jueves, 24 de marzo de 2022

CUARTO DOMINGO EN CUARESMA...

 

CUARTO DOMINGO EN CUARESMA. Josué capítulo 5 versículos 9-12. Salmo 32.   2 Corintios capítulo 5 versículos 16-21. Lucas capítulo 15 versículos 1-3, 11b-32.

 

El Texto de Josué, es particularmente diciente del momento tanto social como religioso que afrontaba el pueblo de Israel, los signos que vemos en la lectura son propios de la llegada a una tierra cuya economía era eminentemente agrícola de allí el alimento que ellos consumieron pero que convirtieron en signo de su creencia religiosa, le anexaron como era de esperarse la circuncisión. Los panes ázimos (sin levadura) y las espigas se convirtieron en signo vivo de que su paso por el desierto había terminado. Tal cambio de escenario motivó el acoplamiento a una tierra cuyas costumbres eran distintas a las de Israel, las nuevas relaciones que se incorporaron a lo cotidiano fueron paulatinamente convirtiendo estas acciones en fuerza de ley.  El cambio de dinámica en el pueblo es parte de los ritmos de la espiritualidad y momento anímico que aun hoy sufrimos los bautizados. Las dificultades y el cambo de actividades nos piden cada día más fuerza y demandan preparación para asumirlas, de lo anterior aseguramos que la formación en los bautizados es parte de esa gran necesidad de conocer y vivir nuestra espiritualidad y su dinámica. Josué guiando a su pueblo y aprovechando los recueros aprendidos de Moisés para instalarse en una tierra ya ocupada por otro pueblo, los conflictos étnicos no han cesado en el presente y al parecer nunca pasaran de moda, de igual forma se desvirtúan los valores y las condiciones de vida digna según aparecen modelos nuevos o foráneos en nuestro entorno familiar y congregacional.

El Salmo 32, acude a una fórmula de reflexión en orden a nuestra vivencia espiritual y toma de conciencia, el pecado lastima nuestras relaciones y debilita la convivencia, y su daño se siente o experimenta también a nivel físico pudiendo así somatizar dolencias y postraciones. Aquí en un estilo didáctico se muestra el impacto del pecado, pero también y es lo más positivo de dejarnos guiar por el Dios vivo y revelado: “Voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir; fijos en ti los ojos, seré tu consejero." (Versículo 8). La promesa amorosa de Dios nos asiste siempre. Bajo esta primicia nuestra actitud debe cambiar para dar paso a una autentica experiencia de Amor y trascendencia. Dios nos educa literalmente y lo hace con mano misericordiosa mientras que la vida y su intríngulis posee más dureza para mostrarnos el camino y su infalible “régimen de consecuencias”, aprendamos por amor y no por dolor hermanos.

El Apóstol Pablo en su Segunda Carta a los Corintios, nos habla de la “re-creación” es decir, de la obra de Dios redimida en su Adorado Hijo. El conocimiento real del creyente se fundamenta en el Cristo revelado como su Señor y Salvador, las experiencias anteriores son parte de nuestro personal proceso de conversión. La dinámica que se instaura en Cristo es total y totalizante y se vincula a todo aquello que podemos y debemos hacer. Pablo tiene muy presente que la manifestación de Dios en el tiempo, en la historia y en la carne fue su Voluntad salvífica. Pablo eleva la reconciliación a ministerio mostrando la importancia de la convivencia y como esta actitud se convierte en estilo de vida que reivindica el supremo valor de las relaciones entre iguales bautizados hijos de un mismo Padre Dios. La reconciliación se extiende por nuestra mano a todas las formas de vida que habitan nuestro planeta, la contaminación y el desprecio por la vida son materialización dialéctica del pecado en nuestra sociedad.

El nuevo modelo de vida es Cristo y el creyente debe configurar su vida a las enseñanzas del Evangelio de Cristo. Solo así el ser embajadores se transforma en testimonio siempre actual y lo más importante autentico. La Causa Eficiente de la Creación es Cristo y por su medio el Padre Dios creó todo cuanto existe, esta relación original es la fundamentación de su condición salvífica y redentora en la Creación. Cristo es el centro de la nueva obra amorosa del Padre Dios.  El ejemplo de Cristo obediente al Padre es modelo de obediencia para el bautizado que siguiendo a su Señor acude a los Pies del Padre Dios implorando su misericordia y amorosa respuesta.

