EPIFANÍA.
BREVES SOBRE SU
HISTORIA.
El verbo griego epiphaino
tiene el significado activo de mostrar; intransitivamente (es decir, aquellos
verbos que no necesitan complemento) se usa para decir mostrarse, de él se
deriva el substantivo epiphaneia, es decir aparición. En el griego clásico y
helenístico se utiliza este término en diversos contextos, sobre todo de
carácter militar. Indica en estos casos la aparición imprevista e inesperada
del enemigo, que puede decidir la suerte de la batalla. Relacionado con el uso
lingüístico militar, epifanía indica también la aparición de la divinidad para
socorrer a alguien. Así, por ejemplo, una inscripción de Cos atribuye a la
aparición del dios Apolo la derrota sufrida por los galos en Delfos el año 278
a.C. En la historia de las religiones se conoce una fiesta de la epifanía, o
día de la llegada de Apolon, celebrada en muchas ciudades griegas en primavera
o al comienzo del verano. La divinidad epifánica por
excelencia, en el ámbito de las experiencias extáticas ligadas a su culto, era
Dionisos.
Desambiguando el termino
Epifanía encontramos que tiene eco en algunas celebraciones del Imperio de
Roma, sobrevive en Befana, la gran feria que tenía lugar en esa estación en
Roma; es difícil afirmar hasta dónde se puede conectar la práctica que se
llevaba a cabo en esa época de comprar todo tipo de imágenes de alfarería,
combinadas con silbatos, y que representaban algún tipo de vida romana, con la
costumbre bastante similar que estaba de moda durante la fiesta de Saturnalia
en diciembre. La alfarería o pasta sigilaría vendida en ese entonces en toda
Roma. En la tradición de los santos Padres griegos se dirige particularmente a
quienes eran bautizados… “hemera genethlion toutestin epiphanion” esta
expresión griega nos habla del cumpleaños del Señor exactamente el 6 de enero,
(mes de Tybi) tal referencia se dio en el siglo IV año 361). En cuanto a los
santos Padres latinos encontramos a Clemente romano (PP. Apostólicos) que hace
una crítica intuitiva a quienes sostenían la hipótesis de la posible fecha del
nacimiento del Señor, Orígenes (Escuela de Alejandría) no menciona esta
fecha. Posteriormente uno de los santos
Padres Capadocios nos referimos a Gregorio Nacianceno (predicando en la Navidad
del año 380) argumentando que la luz de Cristo guía a los bautizados. San Juan
Crisóstomo en el año 386 llama a la Epifanía “La madre de los festivales”
porque si Cristo no hubiera nacido, no habría sido bautizado y la redención no
hubiera sido posible (este era su argumento fundamental o primordial). Agustín
de Hipona se refiere a la Epifanía citando el “sacramentario Gelasiano” escrito
por el Papa Gelasio I en el siglo V y también otro de los grandes latinos
Ambrosio de Milán citará esta tradición…
Las antiguas liturgias
anglicanas emparentadas con la tradición más pura romana citan particularmente
la celebración de la Epifanía, pero haciendo énfasis en el Bautismo del Señor y
coinciden con la fecha del 6 de enero… El mundo latino asumió el 25 de
diciembre y el griego el 6 de enero, y
juntos se compaginaron al punto que las expresiones de los unos y los otros son
esencialmente vinculantes. Es interesante reconocer que la celebración de la
Epifanía en el presente se ha reducido a una expresión cultural relacionada con
los niños el 6 de enero en algunas latitudes, y en otras el 25 de diciembre. La
Iglesia de manera axiomática nos dice que el énfasis está en la praxis de
nuestra espiritualidad antes que en la significación histórica de este
acontecimiento fenomenológico. La razón es superada por la intuición de la Fe y
el mundo nos ofrece un escenario bien determinado por el movimiento de culturas
que desembocan en la realidad económica de los pueblos. La mística de esta celebración
entrelaza tanto la Encarnación como la manifestación universal de Dios
generando una relación potencialmente bendecida por la Gracia de su
acontecimiento histórico (Encarnación- Nacimiento-Bautismo del Señor y
ministerio salvífico). Estamos ante un
evento que radicalizó la revelación superando los estadios proféticos de Israel
y dibujando una escala cósmica de la revelación solo comparable con la
creación, pero superior porque involucra la manifestación de Dios en la carne y
materia humana como designamos nuestra propia naturaleza asumida por Jesús.
