EL FARISEO Y EL
PUBLICANO… (Lc 18:9-14).
Lucas establece su Línea
de Continuidad Evangélica a partir de las acciones y enseñanzas de Jesús en lo
que respecta a la Religión Interior “Dijo
también a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás…” (9),
Esta visión Teológica de Lucas, explica la demora del Reino de Dios como
transformadora y definitiva, gracias a las actitudes que definen la forma de
actuar y pensar de los Hombres de su época…
Podemos establecer un Paralelo con Juan en el Apocalipsis
(6,9)”Cuando abrió el quinto sello, vi
debajo del Altar las Almas de los que habían muerto por causa de la Palabra de
Dios y del Testimonio que tenían…” Yuxtapuesto a la Actitud del fariseo que
se expresa como buen cumplidor de la Ley Mosaica en referencia a la Ley de
Santidad promulgada en (Lv 17; 26), pero asumida desde la perspectiva legalista
que no imprime carácter y Corazón, frente a esta Normatividad pasa por alto la enseñanza
de Jeremías sobre la “Religión Interior”, y el cambio de Corazón, que plasma la
teología del “Cor-cordis” de Ezequiel, (11,19)… Frente a la dureza de Corazón
rescatamos la dignificación Humana planteada y ratificada por el propio Jesús,
quien se convierte en el gran transformador (Revolución del Corazón), aquel
Fariseo conoce a sus próximos desde los conceptos Legalistas quitando de esta
forma la “Carne y los Huesos” a sus congéneres, recordemos la enseñanza de Jesús
sobre la “Mujer adultera” (Jn 8,1ss).
La perdida de Humanidad, es caldo de cultivo para todo tipo
de atropellos y atenta contra la Santidad en la que Dios crea al Ser Humano, estableciendo
una “Seudo-gradacion” de la Dignidad original de nuestra Especie.
Pero la Antítesis de esta propuesta del Fariseo nos la ofrece
el Publicano, que centra su Espiritualidad en el Dios Papito de Jesús, (Abba) que acude en nuestro auxilio con el
Atributo Neo testamentario de la Misericordia, así explicitado y Sublimado por Jesús.
El Señor quiere manifestarnos una vez más la necesidad de la Caridad para
afrontar las estructuras de pensamiento y sus condicionamientos, presente todo
ello en cada persona…
Como preparación para nuestra Liturgia Dominical consulta el
Salmo 84, que nos ofrece la posibilidad de interiorizar la presencia de Dios en
medio de su Pueblo, en medio de nuestras casas y Familias, rescatando su
Intimidad Salvífica y configuración Escatológica de nuestro “Corazón de carne
“como expresaría el Profeta, (Gracia Preveniente).
Esta Liturgia expresa la ascendencia del cristiano con el propósito
de Dios en su vida, y refuerza la Identidad del Dios amoroso que en la Persona
de su Hijo Santificó y Santifica toda Estructura Humana…
Cristo hace posible la Presencia de Dios en la misma condición
Humana, y afirmamos que gracias a su Hijo, Dios Padre, abre para nosotros la
maravillosa realidad de su Reino y en consecuencia de su Plenitud como respuesta
a aquellos que confían plenamente en la Misericordia Divina, aquí sinónimo de
su Presencia transformadora como pasó con aquel Hombre que consiente de su vida
e imperfección busca la perfección de Dios…
Estamos en un continuo regreso a Dios y este camino señalado antes
por Lucas en su Evangelio tiene a Jesús como guía y artífice. Para terminar
nuestra reflexión no esta por demás la sentencia Agustiniana”Donde te engreíste allí mismo caíste”.
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