El texto Lucano, nos ofrece una parábola quizá la más conocida de su evangelio y tiene que ver con el “hijo pródigo” que gracias a su inexperiencia en la vida decide caminar solo en el mundo y exponerse a las consecuencias de una sociedad contaminada por el pecado y rechazo a todo lo que suene recto y digno. Nos hace pensar en la actitud de Dios frente a nosotros y nuestros pecados y como nos acoge, aunque nuestras acciones puedan decir lo contrario a este amoroso gesto. La fidelidad toma matices distintos en las personas y en sus condiciones de vida y reflexión. Aquel hermano mayor es el reflejo de la sociedad de los escribas y fariseos, testarudos y duros de corazón apegados a la ley de Moisés, pero cambiada por sus propias inspiraciones. A esta actitud como habíamos dicho antes se antepone el amor de Dios (como un Padre por sus hijos) que reconoce de qué estamos hechos y aun así nos ama. Muchas veces el bautizado se jacta de ser coherente y justo, de ser poseedor infalible de la verdad en política, religión, ciencia, y demás manifestaciones culturales, y en su intento por poseer la única verdad demostrable, aquí su opinión, termina dañando a otras personas y subestimando sus aportes. La realidad nos dice que el pecado se viste incluso de cosas necesarias, pero cuando se sale de control altera el orden y lesiona la convivencia donde se siente su poderosa influencia.

Como Episcopales estamos ante la posibilidad de construir y concertar o simplemente convertirnos en absolutistas como respuesta a quienes piensan distinto a nosotros. Dios da la oportunidad de madurar y cambiar de manera de pensar y recuperar con ello lo que es justo y bondadoso ante el otro.  El hermano mayor no practicó la Compasión ni siquiera con su propio hermano, esto último, nos recuerda la relación entre Abel y su hermano Caín. Relaciones que se edifican ausentes de Dios son por definición problemáticas y privadas de   valores evangélicos. Amar como lo hace un Padre nos está indicando el supremo valor de la misericordia de Dios en nuestras vidas, aquí vemos como su amor nos justifica, aun por sobre nuestros pecados. El hijo pródigo pudo recocer sus faltas y limitaciones y acudió donde podía encontrar consuelo a sus limitaciones y pecados. El amor todo lo puede parafraseando a Pablo. Si no somos criaturas nuevas entonces el pecado se aposentará sobre nosotros y nos limitará al punto de impedir nuestro crecimiento en la Fe como estaba sucediendo con el llamado hijo prodigo.

 

viernes, 18 de marzo de 2022

TERCER DOMINGO EN CUARESMA...

 

TERCER DOMINGO EN CUARESMA. Éxodo capítulo 3 versículos 1-15. Salmo 63: 1-8.  1 Corintios capítulo 10 versículos 1-13.  Lucas capítulo 13 versículos 1-9.

 

El Texto de la “Zarza ardiendo” como fenómeno presenciado por el propio Moisés trae a la mente escenas que sin duda alguna nos hablan de la relación con el Dios trascendente.  Conocer el nombre de Dios es más que poder llamarlo según una determinada tradición religiosa, su nombre, con todo lo que ello implica es apenas el inicio de una relación espiritual llamada a trascender…El bautizado tiene hoy la certeza de amar al Dios revelado en aquella planta, hoy tenemos la plena seguridad de que su nombre se escribe amorosamente en cada uno de nosotros. Hoy sabemos que el mismo Dios Altísimo no reveló nombre alguno, sino que en su perfectísima trascendencia habla de sus propios atributos como si hablara consigo mismo. Su trascendencia es tal que no conocemos sino lo que Dios mismo quiso revelarnos. Su Esencia está lejos de ser conocida por nosotros y es el espíritu del Texto que hemos leído atentamente.  Moisés ante la manifestación de Dios solo puede permanecer atento y dispuesto a asumir tamaña responsabilidad. La connotación del nombre de Dios se siente especialmente en el proceso espiritual de definir una relación amorosa que nos llene de familiaridad con el Dios revelado. La vida del bautizado puede y debe ser una “Zarza ardiendo” para el mundo que le rodea, el testimonio de vida puede mantener encendida la llama de Dios en nuestras vidas. Hoy como hace tanto tiempo en el pasado, Dios revela no su nombre porque es el absolutamente Trascendente y Otro, pero si su misericordia que se muestra activa en nuestra existencia. La relación entre Dios y la humanidad está llena de altibajos de nuestra parte y una radical fidelidad   suya. Hoy estamos siendo llamados a consumirnos de amor en Cristo y ser luz para los que nos rodean. Hoy en el acontecer de la Iglesia esta debe “arder” con el amor de Cristo y contagiar a todos con sus llamaradas y resplandores de testimonio y fidelidad al Evangelio.

