PENTECOSTÉS EN LA
TRADICIÓN ECLESIAL ANGLICANA Y SUS REFERENTES TEOLÓGICOS MÁS SOBRESALIENTES.
RESUMEN.
Desde nuestra perspectiva
es importante tener presente que existe un vínculo multidialectico que une los
momentos más sobresalientes de la vida de la Iglesia anglicana que hoy
definimos como Comunión Anglicana y tal relación no se manifiesta solamente en
Inglaterra sino en la universalidad de su origen como Iglesia histórica. Desde
el primer ocupante de la sede en Canterbury, las reformas del siglo XVI, los
“divinos” Carolinos, el Movimiento de Oxford, hasta nuestro presente, la
Iglesia anglicana ha vivido y de hecho vive un perenne Pentecostés, que se
manifiesta en su rica y variada historia eclesial, en la diversidad de sus
ministerios y la filiación conciliar como doctrina durante el tiempo de los
Santos Padres de la Iglesia. Supimos asumir el nuevo paradigma que implicaba la
Ascensión del Señor, este concepto se materializa en una dinámica metafísica
que supera la intuición del fenómeno para convertirse en una realidad que explicita
nuestra Fe. El hálito de vida, el Paráclito y el Neu-ma haciendo particular
énfasis en el movimiento y el Espíritu y la configuración de la realidad
asumida por la Gracia que implica para nosotros la venida del Espíritu de Dios
en Pentecostés, la celebración de las cosechas o semanas para asumir dramáticamente que el
marco relacional de la Resurrección es el fruto de la primera cosecha y Pentecostés
de las demás en el contexto del triunfo del Señor. Aquí el Qué de la
cuestión o Quod de quaestione, es dilucidar el
momento presente como unido esencialmente a Pentecostés, el Espíritu como signo
salvífico se convierte en nexo histórico con el Padre Dios y su adorado Hijo. La
relación que podemos espiritualizar no necesariamente se materializa en la
conversión ontológica del ser y sus propiedades redimidas. No es solo la
presencia de la Gracia sino el Qué de tal maravillosa presencia. El ser
eclesial no solo es fundado en el tiempo, sino que en el tiempo se convierte en
signo instrumentalizado de salvación, la Iglesia anglicana hoy y siempre ha
sido Sacramento de salvación por su personal e intrínseca relación con el Señor
resucitado. Su propia universalidad identitativa trasciende el momento descrito
por Hechos de los Apóstoles y se instala en la psique de los bautizados.
Pentecostés trasciende en el tiempo y se convierte en expresión salvífica en
la institución eclesial. El dogma tácito de esta Iglesia la señala y ubica
en el plano de la soberanía eclesial. Una soberanía que no excluye su origen
común.
INTRODUCCIÓN.
La Iglesia Anglicana por
extensión desde la manifestación fundacional del Espíritu Santo (engendrada en
el vientre apostólico) (1) guarda firmemente la
tradición ministerial tal y como esta se fue gestando en la Iglesia
primitiva, pasando luego por la afirmación fundamental del Cristo de la Fe, ese
proceso de identidad y definición teológica fue vital para la consolidación de
la doctrina que llegó a la tierra de los celtas en la misma época apostólica y
cuenta de ello es la consolidación de la catolicidad incluso antes del siglo V
cuando Roma voltea la mirada sobre Britania (nombre dado por el Imperio romano)
desde comienzos de nuestra Era. Pues la raíz apostólica se mantenía con la
presencia de un Pentecostés “pequeño” que alimentaria
no solo los viajes de Pablo o la decisión de Pedro de
sacar la Iglesia de Jerusalén (plano local) sino que se constituiría en plataforma
de vivencia y fortalecimiento del ser eclesial fuera incluso de Oriente. Pentecostés el
fenómeno engendrador se esparció por el mundo y de esta forma la identidad
eclesial se mantuvo en Inglaterra. De esta afirmación es improcedente denominar
o postular a Enrique VIII como su fundador. Sin duda que Enrique
VIII no pretendió nunca la transformación protestante (termino
inexacto de nuestra realidad eclesial) de su reino, sino la
"nacionalización" de la Iglesia bajo el principio de autoridad del
príncipe, fons utriusque iuris. Con este principio Enrique justificaba
el Acta de supremacía de 1534, por la cual exigía que todos sus
súbditos le reconocieran como "the only supreme head in earth of
the Church of England". Isabel I igual que Enrique pretendía
la constitución de una sola iglesia, en un solo
país, bajo un solo príncipe. A esta empresa contribuyó
decisivamente Thomas Cranmer (1489-1556), nombrado arzobispo
de Cantorbery por Enrique VIII. Fue Cranmer el
introductor de la lectura bíblica y de la práctica litúrgica en lengua inglesa.
Reformador cuidadoso, Cranmer (2) quería el retorno a la
pureza de la tradición antigua litúrgica y doctrinal como padre fundador del
anglicanismo. Los Hechos de los Apóstoles testimonian poderosamente
el papel decisivo del Espíritu Santo en la difusión de la Fe y en el
crecimiento de la Iglesia. Es un libro contagiado de la claridad y el vigor del
Espíritu de Dios que habla y actúa en sus páginas. Una penetrante alegría
impregna el conjunto de la narración. Es la alegría que procede del Espíritu,
inspirador de una certeza inamovible sobre el origen divino de la Iglesia, y
causa de los acontecimientos extraordinarios que acompañan a los predicadores
del Evangelio (3). Esta manifestación del Espíritu Santo no solo se quedó con
los apóstoles, sino que los tomó como referencia de su universalidad, la misma
que llega a nuestra Iglesia. El padre Van de Pol, un
teólogo católico romano, afirma que la característica más distintiva del anglicanismo
es la moderación porque sabe mantener un equilibrio moderado entre la
intransigencia rigurosa y la flexibilidad anárquica. Es la actitud que ha
quedado definida con la expresión ya clásica de la vía
media (4). El anglicanismo descubre de esta forma, al menos, en
nuestra Provincia la realidad el Espíritu Santo inserto en los acontecimientos
sociales, culturales y políticos en los que viven su Fe los “episcopales de
a pie” donde afirma el Rvdo. Isaías Rodríguez hay gran
población latina. Nuestro ir y venir histórico es relevante en la
protección de derechos y fundamentos de convivencia y dignidad de la persona
redimida, desde luego, en el presente de esta indagación se ve el sombrío
panorama una vez más de la guerra (conflicto de índole internacional en
Siria y otras latitudes que mantienen tensión como el conflicto con Corea
del Norte) donde esta Iglesia sin duda deberá renovar su postura en defensa de
la vida y su sacralidad.
EL ESPÍRITU SANTO EN LA TEOLOGÍA ANGLICANA.
Si nos referimos
concretamente a nuestra teología debemos iniciar con quien es tenido como padre
de la misma, me refiero a Richard Hooker (marzo de
1554 – 3 de noviembre de 1600) educado en Oxford, en su pensamiento la razón se
convierte en luz de su análisis y vivencia cristiana (5) Hooker debemos
entenderlo desde la perspectiva Escolástica de su teología, donde el Espíritu
Santo era tenido desde la naturaleza de su Ser y Esencia Tercera Persona de la
SS. Trinidad, esta concepción de teología brillante limitaba su participación
en la cotidianidad del bautizado, se presenta una sentimiento Pentecostaliano asociado
más a los apóstoles que a la realidad presente de la Iglesia, es una
noción más académica que vivencial, lo que no implica que
absolutamente su figura fuera asociada a la realidad del momento desconociendo
su Inhabitación en nosotros (en el bautizado de aquella época) la postura
eclesial sobre el Espíritu Santo durante Hooker conservó los
ribetes dados por la Tradición y Magisterio de la Iglesia. Para el anglicanismo
de este siglo, la realidad Pneumatologica de su teología está
edificada en la revelación Escrituristica y la acción de Pentecostés no
se considera como un momento enmarcado en momentos sucesivos atravez de las
épocas del cristianismo, Pentecostés se hace
estático y limitado a la presencia del Espíritu Santo en la
Iglesia que parte de la relación Trinitaria como tal
Ad-Extra, esta postura nos habla de un descubrir al Espíritu de Dios en su
Revelación y por medio de los signos de la identidad de la Madre Iglesia.
Sin duda que en la
concepción de Hooker la participación de la vida espiritual
sigue los lineamientos de la Escolástica que ve la necesidad de hablar de una
presencia sobre el fundamento de una especie de estética trascendente que
consiste en ordenar todo bajo los atributos de Dios:
Orden
|
Armonía
|
Estética
|
Justicia
|
Gracia
|
Verdad
|
Identidad
|
Economía salvífica.
|
Este inglés interpreta la
relación con la Tercera Persona de la SS. Trinidad desde esta concepción
mapeada en términos y cualidades señaladas en el recuadro. La espiritualidad
era estéticamente ordenada y simétrica cuya expresión en el ámbito cotidiano
era sobre todo la Oración y la Eucaristía. La ley moral no
puede depender de las concepciones cambiantes de los pueblos sino de una
esencia permanente derivada a su vez de la conformidad de las cosas con los
designios del Creador (6). En su pensamiento Conservador se refleja tanto el
tomismo como la dinámica política del estado ingles cuyo accionar trascenderá a
sus colonias y hoy día a los estados asociados. El Libre Albedrío como
informado por el Espíritu Santo sede terreno ante la inexorable materialización
de la Voluntad Divina por sobre la opción humana, de esta forma constituye al
Espíritu Santo en el máximo rector de nuestros procederes, es interesante, como
su pensamiento Conservador tiene espacio para la Tolerancia y la postura
Ecuménica pionera en su tiempo, solo dejamos una muestra de uno de sus sermones
Citado por J. Gauden:
He demostrado
hasta aquí que, aunque la Iglesia de Roma se ha portado como una ramera,
peor de lo que lo fue Israel, no obstante, no están - como lo está ahora
la sinagoga de los judíos, por cuanto abiertamente niega a Cristo
Jesús - completamente excluidos del nuevo pacto. Pero como a Samaria,
comparada con Jerusalén, se la denomina Aholah, una iglesia o
tabernáculo propio de ella, contrariamente, Jerusalén se denomina Aholibah,
el lugar de reposo del Señor; así, de cualquier modo, que llamemos a la
iglesia romana, cuando la comparamos con las iglesias reformadas, hacemos una
diferencia como antes se hacía entre Babilonia y Samaria, también ahora la
hacemos entre Roma y las asambleas paganas. Opinión que yo quiero y debo
mencionar; debo conceder, y quiero hacerlo, que la iglesia romana, con todos
sus hijos, está totalmente excluida; no hay ninguna diferencia en el mundo
entre nuestros padres y los sarracenos, los turcos o los paganos, si niegan
directamente a Cristo crucificado por la salvación del mundo. Pero, de
cuántos millones de ellos se ha sabido que hayan terminado su vida mortal y
que, al exhalar el último suspiro hayan pronunciado las palabras de
esta Fe "Cristo, mi Salvador, mi Redentor Jesús". ¿Y
podremos decir que los tales no han mantenido lo que es el fundamento de la
Fe cristiana?... Por consiguiente, por más que se pueda decir de la iglesia
romana, todavía tiene "un poco de poder", no niega directamente el
fundamento de la Fe cristiana. Creo que puedo, sin ofender, persuadirme de
que millares de nuestros padres en los tiempos pasados, que vivieron y
murieron dentro de sus muros, han encontrado misericordia en las manos de
Dios.
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Nos permite analizar su
espíritu eclesial, y como el reflejo de la venida del Espíritu Santo asume
como lo plantea Agustín de Hipona su papel como el gran Reconciliador, no
caminó solo en las filas del Tomismo, sino que su pensamiento intuitivo sobre
el Ecumenismo lo podríamos considerar como iluminado por esta postura
eminentemente de la Escuela Agustiniana. En nuestra
especulación simplemente afirmamos que la realidad reconciliadora de Cristo en
la Cruz tiene un esplendor especial en Pentecostés, y el
Espíritu Santo se constituye en su Causa Eficiente. Recordándonos a
otros ingleses anteriores a él como es el caso de Anselmo de Canterbury (Aosta,
1033-Canterbury, 1109) (7).
RETROSPECTIVA.
Anselmo de
Canterbury teólogo de mucha relevancia dentro
de la Escuela Agustiniana. Entre los varios argumentos
desarrollados por A., los dos que más se destacan son su prueba
ontológica de la existencia de Dios y su explicación de por qué Dios se hizo
humano en la encarnación (Cur deus homo). En estos argumentos también es
evidente que presupone ciertos aspectos de la filosofía de Platón,
hegemónica todavía en el siglo XI. En el platonismo, todo
lo que existe en la naturaleza tiene un prototipo ideal del cual es copia
imperfecta. Estas ideas universales están en la mente divina y son más reales
que el mundo material. Por ello, para A. la lógica y la razón son suficientes
para demostrar la validez de un argumento. Esta influencia del platonismo es
evidente en el Proslogio, donde Anselmo aplica su metodología
y lógica para demostrar la existencia de Dios. Mucho después la prueba de A. adquiriría
el nombre de ontológica, término derivado de dos palabras griegas que quieren
decir la razón o lógica del ser. La presencia del Espíritu Santo en su obra… La
presencia del Espíritu Santo se vive en la Oración, meditación y Reflexión de
la Palabra de Dios.
