creían que no verían la muerte antes de la segunda manifestación de Cristo. Pablo esta un tanto dudoso al respecto. Lo importante es la Fe y confianza del creyente y lo que ello implica como  forma de vivir y creer. Para Pablo no se trata de manipular la Fe y la creencia sino de vivir auténticamente lo que se cree siendo así testimonio vivo en el mundo y su realidad.

El Texto Marcano que se ofrece a consideración de este domingo en la liturgia de la Palabra, es de gran contenido y sobre todo de una interpretación que refleja el espíritu de este Evangelio. Marcos lo ubica justo después de la institución de los Doce queriendo significar la consecuencia del seguimiento  inmediato y como el conocer al Señor es un proceso incluso asemejado con la relación familiar. Jesús vive un frenesí dando respuesta  a tantas y tantos que le buscan por su fama y milagros. No tiene tiempo de alimentarse porque la escena  de Marcos dice a gritos, la necesidad de Dios es tal que los seres humanos no tienen consuelo y donde acercarse para conocerle y amarle. Esta relación tan cercana es la clara visión de Marcos sobre la forma y modo en la que sus discípulos y amigos entraran en contacto y  construirán una relación con el Hijo de Dios manifestado en la Carne. Es grande la necesidad en el mundo. El frenesí es una demanda inminente de Gracia para el creyente que sabe que necesita de Dios para ser y existir. Los ataques de las autoridades religiosas de su pueblo no se hacen esperar, la autenticidad de su ministerio está fundamentado en la restauración integral de la persona y su dignidad y la respuesta no es una respuesta de sangre o emociones sino de absoluta confianza y configuración de la existencia bajo esta relación de intimidad y Gracia.

Estos pecados contra el Espíritu Santo son en sí variados y contextualizados en la manifestación de la escatología del Reino de Dios en su Adorado Hijo, estamos afirmando que el no aceptar el influjo de la Gracia y creer que es el mal que alimenta el bien simplemente saca de contexto la intervención de Dios. Es como apagar una luz y creer que la oscuridad alumbrará con mayor fuerza que la propia luz. Un corazón así no deja a Dios ser Dios en su vida y por lo tanto el rechazo es solo una consecuencia del des-amor de este ser humano.  No todo está perdido ya que la Gracia puede cambiar esta situación y hacer al  ser humano proclive de salvación. Si el amor no se convierte en experiencia, es decir, sino es espiritualizado en la vida del bautizado no tiene sentido su influjo y la salvación no se ve en el horizonte de la conciencia humana.

En este trozo evangélico Marcos nos quiere enseñar que lo verdaderamente importante no es conocer al Señor por el milagro de turno o la euforia que produce en el creyente sino en el Amor que está por sobre cualquier dadiva que recibamos. Llegar a ser auténticos amigos de Cristo es el cometido Marcano por antonomasia. Aquí queda abonado el terreno para hablar de la filiación y vínculo con el Señor. El versículo (31) nos dice que la madre y los hermanos del Señor estaban presente y la respuesta de Jesús puede sonar contradictoria y chocante para muchas personas, pero en realidad, está dejando en claro el valor de una relación que se construye a partir de sus enseñanzas y Gracia. El privilegio de ser parientes está abierto a todo bautizado que vive de esta forma su Fe, quien cree en Cristo por una sanación o un estado de ánimo eufórico, ese bautizado ya recibió su premio y no construyó una autentica relación madura y confiable, mientras más amigos más respeto y comprensión y menos manías de pedir y pedir… Porque el amor cambia aun lo más difícil y deja a Dios ser Dios en su absoluta libertad frente a nosotros.

Para el Señor el parentesco supera la condición del vínculo sanguíneo, sin despreciarlo, solo que el Evangelio es universal y no puede ser asunto de un grupo de personas tan solo. Si el Episcopal quiere ser amigo y hermano del Señor entonces a vivir su Palabra y respetar su Dignidad de Dios revelado. Cristo resucitado nos dejó en su mensaje la posibilidad de trascender y construir una relación auténticamente vital y sincera. Dios es Persona y como tal nos dirigimos así a Él. La familia del Evangelio es extensa y bien intencionada y toda falta contra ella afecta directamente la relación con el resucitado. Hermano bautizado, hermano clérigo Diacono, Presbítero, Obispo, con tus acciones puedes edificar a otros en su Fe y con ellas también puedes entristecer su corazón sino son las apropiadas, no entristezcas a la Iglesia nuestra Madre…  Tu familia ya es más que tu núcleo cercano, te debes a todas y todos los bautizados.






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