El Salmo 63  nos habla de una muy particular “Sed” del creyente por su Dios, de una relación de dimensiones espirituales que hace que nada nos tenga conforme solo el amor de Dios en nosotros. Un desierto espiritual puede ubicarnos en la realidad espiritual que describe este Salmo, estamos como errantes por la vida y muchas veces tenemos sed y no una saciada fácilmente con agua sino del alma, del espíritu, aquí es donde Dios se manifiesta llenando esas expectativas. La oración y la meditación son sin duda elementos que pueden darnos sosiego en los momentos en los que atravesamos por nuestros desiertos personales. Por aquellos parajes del alma donde no hay consuelo más que en Dios. Es pues una oportunidad de caminar de su mano sin importar el camino sino quien nos ha tomado de la mano para no soltarnos nunca más...

El apóstol Pablo en su Carta a los Corintios, evoca los acontecimientos salvíficos del pueblo de Israel y como Dios actuó en su favor. La preexistencia de Cristo se refleja en la Historia de Salvación ofrecida por Dios a su pueblo, en el contexto del término pueblo invocamos la dinámica universal de la propuesta salvífica de Dios, es decir, hoy es encarnada por la Iglesia. Las realidades espirituales de Dios a la humanidad se muestran en algunos tipos concretos de personas y actitudes. La figura de los patriarcas y otros personajes relevantes de las Escrituras del (A.T) fueron figura del mismo Señor. Es una figura de la pedagogía divina empleada por Dios para revelarse a la humanidad. Dios guía al creyente por el camino de su existencia y le hace proclive bajo el influjo de su Gracia para la salvación. Ya no necesitamos figuras para creer o entender ya que Cristo consumó toda posible revelación de Dios, la Palabra encarnada se hizo naturaleza humana con la finalidad de hablar con nosotros y permitirnos entenderle, se abajó por amor a nosotros hasta emplear una serie de acciones a nuestro alcance. Los símbolos del (A.T) fueron cambiados por esta maravillosa presencia que inaugura los futuros tiempos escatológicos. Solo la plenitud está en Cristo y con Cristo trascendemos a su Reino, es pues, la consumación de toda promesa en la Persona Adorada de Jesucristo el Hijo de Dios, todas las figuras como la Zarza ardiendo, el paso del Mar Rojo, la Pascua judía, y otros más son figura de la plenitud que solo podía llegar en Cristo.

El texto Lucano, nos hace un llamado esencial a la penitencia, la misma que puede ser motivada en su praxis por calamidades de la comunidad o factores de índole estrictamente personal. El llamado a la conversión es consecuencia de la necesidad de la purificación tanto mental como material. Jesús habla sobre las consecuencias del pecado y como este priva de conciencia para reconocerle como Señor y Salvador. El texto que señala la “higuera estéril” nos muestra claramente el espíritu penitencial de lo que implica toma de conciencia en la vivencia de este tiempo privilegiado que en la liturgia eclesial llamamos “tiempo fuerte”.  Lucas nos invita a prepararnos para dar frutos abundantes, esta preparación es básicamente vivencial y aterriza en el diario convivir y expresar relaciones en el entorno de la comunidad donde vivimos y hacemos nuestra historia. Dios nos ha dado tiempo efectivo en nuestras vidas y la finalidad no es solo gastarlo en la vida natural, también reclama de nosotros un crecimiento constante en la vida espiritual y en la toma de conciencia salvífica. La connotación crítica de nuestra conciencia nos permite analizar y valorar en justicia nuestro comportamiento.   La realidad vivida desde la observancia de la Cuaresma es tanto espacial como temporal y los frutos de su praxis son concretos una vez el bautizado los lleva a su vida cotidiana, no puede haber conversión sin la claridad objetiva de la Gracia en nosotros y por nuestro medio al entorno donde la vida se recrea. Hoy la naturaleza nos pide a gritos que la incluyamos en nuestras motivaciones, que ayunemos y demos frutos naturales y no artificiales como el consumo de plásticos y recipientes no biodegradables, la convivencia nos invita a ayunar de “lengua” respetando al otro y sus circunstancias de vida.

