SALUD Y SANACIÓN
INTEGRAL, EXPERIENCIA LIBERADORA Y RESTAURADORA DE LA GRACIA EN MI VIDA.
Fecha:
marzo 04 de 2023.
Lugar:
instalaciones de nuestra congregación.
Responsables:
Junta congregacional, Rvdo. Diacono asociado y vicario.
Motivación.
El dolor es una
experiencia ineludible para el ser humano y esta connotación propia de nuestra
naturaleza imperfecta encuentra alivio en el sufrimiento reparador de Cristo en
la Cruz. Ella se convierte en el punto de partida y llegada de toda experiencia
sanadora, restauradora, y reconciliadora, donde la vida del bautizado asume su
papel y enfrenta positivamente sus dolores personales tanto físicos como
espirituales y morales, el dolor es signo de cambio y oportunidad de ver más
allá de nuestra cotidianidad. Demos una mirada al Texto Sagrado de Tradición “Entonces
Naamán bajó al Jordán, se bañó siete veces, como le había mandado el profeta, y
su carne quedó limpia como la de un niño” 2 Reyes capitulo 5 versiculo 14.
Aquel hombre se bañó
siete veces (7) es decir, integralidad de su Fe y conciencia sobre la necesidad
de seguir las indicaciones tal cual llegan a su vida. Aquí la perfección de la numerología
biblica nos permite ver como una respuesta a tiempo es suficiente para alcanzar
lo necesitado. El dolor en sus distintas formas y matices es siempre
consecuencia de algo y específicamente de nuestra propia flaqueza, pero aun así
no estamos lejos de poder remediarlo y vivir con las secuelas tanto de la salud
como de las distintas realidades no completadas en nuestra vida espiritual. La sanidad
no se mueve por meros propósitos de bienestar sino de liberación para que el
sufriente y restaurado no viva presa del miedo ante la reincidencia del dolor
en su vida y entorno afectivo. El cristianismo
tiene en alta estima espiritual el dolor, lo vemos como purgación de las
seguridades terrenas y la eliminación de disvalores que afectan la relación
sanadora con el Dios vivo y reflejado en el dolor del otro, es decir, de
nuestro prójimo…
No estamos solos cuando
sufrimos o nos afecta algún tipo de dolor, por el contrario, Dios está más
cerca del sufriente que gracias al dolor imita a Cristo Señor que colgó del
madero de la Cruz. Esta relación misteriosamente amorosa le permitió al Hiponense
exclamar ¡Oh! Feliz culpa que nos mereciste tal Redentor; y si el dolor fruto
de mi pecado personal o comunitario o de mi naturaleza humana y moral me acerca
a Dios entonces la Cruz es completada en mi vida y sus preocupaciones.
Sigue
los pasos del dolor y la sanación, del perdón y la gracia y te encontraras
delante de la Cruz que llevo tu Señor y Salvador. Viva Cristo Rey. |
Pbro. Diego Sabogal.
Vicario Santísima Trinidad.
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