Es interesante como la
intuición de los santos PP. de la Iglesia los lleva a centrar la Epifanía en la
estrecha revelación de un Dios histórico sin serlo y temporal sin ser obra del
tiempo, esta es la concepción de la Epifanía inserta en la sique del bautizado.
La composición teatral del relato toma fuerza por la pluralidad cultural que
implica la presencia de los personajes venidos de otra latitud, que no dudamos
sean hijos de Abraham, aquí está reflejada la promesa de “multitud de hijos
como las estrellas y las arenas del desierto”. Tributando al hijo de la Niña
María en la carne y al mismísimo Dios en la Divinidad de su obra
salvífica. Un Dios hecho humanidad por
amor y nunca por debilidad (como en el mundo mitológico griego). Manifestación
necesaria dada la corta capacidad de nuestras intuiciones para dibujar en el
alma la presencia salvífica de Cristo. Los astrónomos fueron a reconocer y
reconociendo se postraron en silenciosa adoración que bella figura de la Madre
de los bautizados que llegando de todo el orbe se postra a los pies de su Niño
y Salvador, sirve como Madre al que obedecerá como a su Señor. La característica especial de esta celebración
cambia según los tiempos y las necesidades de su Ethos cultural, es así como
para el (A.T) se emplea en afirmaciones de tipo militar al manifestarse una
potencia benévola con Israel recordemos a Ciro el grande. (En el libro de
Isaías capítulos 40-56 se profetiza y celebra la victoria de Ciro, enviado y
ungido por Dios. En el libro de Esdras capítulo 1 versículos 2-4). El Mostrarse
implica en sí una revelación del plan amoroso de Dios sobre la humanidad, En el
Nuevo Testamento, por el contrario, sólo se usa como término religioso y casi
siempre para indicar la aparición de Cristo al final de los tiempos (cf. 2 Tesalonicenses
2 versículo 8; 1 Timoteo capítulo 6 versículo 14. 2 Timoteo capítulo 4
versículo 1.8; Tito capítulo 2 versículo 13). Cuando la aparición terrena de
Cristo se entiende como acontecimiento escatológico, se designa también como
Epifanía. Miremos 2 Timoteo capítulo 1 versículos 9-10: “la gracia que nos ha
sido dada desde la eternidad en Jesucristo. Esta gracia se ha manifestado ahora
por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo” Asume una connotación
escatológica muy particular. En cuanto a la postura de los evangelios su
objetivo fundamental era dar a conocer a Cristo a los pueblos paganos de su
época, convirtiendo esta celebración en “luz” para las gentes que no tenían
posibilidad de haberle conocido antes en su medio cultural y religioso. Una luz
maravillosa que construye esperanza no solo al pueblo judío sino a la creación
entera. Esta dinámica en su naturaleza
necesitó ser enfocada en el contexto celebrativo romano del “Solsticio de
invierno” cuando en la traducción el Sol permanece “quieto” esta celebración
romana fue reemplazada por la Epifanía. El cruce cultural fue determinante en
cuanto a la praxis del Ethos cristiano categóricamente “nuevo” frente a la celebración
romana importada de su entorno de dominación.
Las primicias de la celebración
invocan en los personajes “reyes magos” la participación de los pueblos vecinos
y su contacto con el misterio del Dios Encarnado. El misterio dibuja las líneas
clave de esta revelación personal de Dios, la Naturaleza Humana del Señor se
relaciona esencialmente con nosotros en toda perspectiva posible haciendo de
esta revelación nuestra “carta de navegación” desde su inclusión histórica
hasta la relación personal del bautizado con el Dios Humanado…
LITURGIA DE LA
PALABRA PARA LA CELEBRACIÓN.
Isaías capítulo 60 versículos
1-6. Salmo 72 1-7,10-14. Efesios capítulo 3 versículos 1-12. Mateo capítulo 2 versículos 1-12.