En la Edad Media fue
corriente desarrollar algunas oraciones devocionales al final de los Salmos que
pretendían ayudar a resumir su contenido y facilitar su comprensión,
convirtiéndolos en plegaria privada. Las Oraciones pueden entenderse como
expansiones piadosas al rezo de los Salmos, si bien muy desarrolladas y
elaboradas por un gran teólogo. Su método permanece así distinto del de los
tratados dialécticos. Pentecostés se intuye presente no en la
manifestación de alegría propia de la redacción lucana sino mediante la
vivencia de sujeción a las enseñanzas de la Iglesia. El pecado en su teología
no se enfoca en la maldad de la carne como en el pensamiento de su maestro
el Hiponense, sino que habla de la solidaridad con el primer
hombre. Pentecostés arroja sus dones libremente sobre los
bautizados para que estos no sean esclavos de sus pecados y puedan reconocer a
su Dios y vivir según sus enseñanzas, la relación salvífica con el Evangelio es
muy fuerte en este pensador medieval. El fenómeno histórico se renueva en la
vida y obra de los creyentes fieles a la Iglesia donde han construido una
relación con el Dios que les puede salvar. Cristo, es el punto en
el cual reside todo el humanismo anselmiano (10). Pero esta definición
se deja acompañar con la aseveración de la presencia tangible del Espíritu
Santo sin la cual sería -para este autor- imposible vivir conforme al ejemplo
de Cristo que se constituye no en una opción de imitar sino en esencialmente
imitable para la salvación. Sobre su modelo de Oración/reflexión consignamos
este bello ejemplo:
¡Ay, desgraciado!,
¿qué he hecho yo de mí? ¿Qué era yo hasta aquí? ¡Oh Señor!,
¿qué habías hecho de mí y qué es lo que he llegado a ser por
mi falta? Yo había sido concebido y nacido en el pecado, pero tú me has
lavado y santificado, y después yo mismo me he manchado con faltas peores. Yo
había nacido en el pecado por necesidad, ahora me revuelvo en faltas
voluntarias; yo había sido concebido en el pecado sin saberlo, después me he
llenado y cubierto de él voluntariamente; gracias a tí había salido de los
primeros por misericordia, después me he arrojado yo mismo miserablemente en
los segundos; de los primeros había sido rescatado por bondad, en los otros
me he perdido por malicia. ¡Oh Dios bueno!, tú habías
curado mi alma, llagada por mis padres, y yo, impío, la he matado cuando
estaba curada. Yo había sido despojado, ¡oh Señor misericordioso!, de los
antiguos restos del pecado original, y tú me habías vestido de un manto de
inocencia, prometiéndome además el de la incorruptibilidad, y yo, rechazando
el que tú me has dado, me he cubierto de los harapos de la iniquidad;
despreciando lo que me has prometido, he preferido escoger los dolores de la
eterna miseria. Habías hecho de un hijo de tu cólera un hijo de tu gracia, y
yo, despreciando ésta, he hecho de mí mismo un hijo de tu odio. Tú
habías reformado en mí tu imagen tan amable, yo he sobrepuesto una imagen
odiosa; ¡ay!, ¿imagen de quién, hombre pobre, miserable y loco; de quién es
esa imagen que tú has colocado sobre la imagen divina (11)
nos recuerda las Confesiones de Agustín de Hipona.
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El reconocimiento
histórico de la presencia del Espíritu Santo en su revelación/manifestación
pentecosteliana tiene como razón de ser la historia de salvación y la
institucionalización de la Economía Salvífica que fluye en su relación con el
bautizado. La pertenencia de Hooker a una
tradición reformada se adelantó en su mentalidad, pero nunca abandonó la
tradición eclesial que le unió a la historia de la Iglesia. Afirmaciones como
esta: La Iglesia Episcopal no tiene doctrina, es fruto del desconocimiento de su
raíz e historicidad, la cuestión se deja entender desde la dinámica
retrospectiva, no se trata de una fundación romanizada sino del reconocimiento
en nosotros de la praxis de una Iglesia histórica que se une a la misma causa
apostólica. Recordemos que Pentecostés, no se quedó como un
fenómeno de Fe aislado en su época y que por su manifestación global se sumó
a las expresiones de cristiandad tal y como esta Iglesia las vivió
desde siempre.
El bueno de Hooker no
es solo el Padre de la teología anglicana, es también testigo de la
universalidad de la misma gestando sus principios en la tradición
apostólica, para su época la Escuela Agustiniana y la Escolástica proveyeron
sus fundamentos históricos referidos a su época en particular, nosotros los
anglicanos no hacemos un ejercicio teológico por fuera de los parámetros de
nuestra catolicidad, aunque muchos sigan empeñados en circunscribirla a una
paradigma reciente o regional, Hooker nutrió de ambas su
pensamiento.
Somos un cristianismo
universal en la consolidación de su institución eclesial y su naturaleza es
totalmente apostólica. Nuestros Usos y Costumbres y los
denominados Medios de Gracia son su contundente reflejo, no
estamos afincados en una expresión local o sectaria de nuestro ser
eclesial, la misma apostolicidad nos ha llevado a evangelizar también desde
nuestra liturgia y cosmovisión donde el ser ecuménico es ampliamente
reconocido en la catolicidad de la Iglesia en todas sus latitudes. Que
dialéctica más compleja la que asumimos históricamente y que manera de vivirla
en medio del totalitarismo sensualista del presente. Hooker podemos
decir en la esencia de su pensamiento y el reconocimiento de signos salvíficos
como Pentecostés es tan católico como lo es hoy el Obispo de
Roma. El Espíritu Santo no se retiró por el contrario más trabajo tiene ahora
en la relación ecuménica de las instituciones movidas por su presencia
santificadora. No confundamos la Institucionalidad de los signos católicos con
la catolicidad que se expresa en la fidelidad al Evangelio de Cristo. La
Iglesia no es un tema exclusivamente humano, ella es fruto del Amor salvífico
de Dios en su Adorado Hijo y el que procede de Entrambos. Hooker veía
en ella un camino salvífico sustancialmente hablando. Su catolicidad se
alimentó de la liturgia la que consideraba parte vital del ser integral
(12). La relación con la reforma continental siempre dejó a salvo
la concepción eclesial histórica de Inglaterra y la Iglesia en su expresión
propia y endémica. La formalidad de su pensamiento afirma en cuanto a Pentecostés el
mismo principio escolástico, pero salvando la connotación anglicana como tal,
solo para referir sobre la Doctrina de la Justificación por la Fe donde Hooker argumenta
la necesidad del Amor y la Esperanza en la conjugación de la existencia del
creyente. Aquí encontramos una Vía que conocemos como la Vía Media. Cristo
es la Causa Formal de nuestra Justificación y aquí Hooker deja
la cuestión en reposo sobre la Fe del bautizado. Existe una relación vital que
une la revelación del Señor con la vivencia de nuestra Fe, tenemos
mediante el Espíritu Santo la posibilidad de relación, salvíficamente ambas
posturas, ya que en Cristo la salvación se concretiza y en la presencia del
Espíritu Santo se espiritualiza entrando así a la historia personal y colectiva
y quienes aceptan reciben el Espíritu Santo (13). Es desde luego una
consideración de carácter epistemológica porque Hooker habla
de la “Fe como Justificación” pero el conocimiento de la Fe se materializa en
las obras de quien dice tenerla y vivirla en una praxis pragmática del ser
cristiano. Todo lo anterior solo es posible en la Economía salvífica que
manifiesta la Voluntad del Padre en su Hijo y el Espíritu Santo el
gran Reconciliador. La manifestación de la obra salvífica se
renueva en la Iglesia con la presencia del Espíritu Santo que es nuestro
perenne Pentecostés.
Henry
Hammond (1605-1660) en su teología queda
claro su marcado interés en afirmar que la “presencia del Espíritu Santo”
asegura la unidad eclesial y la fidelidad a esta norma se expresa en signos de
comunión visibles, esto último lo afirmamos luego de analizar su obra teológica
en la dimensión de su eclesiología, hoy decimos que Hammond más
que un anglicano-católico es un creyente seguro de los estadios históricos en
donde la vida de la Madre Iglesia ha sido alimentada por la presencia del
Espíritu de Dios. Intuimos según su pensamiento que los Medios de Gracia
locales son también importantes en el contexto de la catolicidad de la Iglesia
anglicana y en este caso en referencia directa con la Provincia
Episcopal. El trabajo de este teólogo fue importante, pero toda su
intuición sobre la relación emparentada de las Iglesias locales con el contexto
general de la Iglesia y esa relación es fruto movido por el Espíritu Santo
(14).
Thomas Cranmer (Aslockton
2 de julio de 1489 21 de
marzo de 1556) Que somos justificados por la Fe solamente,
libremente y sin obras— se menciona para, claramente, quitar todo mérito de
nuestras obras, por ser insuficientes para merecer nuestra justificación en las
manos de Dios; y, por lo tanto, expresar más claramente la debilidad del hombre
y la bondad de Dios, la imperfección de nuestras propias obras, y la gracia más
abundante de nuestro Salvador Cristo; y así atribuir totalmente el mérito y el
merecer de nuestra justificación a Cristo solamente, y a su más precioso
derramamiento de sangre” (The Works of Thomas Cranmer, 131). La
teología de Cranmer (continuando en su inclusión) gira
como un todo en la doctrina de la Justificación por medio de la Fe
lo que implica en su reflexión la posibilidad de dejar en manos de Dios el
derrotero de la existencia humana por el cual la salvación es una
gratuidad que se origina en el amor de Dios, nosotros consideramos luego de
siglos de praxis que la responsabilidad en la elección salvífica es también
nuestra, Cranmer está pensando en categorías del mérito
salvífico y desde esta su perspectiva tiene sin duda alguna la razón, pero en
cuanto a la construcción histórica de la gratuidad salvífica
diremos, yendo aún más allá de su época, que la salvación como expresión
generosa de Dios no posee en su naturaleza parangón entre nosotros pero la
respuesta material de su contenido teológico nos obliga positivamente a obrar
bajo el signo de nuestra constante responsabilidad en la construcción de
acciones y relaciones de índole salvíficas (16).
De su
obra Prefacio a la Biblia es el siguiente pasaje:
Si algo es necesario saber,
lo aprenderemos de la Sagrada Escritura. Si se ha de rechazar la
falsedad, es de ella que obtendremos los modos para hacerlo. Si algo ha de
corregirse y enmendarse, si hay necesidad de exhortación o de consolación, en
las Escrituras aprenderemos lo necesario. En ellas se encuentran los
pastos verdes del alma; en ella no hay carne venenosa ni nada insalubre; ella
es el alimento puro y delicioso. El ignorante encontrará en ella lo que ha de
aprender. El pecador perverso encontrará allí su condenación, que
le hará temblar de temor. Quien se esfuerce por servir a Dios encontrará allí
su gloria y las promesas de vida eterna, que le exhortan a continuar más
diligentemente en su labor (15)
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Cranmer en
el Libro de Oración Común (L.O.C) publicado en 1549 plasma ese
retorno a la pureza del evangelio en el que está pensando más allá de los
momentos políticos que su nación está afrontando, el retorno a las raíces de la
Iglesia no le hace o permite perder su identidad litúrgica distanciándose así
de la reforma del Continente y conservando en su reflexión el Ministerio
Ordenado casi que extinto por reformadores como Lutero y Calvino. El
mérito de este hombre fue sin duda el poder conciliar la necesidad de retomar
la fuente congruente de la catolicidad sin perder sus signos tanto locales
como universales. La presencia del Espíritu Santo no se pierde, por el
contrario, se renueva en la visión eclesial que sigue a su aparición en el seno
del anglicanismo, una vez más repetimos, los signos locales de comunión son signo
del Espíritu en Pentecostés (16). Para contextualizar y
problematizar en nuestro presente el pensamiento anglicano basta con afirmar
que la postura de sus teólogos antes del Movimiento
de Oxford estaba marcado por una especie de
imposibilidad dialéctica de conocer más allá del misterio revelado, esta
postura todavía nos acompaña en el misterio de la santa Eucaristía y que nos
deja ver como el misterio se hace virtualmente incognoscible que es una
propiedad ajena a la capacidad racional del ser humano, lo Supra toma el lugar
de la relación espiritual palpable y para subsanar la cuestión ampliamos el
espectro de los signos de comunión desbloqueando el acceso de los laicos a la
liturgia.
Problematizar la visión
de Cranmer permite discutir en una postura de apertura la
significación de la realidad en el misterio eucarístico como tal y evitar su
trivialización, en nuestro ensayo sobre Introducción al ciclo de teólogos y
filósofos anglicanos publicado en nuestro Blog cristoeseltema.blogspot.com en
2014, quiero citar textualmente uno de los problemas presentados en la teoría
del conocimiento propuesta por el Escocés David Hume que
ilustra la presente reflexión:
La Evidencia Sensible
de características Directas, se opone a la Transubstanciación, por
carecer esta de Evidencia Sensible al respecto. Hablando sobre la
Eucaristía.
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Tal postura retrata lo
anterior en clara referencia nuestro amigo Cranmer. Las
verdades fundamentales de la Religión, eran esencialmente misteriosas,
incapaces de ser descubiertas por la razón natural y nuestro único medio de
acceso a ellas es la Revelación de Dios. Era común la siguiente
afirmación entre los Teólogos Anglicanos de esta época “Los milagros
prueba de la naturaleza Divina de la revelación y a su vez de la confiabilidad
del testimonio Escrito e histórico”. La obra del Espíritu Santo se
percibe desde la concepción eclesial que nos habla de la confiabilidad del
Texto Sagrado de Tradición, tal confiabilidad es fruto de la certeza que el
Espíritu de Dios por Inhabitación le confiere al bautizado, nuestra
relación con la revelación escrita carecería de sentido sino es por medio de la
experiencia de nuestra propia creencia, Cranmer es un hombre
de Fe y quiere que la Iglesia retome la tradición más auténtica.
Entrando ya en el terreno
de la especulación solo agregaremos que la Iglesia es así gracias a su trabajo
litúrgico y que muy seguramente si lo interpretamos en su contexto tendremos
argumentos para asumir su cosmovisión, más aun, encontramos algunas fisuras en
su relación con la Tradición eclesial algo que pretendió sanar el propio Hooker remitiéndose
al contexto de la teología Escolástica y las escuelas de aquella época.
Nosotros tenemos aún más fuentes de criterio y es importante tener presente que
la tradición es sin duda un fundamento de nuestra eclesialidad. La
visión histórica de Cranmer hoy es alimentada y
puesta en escena bajo los presupuestos de la teología que retoma sus fuentes.