 

viernes, 11 de marzo de 2022

SEGUNDO DOMINGO EN CUARESMA...

 

SEGUNDO DOMINGO EN CUARESMA.  Génesis capítulo 15 versículos 1-12, 17-18. Salmo 27. Filipenses capítulos 3 versículo 17 y capitulo 4,1. Lucas capítulo 13 versículos 31-35.

 

El relato del Génesis, evoca un principio Yavista en su composición y también una fuente más antigua como quiera que describe el esquema o el modo como en la antigüedad los pueblos y especialmente los débiles se comprometían con los más poderosos en el pago de tributo o solidaridad en la defensa. Las partes vencidas pasaban en medio de las víctimas del sacrificio afirmando que igual suerte correrían sino cumplían su pacto o alianza, en el caso de “Abram” quien hace tal recorrido y promesa es el mismo Dios poniendo de manifiesto el carácter unilateral de esta alianza y por ende se compromete con este hombre y los suyos. Los temas de la herencia y los hijos son importantes en el modelo de una sociedad agraria donde el cuidado de la tierra es vital para la sobrevivencia del clan. En cuanto a los animales ofrecidos en sacrificio, es común en las culturas primitivas que rodean a Israel. La relación entre la agricultura y la cría de animales domésticos lo es desde hace mucho tiempo, las primeras gallinas o aves de corral  se domesticaron hace más de 15.000 años en el pasado remoto de la región visitada por el pueblo de Israel. El premio que ofrece Dios es correlacionado con las expectativas propias de la cultura de Abram y su entorno socialmente aceptado, dando prioridad al derecho de sangre como sucederá hasta la Edad Media con el cambio de los medios y modelos de producción donde el dinero se convirtió en definitivo y vital frente al apellido y abolengo de las familias, el modelo feudal enterró esta práctica milenaria, que reemplazó el capitalismo.

Las estrellas es un recurso que habla de las categorías inalcanzables de la promesa por medios humanos, y precisamente Dios recompensa la Fe de este Patriarca, el texto que alude este libro, es claramente usado por Pablo para hablar sobre el valor de la Fe en la vida del creyente y/o bautizado. Más tarde Santiago en su Carta reflejará el valor de la Fe viva, que es aquella que produce obras de Justicia en el bautizado. No se trata solo de Fe como expresión intelectiva del creyente sino de capacidad y vitalidad para la obra encomendada por el Dios amoroso. El Patriarca que todavía no ha definido el sentido vital de su llamado y misión se llamará Abraham más adelante cuando esto último sea una realidad. De paso se conecta las expectativas con la realidad presente y lo que el pueblo puede esperar de esta relación y experiencia de Fe.

El Salmo 27, nos relata la visión del creyente frente a Dios, y como lo que vive se pone de relieve en el quehacer de su convivencia y expectativas de vida y promoción. La confianza en Dios es patrimonio de los bautizados y esta postura dicta su forma de vida y obra. La realidad que se percibe desde la Fe es subjetiva, pero también, puede objetivar la conciencia de Fe de los creyentes.  No hay dificultad que pueda vulnerar la esperanza de los bautizados. Dios escucha la voz esencial de los fieles y se proyecta en sus necesidades y angustias, es una manera de manifestar la Teonomia propia del creyente y en potencia de visibilizar la Fe de Abraham en medio de la comunidad.