El profeta Isaías nos
habla de una manera festiva en la que se manifestaran adoradores de todas las
partes del mundo conocido y particularmente con quienes los judíos sostenían
algún tipo de relación, los camellos, y las demás ofrendas, son producto de la mentalidad
judía que reconocía en estos dones todo aquello indispensable para su cotidianidad,
a diferencia del Imperio romano que empleaba caballos en sus gestas
invasoras. Los tributos son aquí de
índole real y pertenecen al soberano tanto recibirlos como distribuirlos en
todo tipo de relaciones de estado como quiera que a los altos dignatarios se
les ofrendaban estos presentes. El profeta anuncia una festividad que se
suscita en el pueblo y su epicentro es considerado antesala de una
manifestación de Yahveh. Es una
comunidad de Fe que supera como es apenas natural las barreras de su entorno
para instalarse en un territorio verdaderamente amplio, que va desde África hasta
el Norte de donde se ubicaba Jerusalén. Isaías nos recuerda que la salvación no
está limitada a un sector poblacional, sino que como propuesta se dilata a toda
la humanidad. Una idea clave que será la centralidad de su mensaje profético
mesiánico.
El Salmo 72, toca uno de
los temas fundamentales del (A.T) nos referimos a la justicia de Dios a favor
de los suyos, a diferencia de la Mosaica no está fundamentada sobre el
cumplimiento de la Ley sino sobre la Misericordia de Dios. Una justicia
escatológica que en su integralidad restaurará el bienestar de los
creyentes. Su nota esencial es la
universalidad, tal justicia es también consecuencia de la presencia futura del
Mesías. Un reinado universal reconocido por todas y todos, una manifestación
justiciera que involucrará a todos los creyentes. A diferencia de nuestros
gobiernos el Reinado del Mesías estará dirigido hacia los pobres de Yahveh.
Pablo centra el
conocimiento del Mensaje salvífico en la generosa manifestación del Espíritu de
Dios, de esta manera se convierte en la Causa Eficiente de la revelación
salvífica de Cristo intimada a su vez por el Padre Dios. Esta manifestación
escatológica es de índole cósmica, es decir, tanto a las realidades físicas
como espirituales donde nos desenvolvemos los bautizados y nuestro mundo. Aquí
lo escondido es visible solo desde la perspectiva de la Fe en Cristo, no es un
don generalizado sino consecuente con la Fe de los bautizados que de esta
manera lo pueden descubrir y vivir.
Pablo reconoce en Cristo
a nuestro mediador por excelencia, pero solo cuando nuestra Fe se centra en su
Persona Adorable del Hijo de Dios. Una manifestación tal que solo reconoce el
amor como su punto de parida y explicitación total. Una semilla, un tesoro, una planta y sus
frutos, son solo algunos de los calificativos encriptados para designar al Dios
revelado y encarnado. Recordemos que
para Pablo la Epifanía involucra la revelación victoriosa de Cristo como Señor
y Dios.
“Jesús nació en Belén de
Judea, en tiempo del rey Herodes. Unos magos de oriente se presentaron en
Jerusalén 2. preguntando: ¿Dónde está el que ha nacido, el rey de los judíos?
Porque hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo. 3. Al oír
esto el rey Herodes, se inquietó, y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los
sumos sacerdotes y a los maestros de la ley y les preguntó por el lugar de
nacimiento del mesías. 5. Ellos le contestaron: En Belén de Judá, pues así está
escrito por el profeta: 6. Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la
menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que
será el pastor de mi pueblo Israel. 7. Entonces Herodes llamó en secreto a los
magos y se informó cuidadosamente de ellos sobre el tiempo en que había
aparecido la estrella; 8. luego los envió a Belén, y les dijo: Id y averiguad
todo lo que podáis sobre ese niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para que
vaya yo también a adorarlo. 9. Ellos, después de oír al rey, se marcharon; y la
estrella que habían visto en oriente iba delante de ellos, hasta que fue a
posarse sobre el lugar donde estaba el niño. 10. Al ver la estrella
experimentaron una grandísima alegría. 11. Entraron en la casa y vieron al niño
con María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron; abrieron sus
tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. 12. Luego regresaron a
su país por otro camino, pues les habían dicho en sueños que no volvieran a
donde estaba Herodes” (Mateo capítulo 2 versículos 1-12).
El Texto Mateano, ubica
la procedencia de los “magos” venidos de Oriente donde encontramos la cuna de
la civilización. Solo para recordar que en la región mesopotámica existían
algunos miles de años antes de Cristo bibliotecas de suma importancia para el
mundo antiguo, Adab, Awan, Mari, Ur, Kish, Akshak, estos centros de cultura
cultivaron el saber y las tradiciones religiosas de muchas civilizaciones. Los
personajes que visitaron al Dios Humanado, bien pudieron proceder de estas
tradiciones académicas y astronómicas ya que el observar los astros era parte
de su patrimonio científico, en cuanto a Israel era casi totalmente prohibido
esta ciencia (Astronomía) por creer que era culto indirecto a deidades paganas.
