JESÚS, TENTADO EN EL
DESIERTO… SOLIDARIO EN GRADO SUPERLATIVO.
Abordamos esta escena desde la Cosmovisión Judía, y teniendo
presente en la Tradición de esta Nación la connotación del Desierto que no es estrictamente un “Lugar” sino que esta cargado
con toda la emotividad de un Pueblo cuya experiencia se fundamenta en años de lucha y búsqueda de una Patria donde
afirmar su identidad… Es precisamente en este “Lugar Emotivo” donde Jesús es
puesto a Prueba y con ello desencadenará las Intenciones del mal como ausencia
de bien y como elemento distorsionador de Humanidad y Dignidad (Mt 4:1-11).
Citamos a los PP. De la Iglesia y particularmente a San
Justino Mártir (Siglo II) cuando define este momento: Las tentaciones son ascendentes y las consideramos como fruto
exclusivo de la habilidad del mal que llega al paroxismo de pedir ser adorado
como si fuera Dios. Nos permite ver en sus palabras la Huella del amor de
Cristo que no renuncia a su Misión Redentora y mucho menos juzga sus acciones
como precedente Humano (Moralidad).
San Agustín agrega”
Cristo quiso ser figura de nosotros mismos, tomó de nuestra carne para sí y se transfiguró
no solo en visión gloriosa sino también en solidaridad” estamos en consonancia
proyectados en la Misión de Cristo y consecuentemente con su acción justifica
el rechazo del pecado en nosotros.
Cristo no fue engañado como Adán en la escena de la tentación
del (Gn 3,13) argumento que refuerza la Voluntad de Cristo y la debilidad de Adán, ambos encuadran perfectamente en los
momentos de la vida y la Gracia en la naturaleza del Ser Humano proclive a la
debilidad pero exaltado en la Gracia y Poder de Dios. El Autor Sagrado emplea en lo relacionado a la
tentación de Adán el término Hissiani
o engaño mientras que Cristo supera perfectamente cualquier rezago de la
humanidad y la lanza sobre la historia misma conformando la Historia de Salvación de cada uno de
nosotros, esta síntesis de su presencia o Inhabitacion (Visión
Agustiniana), asume con toda naturalidad y Libre Albedrío (El Libero Arbitrio
Agustiniano), la decisión de optar o rechazar a Cristo en el quehacer de cada
cristiano.
Quiero compartir las palabras de Carlos De Foucault sobre la espiritualidad del desierto y su incidencia
en la vida del Creyente que lo refiere a un estado espiritual…Es necesario pasar por el desierto y vivir
en él para recibir la Gracia de Dios… Es allí donde vaciamos, donde arrojamos
de nosotros todo cuanto no es Dios… Es tiempo de Gracia, un periodo por el cual
necesariamente ha de pasar el alma que quiere producir frutos. Necesita
silencio, ese recogimiento es olvido de todo lo creado, en medio de los cuales
establece Dios su reino y por el cual forma en ella el espíritu Interior.
El Eje relacional de las tentaciones a las fue sometido Jesús
es por demás, el mismo en contenidos y prioridades que atraviesa el Cristiano
comprometido con el Ser (Vers 4), para designar este personaje antagónico acude
(Mt) y en general los sinópticos a los términos (diablo, Satanás) de la tradición
Judía y pueblos vecinos, a lo que Agustín de Hipona define como Armonía Evangélica encontrando aquí la razón
del Texto Inspirado y la tendencia de interpretación de este acontecimiento, el
Cristo Solidario radicalmente que sufrió en carne propia lo más personal y genérico
de la Humanidad y su Intríngulis…
gracias
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