El apóstol Pablo en su Carta a los Filipenses, invita a los integrantes de esta comunidad de Fe a fortalecer los valores que el Apóstol vive y enseña en sus actitudes y acompañamiento en la obra del Evangelio.  La imitación de los modelos evangélicos es fruto del discernimiento de los bautizados.  Pablo argumenta desde la Fe la posibilidad de fundamentar la praxis de los creyentes en el ámbito del quehacer tanto personal como congregacional. El pastor se alegra por los frutos de sus feligreses y su compromiso es ante todo testimonial. Aquí en testimonio responde positivamente a las inquietudes de los bautizados y su afán por crecer y vivir la trascendencia de su Fe. Los testimonios son fuente de conversión, pero solo cuando resisten el paso del tiempo y las dificultades e intríngulis de la vida.  El éxito de un pastor se refleja en la comunidad en la que este actúa en nombre de la Iglesia de Cristo. 

El texto Lucano, nos muestra en su juego de palabras e ideas la forma como Jesús responde a las insinuaciones que buscan minar su voluntad y llenarle de temor ante la opinión y actitud del gobernante de turno. El creyente se enfrenta diariamente a situaciones que pueden atentar contra su fortaleza y hacerle dudar de su cometido y vivencia espiritual. La obra del Señor no está terminada por esa razón no hay temor alguno que limite su voluntad salvífica. Recordamos que los bautizados se enfrentan cada día a situaciones difíciles donde el “qué dirán” puede hacer eco de sus sentimientos y cosmovisiones. El llamado profético se puede confundir con una respuesta mediática ante las exigencias de nuestro medio o entorno somático, la única verdad que prima es aquella que   anida en el corazón y se convierte en vivencia, vivir de la verdad revelada es el reto de nuestra concepción de Fe al servicio de la vida en todas sus formas, las palabras del Señor ante su amada Jerusalén nos dejan ver un rasgo maravilloso de su humanidad, pero también de la incomprensión que le rodea. Jesús está solo ante el rechazo futuro y la gran paradoja es su conocimiento que vincula su ser como Hijo de Dios a su desempeño como Hijo del Hombre y uno más de nosotros.   El texto lucano culmina con la invocación del Salmo 118,26. “Bendito el que viene en nombre del Señor” el Señorío de Cristo esta ratificado desde tiempos antiguos y su profecía se aclimata en la sique de los judíos piadosos. No siempre somos comprendidos pero la verdad inherente al creyente prima como absoluta experiencia de Fe en la vida y obra de la Iglesia.

jueves, 3 de marzo de 2022

PRIMER DOMINGO EN CUARESMA...

 

PRIMER DOMINGO EN CUARESMA. Deuteronomio capítulo 26 versículos 1-11. Salmo 91:1-2 y 9-16. Romanos capítulo 10 versículos 8b- 13. Lucas capítulo 4 versículos 1-13.

 

El Libro del Deuteronomio nos relata la manera como el pueblo individualizado hacía sus aportes y reconocía de esta manera la Providencia amorosa de Yahveh. Tal ejercicio se acompañaba del recuento de las acciones salvíficas que Dios hacía por ellos. De esta manera se construye la memoria religiosa en el colectivo y en la persona. La clave interpretativa desde nuestra percepción la entrega el último versículo citado: “Luego te regocijaras por todos los bienes que Yahveh tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, y también se regocijaran el levita y el forastero que vive en medio de ti”. En nuestro presente es tentador hablar de “Diezmo” pero en el contexto judío muy anterior a nosotros. Hoy se pretende hablar del 10% de los ingresos cuando se desconoce el aporte de la Mayordomía Integral que no solo conjuga los estados de aportes y cuentas que nuestros tesoreros congregacionales llevan disciplinadamente, sino que también asume el compromiso y servicio que muchos feligreses brindan y cuyas acciones no son medibles en términos financieros. Los aportes en misión urbana que cada episcopal puede hacer en su entorno congregacional y vecindario debe ser tomado en este rublo de Mayordomía, no olvidemos que como institución eclesial privilegiamos al ser por sobre el tener. Nuestra Mayordomía no puede estar por fuera del abanico de la razón y su análisis, en el presente el contexto congregacional reclama conciencia y trabajo de misión. Las connotaciones de índole espiritual son muy respetadas, pero no desdibujemos el concepto de nuestra tradición.