Para el año 2.300 antes del Señor los acadios y semitas habían destruido parte
de esta riqueza. Las bibliotecas tomaban el nombre de las ciudades o pueblos
donde se creaban y eran por lo general reinos pequeños o ciudades estados como
fueron llamadas en Grecia por Platón. Aquí argumentamos la proto-historia que
generó la presencia de la escritura y antes los jeroglíficos, superando las
líneas y otro tipo de grabados del mundo antiguo.
La estrella era también
una rica simbología que correspondía a cada personaje importante que nacía,
como parte de su caminar en la astronomía y la necesidad de conocer según los
astros el futuro de los gobernantes. La estrella es parte de la simbología
literaria del evangelio citado y no implica evidencia alguna de la Divinidad
del Niño recién nacido. Los regalos simbolizan
todo aquello digno de un rey, y que marcará el inicio de la misión salvífica
del Señor. Lo fundamental del Texto Sagrado de Tradición es sin duda la
perspectiva universal que los personajes dan a la presencia de Dios en la
historia humana. Siguiendo la dirección de los santos PP. De la Iglesia
reconocemos que esa luz es Cristo y que su manifestación es Salvis incipere o
en castellano Inicio de salvación. Es el consenso eclesial, al menos en las
tres grandes Iglesias católicas (anglicana, griega, romana).
Estamos listos para
recibir al Salvador de la humanidad y hacer que su luz brille siempre en
nuestros corazones. Cristo luz del mundo y de su Iglesia.
FUENTES.
1-
http://www.mercaba.org/ConFT/E/EPIFANIA.pdf.
2- http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/NAV/EPIFAN%C3%8DA/marco_epifania.htm.
3-
https://www.aciprensa.com/recursos/epifania-la-manifestacion-del-senor-1863.
4-
http://ec.aciprensa.com/wiki/Epifan%C3%ADa.
5-
https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/isaias/60/.
6-
https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/salmos/72/.
7-
https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/efesios/3/.
8- https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/mateo/2/.
BREVES SOBRE SU
HISTORIA.
El verbo griego epiphaino
tiene el significado activo de mostrar; intransitivamente (es decir, aquellos
verbos que no necesitan complemento) se usa para decir mostrarse, de él se
deriva el substantivo epiphaneia, es decir aparición. En el griego clásico y
helenístico se utiliza este término en diversos contextos, sobre todo de
carácter militar. Indica en estos casos la aparición imprevista e inesperada
del enemigo, que puede decidir la suerte de la batalla. Relacionado con el uso
lingüístico militar, epifanía indica también la aparición de la divinidad para
socorrer a alguien. Así, por ejemplo, una inscripción de Cos atribuye a la
aparición del dios Apolo la derrota sufrida por los galos en Delfos el año 278
a.C. En la historia de las religiones se conoce una fiesta de la epifanía, o
día de la llegada de Apolon, celebrada en muchas ciudades griegas en primavera
o al comienzo del verano. La divinidad epifánica por
excelencia, en el ámbito de las experiencias extáticas ligadas a su culto, era
Dionisos.