Nosotros estamos llamados a trabajar para fortalecer las debilidades de la
dialéctica teológica anterior a nosotros… Hoy se instruye al creyente
sobre la raíz de su propia reflexión y sobre cada uno de los elementos que constituyen
estructuralmente nuestro ETHOS TEOLÓGICO el porqué de
nuestras acciones se refleja en la tradición que nos asiste desde hace muchos
años. Estos grandes hombres y mujeres elaboraron su reflexión bajo el
único fundamento posible su amor por Cristo y su Iglesia, ellos reflejan una
eclesiología dinámica y dispuesta a enfrentar los cambios de los tiempos (17).
El 10 de enero de
1645, William Laud, el arzobispo
de Canterbury (nacido el 7 de octubre de 1573, Reading, Berkshire,
Inglaterra, murió el 10 de enero de 1645), Londres fue decapitado en
Tower Hill en Londres, Inglaterra. Había sido una figura controvertida
durante muchos años; un partidario de Carlos I y defensor de detener la
reforma puritana de la iglesia, se encontró en el lado equivocado de la
historia durante la guerra civil. Por otra parte, los católicos romanos no
cesaron en luchar por conservar esta Iglesia aliada a Roma. La última ofensiva
se lanzó con el papa Pío V, quien no cesó de humillar y atacar a la reina
Isabel. En l570 el papa cometió el error de promulgar la
bula Regnans in excelsis (Pio V) por la cual se
obligaba a los ciudadanos británicos a desobedecer a la reina bajo pena de
excomunión. Naturalmente, quienes habían vivido una vida entre dos luces ahora
se veían obligados a obedecer al papa y ser considerados como traidores, o a
obedecer a la reina y ser excomulgados. Con esta bula se rompen definitivamente
los lazos entre Roma e Inglaterra. Este contexto nos sirve para explicar la
postura de Laud que buscaba generar fidelidad a los obispos y
al L.O.C de su época, cosa que no entraba en la perspectiva teológica de los
calvinistas y los puritanos. Su pensamiento se inclinaba a ver la Iglesia
inglesa como “católica reformada” se identificó demasiado con Carlos
I el Rey depuesto lo que sin duda lo llevó al, cadalso. Es interesante su
actitud pero durante su arzobispado la Iglesia de Inglaterra no discutió
razones teológicas más allá que la promulgación de ideas sobre su catolicidad
defendida de los ataques protestantes del momento y las practicas litúrgicas
que hoy vivimos algunas de ellas se gestaron en su época como para citar una:
Inclinarnos al pronunciar el nombre del Señor o separar el comulgatorio del
resto de la asamblea como aquí en Dominicana lo conservan algunas iglesias
como San Esteban en San Pedro de Macorís. El puritanismo en
ningún momento le interesaba conservar las tradiciones católicas que hoy
vivimos. Para continuar nuestra investigación es bueno citar a los
teólogos de su época inmediata, nos referimos a los Carolinos, quienes
escribieron durante los reinados de Carlos I y Carlos II.
John Jewel
(1522-1571)
|
En defensa de la
Iglesia Anglicana (su obra fundamental) … En
el caso de Jewel, su amor por la Iglesia Anglicana y
las Sagradas Escrituras le movían a instar por la formación del bautizado
quien según su mentalidad debía conocer plenamente la verdad revelada y
hacerla parte viva de su experiencia cristiana.
|
Richard Hooker (1554-1600)
|
De las leyes de la política eclesiástica (su principal obra)
… Su amor por la Iglesia y por conservar la tradición recibida de la Iglesia
universal y su catolicidad le lleva a escudriñar las obras de los PP. de la
Iglesia y especialmente la Escolástica, considera al Rey como autoridad,
pero no así como la cabeza de la Iglesia en su connotación espiritual y
salvífica.
|
Lancelot
Andrewes (1555-1626),
|
Su obra como catequista
fue importante y particularmente su habilidad en la predicación de los cuales
se imprimieron más de 90 sermones. Su postura teológica es similar a los
anteriores.
|
George Herbert
(1593-1633)
|
Escritor y poeta
sobresale por su poesía metafísica, es
decir, aquella en cuyos contenidos aflora la reflexión
propia de la existencia y su razón de ser. De profunda obediencia a la
Iglesia y su disciplina eclesial en la liturgia.
|
John Cosin
(1594-1672)
|
Trabajó incansablemente
por la Liturgia de la Iglesia y su aporte fue significativo en la confección
de devocionales y oraciones diarias para feligreses, en la Conferencia de
Saboya en 1661 buscó ampliamente la reconciliación con los presbiterianos,
en su teología veía la posibilidad de segundas nupcias especialmente para las
“víctimas del adulterio”.
|
Jeremy Taylor
(1613-1667)
|
(Amigo de Laúd)
defendió la institución episcopal y su autoridad como jurisdicción, su vida
no fue nada fácil, sino el de mayores dificultades de su generación. Escribió
devocionales que y todavía hoy los más devotos en Inglaterra poseen de su
inspiración.
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Nicholas Ferrar
(1593-1637
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Diacono cuya
conmemoración la tenemos registrada en nuestro L.O.C para el 1 de diciembre.
De profunda oración y servicio en la Caridad como Diacono que vive en Cristo
su Diaconía y ministerio, fiel a la Iglesia como Madre espiritual y a la
autoridad de la Iglesia, fue un hombre que vivió en su época y compartió su
profundo testimonio de Cristo Resucitado (18).
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Estos teológicos
sobresalieron por su defensa de la tradición naciente anglicana y la lucha
contra todo extremismo por parte de reformadores continentales y desde luego
también del pensamiento de algunos católicos romanos. El volver a las fuentes
fue también su bandera reflexiva y teológica, ellos vivieron en si una especie
de meta-comunicación teológica, que les permitió compartir su
pensamiento, el mismo al que siglos después el catolicismo romano volvería sus
ojos con el deseo de retomar el camino del cristianismo primitivo (me refiero a
Vaticano II) que brilló por su simpleza y solidaridad (19). El pensamiento
de estos grandes teólogos anglicanos se desarrolló en momentos en los que
existía la necesidad de afirmar la certeza eclesial sobre su praxis histórica y
la relación salvífica de nuestra liturgia, teología, espiritualidad y vida sacramental,
al unísono aquellos hombres lucharon denodadamente por afirmar la catolicidad
reformada en todas las acciones de la Iglesia de su época. Lucharon contra el
fanatismo religioso, afirmaron la importancia espiritual y teológica de la vida
sacramental, defendieron su relación con la Gracia y la responsabilidad
personal frente a los mismos, analicemos esta postura:
Las fórmulas ex
operen operato / ex opere operantis sirvieron inicialmente para indicar en la
crucifixión de Jesús el valor salvífico objetivo y la acción subjetiva de los
verdugos. Luego pasaron a la teología de los
sacramentos para señalar su eficacia. Ex opere operato indica el modo
objetivo de obrar en los sacramentos: infunden la gracia en el sujeto «en
virtud de la acción sacramental cumplida debidamente, en virtud y por
autorización divina. La fórmula se utilizó desde finales del siglo
XII en contraste con la de ex opere operantis (en virtud del
ministro o del sujeto agente, en virtud de su acción); así lo hizo en primer
lugar Pedro de Poitiers (t 1205) para demostrar que el
bautismo es válido independientemente de los méritos del ministro y del
sujeto. Se quiere dar a entender de este modo que la acción sacramental es la
única causa instrumental de la gracia. Por eso, la validez del sacramento no
puede hacerse depender de la fe o de la santidad del ministro o del
sujeto. Guillermo de Auxerre afirmó que los sacramentos
veterotestamentarios tenían una eficacia ex opere operantis (o
sea, en virtud de la actividad del sujeto que los recibía), mientras que los
sacramentos neo testamentarios son eficaces por el hecho mismo de poner
objetivamente el sacramento (ex opere operato) (19) …
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La fuente citada arriba,
es en síntesis la concepción sacramental de muchos de los “Carolinos”.
El Espíritu Santo en su constante PENTECOSTÉS, esto es
visto por los “Carolinos” como era observado en su época,
ellos como era natural estaban cavilando entre las posturas de su época
animadas fuertemente por el espíritu escolástico y los “residuos” de la Escuela
Agustiniana al respecto, recordemos que Hooker como
apologeta se alimentó de esta doctrina Pneumatología, por
un lado esta Agustín de Hipona cuyo pensamiento es
interpretado por Anselmo de Canterbury (quien ocupó la
cede más importante de Inglaterra) y Tomás de Aquino miremos
la siguiente reflexión, que bien pudo nutrir en su época la postura de los
teólogos anglicanos citados arriba, aunque especulamos y entramos en el terreno
hipotético guiados por su amor a la Iglesia y la reforma que entendemos es
fruto del Pentecostés particular. Si hay una presencia
Eficiente del Espíritu Santo luego la Iglesia retoma el camino de su
historia por esa presencia que guía y concede Gracia a las reflexiones de
quienes buscaron defenderla en el suelo y cosmovisión inglesa y ahora
universal. La catolicidad no fue defendida como pertenencia sustancial a Roma
sino como don universal del Espíritu Santo, recordando Pentecostés y
su mandato implícito a testimoniar al Resucitado. Somos fruto del Espíritu de
Dios derramado sobre su Iglesia como fundador y enviado a la vez. Los teólogos del
comienzo institucional de la Iglesia Anglicana buscaron con sus esfuerzos y
defensa de la Fe al toque anglicano, demostrar que si era posible pensar
en una Iglesia como Institución permanente y no solo sujeta a los devenires de
la política de su época. Si bien políticamente no tenían otra alternativa que
reconocer la autoridad del monarca inglés, también es muy cierto, que ellos al
unísono declararon la suprema autoridad de Jesucristo como cabeza de la
Iglesia. La modernidad dogmática (expresión para designar el pensamiento de su
época) estaba gestando la Infalibilidad papal, que se concretizo gracias a la
perdida de los estados pontificios en el siglo XIX, aunque no se admita como
tal, lo cierto era la perdida sustancial de poder en Europa cuyo antecedente
era Inglaterra como Madre que parió la Ilustración europea y con su
“leche” alimentó el racionalismo y el empirismo particularmente. La
institución romana se vio enfrentada a un seguro ateísmo
practico que les hizo replantear la figura papal y darles poder a sus
definiciones en la Fe (Excathedra). Hooker (solo citando uno
de ellos) desde la perspectiva de una Iglesia reformada por la presencia y
el discernimiento del Espíritu Santo ve en su trabajo la principal función de
defender a la madre Iglesia atomizada por bulas y decretos que solo dejaban
claro un supuesto poder que abarcaba aun la condición social y cultural en
Inglaterra. Ellos intuitivamente defienden a la Iglesia porque saben que es
obra del Espíritu Santo y Sacramento de Salvación. UN PEQUEÑO
PENTECOSTÉS SE DIO EN EL CORAZÓN DE ESTOS TEÓLOGOS.
En la teoría Trinitaria
psicológica de Agustín el Espíritu es concebido por analogía con el
amor de la voluntad. Ahora bien, el amor puede considerarse, bajo diversos
aspectos, o bien como anterior, o bien como posterior al conocimiento. Es
anterior en cuanto que es como el motor del dinamismo que impulsa al acto del
conocimiento, uniendo la memoria al pensamiento y haciendo pasar de la una al
otro. Es posterior en cuanto que su objeto ha de ser iluminado por la luz de
la inteligencia. Esta ambigua postura del amor se refleja en una controversia
del siglo XIII: Un maestro parisino enseña que el Espíritu, como lazo de
unión entre el Padre y el Hijo, sólo procede del Padre y es lógicamente
anterior al Hijo: es como intermediario en la generación del Hijo por el
Padre, y por eso le asigna el segundo lugar en el orden de origen. Los
teólogos de París en aquella ocasión no hicieron más que reafirmar el Filioque,
diciendo que "incluso como vínculo de amor, el
Espíritu procede de los dos. Pasando a Tomás, la cuestión se pone de la
manera siguiente: cuando se dice que en Dios el Espíritu es amor, ¿de qué
amor se trata? ¿De la amistad entre Padre e Hijo, como pensaba Agustín,
o bien del amor con que Dios ama su propia bondad, como pensaba Anselmo?
El P. Dondaine, que ha estudiado la cuestión, dice que en sus
primeras obras Tomás piensa más bien en el amor mutuo de
amistad entre Padre e Hijo: pero que en sus obras de madurez supone que el
Espíritu es Dios en cuanto amado, lo cual presupone a Dios en cuanto conocido
y expresado por su Verbo. Esta última concepción acentúa el hecho de que el
Espíritu es tercera persona procedente de las otras dos, pero señala el paso
de una concepción trinitaria más personalista -amor mutuo- a otra más
ontológica -amor de sí- (20) … El termino amistad que
emplea Agustín lo usa para manifestar el grado de perfección
en las relaciones de la persona humana, es inexacto aplicarlo a las Personas
Divinas. No hablamos de un estado emocional sino de su Esencia Divina.
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La doctrina
Trinitaria se explicita de múltiples formulas y concepciones teológicas, la
tradición teológica nuestra considera la revelación desde la manifestación del
Espíritu Santo y por ende todos los contenidos Escrituristicos aceptados son
fruto de la presencia de la Tercera Persona de la SS. Trinidad, es pues, un
principio de conformidad con la revelación y su fuente eterna. La
espiritualización de las Escrituras es fruto de la
identidad eclesial que poseemos y no el azar de algunos teólogos, la revelación
es obra exclusiva de Dios y se manifiesta en Dios Espíritu Santo. Es una vez
más la Causa Eficiente de las Sagradas Escrituras, es el revelador
por antonomasia de los misterios que nos conectan con el resucitado, esta
Comunión eclesial es fruto vivo de un perenne Pentecostés. En
cuanto a la apreciación histórica diremos que en las distintas épocas la
revelación aterriza en la psique y el Ethos de los anglicanos que en la praxis
eclesial dieron paso a una relación aterrizada y fundamental con el Espíritu
Santo, los padres reformadores vivieron en su momento la necesidad de un
diáfano discernimiento en la configuración de una Reforma que no perdiera el ser de
nuestra catolicidad. La Reforma es fundamentalmente un discernimiento
de la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia y su necesaria
re-objetivación en sus postulados.
