SEPTIMO DOMINGO DE
PASCUA. Año B. Hechos de los Apóstoles capítulo 1 versículos 15-17 y 21-26.
Salmo 1. 1 Juan capítulo 5 versículo 9-13. Juan capítulo 17 versículos 6-19.
El Texto Lucano nos ubica
justo después del relato de la Ascensión del Señor, la idea es clara mostrar el
dinamismo de la misión y como la partida del Señor marcará una perspectiva
distinta a la que sin duda suponían sus amigos. Lucas está interesado también
en mostrar la manera como los apóstoles eligieron al sucesor de Judas en el
ministerio de la Iglesia primitiva, la manera de hacerlo “echándolo a suerte”
es característico de la génesis eclesial, muy pronto el mecanismo de elección
será otro… De entre la reunión de seguidores se sacan por decirlo tajantemente
a dos candidatos, miremos el texto Sagrado de Tradición:
23- Presentaron a dos: a
José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías. 24. Entonces oraron
así: «Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos
dos has elegido, 25. Para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del
que Judas desertó para irse adonde le correspondía.» 26. Echaron suertes y la
suerte cayó sobre Matías, que fue agregado al número de los doce apóstoles
(versículos 23-24).
La obra continúa y el
modelo apostólico también, sin duda que la elección es signo de unidad entre
los discípulos del Señor, el contenido de su labor demanda la mayor cantidad de
brazos y corazones disponibles, la oración es parte de este cometido, ellos
recalcan de esta forma que la presencia de Dios es cotidiana y natural con la
Iglesia y su ministerialidad. El
bautismo de Juan (precursor) a pesar de ser un acto solidario de Jesús con
nosotros, sirve aquí de punto de partida para la obra de la Iglesia ya en
cabeza de los apóstoles, la presencia del resucitado es tan poderosa que
prácticamente ellos lo perciben en las decisiones que toman como inspirados por
Jesús. Tal naturalidad y cotidianidad la podemos sentir hoy cuando la oración y
la meditación de la Biblia ocupan su lugar en nuestras vidas de Fe. El
Ascendido a las alturas les dejó su Gracia por medio del Espíritu Santo que
será quien tenga la última palabra en la Iglesia como lo manifiesta (Hechos de
los Apóstoles capítulo 1 versículo 24). La elección es solo de Dios por medio
de su Adorado Hijo.
El Salmo 1, nos presenta
el ejemplo concreto de quien, apartándose del mundo como signo de discordia y
enemistad, vive de cara a la concreción de su experiencia renovada en el Dios
amoroso, la realidad el creyente es siempre la elección y las consecuencias de
sus decisiones están vivas delante de nosotros. La enseñanza de este Salmo la
podemos encausar en el compromiso del auténtico creyente que no se desgasta en
el mal y sus pecados, sino que lucha, eso si, por superar sus propias
alienaciones. Nuestro caminar es familiar a Dios porque Dios es nuestra única y
verdadera elección. Luchemos pues para alcanzar la meta de la realización de
nuestra Fe y renovemos esa maravillosa alianza llamada Bautismo. 1. ¡Dichoso el
hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores
se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, 2! Mas se complace en la
ley de Yahveh, su ley susurra día y noche. 3. Es como un árbol plantado junto a
corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje;
todo lo que hace sale bien. 4. ¡No así los impíos, no así! Que ellos son como
paja que se lleva el viento. 5. Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos,
ni los pecadores en la comunidad de los justos. 6. Porque Yahveh conoce el
camino de los justos, pero el camino de los impíos se pierde.
El apóstol Juan en su
primera carta continúa la exposición de su cuerpo doctrinal sobre el
conocimiento relacional del Dios manifestado al mundo, el testimonio no lo
entrega el mundo, el testimonio es la respuesta misericordiosa de Dios al mundo
y su crisis, la crisis es constante porque los valores que caducan según la
exposición del mundo (relaciones) no pueden trascender por tener solo afinidad
terrena. Este modelo no reconoce al Hijo de Dios revelado porque no tiene como
hacerlo al encontrarse impedido por su condición ya envilecida. La relación
trinitaria en potencia es uno de los argumentos más fuertes de identidad en
Juan y posteriormente en el bautizado. El creer no se refiere solo a la acción
misma de la Fe sino a su vivencia, no podemos “divorciar” la acción en figura
de las obras y dar solo testimonio sin el hacer como creyentes. No asumir la
verdad revelada deja al ser humano en una clara desventaja frente a la vivencia
de su propia trascendencia. No es posible vivir el cristianismo sin la
necesaria cuota de sacrificio y aceptación de la Voluntad de Dios que siempre
será salvífica para nosotros.
La cosmovisión Joanica,
inicia este relato evangélico dejando en firme la auténtica naturaleza de la
obra del Señor como el gran revelador del Padre Dios, Juan pone en boca del
Señor tal afirmación: “He manifestado tu Nombre a los hombres, que me has dado
tomándolos del mundo…” (Versículo 6). Cristo revela la persona de Dios y todo
lo que esto implica en la construcción de una relación de intimidad y
espiritualidad donde el respeto y el amor determinan el tipo de relación
forjada, el bautizado en el contexto amplio de esta expresión ha sido apartado,
es decir, consagrado íntegramente a Dios. Aquí la santidad del Hijo de Dios se
manifiesta en cuanto el Hijo se presenta delante del Padre Dios. La relación
del Hijo en el medio de la Trinidad Divina es amorosa esencialmente y la
revelación a la humanidad fue posible de esta manera por el principio del amor
de Dios por su obra, que definitivamente es el signo de su identidad revelativa
a la humanidad y desde luego la Iglesia, toda relación salvífica pasa y es nutrida
por el amor de Dios. Cristo se convierte en la revelación perfecta porque solo
Él es el Engendrado por el amor del Padre Dios. Juan nos dice claramente, sin
amor no hay relación con Cristo y sin Cristo no hay acceso al Padre y que decir
del Espíritu de Dios que es en si la Santidad del Todopoderoso. El mundo
claramente es parte de la temática Joanica y lo presenta como lo totalmente
hostil al Evangelio, y en este momento a la Voluntad salvífica de Dios. El no
estar en el mundo es compatible con la actitud de vida del creyente que
renuncia a todo aquello que le puede separar del amor liberador de su Señor.
Judas se apartó de este plan por voluntad propia y las consecuencias de su
decisión son bien conocidas por todos los creyentes. Pero aun el propio traidor
puede esperar la infinita misericordia de Dios.
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