Desambiguando el termino
Epifanía encontramos que tiene eco en algunas celebraciones del Imperio de
Roma, sobrevive en Befana, la gran feria que tenía lugar en esa estación en
Roma; es difícil afirmar hasta dónde se puede conectar la práctica que se
llevaba a cabo en esa época de comprar todo tipo de imágenes de alfarería,
combinadas con silbatos, y que representaban algún tipo de vida romana, con la
costumbre bastante similar que estaba de moda durante la fiesta de Saturnalia
en diciembre. La alfarería o pasta sigilaría vendida en ese entonces en toda
Roma. En la tradición de los santos Padres griegos se dirige particularmente a
quienes eran bautizados… “hemera genethlion toutestin epiphanion” esta
expresión griega nos habla del cumpleaños del Señor exactamente el 6 de enero,
(mes de Tybi) tal referencia se dio en el siglo IV año 361). En cuanto a los
santos Padres latinos encontramos a Clemente romano (PP. Apostólicos) que hace
una crítica intuitiva a quienes sostenían la hipótesis de la posible fecha del
nacimiento del Señor, Orígenes (Escuela de Alejandría) no menciona esta
fecha. Posteriormente uno de los santos
Padres Capadocios nos referimos a Gregorio Nacianceno (predicando en la Navidad
del año 380) argumentando que la luz de Cristo guía a los bautizados. San Juan
Crisóstomo en el año 386 llama a la Epifanía “La madre de los festivales”
porque si Cristo no hubiera nacido, no habría sido bautizado y la redención no
hubiera sido posible (este era su argumento fundamental o primordial). Agustín
de Hipona se refiere a la Epifanía citando el “sacramentario Gelasiano” escrito
por el Papa Gelasio I en el siglo V y también otro de los grandes latinos
Ambrosio de Milán citará esta tradición…
Las antiguas liturgias
anglicanas emparentadas con la tradición más pura romana citan particularmente
la celebración de la Epifanía, pero haciendo énfasis en el Bautismo del Señor y
coinciden con la fecha del 6 de enero… El mundo latino asumió el 25 de
diciembre y el griego el 6 de enero, y
juntos se compaginaron al punto que las expresiones de los unos y los otros son
esencialmente vinculantes. Es interesante reconocer que la celebración de la
Epifanía en el presente se ha reducido a una expresión cultural relacionada con
los niños el 6 de enero en algunas latitudes, y en otras el 25 de diciembre. La
Iglesia de manera axiomática nos dice que el énfasis está en la praxis de
nuestra espiritualidad antes que en la significación histórica de este
acontecimiento fenomenológico. La razón es superada por la intuición de la Fe y
el mundo nos ofrece un escenario bien determinado por el movimiento de culturas
que desembocan en la realidad económica de los pueblos. La mística de esta celebración
entrelaza tanto la Encarnación como la manifestación universal de Dios
generando una relación potencialmente bendecida por la Gracia de su
acontecimiento histórico (Encarnación- Nacimiento-Bautismo del Señor y
ministerio salvífico). Estamos ante un
evento que radicalizó la revelación superando los estadios proféticos de Israel
y dibujando una escala cósmica de la revelación solo comparable con la
creación, pero superior porque involucra la manifestación de Dios en la carne y
materia humana como designamos nuestra propia naturaleza asumida por Jesús.
Es interesante como la
intuición de los santos PP. de la Iglesia los lleva a centrar la Epifanía en la
estrecha revelación de un Dios histórico sin serlo y temporal sin ser obra del
tiempo, esta es la concepción de la Epifanía inserta en la sique del bautizado.
La composición teatral del relato toma fuerza por la pluralidad cultural que
implica la presencia de los personajes venidos de otra latitud, que no dudamos
sean hijos de Abraham, aquí está reflejada la promesa de “multitud de hijos
como las estrellas y las arenas del desierto”. Tributando al hijo de la Niña
María en la carne y al mismísimo Dios en la Divinidad de su obra
salvífica. Un Dios hecho humanidad por
amor y nunca por debilidad (como en el mundo mitológico griego). Manifestación
necesaria dada la corta capacidad de nuestras intuiciones para dibujar en el
alma la presencia salvífica de Cristo. Los astrónomos fueron a reconocer y
reconociendo se postraron en silenciosa adoración que bella figura de la Madre
de los bautizados que llegando de todo el orbe se postra a los pies de su Niño
y Salvador, sirve como Madre al que obedecerá como a su Señor. La característica especial de esta celebración
cambia según los tiempos y las necesidades de su Ethos cultural, es así como
para el (A.T) se emplea en afirmaciones de tipo militar al manifestarse una
potencia benévola con Israel recordemos a Ciro el grande. (En el libro de
Isaías capítulos 40-56 se profetiza y celebra la victoria de Ciro, enviado y
ungido por Dios. En el libro de Esdras capítulo 1 versículos 2-4). El Mostrarse
implica en sí una revelación del plan amoroso de Dios sobre la humanidad, En el
Nuevo Testamento, por el contrario, sólo se usa como término religioso y casi
siempre para indicar la aparición de Cristo al final de los tiempos (cf. 2 Tesalonicenses
2 versículo 8; 1 Timoteo capítulo 6 versículo 14. 2 Timoteo capítulo 4
versículo 1.8; Tito capítulo 2 versículo 13). Cuando la aparición terrena de
Cristo se entiende como acontecimiento escatológico, se designa también como
Epifanía. Miremos 2 Timoteo capítulo 1 versículos 9-10: “la gracia que nos ha
sido dada desde la eternidad en Jesucristo. Esta gracia se ha manifestado ahora
por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo” Asume una connotación
escatológica muy particular. En cuanto a la postura de los evangelios su
objetivo fundamental era dar a conocer a Cristo a los pueblos paganos de su
época, convirtiendo esta celebración en “luz” para las gentes que no tenían
posibilidad de haberle conocido antes en su medio cultural y religioso. Una luz
maravillosa que construye esperanza no solo al pueblo judío sino a la creación
entera. Esta dinámica en su naturaleza
necesitó ser enfocada en el contexto celebrativo romano del “Solsticio de
invierno” cuando en la traducción el Sol permanece “quieto” esta celebración
romana fue reemplazada por la Epifanía. El cruce cultural fue determinante en
cuanto a la praxis del Ethos cristiano categóricamente “nuevo” frente a la celebración
romana importada de su entorno de dominación.