Aquellos hombres y
muchos más de los mencionados vivieron en carne propia el anuncio de una idea
cristiana que guardaba relación con su origen en la historia apostólica. Ellos
no rechazaron a la Madre Iglesia sino a la institución romana por sus actuaciones
al margen del evangelio y los fundamentos precisamente apostólicos. Recordemos
que la Iglesia estaba involucrada en todo lo que acontecía con la sociedad y los
conflictos gestados en esta en gran medida se dieron por motivaciones
religiosas lo que implicaba una contradicción con la Paz recibida por el
resucitado (Juan capítulo 20 versículo 22). Este argumento hurgó la
conciencia religiosa de quienes se motivaron por los acontecimientos en el
reino de Inglaterra. La conciencia religiosa se conflictó precisamente con
las acciones que desdibujaron el contenido evangélico y cambiaron las
enseñanzas de las Escrituras por el poder y la injerencia en todas las
latitudes. Vemos en ellos inspiración profunda de la Gracia que se
manifiesta en la vida eclesial (21). Miremos una reflexión aportada
por José Luis Aranguren sobre el origen de la reforma insular
y que podemos emparentar con nuestra postura sobre la presencia del Espíritu
Santo en este proceso.
¿Quién ha sido el
Reformador inglés? ¿Enrique VIII? Salvo en lo que afecta a la
supremacía pontifical, fue no sólo católico, sino hombre de alma
medievalista: tal dicen los mismos anglicanos modernos. Su pública actividad
religiosa comenzó con la Assertio Septem Sacramentorum, contra Lutero,
opúsculo que le valió el título papal de Defensor Fidei, y
terminó con los Seis Artículos, en los que daba fuerza de ley al dogma
católico. ¿Eduardo VI? No fue él, sino sus ministros quienes dieron
nuevo rumbo a la religión inglesa; pero sus extremismos no han prevalecido. ¿La
Reina Isabel? Ella, efectivamente, encauzó el movimiento religioso, señaló
una dirección alejada, por igual, del catolicismo romano y de la Reforma
continental, trazó lo que se ha llamado una vía media (22).
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La Iglesia Anglicana con
su contenido histórico se abrió a la realidad de la sociedad de su
época y paulatinamente fue virando hacia la consolidación de la dignidad del
creyente al punto de librarle de las ataduras con las que la desesperanza le
sujetaba, mientras que en el catolicismo y su más aguda
ortodoxia se abrían aún más las “puertas del Hades” el
anglicano las cerraba porque su postura era y es motivo de absoluta alegría, la
esperanza cambio la dialéctica de la condenación eterna para recaer en la
responsabilidad personal que también era en sí y para sí liberadora del peso de
figuras que posteriormente fueron debatidas (Infierno, purgatorio, limbo). Hoy
la teología les da la razón a estos hombres y mujeres de la Reforma Anglicana,
cuando paulatinamente fueron desapareciendo tal concepción fatalista sobre la
vida y su término material (23).
"Averigua cuánto te ha
dado Dios y de eso toma lo que necesitas, el resto lo necesitan los demás" (Agustín de Hipona Padre de la Iglesia latina siglo V).
La presencia del Espíritu
Santo en la vida de la Iglesia Anglicana se entiende desde la perspectiva de
sus principios y bases de Comunión, así como su ministerio en las distintas
latitudes donde la Comunión Anglicana hace presencia. Los motivos de su
presencia en el mundo son variados pero todos ellos superando las dimensiones
políticas, económicas e incluso militares son y serán fruto de la perenne
presencia del Espíritu de Dios en su eterno Pentecostés. Ser parte de dicha
manifestación constituye un eslabón clave en la afirmación de nuestra propia
catolicidad. Más allá de sus orígenes políticos (como cualquier otra iglesia
histórica) es relevante su vocación salvífica y ministerial de cara al pueblo
de Dios. Nuestra Iglesia es fruto de esta presencia y parte viva de la
cristiandad en su rol de vivir la catolicidad. La presencia de la Trinidad
salvífica nos hace una “Iglesia Entera” es decir, parte de la Institución
eclesial fundada por los apósteles. Aquella comprensión de la Persona y Obra
del Espíritu Santo, que parte de la revelación divina grabada en las
Escrituras, leída e interpretada en la óptica de la Hermenéutica reformada,
teniendo como propósito la gloria de Dios y el avance de su reino en este
mundo.” (24) tal afirmación nos deja la certeza de un fundamento de comunión
que se hereda desde la perspectiva misma del Evangelio y sus contenidos
traducidos en orientadores de vida o praxis social. La revelación del misterio
salvífico produce el impacto necesario para ser difundido y la Iglesia
Anglicana como parte viva de aquel Pentecostés que por extensión llegó a su ser
católico y reformado puede asegurar la presencia del Espíritu Santo en todas
sus intenciones salvíficas que a fin de cuentas son la base de todo ministerio.
Nuestra relación con las enseñanzas apostólicas está latente y nuestro
compromiso con la historia se ha vivido y alimentado desde siempre. No hay
posibilidad de reusar la necesaria instrucción para facilitar la comprensión de
la revelación en nuestras vidas. Como anglicanos vemos el signo de la
revelación tanto en las Sagradas Escrituras como en los contenidos que la
Tradición eclesial aportan a nuestro Corpus eclesial. Tal situación nos une en
la dialéctica histórica de una doctrina que no es la misma, es parte viva de
nuestro ser eclesial, no se trata de presentar las divergencias o similitudes
sino las coordenadas de un ministerio que se vive intensamente y que
históricamente también se constituye en nexo de comunión eclesial y vida
espiritualizada de la Tercera Persona de la SS. Trinidad (2). Pentecostés es el primer signo vivo de
comunión.
MOVIMIENTO DE
OXFORD.
Sol de mi ser, mi Salvador,
Contigo vivo sin
temor;
No quieras
esconder jamás
De mí la gloria de
tu faz.
Al sueño blando al
entregar
Mi cuerpo para
descansar,
Pensando en Ti
recordaré
Dijiste: "Te
protegeré".
Tu bendición al
despertar
Dame, y que al
transitar
Cual peregrino a
tu mansión,
Alcance paz y
salvación… (Sol de mi ser, por John Keble).
(25).
Desde la perspectiva de
su aparición y cronología veamos un comentario sobre este movimiento en la vida
de la Iglesia Anglicana:
El Movimiento de
Oxford, centrado en la ciudad universitaria inglesa de Oxford, tuvo una
corta duración (1833-1845), pero habría de ser importante para la
comunión anglicana e incluso para otras Iglesias. Fue en parte reacción frente
al liberalismo dominante y en parte fruto del redescubrimiento de importantes
elementos de la Iglesia primitiva. Fue más que un movimiento intelectual; se
caracterizó por su pasión por la santidad y la verdad. En la secuencia de
pronunciamientos sobre la actividad eclesial de Oxford (movimiento) es importante
citar una vez más contenidos descriptivos que nos permitan iniciar esta
reflexión bajo los parámetros de la percepción individual de tal movimiento: Los
Tractarians afirmaban la independencia espiritual de la Iglesia de
Inglaterra frente al liberalismo y el Estado. Trataban de eludir la Reforma
indagando en los valores espirituales y teológicos de la Iglesia de los
primeros siglos. Recuperaron para la Iglesia de Inglaterra una doctrina del
ministerio que provocaría tensiones dentro de la Iglesia y en las relaciones
ecuménicas con las Iglesias no episcopales. El movimiento fue atacado
por el ala liberal de la universidad, por la prensa y por el gobierno, que
nombró obispos de entre aquellos que se oponían a él (26).
PANORAMA
SOCIO-CULTURAL DE INGLATERRA SIGLO XIX.
Sobre el Movimiento de
Oxford, identificamos claramente que, en el mundo anglicano, hay una
percepción de extremos, por un lado, quienes les consideran alejados de la
tradición anglicana, incluso, de índole romanizante, y quienes consideran que
sus esfuerzos fueron en el contexto de la crisis mundial y particularmente en
Inglaterra por los modelos políticos, económicos y sociales imperantes décadas
atrás con la invención de la era industrial. La pobreza contrastaba con los
avances en la Industria inglesa, la cultura urbana desplazó del campo a sus
habitantes y la mayor concentración de población se dio en las ciudades siendo
ampliamente conocido el fenómeno de migración o desplazamiento interno
(Londres- Liverpool-Manchester) Londres era la ciudad más poblada del mundo, ya
para comienzos del siglo XX contaba con 6 millones de habitantes.
Clase baja-
campesinos, criados, obreros industriales, mineros, artesanos y mendigos.
Clase media-
médicos, abogados, periodistas, profesores, curas, oficiales del ejército,
funcionarios, campesinos acomodados y pequeños empresarios.
Clase alta-
aristócratas, alto clero, banqueros, industriales, generales y comerciantes
ricos. (27).
La moneda era la libra
esterlina, que a mediados de siglo equivalía a unos 250 euros actuales. La
libra se dividía en 20 chelines (un chelín = 12,5 euros actuales) y cada chelín
en 12 peniques (un penique = 1 euro actual). Hasta 1850 se pagaba casi siempre
con monedas, pero a partir de esa fecha los billetes se fueron haciendo cada
vez más habituales. La gente de clase baja guardaba sus ahorros en casa, pero
esto era peligroso, ya que les podían robar. Por eso escondían el dinero debajo
de una baldosa, detrás de un ladrillo, dentro de un colchón o en un calcetín.
La gente de clase media y alta tenía una parte del dinero en casa, pero otra
parte la tenían en un banco, donde había más seguridad. Eso sólo lo podían hacer
los que vivían en ciudades, ya que en los pueblos no había bancos. Además, los
bancos a veces quebraban y entonces los que tenían ahorros allí se quedaban sin
su dinero. Los bancos sólo prestaban dinero a la gente rica, al gobierno y a
las empresas, por lo que muchos tenían que vender las joyas de la familia
cuando necesitaban dinero. Otros recurrían a prestamistas, que te dejaban el
dinero, pero con un interés muy alto. Y si no devolvías el dinero a tiempo se
quedaban con tus tierras o con tu casa. La gente de clase baja comía sobre todo
pan, patatas, sopa y legumbres (lentejas, garbanzos, alubias). La comida solían
hacerla las mujeres de la casa, normalmente calentando una olla con leña. La
carne era cara y se reservaba para ocasiones especiales. Pescado sólo se comía
en localidades costeras, porque enseguida se estropeaba. Algo parecido sucedía
con la leche, que sólo la tomaban los que tenían vacas u ovejas. En cuanto a
las frutas y verduras, en Inglaterra se cultivaban pocas (sólo manzanas, peras,
zanahorias, lechugas y coles) y esas eran las únicas que se consumían. Para
beber tomaban agua o cerveza. Como comían pocas proteínas y pocas grasas,
solían estar muy delgados y crecían poco. Y si se quedaban sin trabajo podían
pasar varios días comiendo sólo una vez al día. No obstante, a partir de 1870
la mejora del transporte y la aparición de barcos frigoríficos permitieron que
empezara a llegar carne y cereales de EE-UU.
En cuanto a la educación
el 72% de la población sabía leer y escribir y en un porcentaje similar los
niños estaban escolarizados.
El panorama descrito muy
someramente dio origen o fue caldo de cultivo para manifestaciones desde la Fe
y su concepción como es el caso del movimiento de Oxford, la condición social
es uno de los factores detonantes de cualquier cambio a nivel antropológico. La
Iglesia de Inglaterra no es la excepción a la norma, ella como Institución
conectada con la Tradición y el presente o entorno somático. En la actualidad
la mirada en retrospectiva no es solo una dialéctica que conecta el pasado con
la realidad presente, es algo más profundo, se constituye en un vínculo
relacional conceptual que ya por la cronología pasada se transforma en una
realidad conocida y proyectada en el presente. Los eventos como este movimiento
son en su naturaleza actualización formal de la realidad que abordaron. La
situación social hacia replantear concepciones asociadas al bienestar y al
cambio de hábitos, Inglaterra pasó dramáticamente de un estilo de vida rural a
la vivencia de una y otra metrópoli con sus afanes y abusos de poder, los
derechos de los nuevos trabajadores, de aquellos que dejaron la tierra y su
conexión con la cosecha cambió totalmente. Ya estamos asumiendo categóricamente
una nueva objetivación social y sobre todo una condición sociológica nueva y
carente de justicia en sus inicios.
La Fe era también
cuestionada por la inclusión de estos modelos distintos en el medio habitual
inglés. Londres era considerada la
ciudad más contaminada del siglo XIX las enfermedades eran el pan de cada día,
el sistema de salud era absolutamente inoperante y la proporción de habitantes
por medico era muy parecida a la nuestra en algunas naciones de este
hemisferio. Los anglicanos no solo buscaron respuesta en la dinámica social y
política de su época, ya había conocimiento de la dinámica capitalista, ya el
derecho de sangre solo estaba presente en la Monarquía. Los nuevos ricos dieron
origen a una clase social nueva y radicalmente opuesta a los modelos obreros
que ellos mismos impulsaron para amasar fortuna. Los deportes más populares en
el mundo nacieron de esta situación de un gran interrogante de cómo ocupar el
tiempo y entretener a la masa obrera en las grandes factorías. Por esta razón
la liga de Fútbol más antigua en la FIFA es la Liga inglesa. La Iglesia
Anglicana no tenía respuesta a estos cambios y su cosmovisión se enfrentaba
como en Roma a los cambios dinámicos del mundo. El Racionalismo, el Marxismo, el
Social-nacionalismo, el Ateísmo, el Laicismo, los fuertes movimientos obreros,
el mapa europeo se alterará muy pronto, ya se estaba gestando la Primera guerra
mundial (28).
