martes, 19 de junio de 2018

QUINTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS...


QUINTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. Año B. 1 Samuel capítulo 17 versículos 1ª,4-11, 19-23, 32-39. Salmo 9:9-20. 2 Corintios capítulo 6 versículos 1-13. Marcos capítulo 4 versículos 35-41.


Continuamos con el relato de Samuel, en donde la escena de Goliat retando a Israel da pie para la manifestación del ungido anteriormente por Samuel, nos referimos a David. Los filisteos están dispuestos para la guerra pero el “reto” es lanzado hacia un hombre, era una medida para que los pueblos de la antigüedad evitaran la confrontación directa y de esa manera sumaran fuerzas contra otros rivales. Goliat era el escogido del lado filisteo y David empoderado de su Fe se auto-nombró por Israel. Esta manera de proceder era común en aquellas épocas. El campeón de Israel a la sazón es solo un muchacho lo que nos recuerda los esquemas de llamamiento de algunos profetas que manifestaron ser precisamente muchachos sin experiencia para el anuncio. Pues David no es precisamente un guerrero, pero su convicción personal que aquí es equivalente a una relación de profunda espiritualidad le permite asumir el “duelo”  y convertirse en un instrumento de liberación para el pueblo, si observamos se rompe la jettatura de designar ancianos (sabios) y confiar más en la presencia de Yahveh que en las fuerzas humanas.

El Texto de Samuel es una declaración de la predestinación de David y sus atributos, los mismos que serán clave en la construcción de la monarquía judía. David actúa como el escogido manifestando de esta manera su voluntad ya configurada para su misión al frente de la nación escogida por Dios… La conciencia es clara, no se está retando solamente al ejercito también se ofende al mismo Dios que “salía a luchar contra los enemigos de Israel”.

Nosotros cuando actuamos y luchamos a favor de la Justicia y los valores cristianos  estamos haciendo nuestro trabajo y manifestamos de esta manera la presencia de Dios en su Iglesia y en la vida del bautizado como  el  gran determinador. Es pues, necesario imitar las virtudes de aquellas y aquellos que fieles a la Verdad vivieron su Pacto Bautismal hasta las últimas consecuencias y entendieron que reflejaban a Dios en cada una de sus acciones. En esto último radica el testimonio sobre el Dios Vivo y trascendente. David era solo un chico en estatura, edad y experiencia, pero supo valorar las cualidades que brotan de la praxis de una experiencia con el Dios revelado. Para enfrentar el mundo debemos vivir como dicta el Evangelio y rechazar los “ídolos” modernos que tienen su propia agenda y ante los Goliat no doblar la rodilla y mucho menos la voluntad.

El Salmo 9 propuesto por la liturgia de la Palabra para este domingo, forma una unidad temática con el Salmo 10 y su objetivo es claro, clamar a Dios en su Justicia y Misericordia pero debe hacerlo bajo el signo de la universalidad de su manifestación, es decir, Dios está presente y conoce el derrotero de la humanidad. Toda esperanza cuando está centrada en Dios tiene su respuesta, ya que los convencionalismos humanos  no son regla para las acciones amorosas de Dios en favor nuestro. Este salmo nos narra una especie de confrontación entre quienes atienden el mensaje y lo poner por obra y por quienes simplemente  lo ignoran y configuran sus vidas de otra manera.

 El drama de la vida posee así mismo dos perspectivas y las cuales acercan a Dios o todo lo contrario, nos induce a rechazarlo. Queda claro para nosotros que la vida se vive y gasta en el amor y el servicio y que la presencia de Dios es en ultimas, la que facilita la vivencia y unidad de los creyentes. Escojamos servirle a Él y no optemos por ser como Goliat completamente auto-suficientes, no sea que los pequeños David nos derroten sin misericordia.

Pablo escribiendo a la comunidad de Corinto,  presenta una radiografía de la manera como el cristiano muchas veces es percibido en sus relaciones con el entorno. Un medio de dificultades cuyas exaltaciones son  distintas a la manifestación de la Fe, esto puede sonar conflictivo pero básicamente son fundamentos encontrados.  La Fe argumenta desde la vivencia de sus contenidos y la vida nos enfrenta con la realidad del ser,  la misma que nosotros asumimos  en Cristo Señor de nuestra historia… Pablo insiste en los valores del mundo con la finalidad de exaltar la renuncia que el creyente hacía en aquella ciudad plagada de cultos cívicos a las deidades de su entorno,  era una ciudad grande para los estándares de su época, estamos hablando de 800.000 habitantes,  de los cuales solo 300.000 eran libres y la gran mayoría esclavos. Para el siglo II era ya la ciudad griega de mayor desarrollo, aquí predicó Pablo y experimentó como en muchas otras el flagelo de la esclavitud.
 Un viajero podía ver el templo de Afrodita (Venus) situado en el elevado Acrocorinto, a una gran distancia, como si la “diosa del amor” le diera el tono a la moralidad de la ciudad. Ella era la diosa más popular de Corinto y era adorada también como la diosa de la fertilidad y de los marineros. Estrabón, el historiador y geógrafo griego visitó Corinto en el 44 y el 29 a.C. y dijo “mil esclavas del templo, prostitutas, que hombres y mujeres habían dedicado a la diosa” estaban asociadas con el templo. El comercio era la principal ocupación y en ella confluían hombres y mujeres de los rincones del mundo conocido incluyendo sus deidades (traían sus prácticas culticas). El ambiente era francamente  cosmopolita y la libertad favorecía al igual que el pensamiento griego estas proliferaciones que son manifestaciones contrarias al Evangelio de Pablo, de allí su conflicto ético-moral.

La Esperanza está afirmada en Dios que ante las dificultades se muestra Poderoso, es también la concepción de la Gracia para poder sacar adelante la vivencia cristiana muy a pesar de los obstáculos que se presentan por el camino del bautizado. Hoy persisten las mismas dificultades pero bajo otros nombres.

El Texto Marcano,  sobre la tempestad calmada, ubica al Señor justo después de haber atendido a muchísimas personas y reforzar la Fe de sus discípulos con las parábolas sobre el Reino. La escena se centra en el lago de Galilea, donde ellos eran pescadores y muy posiblemente conformaban una  especie de cooperativa para poder pagar el tributo a Roma por el ejercicio de su oficio. Es pues una escena trivial ya que es muy común por su ubicación y geografía la proliferación de tempestades.

Marcos  refleja en sus palabras el desconcierto de los discípulos ante la actitud de Jesús que no obstante la inclemencia del temporal, estaba literalmente descansando. Recordemos que la tempestad siempre es signo de drama y conflicto y que Dios se revela en la quietud y la calma, es el mismo modelo por ejemplo de sus manifestaciones a los patriarcas de Israel. Buscando de esta forma afirmar la presencia sobrenatural en el Señor de la Voluntad salvífica de Dios Padre. La vida estará siempre llena de tempestades y tormentas de todo tipo, pero el amor de Dios trae sosiego y calma ante sus embates. La figura también para los PP. de la Iglesia, representa precisamente a la Iglesia y sus dificultades en la misión evangélica ya que el mundo no es precisamente un  escenario de paz en su ministerio misionero. La Gracia es pues la fortaleza para vencer las dificultades que se presentan en nuestro caminar, luchemos pero de la mano con el Resucitado y afirmemos el valor de nuestra propia experiencia con el Cristo de la Fe. Tengamos el valor de luchar y buscar el establecimiento del Reino y  su Justicia.


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