Las primicias de la celebración
invocan en los personajes “reyes magos” la participación de los pueblos vecinos
y su contacto con el misterio del Dios Encarnado. El misterio dibuja las líneas
clave de esta revelación personal de Dios, la Naturaleza Humana del Señor se
relaciona esencialmente con nosotros en toda perspectiva posible haciendo de
esta revelación nuestra “carta de navegación” desde su inclusión histórica
hasta la relación personal del bautizado con el Dios Humanado…
LITURGIA DE LA
PALABRA PARA LA CELEBRACIÓN.
Isaías capítulo 60 versículos
1-6. Salmo 72 1-7,10-14. Efesios capítulo 3 versículos 1-12. Mateo capítulo 2 versículos 1-12.
El profeta Isaías nos
habla de una manera festiva en la que se manifestaran adoradores de todas las
partes del mundo conocido y particularmente con quienes los judíos sostenían
algún tipo de relación, los camellos, y las demás ofrendas, son producto de la mentalidad
judía que reconocía en estos dones todo aquello indispensable para su cotidianidad,
a diferencia del Imperio romano que empleaba caballos en sus gestas
invasoras. Los tributos son aquí de
índole real y pertenecen al soberano tanto recibirlos como distribuirlos en
todo tipo de relaciones de estado como quiera que a los altos dignatarios se
les ofrendaban estos presentes. El profeta anuncia una festividad que se
suscita en el pueblo y su epicentro es considerado antesala de una
manifestación de Yahveh. Es una
comunidad de Fe que supera como es apenas natural las barreras de su entorno
para instalarse en un territorio verdaderamente amplio, que va desde África hasta
el Norte de donde se ubicaba Jerusalén. Isaías nos recuerda que la salvación no
está limitada a un sector poblacional, sino que como propuesta se dilata a toda
la humanidad. Una idea clave que será la centralidad de su mensaje profético
mesiánico.
El Salmo 72, toca uno de
los temas fundamentales del (A.T) nos referimos a la justicia de Dios a favor
de los suyos, a diferencia de la Mosaica no está fundamentada sobre el
cumplimiento de la Ley sino sobre la Misericordia de Dios. Una justicia
escatológica que en su integralidad restaurará el bienestar de los
creyentes. Su nota esencial es la
universalidad, tal justicia es también consecuencia de la presencia futura del
Mesías. Un reinado universal reconocido por todas y todos, una manifestación
justiciera que involucrará a todos los creyentes. A diferencia de nuestros
gobiernos el Reinado del Mesías estará dirigido hacia los pobres de Yahveh.
Pablo centra el conocimiento del Mensaje salvífico en la generosa manifestación del Espíritu de Dios, de esta manera se convierte en la Causa Eficiente de la revelación salvífica de Cristo intimada a su vez por el Padre Dios. Esta manifestación escatológica es de índole cósmica, es decir, tanto a las realidades físicas como espirituales donde nos desenvolvemos los bautizados y nuestro mundo. Aquí lo escondido es visible solo desde la perspectiva de la Fe en Cristo, no es un don generalizado sino consecuente con la Fe de los bautizados que de esta manera lo pueden descubrir y vivir. Pablo reconoce en Cristo a nuestro mediador por excelencia, pero solo cuando nuestra Fe se centra en su Persona Adorable del Hijo de Dios. Una manifestación tal que solo reconoce el amor como su punto de parida y explicitación total. Una semilla, un tesoro, una planta y sus frutos, son solo algunos de los calificativos encriptados para designar al Dios revelado y encarnado. Recordemos que para Pablo la Epifanía involucra la revelación victoriosa de Cristo como Señor y Dios.