La confrontación
ideológica también tocó a la Iglesia y su casi nula respuesta, el mundo era
otro y la Reforma inicial se mostraba corta y carece de conexiones con el mundo
cada día más globalizado y “pequeño” gracias al comercio, Cuando se
desarrollaron las máquinas de vapor, se trató de aplicarlas al ferrocarril. Los
primeros intentos tuvieron lugar en Gran Bretaña; así, por ejemplo, Richard
Trevithick construyó una locomotora en 1804, 22 años antes de la máquina de
George Stephenson. Las comunicaciones ya eran cortas y el tiempo más productivo
en términos económicos, en otro lado del mundo en EE-UU, el ferrocarril
transformaría esta nación llevando vida y cultura moderna a tierras distantes
de las grandes metrópolis. La realidad de este panorama es un poderoso motor en
la conciencia religiosa de los padres de este movimiento (Oxford) Solo diremos
que el amor de la santa Iglesia es el motor que mueve los corazones y voluntades
de estos hombres y mujeres en la conquista de un panorama construido desde la
perspectiva de la reflexión teológica. Oxford no es como suponen algunos un
intento por romanizar la Iglesia Anglicana, es todo lo opuesto, desde luego
esto no implica que las tesis puedan tener similitud sobre el paradigma
conocido y tratado antes. En la primera parte del presente ensayo decíamos
entre otras cosas, que los padres de la reforma en el siglo XVI no rechazaron
el catolicismo de la Iglesia, sino que cuestionaron las prácticas usurpadoras
del mensaje original, el Evangelio es el epicentro de todo proceso y
cosmovisión y de esta manera era visto también por los padres de Oxford… Solo
quien ama conoce y conociendo desea mejorar, es una yuxtaposición de la terminología
Agustiniana (nadie ama lo que no conoce). La pureza significante del rito mueve
su corazón por esta razón ellos buscaron en los PP. pre-nicenos los valores que
afirmaron la vivencia sacramental, particularmente la Eucaristía y el Bautismo.
MOVIMIENTO DE
OXFORD. CONCEPCIONES CRÍTICO/DIALÉCTICAS.
INTROSPECTIVA Y
RETROSPECTIVA.
LA REFORMA DEL SIGLO XVI
VISTA DESDE FUERA DE INGLATERRA.
Lord Chatham expresó esas anomalías en un Famoso
epigrama "We have "a Popish Liturgy, Calvinistic articles, and an
Arminian clergy." (Tenemos una liturgia papal,
artículos calvinistas y clero arminiano) (Arminianismo es una doctrina
teológica cristiana fundada por Jacobo Arminio en la Holanda de comienzos del
siglo XVII, a partir de la impugnación del dogma calvinista de la doble
predestinación. Sustenta la salvación en la cooperación del hombre con la
gracia divina a través de la Fe) Las diferencias eran visibles desde el
principio. “Es históricamente cierto”, dice J. A. Froude,” que Isabel y sus
ministros dieron intencionadamente forma a las fórmulas de la Iglesia para
facilitar que todos los que negaban alianza con el papa pudieran usarlas”.
Cuando la armada fue dispersada y arruinada muchos de los seguidores de la
vieja fe se conformaron y su ímpetu parece ser el responsable de que se formara
el grupo High Anglican (Anglicano Alto) cuyo principal representante era
Lancelot Andrews, obispo de Winchester (1555-1626). La escuela Anglo-católica
fue mantenida por Laud y triunfó después de la Restauración. En 1662 expulsaron
de la Iglesia a Baxter y a los Presbiterianos. Pero desde la revolución de 1688
fue declinando progresivamente. Los obispos que no juraron estaban totalmente
en esta tradición que por extraños vericuetos fue trasmitida por su padre a
John Keble y así a Hurrell Froude y Newman. Se ha dicho de Enrique, y es
igualmente verdadero para Eduardo VI, que reclamó todo el poder de las llaves.
Isabel, mientras que dejó el título de Cabeza y la administración de los ritos
litúrgicos, sin embargo, retuvo y ejercitó la jurisdicción total sobre “todas
las personas y causas” dentro del reino. Suprimió la antigua jerarquía “sin
procedimiento alguno en ningún tribunal espiritual”, como observa Macaulay, y
nombró una nueva. Ella le dio la vuelta al púlpito, soltó reprimendas a los obispos
y hasta añadió por su propia autoridad legal defectos en el proceso de
consagración episcopal. El mismo Libro de Oraciones era en sí un Acto del
Parlamento.
“El tribunal supremo de
apelaciones en las causas eclesiásticas, desde 1559 a 1832 fue creado por 25
Hen. VIII, c. 19, que concedió la apelación de los tribunales eclesiásticos al
rey en Chancillería por falta de justicia” (Dodd, Hist. Canon Law, 232). Estos
poderes eran ejercidos por el tribunal de delegados; en 1832 fueron
transferidos a un comité judicial del consejo privado, cuyos miembros podían
ser todos laicos y si eran obispos no estaban allí por su carácter episcopal
sino como consejeros reales. Unos contrastes aclararán la cuestión. Lo
constituyente de la Iglesia Católica es la jurisdicción universal del papa (ver
concilio de Florencia; concilio Vaticano I). Pero la forma constituyente de la
Iglesia de Inglaterra, tal como está establecido por el Parlamento, es la
jurisdicción universal de la corona. En ambos casos, las decisiones del papa o
de la corona no tienen apelación. Cuando Isabel rompió con los obispos
católicos que no la reconocían como cabeza espiritual y cuando Guillermo III
depuso a Sancroft y a sus sufragáneos que se negaron a pronunciar el juramento
de lealtad, se hizo una prueba, dogmática en 1559, no menos en 1690, que
demuestra que no hay causa de exención se puede aportar contra el rey cuando
actúa como supremo gobernador de la Iglesia.
Esta es la doctrina
llamada Erastiana, de Erasto, un teólogo suizo (1524-83), que negó al clero el
poder de excomulgar. En Inglaterra los sucesos se habían precipitado antes de
que Erastus publicara su filosofía. Políticos como Burghley y Walsingham
actuaban sin teoría alguna, pero se inspiraban en Enrique VIII. La afirmación
abstracta de una postura que identifica a la Iglesia con la nación y a los
súbditos de ambos con el rey, se puede encontrar en Hooker "The Laws of
Eclesiastical Polity" (1594-97). Lo mismo afirmaba vigorosamente Sewlden y
los abogados en todo momento. Durante los años críticos del siglo diecinueve,
Arnold, Stanley y Kingsley fueron los defensores más conocidos entre los
clérigos. Stanley decía que la Iglesia de Inglaterra “es por la mismísima
condición de su ser, ni Alta ni Baja, sino Ancha” ("Ed. Rev.", Julio,
1850).
De términos más bruscos,
pero igualmente prácticos, los hombres decían “La Iglesia fue insertada en el
Estado, y el Estado debería permanecer como Señor”. Así que ninguna regulación
por parte de los obispos ni convocatorias han de ser tenidas en cuenta por
parte de los anglicanos, laicos y clérigos, a no ser que implique, tácita o
explícitamente, el consentimiento de la Corona y del Parlamento.
ANÁLISIS DEL TEXTO
ARRIBA CITADO.
COSMOVISIÓN
ANGLICANA.
El párrafo extenso que
citamos corresponde al análisis de la realidad vista desde la postura contraria
a su esencia, me refiero a la Institución romana, es interesante como la
llamada injerencia natural de la monarquía y su gobernante de turno no fue
desde sus inicios considerado siquiera como una debilidad de la Institución
eclesial inglesa, hay una serie de elementos que podemos aportar para la
reflexión presente y lo haremos de forma aleatoria como los proponemos a
continuación:
1-Consideración:
Los orígenes Identitativos de la Iglesia de Inglaterra o Anglicana como la
conoce el mundo no están registrados estrictamente en la intervención de un
Defensor del catolicismo romano como era Enrique VIII antes de este periodo
existen relatos y tradiciones orales y posteriormente escritas que describen la
misión de Agustín monje enviado junto con 40 compañeros a la tierra de los
sajones, recordemos que los romanos fundaron Londres en el año 50 d.C le
llamaron Londinium no perder de vista que el cristianismo usó convenientemente
las rutas de este Imperio para la misión
evangelizadora, explicitamos una de esas leyendas: La Gran Bretaña, evangelizada
desde los tiempos apostólicos (según la leyenda, el primer misionero que
desembarcó en la isla fue José de Arimatea), había recaído en la idolatría
después de la invasión de los sajones en el quinto y sexto siglo. Cuando el rey
del Kent, Etelberto se casó con la princesa cristiana Berta, hija del rey de
París, éste le pidió que fuera erigida una iglesia y que algunos sacerdotes
cristianos celebraran allí los ritos sagrados. Cuando el Papa Gregorio Magno
supo la noticia, juzgó que los tiempos estaban maduros para la evangelización
de la isla. Le encomendó la misión al prior del monasterio benedictino de San
Andrés, cuya principal cualidad no era la valentía, sino la humildad y la
docilidad. Ese monje era Agustín. Lo interesante de estos relatos es que sus
protagonistas como era el caso del mismo Agustín temían por la mala reputación
de violentos y guerreros de este pueblo y aun así ninguno fue asesinado se
presentó lo contrario. Suponemos, especulando que existía un conocimiento
previo del Evangelio y porque históricamente sabemos que el Evangelio llegó
hasta los confines del Imperio romano ya que muchos de sus legionarios eran
bautizados. El propio Agustín llega pasados 150 años de Constantino y su
edicto.
Pelagio monje británico
que vivió 100 años antes de la llegada de Agustín a Canterbury. Britania, h.
360 – Alejandría 422) Monje de origen británico. Hacia el año 380 llegó a Roma,
donde profesó junto a sus discípulos un riguroso ascetismo, y criticó
severamente el laxismo moral imperante en la ciudad. Su doctrina, conocida como
pelagianismo, afirmaba la excelencia de la creación y del libre albedrío, en
detrimento del pecado original y de la Gracia, por lo que el Hiponense se opuso
públicamente a las enseñanzas de Pelagio (condenado en el Concilio de Éfeso
431). Si la Iglesia universal condenaba los errores de Pelagio y este provenía
de suelo inglés, que tipo de interpretación distinta puede surgir al respecto,
la vida de Pelagio es tomada como argumento de la existencia del cristianismo y
toda la organización de una Iglesia ya establecida. Pelagio facilitó toda la
discusión de la Iglesia en cabeza del Hiponense sobre la Gracia en la vida del
creyente. De estas cuestiones podemos rebatir la teoría romana de la llegada
del cristianismo solo por mano de Agustín enviado por el papa Gregorio Magno.
No desconocemos que la Iglesia tenía sus dificultades y producto de ello es Pelagio,
pero existía ya la raíz apostólica en suelo inglés y eso no está sujeto a la
voluntad romana o a la institución del papado. El problema de Agustín de
Canterbury fue su voluntad de ser la cabeza de la Iglesia en tierra sajona a la
usanza romana en otras latitudes.
2- Consideración: La injerencia de la corona inglesa en
asuntos religiosos tenía un parangón y era precisamente la autoridad del
gobernante en asuntos de política o estado, cuyas actuaciones y veredictos no
tenían apelación. Recordemos que los
príncipes alemanes protegieron a Lutero de la persecución papal y que
Inglaterra había sido agredida con una bula proclamada por Pio V que instaba a
desobedecer a la reina para acoger la autoridad del romano Pontífice. No
podemos olvidar que antes hay otro antecedente y es algunos concilios y sínodos
que se llevaron a cabo por voluntad y mandato de algún Rey por encima de Roma.
El Segundo Concilio de Nicea (787) fue convocado por el emperador Constantino
VI y su madre Irene, bajo el Papa Adriano I, también de la misma injerencia de Constantino
y siglos después de Carlo Magno (siglo IX) en la vida de la Iglesia. Ese
derecho argumentado por Enrique VIII fue la excusa para definirlo como el
fundador de la Iglesia de Inglaterra, no podemos olvidar por un momento, que
una Iglesia histórica no es fruto de la voluntad de un fundador distinto a la
tradición apostólica como sucedió en Inglaterra con la llegada del cristianismo
primitivo. La intervención histórica del papa en asuntos políticos es conocida
bajo la supremacía de ser llamado El Cristianismo gestado como una religión de
penuria y de escatología, se transformó luego en una religión de crecimiento
durante el período carolingio, alcanzando finalmente sus límites geográficos en
África y Asia, fraccionándose en los siglos XV- XVI. El mayor éxito obtenido
por el catolicismo es su imposición de una forma política, de donde se deriva
la instalación de representaciones colectivas con una visión
"totalitaria" del mundo, incluyendo hábilmente todos los aspectos de
la vida y la muerte, el trabajo, el descanso, vida cotidiana, la fiesta, la
alegría y el dolor. El tiempo de la Iglesia llenaba todo durante el Medioevo,
controlaba el mundo espiritual, estipulando lo pensado y lo impensable; a su
vez, los clérigos asegurarían su éxito, como contrapartida, profesando la
pobreza como forma de ascenso celestial. El poder
eclesiástico superó las divisiones entre monjes y clérigos, éstos se
constituyeron en el orden principal de la sociedad tripartita del siglo XI: oradores,
bellatores, laboratores, configurando su lineamiento dentro de la sociedad para
la cual se instituía la Iglesia como el principal ordenador.
