QUINTO
DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. Año B. 1 Samuel capítulo 17 versículos 1ª,4-11,
19-23, 32-39. Salmo 9:9-20. 2 Corintios capítulo 6 versículos 1-13. Marcos
capítulo 4 versículos 35-41.
Continuamos
con el relato de Samuel, en donde la escena de Goliat retando
a Israel da pie para la manifestación del ungido anteriormente por Samuel, nos
referimos a David. Los filisteos están dispuestos para la guerra pero el “reto”
es lanzado hacia un hombre, era una medida para que los pueblos de la
antigüedad evitaran la confrontación directa y de esa manera sumaran fuerzas
contra otros rivales. Goliat era el escogido del lado filisteo y David
empoderado de su Fe se auto-nombró por Israel. Esta manera de proceder era común
en aquellas épocas. El campeón de Israel
a la sazón es solo un muchacho lo que nos recuerda los esquemas de llamamiento
de algunos profetas que manifestaron ser precisamente muchachos sin experiencia
para el anuncio. Pues David no es precisamente un guerrero, pero su convicción
personal que aquí es equivalente a una relación de profunda espiritualidad le
permite asumir el “duelo” y convertirse
en un instrumento de liberación para el pueblo, si observamos se rompe la
jettatura de designar ancianos (sabios) y confiar más en la presencia de Yahveh
que en las fuerzas humanas.
El
Texto de Samuel es una declaración de la predestinación
de David y sus atributos, los mismos que serán clave en la construcción de la
monarquía judía. David actúa como el escogido manifestando de esta manera su
voluntad ya configurada para su misión al frente de la nación escogida por Dios…
La conciencia es clara, no se está retando solamente al ejercito también se
ofende al mismo Dios que “salía a luchar contra los enemigos de Israel”.
Nosotros cuando actuamos
y luchamos a favor de la Justicia y los valores cristianos estamos haciendo nuestro trabajo y
manifestamos de esta manera la presencia de Dios en su Iglesia y en la vida del
bautizado como el gran determinador. Es pues, necesario imitar
las virtudes de aquellas y aquellos que fieles a la Verdad vivieron su Pacto
Bautismal hasta las últimas consecuencias y entendieron que reflejaban a Dios
en cada una de sus acciones. En esto último radica el testimonio sobre el Dios
Vivo y trascendente. David era solo un chico en estatura, edad y experiencia,
pero supo valorar las cualidades que brotan de la praxis de una experiencia con
el Dios revelado. Para enfrentar el
mundo debemos vivir como dicta el Evangelio y rechazar los “ídolos” modernos
que tienen su propia agenda y ante los Goliat no doblar la rodilla y mucho
menos la voluntad.
El
Salmo 9 propuesto por la liturgia de la Palabra para este
domingo, forma una unidad temática con el Salmo
10 y su objetivo es claro, clamar a Dios en su Justicia y Misericordia pero
debe hacerlo bajo el signo de la universalidad de su manifestación, es decir,
Dios está presente y conoce el derrotero de la humanidad. Toda esperanza cuando
está centrada en Dios tiene su respuesta, ya que los convencionalismos
humanos no son regla para las acciones
amorosas de Dios en favor nuestro. Este salmo nos narra una especie de
confrontación entre quienes atienden el mensaje y lo poner por obra y por
quienes simplemente lo ignoran y
configuran sus vidas de otra manera.
El
drama de la vida posee así mismo dos perspectivas y las cuales acercan a Dios o
todo lo contrario, nos induce a rechazarlo. Queda claro para nosotros que
la vida se vive y gasta en el amor y el servicio y que la presencia de Dios es
en ultimas, la que facilita la vivencia y unidad de los creyentes. Escojamos
servirle a Él y no optemos por ser como Goliat completamente auto-suficientes,
no sea que los pequeños David nos derroten sin misericordia.
Pablo
escribiendo a la comunidad de Corinto, presenta
una radiografía de la manera como el cristiano muchas veces es percibido en sus
relaciones con el entorno. Un medio de dificultades cuyas exaltaciones son distintas a la manifestación de la Fe, esto
puede sonar conflictivo pero básicamente son fundamentos encontrados. La Fe
argumenta desde la vivencia de sus contenidos y la vida nos enfrenta con la
realidad del ser, la misma que
nosotros asumimos en Cristo Señor de
nuestra historia… Pablo insiste en los valores del mundo con la finalidad de
exaltar la renuncia que el creyente hacía en aquella ciudad plagada de cultos
cívicos a las deidades de su entorno, era una ciudad grande para los estándares
de su época, estamos hablando de 800.000 habitantes, de los cuales solo 300.000 eran libres y la
gran mayoría esclavos. Para el siglo II era ya la ciudad griega de mayor
desarrollo, aquí predicó Pablo y experimentó como en muchas otras el flagelo de
la esclavitud.
Un viajero podía ver el templo de Afrodita (Venus) situado en el elevado Acrocorinto, a una gran distancia,
como si la “diosa del amor” le diera el tono a la moralidad de la ciudad. Ella
era la diosa más popular de Corinto y era adorada también como la diosa de la
fertilidad y de los marineros. Estrabón, el historiador y geógrafo griego
visitó Corinto en el 44 y el 29 a.C. y dijo “mil esclavas del templo,
prostitutas, que hombres y mujeres habían dedicado a la diosa” estaban
asociadas con el templo. El comercio era la principal ocupación y en ella
confluían hombres y mujeres de los rincones del mundo conocido incluyendo sus
deidades (traían sus prácticas culticas). El ambiente era francamente cosmopolita y la libertad favorecía al igual
que el pensamiento griego estas proliferaciones que son manifestaciones contrarias
al Evangelio de Pablo, de allí su conflicto ético-moral.
La
Esperanza está afirmada en Dios que ante las dificultades se muestra Poderoso,
es también la concepción de la Gracia para poder sacar adelante la vivencia
cristiana muy a pesar de los obstáculos que se presentan por el camino del
bautizado. Hoy persisten las mismas dificultades pero bajo otros nombres.
El
Texto Marcano, sobre la tempestad calmada, ubica al Señor
justo después de haber atendido a muchísimas personas y reforzar la Fe de sus
discípulos con las parábolas sobre el Reino. La escena se centra en el lago de
Galilea, donde ellos eran pescadores y muy posiblemente conformaban una especie de cooperativa para poder pagar el
tributo a Roma por el ejercicio de su oficio. Es pues una escena trivial ya que
es muy común por su ubicación y geografía la proliferación de tempestades.
Marcos refleja en sus palabras el desconcierto de
los discípulos ante la actitud de Jesús que no obstante la inclemencia del
temporal, estaba literalmente descansando. Recordemos que la tempestad siempre
es signo de drama y conflicto y que Dios se revela en la quietud y la calma, es
el mismo modelo por ejemplo de sus manifestaciones a los patriarcas de Israel.
Buscando de esta forma afirmar la presencia sobrenatural en el Señor de la
Voluntad salvífica de Dios Padre. La vida estará siempre llena de tempestades y
tormentas de todo tipo, pero el amor de Dios trae sosiego y calma ante sus
embates. La figura también para los PP.
de la Iglesia, representa precisamente a la Iglesia y sus dificultades en la
misión evangélica ya que el mundo no es precisamente un escenario de paz en su ministerio misionero. La
Gracia es pues la fortaleza para vencer las dificultades que se presentan en
nuestro caminar, luchemos pero de la mano con el Resucitado y afirmemos el
valor de nuestra propia experiencia con el Cristo de la Fe. Tengamos el valor de luchar y buscar el
establecimiento del Reino y su Justicia.
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