“Jesús nació en Belén de
Judea, en tiempo del rey Herodes. Unos magos de oriente se presentaron en
Jerusalén 2. preguntando: ¿Dónde está el que ha nacido, el rey de los judíos?
Porque hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo. 3. Al oír
esto el rey Herodes, se inquietó, y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los
sumos sacerdotes y a los maestros de la ley y les preguntó por el lugar de
nacimiento del mesías. 5. Ellos le contestaron: En Belén de Judá, pues así está
escrito por el profeta: 6. Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la
menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que
será el pastor de mi pueblo Israel. 7. Entonces Herodes llamó en secreto a los
magos y se informó cuidadosamente de ellos sobre el tiempo en que había
aparecido la estrella; 8. luego los envió a Belén, y les dijo: Id y averiguad
todo lo que podáis sobre ese niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para que
vaya yo también a adorarlo. 9. Ellos, después de oír al rey, se marcharon; y la
estrella que habían visto en oriente iba delante de ellos, hasta que fue a
posarse sobre el lugar donde estaba el niño. 10. Al ver la estrella
experimentaron una grandísima alegría. 11. Entraron en la casa y vieron al niño
con María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron; abrieron sus
tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. 12. Luego regresaron a
su país por otro camino, pues les habían dicho en sueños que no volvieran a
donde estaba Herodes” (Mateo capítulo 2 versículos 1-12).
El Texto Mateano, ubica
la procedencia de los “magos” venidos de Oriente donde encontramos la cuna de
la civilización. Solo para recordar que en la región mesopotámica existían
algunos miles de años antes de Cristo bibliotecas de suma importancia para el
mundo antiguo, Adab, Awan, Mari, Ur, Kish, Akshak, estos centros de cultura
cultivaron el saber y las tradiciones religiosas de muchas civilizaciones. Los
personajes que visitaron al Dios Humanado, bien pudieron proceder de estas
tradiciones académicas y astronómicas ya que el observar los astros era parte
de su patrimonio científico, en cuanto a Israel era casi totalmente prohibido
esta ciencia (Astronomía) por creer que era culto indirecto a deidades paganas.
Para el año 2.300 antes del Señor los acadios y semitas habían destruido parte
de esta riqueza. Las bibliotecas tomaban el nombre de las ciudades o pueblos
donde se creaban y eran por lo general reinos pequeños o ciudades estados como
fueron llamadas en Grecia por Platón. Aquí argumentamos la proto-historia que
generó la presencia de la escritura y antes los jeroglíficos, superando las
líneas y otro tipo de grabados del mundo antiguo.
La estrella era también
una rica simbología que correspondía a cada personaje importante que nacía,
como parte de su caminar en la astronomía y la necesidad de conocer según los
astros el futuro de los gobernantes. La estrella es parte de la simbología
literaria del evangelio citado y no implica evidencia alguna de la Divinidad
del Niño recién nacido. Los regalos simbolizan
todo aquello digno de un rey, y que marcará el inicio de la misión salvífica
del Señor. Lo fundamental del Texto Sagrado de Tradición es sin duda la
perspectiva universal que los personajes dan a la presencia de Dios en la
historia humana. Siguiendo la dirección de los santos PP. De la Iglesia
reconocemos que esa luz es Cristo y que su manifestación es Salvis incipere o
en castellano Inicio de salvación. Es el consenso eclesial, al menos en las
tres grandes Iglesias católicas (anglicana, griega, romana).
Estamos listos para
recibir al Salvador de la humanidad y hacer que su luz brille siempre en
nuestros corazones. Cristo luz del mundo y de su Iglesia.
FUENTES.
1-
http://www.mercaba.org/ConFT/E/EPIFANIA.pdf.
2- http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/NAV/EPIFAN%C3%8DA/marco_epifania.htm.
3-
https://www.aciprensa.com/recursos/epifania-la-manifestacion-del-senor-1863.
4-
http://ec.aciprensa.com/wiki/Epifan%C3%ADa.
5-
https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/isaias/60/.
6-
https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/salmos/72/.
7-
https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/efesios/3/.
8- https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/mateo/2/.
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