El movimiento de las
ideas gestado durante este período medieval produjo un impacto sobre el
pensamiento político de la modernidad, con dos teorías de gobierno: la
ascendente, heredada de los germanos y la descendente, donde el poder emanaba
de un ser supremo. Ambos planteamientos entraron en conflicto durante esta
etapa y marcaron el desarrollo, evolución política y elaboración de la
transferencia del poder de Dios al emperador como su representante,
imponiéndose de este modo la teoría descendente. El impacto del papado y de las
monarquías fue contundente al punto de
abrir o cerrar las puertas del Reino según la voluntad y necesidad temporal de
estos poderes, entonces según esa tesis, como vienen ahora a decir que la
Corona inglesa es la absoluta cabeza de un
imperio trascendente que no tiene su realización en esta realidad o qué
tipo de metafísica contiene tal declaración que supone solo la injerencia
temporal en Inglaterra y la desconoce para
el continente y las sucesivas
misiones avaladas por Roma. Miremos un ejemplo de aval tácito del papado: El
Tratado de Tordesillas tuvo como antecedente al Tratado de Alcáçovas firmado el
4 de septiembre de 1749 entre los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón
y el rey Alfonso V de Portugal por el cual se selló la paz que puso fin a la
guerra de Sucesión Castellana. Además de servir para formalizar el fin de la
beligerancia, el pacto contenía otras cláusulas concernientes a la política de
proyección exterior, en un momento en que castellanos y portugueses competían
por el dominio del océano Atlántico y de las costas de África. A través del
reparto de este tratado la Corona de Castilla recibió las islas Canarias
mientras que el Reino de Portugal obtuvo el reconocimiento de su dominio sobre
las islas de Madeira, Azores y Cabo Verde, y sobre Guinea y en general sobre la
costa africana todo lo que es hallado se hallare, conquistase o descubriere en
los dichos términos, allende de que es hallado ocupado o descubierto. A menos
de un año del primer viaje de Cristóbal Colón, el Papa Alejandro VI, en su
famosa bula del 4 de mayo de 1493, dividió el Nuevo Mundo a conquistar solo
entre España y Portugal, sentando un privilegio objetado por otras potencias
europeas. Fijó una línea de norte a sur -a unos 424 kilómetros al oeste de las
Islas Azores-, al occidente de la cual exploraría España y al oriente Portugal;
por reclamo de los portugueses finalmente se situó el trazado a 1 568
kilómetros al este de las islas de Cabo Verde. A España correspondió todo el
territorio llamado después América -norte, centro caribe y sur-, menos una
franja del actual Brasil que tocó a Portugal, la cual amplió durante la
conquista hasta abarcar un amplio territorio. El reparto hispano-portugués fue
confirmado por el Tratado de Tordesillas, el 7 de julio de 1494.
Para concluir esta segunda consideración dejamos otra “píldora” histórica
para compartir sobre la injerencia histórica de los poderes civil y religioso.
“Todo poder viene de
Dios; los que existen han sido reglamentados por Dios mismo: resistirlos es
alterar el orden que Dios ha establecido y quienes sean culpables de esa resistencia
se condenan a sí mismos al castigo eterno”. (Pío VI, Quod Ali quantum, 1789-
León XIII, Inmortale Dei, 1885 y Rerum novarum, 1891; Pío XI, Cuadragésimo
anno, 1931.
3- Consideración:
El L.O.C (año 1549) reúne la concepción de una liturgia y su catolicidad
conciliadora con los distintos sentires y movimientos eclesiales de su época y
contexto. Cranmer con total dedicación y solicito cuidado, prevé precisamente
la convergencia histórica de la Iglesia bajo su figura inglesa y su relación
mistagógica con la catolicidad de la cual esta nació en tiempos apostólicos.
Los defectos en su forma litúrgica “vistos” posiblemente por Roma están
limitados a la injerencia papal y su autoridad, la materia, forma y ministros
de la Ordenación y Consagración Episcopal no entra aquí en discusión, cada una
de sus líneas esta sabiamente alimentada por el Rito Sarum o Salisbury
cuya historia consignamos como recurso de esta reflexión histórico/critica.
En 1078, Guillermo de Normandía nombró a
Osmund, un noble normando, como obispo de Salisbury el nombre del período del
sitio cuyas ruinas ahora se conocen como el Viejo Sarum. Como obispo, Osmund
inició algunas revisiones del rito celta-anglosajón existente y las
adaptaciones locales del rito romano, recurriendo a las tradiciones tanto
normanda como anglosajona. Los liturgistas del siglo XIX teorizaron que la
liturgia y las prácticas de Rouen en el norte de Francia inspiraron los libros
litúrgicos de Sarum. Los normandos habían depuesto la mayor parte del
episcopado anglosajón, reemplazándolos con obispos normandos, de los cuales
Osmund era uno. Dadas las similitudes entre la liturgia en Rouen y la de Sarum,
parece que los normandos también importaron sus libros litúrgicos franceses.
Esta conjetura se acerca a la certeza cuando se descubre que el uso de Rouen y
el de Sarum eran casi idéntico en el siglo XI. Una curiosa e interesante ilustración
de esto se encontrará en un extracto de un manuscrito de Rouen, supuestamente
de 650 años de antigüedad... El Rouen Pontifical, de aproximadamente 1007 d.
C., citado en la misma obra, muestra una afinidad similar a la de Sarum y
Exeter en días posteriores. Las revisiones durante el episcopado de Osmund
dieron como resultado la compilación de un nuevo misal, breviario y otros
manuales litúrgicos, que se utilizaron en todo el sur de Inglaterra, Gales y
partes de Irlanda.
Algunas diócesis
emitieron sus propios misales, inspirados en el rito de Sarum, pero con sus
propias oraciones particulares y ceremonias. Algunos de estos son tan
diferentes que han sido identificados como liturgias efectivamente distintas,
como las de Hereford, York, Bangor y Aberdeen. Otros misales como los de la
Catedral de Lincoln o la Abadía de Westminster se basaban más evidentemente en
el rito de Sarum y variaban solo en detalles. Los historiadores litúrgicos
creen que el rito de Sarum tuvo una clara influencia sobre otros usos del rito
romano. Inglaterra, como el rito Nidaros en Noruega y el Rito Braga en Portugal
cuando la Iglesia de Inglaterra se separó de la Iglesia Católica en la década
de 1530, al principio retuvo el rito Sarum, con modificaciones graduales. Bajo
Eduardo VI, la presión protestante por el culto público en inglés resultó en su
reemplazo por versiones sucesivas del Libro de Oración Común en 1549 y 1552. Mary
I restauró el rito de Sarum en 1553 y lo promulgó en toda Inglaterra, pero
finalmente fue abolido por Elizabeth en 1559. La tradición seguida por Cranmer
es injusta ubicarla bajo las “alas” del capricho y desconocer de esta forma su
contenido histórico fiel a la Madre Iglesia y bajo las características propias
de la cultura sajona. La Intencionalidad en mi opinión personal está a salvo y
se constituye en la metafísica del L.O.C. porque supera su época y se
constituye en un fundamento litúrgico que expresa por Fe la cosmovisión
mistagógica de la Iglesia, hoy Comunión Anglicana, Una, Santa, católica y Apostólica,
cuya Señor, Esposo y Cabeza es Cristo.
El Rito Sarum es expresión de la
Adoración medieval y cuya presencia está viva en cada línea trazada por Cranmer.
El ministerio ordenado retomó el empeño inicial y siempre se ha mantenido en el
contexto y vocación de la universalidad de Cristo, esta Comunión de Iglesias no
ordena para el “pequeño mundo” de alguien, sino que lo hace en la Gracia de la
universalidad de la misión apostólica conferida por el propio Señor Resucitado.
Nuestro sacerdocio no es propiedad exclusiva, es una gratuidad de Cristo
nuestro Sumo y Eterno Sacerdote y la Iglesia es su portadora y el depósito de
su Voluntad salvífica.
MOVIMIENTO DE
OXFORD.
REALIDAD
SOCIO-CULTURAL DONDE SE GESTÓ ESTE MOVIMIENTO.
Para Hobsbawm
Durante el siglo XIX Gran Bretaña representaba la única potencia mundial
reconocida. La economía industrial británica creció a partir del comercio,
especialmente del comercio con el mundo subdesarrollado al que pertenecían gran
parte de sus colonias. Su gran Imperio se expandió a lo largo del siglo,
manteniendo su peculiar modelo: el comercio y el transporte marítimo mantenían
la balanza de pagos británica y el intercambio de materias primas ultramarinas
para las industrias británicas eran la base de la economía internacional de
Gran Bretaña. La prosperidad, el
optimismo y la respetabilidad se materializaron en las dos grandes Exposiciones
Universales celebradas en Londres en 1851 y 1862. De este modo, hacia 1870 la
economía británica era la más floreciente del planeta, con casi la cuarta parte
de la producción manufacturada y del comercio internacional, siendo Londres su
sede mundial. Por su parte Nadales Ruíz (8) apunta que la reina Victoria fue la
primera reina únicamente británica. Es decir, con ella terminó el periodo de
mezcla de monarquía extranjera, ya que la casa de Hannover había reinado tanto
en Gran Bretaña como en Alemania hasta ese momento. La ley Sálica (tiene su origen
en la tribu de los francos salios, antiguos reyes francos. En virtud de ésta se
reconocía un papel preponderante del jefe de guerreros en la sucesión al trono)
existente en el país germano impedía que Victoria pudiese reinar allí y por lo
tanto únicamente se debía a Gran Bretaña. Los británicos adoraron a su reina,
quien consiguió devolver el prestigio perdido a la monarquía, nos aventuramos a
conjeturar que el hecho de no tener que compartirla con ninguna otra nación
pudo tener cierta influencia.
Según Hobsbawm, la
conclusión más extendida es que los capitalistas británicos aspiraban a formar
parte del estrato superior de la sociedad británica, los respetados gentleman,
y una vez conseguido esto ya no deseaba luchar más. En efecto, los rasgos del
carácter inglés gozan de gran importancia. Las consecuencias de su antipatía
por el cambio se empezaron a notar ya a partir de1890 con el despunte de las
economías alemana y norteamericana. La Fisiocracia en oposición al
mercantilismo, la riqueza de una nación procedía de su capacidad de producción
y no de las riquezas acumuladas por el comercio internacional. Y consideraban
que la única actividad generadora de riqueza para las naciones era la
agricultura. Se reducía la Plusvalía a un producto neto cuando este provenía de
la naturaleza. El avance de la nueva clase económica imperante animada por el
Liberalismo y la industrialización desencadena una crisis de la cual la Iglesia
de Inglaterra se cuenta entre una de sus víctimas, recordemos que ellos durante
la época Feudal acumularon grandes riquezas que ya no eran tan rentables como
las nacientes factorías en las grandes ciudades. Los fisiócratas dieron comienzo al análisis
científico del capital fijo y del capital circulante mediante su doctrina de
los anticipos iniciales y anuales. Fueron los primeros, en la historia de las
ideas económicas, que intentaron analizar las leyes de la producción y de la
distribución del producto social global bajo el Capitalismo… El Partido Liberal
del Reino Unido es un partido político actualmente desaparecido que existió
durante los siglos XIX y XX. Desde su nacimiento fue uno de los principales
partidos de Gran Bretaña, junto con el conservador. Su apogeo se dio entre los
años sesenta del siglo XIX, tras ser fundado por Lord Palmerston, hasta los
años veinte del siglo pasado, cuando sufrieron varios reveses electorales que
los situaron por debajo de los otros dos grandes partidos. A partir de entonces
fue la tercera fuerza electoral, con un porcentaje de votos muy variable. En
1988 el partido se fusionó con el Partido Social Demócrata. La injerencia del
Liberalismo se sintió en la libertad de poder expresar la Fe personal y
colectiva fuera de los modelos conocidos en Inglaterra. La preocupación principal del movimiento
(Oxford) se centró en la presencia en el gobierno inglés de liberales de
fundamentación (filosofía) no podemos desconocer que la presencia del Liberalismo
y el Nacionalismo fueron los motores que impulsaron la Revolución Industrial
haciendo de Inglaterra la primera potencia económica del siglo XIX y una de las
principales durante el siglo pasado y el presente. El liberalismo político y
el nacionalismo reaccionan contra los principios absolutistas de la
Restauración. Por un lado, la burguesía, grupo social en expansión, no está
dispuesta a renunciar al poder político. Por otro, la Revolución Francesa y el
Imperio napoleónico despertaron la conciencia nacionalista de algunos estados
europeos que tampoco están dispuestos a acatar la artificialidad de las
fronteras políticas impuestas por el Congreso de Viena. Así, el liberalismo
político y el nacionalismo se exacerban a partir de este Congreso, y unas veces
unidos y otros separados, abrirán una etapa revolucionaria en Europa a partir
de 1820 que se enfrentará a los principios de la Restauración.
Liberalismo
económico: descansa sobre dos principios básicos,
riqueza y propiedad y se convierte en el fundamento doctrinal del capitalismo.
Liberalismo
político: se opone al absolutismo y al despotismo
ilustrado; se convierte en el fundamento doctrinal del gobierno representativo
y de la democracia parlamentaria
Liberalismo
intelectual: caracterizado por un espíritu de
tolerancia y conciliación, aunque éste no será exclusivo de los liberales. En
el siglo XIX, pues, el liberalismo se presenta diverso, según las tendencias,
los países y los períodos
LIBERALISMO
DOCTRINARIO O MODERADO------ LIBERALISMO DEMOCRÁTICO O PROGRESISTA
Sufragio censitario Sufragio universal masculino Soberanía nacional Soberanía
popular Monarquía Constitucional (superioridad del rey sobre el Parlamento)
Monarquía Constitucional (superioridad del Parlamento sobre el Rey) República. El
Liberalismo como disposición amplia en la generación de las conciencias sobre
los Derechos y Deberes del ciudadano choca frontalmente con los discursos
absolutistas y la inclusión de la Iglesia en todas las facetas de la vida
inglesa. También hay un choque con los católicos romanos ingleses al ver la
posición gobiernista de unos y la pérdida de poder de otros, existe también un
tercer factor de índole externo y son las relaciones políticas inglesas y la
injerencia del papado que para la fecha del año 1891 promulgó una bula llamada
Rerum novarum que traduce “Cosas Nuevas” que recogería la impresión romana
sobre estos procesos de industrialización en Inglaterra y el continente europeo
particularmente. El Movimiento de Oxford buscó una aproximación de índole
espiritual antes que rebatir la cosa económica de su tiempo, se mantuvo al margen
de esta realidad.
TRACTARIANISMO.