El Deuteronomio se abre ante otras posibilidades (no confundir su gramática, es un verbo conjugado en tiempo presente) y es absolutamente universal al vincular a la Mayordomía sus relaciones con quienes te rodean, con el otro, aquí bajo la figura del extranjero. Una ofrenda de las primicias también lo es sobre la importancia y dignidad del otro en nuestras vidas. Una ofrenda autentica reclama más compromiso congregacional de nuestra parte es un reflejo del valor eclesial en nuestro entorno.

El Salmo 91, inicia su contenido invocando a Dios con un nombre antiguo en sus tradiciones, nos referimos a Elyón, es el Dios del cielo, y luego emplea el nombre Yahveh, que es propio de la Tradición Yavista, mostrando de esta manera la relación vital de Dios con su pueblo y sobre todo dejando en claro aquello que pueden esperar de Dios. Un Dios amoroso que acoge y protege a los suyos, es un amigo que libra de todo mal, son estos algunos atributos del nombre de Dios. La relación con el Dios vivo se define desde el encuentro personal como opción radical de vida. El Salmista confía en la intervención de Dios sin importar la situación en la que este clama. Dios ama y como ama una consecuencia de su amor es nuestra protección, este Salmo lleva a un nivel superior la conciencia sobre el favor de Dios.

El apóstol Pablo en su mensaje a los Romanos deja en claro el valor total de lo que implica confesar abiertamente nuestra Fe en Cristo. Se plantea la necesaria relación entre la Fe y las obras como explicitación y testimonio de lo que cree el bautizado. Confesar a Cristo es más que un enunciado o formula verbal es la absoluta vivencia de sus enseñanzas y solo así lo que confesamos toma forma definitivamente.

No podrá haber engaño en nuestra confesión de Fe y mucho menos en aquellas accionas que nos identifican como cristianos. Creer es vital para configurar el ser creyente y esta forma de asumir nuestra vocación salvífica nos une con Cristo. Las distinciones entre personas no poseen en el Evangelio fuerza o forma alguna ya que la filiación es y será por nuestra opción en Cristo. Vemos de esta manera como la universalización del mensaje facilita el conocimiento de Cristo y compromete vitalmente la misión de la Iglesia y cada uno de los bautizados. Invocar el nombre del Señor se constituye en la respuesta confiada del amor del bautizado que reconoce a su Señor y se cumple en su vida la enseñanza del Buen Pastor al reconocer cada uno de nosotros la voz de su Señor y Salvador. Sin conocer al Dios de la vida sus Palabras podrían sonar y resonar en la conciencia como algo vacío carente de identidad.  Pablo nos está llamando sutilmente a la interiorización de su mensaje como signo vital de nuestra Fe.  La Salvación es fruto de la vivencia del amor de Dios en nuestras vidas. La Palabra salvífica es parte del anuncio perenne de la Iglesia y de la congregación como manifestación local de la institución eclesial, la obra del creyente se revalida cada que la Palabra cala en lo más profundo de su ser. Sin Fe no hay Justicia salvífica en nosotros, al menos como creyentes en el modelo eclesial en el que vivimos nuestra Fe sin que con ello desconozcamos el valor de la misericordia de Dios por su creación. Los Episcopales estamos llamados a vivir ardientemente el contenido salvífico de la Palabra de Dios, no es compatible con el episcopalianismo un bautizado que no lea y medite la Palabra de Dios.