La realidad que se
construye a partir de este Movimiento y antes su móvil por el cual actuaba y se
convocó así mismo es bien particular, es un mito suponer que la idea de estos
padres reformadores (podemos emplear el termino) era romanizar la Iglesia
Anglicana, más bien y ateniéndonos a la historia de este periodo en Inglaterra la cuestión giraba en orden a la
necesidad de que el Estado ingles contara con la Iglesia en sus decisiones y no
dejarla al margen de los asuntos que ella manejaba y en los que se esperaba su
injerencia. El avance de la política Liberal estaba centrando en la autoridad
del Estado. John Keble predicó un sermón titulado “Apostasía Nacional” el 14
de Julio de 1833. Había exactamente 90 tratados, la mayoría escritos por
Newman, cuyo argumento general era que la verdad de las doctrinas de la Iglesia
de Inglaterra descansaba sobre la posición moderna de la Iglesia como
descendiente directa de la Iglesia establecida por los apóstoles. Obviamente,
tal argumento era una respuesta conservadora a los varios desafíos
contemporáneos a la autoridad de la religión en general, al cristianismo en
particular, y específicamente, al anglicanismo y al catolicismo, alimentado por
la misma necesidad de seguridad que el renacimiento evangélico (Evangelical).
Desde el siglo XVI, la
Iglesia de Inglaterra se había enorgullecido de ser la vía media o término
medio, entre el catolicismo romano y el protestantismo más radical. Los
Tractarianos, buscaban insistentemente los puntos convergentes entre la Iglesia
de Inglaterra y el catolicismo romano lo que no implica que estuvieran
plenamente identificados con la totalidad de la doctrina de la Iglesia
Universal (postura romana). La Vía Media, aún más enriquecida en nuestra época
se convierte en la fundamentación de tales reflexiones. El movimiento de los
Tractarianos no fue una reacción momentánea contra la legislación eclesiástica
de un parlamento dedicado a la reforma, ni un intento de adaptar los hechos de
la historia a una teoría particular de la Iglesia. Era, más bien, una
afirmación de la necesidad de la vida sobrenatural en los miembros de la
Iglesia y el carácter divino de su jerarquía y autoridad frente al liberalismo
y naturalismo de los racionalistas.
El Movimiento de
Oxford añadió una opción conservadora a la atmósfera caldeada del debate
religioso victoriano. Los victorianos que aborrecían el ateísmo de los
utilitaristas y el agnosticismo de los científicos, se quedaron desconcertados
ante el entusiasmo de los evangélicos, y encontraron que la Iglesia extensa era
demasiado latitudinaria para que ningún significado pudiera imprimirse en su
doctrina, no pudiendo aceptar la conversión a Roma. En suma, encontraban que los
anglicanos de la Iglesia alta eran la solución conservadora perfecta. La odisea
del movimiento de Oxford fue una búsqueda para descubrir la fuente y la
localización actual de la sucesión apostólica, del corpus de la doctrina
cristiana y los sacramentos. Era una búsqueda que conducía a sus protagonistas
hacia distintos destinos. Sin embargo, durante la mayor parte del movimiento
estaban todos de acuerdo en que la verdad no podía encontrarse en Roma, que
según ellos había ampliado la verdad, ni en el protestantismo, que la había
reducido; ni tampoco en el anglicanismo, que había abusado de la misma. Así
Newman siempre consideró el anti romanismo como el tercer principio del
movimiento. En alguna parte del anglicanismo la verdad seguramente habría sido
conservada; precisamente el objetivo de su investigación teológica era
descubrir la base verdadera de la Iglesia Apostólica en el anglicanismo.
Los genuinos anglicanos
identificaban la Iglesia Católica de una vez por todas con el cuerpo local del
que eran miembros, e interpretaban los fenómenos de la cristiandad medieval o
reformada bajo esta luz: eran ingleses primero y católicos después. Pero Newman
no era así. Nos dice” sentía afecto por mi propia Iglesia, pero no ternura…Si
el Liberalismo llegara a poner un pie dentro de ella, estaba seguro vencería.
Yo veía que los principios de la Reforma eran incapaces de rescatarla. Pero
respecto a abandonarla, la idea nunca pasó por mi imaginación; sin embargo,
siempre tuve ante mí que había algo más grande que la Iglesia Establecida y que
eso era la Iglesia Católica y Apostólica, establecida desde el principio y de
la que no era otra cosa que un órgano y la presencia local”. Estas divergencias
produjeron la ruptura por fin en 1845.Los “Nuevos Tratados”, dice Deán Church
“fueron recibidos con sorpresa, desmayo, ridículo e indignación. Pero enseguida
surgieron las respuestas de simpatía entusiasta”. Comenzó una propaganda activa
por todo el país. Los obispos estaban asombrados por la atrevida
reinterpretación de la Sucesión Apostólica, en la que apenas creían y la
vivencia de una espiritualidad que superaba el ritualismo para instalarse en la
necesidad trascendente del bautizado.
John Keble nació en
Fairford, Gloucestershire, Inglaterra, el 25 de abril de 1792 y murió en
Bournemouth, Hampshire, el 29 de marzo de 1866. Fue educado por su padre (un
clérigo) y en Corpus Christi College, Oxford, siendo miembro del consejo rector
de Oriel (en ese tiempo la institución señera en Oxford) en 1811 y tutor entre
1818 y 1823. Fue ordenado en 1816, siendo cura de East Leach y Burthorpe (cerca
de Fairford) en 1818, cura de Hursley, Hampshire, en 1825 y vicario de Hursley
en 1836. De 1831 a 1841 dio clases sobre poesía en Oxford.
John Henry Newman
(Londres, 1801 - Birmingham, 1890) está íntimamente ligada a su pensamiento,
por eso conviene describirla con cierto detalle. Estudió inicialmente en una escuela
privada en Ealing, a las afueras de Londres. Allí, a la edad de 15 años tuvo
una “primera conversión” que afianzó en él, con suma certeza, los dogmas
cristianos —por el momento en su versión anglicana, influido además por el
calvinismo— y la decisión de vivir comprometidamente la fe y moral cristianas.
Al año siguiente, en 1817, se traslada a estudiar a Oxford (Trinity College). Richard
Hurrell Froude nació en Dartington, Devonshire, Inglaterra, el 25 de marzo de
1803 y murió allí el 28 de febrero de 1836. Fue educado en Eton y Oxford
(licenciatura en filosofía y letras, 1824; máster en filosofía y letras, 1827).
En 1826 obtuvo una plaza en Oriel, donde fue también tutor desde 1827 a 1830.
Fue ordenado diácono en 1828 y sacerdote en 1829. Edward Bouverie Pusey
(1800-1882… Fue el segundo hijo del primer vizconde de Folkstone, Jacob
Bouverie, descendiente de la antigua familia hugonote de Bouverie. A la edad de
18 años entró en Christ Church College, Oxford, y en 1824 fue elegido miembro
del consejo rector de Oriel College, donde hizo amistad con J. H. Newman y John
Keble. Estudió lenguas orientales, pero tras una prolongada estancia en
Alemania (1825-27, en Gotinga, Berlín y Bonn) se dedicó al estudio de la
teología alemana. Por su obra sobre este asunto, Historical Enquiry into the
Probable Causes of the Rationalistic Character... Predominant in the Theology
of Germany (Londres, 1828–30) atrajo la atención de los círculos académicos,
por lo que el duque de Wellington en 1829 le hizo profesor regio de hebreo y
canónigo de Christ Church.
Henry Edward
Manning… Sacerdote Cardenal de San
Andrés y San Gregorio en la Coelian Hill y segundo arzobispo de Westminster,
nació el 15 de Julio de 1808; murió el 14 de enero de 1892. Quien nació en la
casa de su abuelo, Copped Hall, Totteridge, Hertz., Inglaterra, fue el segundo
hijo de William Manning, miembro del Parlamento para Evesham y Lymington y por
un tiempo Gobernador del Banco de Inglaterra. La familia de su padre era de una
vieja rama de Kent y aunque nació en Hertfordshire, el futuro cardenal pasó
algunos años de su niñez en Combe Bank, cerca de Sevenoaks en Kent, a donde su
padre se había mudado cuando su hijo tenía apenas siete años. Su madre, la
segunda esposa de William Manning, era hija de Henry Lannoy Hunter, que venía
de una familia hugonota francesa conocida por el nombre de Veneur. Los padres
del movimiento de Oxford miran con total profundidad a los PP. pre-nicenos, es
decir, hasta antes del siglo V buscando su relación con la realidad vivida y
absorbida en su cosmovisión eclesial, para una mayor referencia citaremos
algunos de ellos en el presente cuadro:
La Didachè o Doctrina de
los Doce Apóstoles
San Policarpo, discípulo
directo del apóstol San Juan y obispo de Esmirna
Pastor de Hermas
Arístides (siglo II)
Ignacio de Antioquia (110
d.C.)
Atenágoras de Atenas
(siglo II)
Taciano el sirio (siglo
II)
San Ireneo (140 d.C.- 202
d.C.)
San Melitón de Sardes
(siglo II)
San Clemente de
Alejandría (Mediados del siglo II – antes del 215)
San Teófilo de Antioquia
(siglo II)
Orígenes (185 d.C. – 254
d.C.)
San Justino (165 d.C.)
San Gregorio el
Taumaturgo (siglo III)
Novaciano (siglo III)
San Cipriano de Cartago
(siglo III)
San Dionisio de Roma
(Siglo III).
Citamos a continuación un
texto de la tradición que alimentó la espiritualidad de la santa Eucaristía en los
padres de- movimiento de Oxford. La profundidad de la relación salvífica les
hizo mirar al pasado para encontrar las fuentes de su presente, Oxford fue cuna
de santidad y fervientes deseos de conocer y amar el vínculo con la catolicidad
y la manifestación local de la Iglesia de Cristo. El día que se llama día del
sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la
ciudad o en el campo. Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de
los Profetas. Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra
para incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas. Luego nos
levantamos y oramos por nosotros… y por todos los demás dondequiera que estén,
a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y nuestras acciones y
seamos fieles a los mandamientos para alcanzar la salvación eterna.
Luego se lleva al que
preside el pan y una copa con vino y agua mezclados. El que preside los toma y
eleva alabanzas y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del
Espíritu Santo, y da gracias largamente porque hayamos sido juzgados dignos de
estos dones. Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo ha
respondido “amén”, los que entre nosotros se llaman diáconos distribuyen a
todos los que están presentes el pan y el vino “eucaristizados”. San Justino “A
nadie le es lícito participar en la Eucaristía, si no cree que son verdad las
cosas que enseñamos y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de
los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó. Porque no
tomamos estos alimentos como si fueran un pan común o una bebida ordinaria,
sino que, así como Cristo, nuestro salvador, se hizo carne y sangre a causa de
nuestra salvación, de la misma manera hemos aprendido que el alimento sobre el
que fue recitada la acción de gracias, que contiene las palabras de Jesús y con
que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la
carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó. Los apóstoles, en
efecto, en sus tratados llamados Evangelios, nos cuentan que así les fue
mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias dijo: Haced esto en
conmemoración mía. Esto es mi cuerpo. Y luego, tomando del mismo modo en sus
manos el cáliz, dio gracias y dijo: Esta es mi sangre, dándoselo a ellos solos.
Desde entonces seguimos recordándonos unos a otros estas cosas. Y los que
tenemos bienes acudimos en ayuda de otros que no los tienen y permanecemos
unidos. Y siempre que presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo
por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo. Si deseas leer toda la
obra completa de San Justino Mártir puede descargar el documento aquí Apología
de Justino Mártir.
Newman afirmaba el
principio del dogma; una Iglesia visible con sacramentos y ritos como los
canales de la gracia invisible; un sistema episcopal ordenado por Dios como el
inculcado en las cartas de Ignacio. Pero los Erastianos o Liberales no se
regían por el dogma y los evangélicos no encontraron la gracia ex opere operato
en los sacramentos. El episcopado era para ambos una forma conveniente de
gobierno de la Iglesia y la misma Iglesia, una asociación voluntaria. Pero los
obispos ingleses, que eran nombrados por los Erastianos “un gobierno infiel”,
es la expresión de Keble, temían el poder de los evangélicos. De ningún modo
podían apoyar los “Tratados”. Más aún, por citar a Newman, “Todo el mundo
estaba asombrado de lo que decíamos Froude y yo; se decía que era puro
“papismo”. En Inglaterra, los corazones buscaban como nunca antes, desde que
los no-jurantes abandonaron. Los católicos habían sido emancipados y “aquellos
que se sentaban en los asientos de los reformadores denigraban a la Reforma.”
En esta dirección cabe resaltar que el aporte Pre-niceno fue determinante en la
madurez de una espiritualidad que reclamaba en Oxford espacio para ser vivida
como signo eclesial y “mojón” de su universalidad o una medida histórica que es
lo mismo. Para aproximarnos mejor a estas definiciones citadas miremos un breve
resumen de los aportes de este movimiento en la vida de la Iglesia en
Inglaterra:
·
La
primera obra de los PP: de la Iglesia latina en ser traducida y empleada en la
consolidación de un parámetro de espiritualidad fueron las Confesiones del
Hiponense.
·
La espiritualidad de estos creyentes
giró en orden a la activación de los presupuestos históricos sobre el Bautismo
y la Eucaristía.
·
El servicio cristiano libre de los
prejuicios de su época sobre la lucha de clases entre los nacientes sindicatos
o asociaciones y los dueños de las factorías.
·
Los PP. Pre-nicenos marcaron particularmente
en Newman la necesidad de caminar por las bases de la doctrina universal del ser
católico en una catolicidad histórica como la anglicana.
·
Newman y sus compañeros son culpables
de desarrollar una visión eclesial de índole universal por sobre prejuicios que
querían hacer de la Iglesia de Inglaterra una secta nacional.
·
Oxford centra en las escrituras la
razón de la revelación y los caminos del cristianismo primitivo, por tal razón
el libro de los Hechos de los Apóstoles contiene para ellos la clave de la
vivencia espiritual autentica.
·
Ven el problema del Liberalismo que
hoy ha relajado las tradiciones culturales de los pueblos y particularmente
introduce formulas seudo eclesiales de espiritualidad desprovistas de raíz histórica.
·
Se equivocaron, al considerar como
imperante la doctrina de la intervención de la Corona en asuntos de la Iglesia
(Keble) particularmente y reclamar no trabajo de evangelización en las
instituciones estatales sino mantener la relación económica y su injerencia.
·
Avivaron el Ecumenismo al proponer
como lo hizo Newman la razón de buscar a otros como ellos (catolicidad inglesa)
en las filas del catolicismo romano. Tal postura se desvió con el tránsito de
algunos de ellos a Roma. No empleamos el termino conversión porque estamos
hablando de una Iglesia emparentada fuertemente de origen apostólico cuya
identidad en la praxis de su vida ministerial y doctrinal es sustentada por la
misma raíz.
·
Se equivocaron, al pretender que la
Institución Anglicana asumiera una concepción apenas aceptada respecto a Roma
en tiempos donde las reformas económicas con la introducción de nuevas
políticas y modelos debilitaron la Iglesia.
·
Se equivocaron, al desconocer el
valor de la Institucionalidad eclesial inglesa y pensar que ellos no vivían de
agrado el ser parte de la catolicidad. Y que la distinción era intrínseca a
este cuerpo eclesial, es decir, que no se aceptaba su origen. Desde luego la
concepción de unidad e identidad eclesial durante este periodo no permitía
asumir la validez integra de la ministerialidad de la Iglesia Anglicana en la
vivencia de la misión evangélica. Para ellos la supremacía papal era
determinante desconociendo el valor apostólico implícito en esta tradición.
·
La postura de este Movimiento fue
interesante desde la realidad doctrinal que pretendieron rescatar. Desde el
Señorío de Cristo en la porción de su Iglesia Anglicana y la herencia de la
tradición, la misma que invocan para rescatar el prestigio y la autoridad de
los Obispos cuestionados por tomar siempre partido en las decisiones del
gobierno inglés.
·
Valoraron la suprema autoridad de Cristo en la
Iglesia y no la permanente injerencia de la Corona, la que reconocían, pero no
desde la perspectiva de la enseñanza doctrinal de la Iglesia. Newman y sus
amigos retoman los escritos de los PP. de la Iglesia y particularmente las
enseñanzas teológicas sobre temas como:
A- Justificación por la Fe y la Gracia.
B- La Encarnación.
C- La SS. Trinidad.
D- El Libre Albedrio.
E- La Providencia Divina.
F- Jesucristo Pastor y guía.
G- Decálogo. Entre otros.
·
La capacidad para ver en si la
necesidad de la Reforma es propia de estos cristianos, su pensamiento no
encontró el eco esperado y mucho menos los espacios buscados por ellos en el
ámbito teológico de la Iglesia de Inglaterra. Newman y compañía, estaban solos
navegando por aguas que no tenían reposo, podemos pensar incluso, que este
Movimiento, fue fruto no de la necesidad real de la Iglesia Anglicana sino de
la búsqueda esencialmente existencial y vocacional de estos hombres. Ellos
estaban buscándose a sí mismos y optaron por hacerlo en el ámbito público de la
institución eclesial. Su noción universalista es hoy un llamado a quienes creen
estar en una Iglesia histórica que se puede limitar por la praxis novel
(adjetivar) de posturas o tendencias que aparecen hoy desconociendo su
fundamento y tradición. Ellos subestimaron el poder histórico en la Iglesia que
pretendieron reformar.
·
Desde Keble hasta el último de los
integrantes del Movimiento de Oxford la buena intención se fue desdibujando
hasta convertirse en un escape doctrinal seguro ya que las condiciones no
fueron propicias y tampoco su vivencia vocacional.
·
La odisea del movimiento de Oxford
fue una búsqueda para descubrir la fuente y la localización actual de la
sucesión apostólica, del corpus de la doctrina cristiana y los sacramentos. Era
una búsqueda que conducía a sus protagonistas hacia distintos destinos.
·
Newman siempre anti romanismo como el
tercer principio del movimiento. En alguna parte del anglicanismo la verdad
seguramente habría sido conservada; precisamente el objetivo de su
investigación teológica era descubrir la base verdadera de la Iglesia
Apostólica en el anglicanismo.
·
Newman afirmaba el principio del dogma; una
Iglesia visible con sacramentos y ritos como los canales de la gracia
invisible; un sistema episcopal ordenado por Dios como el inculcado en las
cartas de Ignacio.
·
El movimiento de Oxford, es cuna de
santidad y búsqueda de espiritualidad unida a la tradición de la Iglesia como
era desde siempre bajo la guía e inspiración de los santos PP. de la Iglesia.
·
Ellos fueron para el desarrollo de la
Iglesia lo que fueron los apóstoles para su nacimiento… Declaración de Juan
Pablo II sobre la importancia de los PP. en la vida de la Madre Iglesia. Sin
duda en esta misma dirección el movimiento de Oxford vio la necesidad de
recuperar sus enseñanzas que hoy muchos teólogos ven demasiado lejos, pero
nosotros pensamos distinto, consideramos que ellos están presentes aun en las
discusiones teológicas que no los citan directamente pero que con su reflexión
sin duda motivaron atemporalmente.
·
El movimiento de Oxford, es culpable
de buscar la fundamentación de nuestra espiritualidad ignorada durante gran
parte de los años posteriores a la Reforma del siglo XVI, eran hombres y
mujeres deseosos de vivir la expectación de la universalidad de la Iglesia que
supera las barreras políticas más tenaces. La tenacidad alimentó el espíritu de
estos reformadores.
CONCLUSIONES.
El
fenómeno de Pentecostés transformó radicalmente la celebración en la liturgia
del mundo antiguo e introdujo una consideración más profunda que la sola
representación de deidades como era usual en el mundo clásico y los pueblos del
lejano oriente. Los imaginarios dieron paso a la
constatación por medio de la Fe de este fenómeno que se instaló en la psique
del cristianismo primitivo. El Espíritu de Dios pasó de estar recreado por los
autores sagrados como por ejemplo en la creación (relato Pentateuco) a
convertirse en un referente vital de una nueva condición de interioridad y
merito fundamentado en el amor como praxis viva de la Gracia. Nosotros como
institución eclesial estamos y estaremos conectados a Pentecostés, que en la
mayor de las paradojas y considerando su contenido fenomenológico asume una
característica unica y que a la postre fundamentará la nueva relación y sus
Ethos entre el Dios viviente y la persona humana. Pentecostés es pues una bella
conjugación entre revelación y acontecer en el tiempo del amor de Dios por
nosotros y toda su obra. El Espíritu Santo como Dios revela la vida
Trinitaria y nos dispone para asumir progresivamente el contenido de nuestra
vida trascendente, es decir, toda la obra de la Tercera Persona de la SS.
Trinidad es escatológica en nuestro ser y medio eclesial. Es también la
manera como Dios permanece entre nosotros y nos alimenta por medio de la Gracia.
No es una presencia fundamentada en merito alguno de nuestra parte sino en el
amor de Dios y su infinita misericordia.
FUENTES/INSUMOS/ARTÍCULOS/BIBLIOGRAFÍA/CIBERGRAFÍA.
1- Nota
del autor.
2- Artículo
de Adolfo Gonzalez/ www.mercaba.org/DicEC/anglicanismo_comunion_anglicana.htm/ www.mercaba.org/Rialp/A/anglicanismo.htm.
3-El Espíritu Santo en la
Teología de J:H: NEWMAN/https://dadun.unav.edu/handle/10171/5833/ www.newmanfriendsinternational.org/.../morales-marin-j-el-espiri/ https://books.google.com.do/books?isbn=8498402824/ https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/5833/1/JOSE%20MORALES.pdf
4- Rvdo. Isaías
Rodríguez “En Cristo Somos Uno” publicado por Episcopales Latinos.
5- www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_hookerr/ https://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hooker.htm/ Extraído
de D.J. Atkinson, “Hooker, Richard” in: David J. Atkinson, Diccionario de Ética
Cristiana y Teología Pastoral (Barcelona, Editorial CLIE & Publicaciones
Andamio, 2004), pp. 662.
6- O autor: D.J.
Atkinson, B.Sc., M.L.itt., Ph.D., M.A., reitor honorário do Canon da cátedra de
Southwark, Londres; ex-membro do Corpus Christi College, Oxford, Inglaterra.
Traduzido em 12 de Março de 2014.
Traduzido em 12 de Março de 2014.
7- juango.es/files/tema5escolastica.pdf/ bladodiaz.blogspot.com/2011/05/el-pensamiento-conservador.html/
8- ANSELMO DE
CANTERBURY, Epístola de Incarnatione Verbi, I.
9- R. W. SOUTHERN, Anselmo d’Aosta, 216-217.
10- J. LECLERCQ, Regards monastiques sur le
Christ au moyen Âge, Paris 1993, 178-182.
11- ANSELMO DE CANTERBURY, Oratio VIII ad sanctum
Iohannem Baptistam, 19-33.
12- LOS
EVANGÉLICOS NECESITAN LEER A RICHARD HOOKER. ENTREVISTA CON BRADFORD
LITTLEJOHN/ estudiosevangelicos.org/los-evangelicos-necesitan-leer-a-richard-hooker-entrevista-co... 4 may. 2016 - Los evangélicos necesitan leer a Richard
Hooker. Entrevista con Bradford Little John.
13- Markus Wriedt, "Luther's Theology,"
en The Cambridge Companion to Luther (Cambridge University Press, 2003), pp.
88-94.
14- https://books.google.com.do/books?isbn=8446045451
ensayo sobre el entendimiento.
15- https://www.coalicionporelevangelio.org/.../el-cabildero-del-evangelio-thomas-cranmer./ www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_cranmer
16- Ciclo de autores
anglicanos. Introducción, cristoeseltema.blogspot.com
17- Nota del autor/
cristoeseltema.blogspot.com
18- www.episcopaleslatinos.org/historia/iglesiaanglicana2.htm/
https://books.google.com.do/books?isbn=1426740662/ ec.aciprensa.com/ Ferrar,
Nicholas (2 de noviembre de 2006). Conversaciones en Little Gidding Prensa de
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https://artuk.org/.../john-cosin-15941672-dd-master-16351644-1/
https://hymnary.org/person/Cosin_J/
www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=hooker-richard/
www.luminarium.org/renlit/hookbio.htm/Munz, Peter, El lugar de Hooker en la historia
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19- M. Nicolau,
Teología del signo sacramental, BAC, Madrid 1969; B, Haring, La vida cristiana
a la luz de los sacramentos, Herder. Barcelona 1972/ J M. Castillo, 5ímbolos de
libertad. Teología de los sacramentos, Sígueme, Salamanca 19S- fuente citada
por- www.mercaba.org/VocTEO/E/ex_opere_operato.htm
20- Pour une
théorie de l'Esprit Sannt, Laval Théologique et Philosofique 36 (1980),
47-75/ www.seleccionesdeteologia.net/selecciones/llib/vol20/80/080_richard.pdf
21- Nota del autor/
cristoeseltema.blogspot.com/2014/09/ciclo-de-autores-y-teologos-anglicanos.html.
23- Nota del autor.
24- Green, M. Creo en el
Espíritu Santo. Miami:
Caribe, 1980/Murria, Ian, Revival and revivalism. Edinburgh: Banner of Truth,
1994.
25- Nota del autor.
27- Nota del autor.
28- ec.aciprensa.com/wiki/Movimiento_de_Oxford/ www.antoniocaridad.com/app/download/.../Gran+Bretaña+en+el+siglo+XIX.doc/https://fromliverpooltomanchester.wordpress.com/.../la-pobreza-en-la-revolucion-indu/www.viajeporlondres.com/londres/historia/siglo19/siglo19.html.
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Daniel Ruiz Bueno, (BAC 65), Pág. 84/Tomado de
http://www.ipue.com/unicidad.htm/
Apologetas Griegos, Daniel Ruiz Bueno (BAC 116), Pág. 130/ The Faith of
the Early Fathers, Vol. I, William A. Jurgen, Pág. 81 (las traducciones al
español de esta obra las ha realizado el autor de este artículo) / Contra los
herejes, San Ireneo de Lyon, Conferencia del Episcopado Mexicano. Edición
preparada por el P. Carlos Ignacio Gonzáles/ Tomado de New Advent Encyclopedia,
http://www.newadvent.org/fathers/0407.htm/ Ibid.
http://www.newadvent.org/fathers/0317.htm/ ec.aciprensa.com/wiki/Movimiento_de_Oxford/
www.mercaba.org/Rialp/M/oxford_movimiento_de.htm/ Publicación de información
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Pierre Poly y Eric Bournagel, El cambio feudal: Siglos X al XIII (Barcelona:
Editorial Labor, 1983), Poly y Bournagel, El cambio feudal: Siglos X al XIII,
30/ F. G. Maier, Transformaciones del Mundo Mediterráneo (México: Editorial
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Creación de identidad inglesa: viajeros españoles del siglo XIX.
Memoria para optar al
grado de doctor Departamento de Filología Inglesa I. Facultad de Filosofía.
Universidad Complutense de Madrid.
Eric John Ernest
Hobsbawm; Alejandría, 1917 - Londres, 2012) Historiador británico, uno de los
más prestigiosos en el ámbito de la historiografía contemporánea de orientación
marxista, autor de diversas obras sobre la revolución industrial, los
movimientos sociales preindustriales, la historia europea contemporánea y la
metodología de la historia.
Miguel A. Martín Sánchez
Universidad de Extremadura… LA PEDAGOGÍA DE JOHN NEWMAN: INTELECTUALISMO Y
UNIVERSALISMO.
https://es.scribd.com/document/137223125/Liberalismo-Inglaterra
R. Lara (2010).
“Liberalismo y nacionalismo en la Europa del siglo XIX”, Proyecto CLIO, 36. ISSN: 1139 -6237. http://clio.rediris.es
Roderick STRANGE, Newman .and the Gosped 01 Christ,
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(SAN
JUSTINO, Carta a Antonino Pío, Emperador, año 155) Wikipedia, enciclopedia
libre Corazones.org/ Patristica.info/ Catholic.net/ Mercaba.org.
Nota del autor:
Conclusiones.