El Texto Lucano sobre las tentaciones a las que fue sometido el Señor muestran el inicio de una experiencia humana en el Dios Encarnado,  la figura en su más pura materialización del mal procede como es de esperarse bajo las categorías materiales que gobiernan el mundo,  el antagonismo será definitivo en la misión Redentora y es un antagonismo entre Cristo y el mundo visto aquí no como creación Divina sino como las relaciones y expectativas desencarnadas del ser humano y sus ambiciones frente al mensaje salvífico. El llamado “diablo” solo está empleando el recurso que nosotros con nuestro apego y egoísmo desmedido al dinero, al poder, al prestigio, le hemos facilitado.   Las tentaciones son realmente fuertes y tocan a cada creyente cuya experiencia en el mundo pasa por experimentarlas y vivirlas desafortunadamente. La ambición mueve naciones enteras a la guerra, los grandes imperios del mundo hacen todo lo humanamente posible por extender su hegemonía en la geopolítica actual. No hay hoy en día una sola latitud donde la guerra no reine (económica, dialéctica, cultural, militar, de recursos naturales estratégicos, entre otros). Los evangelistas se cuidan de hacer derivar estas tentaciones en el concurso de las enseñanzas del (A.T). Aquí vemos una inexorable dicotomía que apunta a la instauración de un reino terrenal y la explicitación de la supremacía de Dios sobre toda esta realidad. La lucha entre el poder mundano y el Evangelio toca a los bautizados y su auténtica vivencia de la Palabra revelada. No hay poder del mal sobre el bautizado solo cuando este decide caminar por su lindero y dejar a un lado el contenido salvífico de su propia Fe…

El conocimiento de la tradición puesta en boca del Señor por parte del evangelista es signo de la dialéctica congruente con la enseñanza de un Dios Poderoso que gobierna la creación, el Episcopal debe ir más allá y reconocer el Señorío de Dios en su vida y por ende en la Iglesia.

 

martes, 1 de marzo de 2022

PRIMER DÍA DE CUARESMA. MIÉRCOLES DE CENIZA...

 

PRIMER DÍA DE CUARESMA. MIÉRCOLES DE CENIZA. Isaías capítulo 58 versículos 1-12. Salmo 103. 2 Corintios capítulos 5:20b-6:10. Mateo capítulo 6 versículos 1-6, 16-21.

 

Miércoles de Ceniza marca el inicio de una celebración de corte penitencial en la Iglesia cuyos registros llegan al siglo II y posteriormente al siglo IV, gracias a la reflexión por parte de los santos PP. De la Iglesia tanto latina como oriental. Durante este tiempo la oración, meditación de la Palabra de Dios, así como el ayuno y la limosna y ofrenda deben alimentar nuestro espíritu y fortalecer la relación amorosa con el Dios revelado. Gregorio VII en el siglo XI desarrolló la primera liturgia para la bendición de la Ceniza empleada el día de penitencia denominado “Miércoles de Ceniza” en el presente los romanos, griegos, anglicanos lo conservan en su liturgia con algunas modificaciones propias. El profeta Isaías, nos ilustra sobre el auténtico ayuno que debemos observar para concluir en su reflexión con la necesidad de un gesto de amor y misericordia con los demás ya que el ayuno es por definición la sensibilización nuestra con respecto   a quienes nos rodean, bien diría Martín Lutero: Las obras buenas que practicamos no son útiles a Dios, pero si a nuestros hermanos. El profeta del mesianismo nos invita a considerar al otro y dimensionarlo justamente en nuestros corazones. La manera como procedemos debe ser revisada cuidadosamente no sea que por noble que esta sea o se muestre en verdad sea solo manifestación de nuestra autosuficiencia frente a Dios. El ayuno que no repare nuestras relaciones con el prójimo y con la naturaleza será simplemente un acto de disciplina al no consumir alimento alguno, pero poco provechoso en la manera de generar conciencia sobre la vida en todas sus formas. Hoy se hace un ingente llamado a la Justicia en nuestras vidas y en la forma como edificamos nuestro entorno, el pecado se apoderó hace ya rato de muchas obras y les cambió su esencia. Hoy seguimos creyendo que la guerra puede solucionar los dramas de la vida. Ya la vida vale dependiendo de la óptica política que la vea y defienda, ya no es la vida como obra de Dios sino la connotación política, económica y cultural del ser humano lo que en verdad cuenta y pesa. Vale más un conflicto en Sur América que en el Caribe, ese ayuno de Justicia es en verdad necesario y determinante hoy para construir la paz mundial y regional.

Solo Dios levantará las ruinas de nuestra vida y su cultura, solo Dios dejará a salvo la existencia de los seres humanos por sobre las pretensiones del mundo. La libertad, el orden, la justicia, son valores universales que brotan del Evangelio y su auténtica praxis. Isaías nos invita a valorar la relación vital con el otro y ser justos con él, iglesias, clérigos y feligreses que se comportan como hegemónicos desdibujando la Caridad de la Iglesia en sus actuaciones y determinaciones… Ayunemos de odio, ambiciones, dignidades, primeros lugares, de buscar esta o aquella congregación donde se gane un poco más de dinero o simplemente donde se traben relaciones de provecho para la familia. Son solo algunos de los componentes nobles de una praxis contraria al Ayuno cristiano dimensionado en todas las facetas de nuestras vidas…

El Salmo 103, nos habla sobre el perdón de Dios y todo lo que produce en nosotros. Bendecir a Dios es ser coherentes con lo que decimos creer y por ende vivir. Somos fruto de su amor justiciero y nada de lo opuesto a su Justicia reinará en el bautizado auténticamente comprometido con el Dios vivo. Dios perdona, pero ese perdón solo se manifiesta cuando verdaderamente deseamos ser perdonados. El Episcopal debe vivir como perdonado y amado y darle la espalda al pecado y sus maquinaciones pasadas. Dios es amor y el perdón es fruto de su infinito amor. El Salmista tiene claro que el perdón se vive y no solo se pide, basta de vivir solo categorías cómodas para nosotros, ya es urgente vivir el amor como razón de nuestra existencia.

El llamado Paulino es a la reconciliación con Dios.  Pablo nos dice con claridad y contundencia que la reconciliación es necesaria y que llega a nosotros gracias a Cristo Resucitado. Cristo no conoció pecado, prosigue Pablo, y aun así se entregó por nosotros en la Cruz como un gran pecador, solo el amor puede dar el suficiente motivo para morir y vivir por los demás. Hermanos, el amor fue el que levantó al Hijo de Dios de entre los muertos. El amor nos levantará a nosotros de entre los muertos, luego, sin amor no hay vida y mucho menos eternidad. La vida del bautizado se muestra como contradicción al mundo y sus valores, debemos vivir nuestra Teonomia ante Dios, es decir, confiar en su misericordiosa Providencia y no andar tras los esquemas del mundo. Cuantos ricos hoy son pobres ante Dios y cuantos pobres muy ricos ante el Resucitado. La Simonía y los Nicolaítas que asolan economías eclesiales por vivir como príncipes y herederos de los poderes de este mundo seducidos por el confort y la calidad de vida no cristiana sino mundana.  Como tristes, pero siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos… (2 Corintios capítulo 6 versículo 10).

La visión Mateana, camina en la misma dirección en la que Pablo nos confronta con la realidad de nuestra vivencia cristiana. Mateo ve con preocupación los valores no vividos por los creyentes y como el signo de poder universal ($$$) la marca de la Bestia Joanica se viste de ayuno y “buenas obras”. Desde la perspectiva Marcana es posible dibujar una ruta de espiritualidad donde los valores del cristiano alimenten sus expresiones de Fe y piedad. La Limosna es signo de solidaridad y conciencia con los que sufren privaciones concretas.   Una limosna no solo se debe medir en cuanto a la cantidad sino también en orden a lo integral que vincula calidad y servicio en su expresión solidaria. Dar no es difícil, pero hacerlo entre iguales es la diferencia y valor intrínseco de toda ofrenda o limosna. Ponernos en los pies del sufriente nos dispone de corazón a ser justos y generosos. Un corazón lleno de bondad será capaz de ver en el otro a Cristo sufriente, nadie debe enterarse de todo el bien que los bautizados pueden hacer, las obras en si son poderosos interlocutores que hablan del amor hecho ofrenda y limosna. Lo secreto de nuestro ayuno solo puede salir a la luz cuando las obras son dignas de ser mostradas como testimonio de vida. Pedir a Dios es un ejercicio natural y compartir con el otro desde su propia dignidad es el ejercicio sobrenatural del amor convertido en justicia y por ende en ofrenda y limosna, en ayuno y oración.

LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO…

  LA TRANSFIGURACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO… Éxodo capítulo 34 versículos 29-35. 2 Pedro capítulo 1 versículos 13-21. Salmo 99. Lucas c...