martes, 5 de enero de 2021

EPIFANÍA.

 

EPIFANÍA.

 

BREVES SOBRE SU HISTORIA.

 

El verbo griego epiphaino tiene el significado activo de mostrar; intransitivamente (es decir, aquellos verbos que no necesitan complemento) se usa para decir mostrarse, de él se deriva el substantivo epiphaneia, es decir aparición. En el griego clásico y helenístico se utiliza este término en diversos contextos, sobre todo de carácter militar. Indica en estos casos la aparición imprevista e inesperada del enemigo, que puede decidir la suerte de la batalla. Relacionado con el uso lingüístico militar, epifanía indica también la aparición de la divinidad para socorrer a alguien. Así, por ejemplo, una inscripción de Cos atribuye a la aparición del dios Apolo la derrota sufrida por los galos en Delfos el año 278 a.C. En la historia de las religiones se conoce una fiesta de la epifanía, o día de la llegada de Apolon, celebrada en muchas ciudades griegas en primavera o al comienzo del verano. La divinidad epifánica   por excelencia, en el ámbito de las experiencias extáticas ligadas a su culto, era Dionisos.

Desambiguando el termino Epifanía encontramos que tiene eco en algunas celebraciones del Imperio de Roma, sobrevive en Befana, la gran feria que tenía lugar en esa estación en Roma; es difícil afirmar hasta dónde se puede conectar la práctica que se llevaba a cabo en esa época de comprar todo tipo de imágenes de alfarería, combinadas con silbatos, y que representaban algún tipo de vida romana, con la costumbre bastante similar que estaba de moda durante la fiesta de Saturnalia en diciembre. La alfarería o pasta sigilaría vendida en ese entonces en toda Roma. En la tradición de los santos Padres griegos se dirige particularmente a quienes eran bautizados… “hemera genethlion toutestin epiphanion” esta expresión griega nos habla del cumpleaños del Señor exactamente el 6 de enero, (mes de Tybi) tal referencia se dio en el siglo IV año 361). En cuanto a los santos Padres latinos encontramos a Clemente romano (PP. Apostólicos) que hace una crítica intuitiva a quienes sostenían la hipótesis de la posible fecha del nacimiento del Señor, Orígenes (Escuela de Alejandría) no menciona esta fecha.  Posteriormente uno de los santos Padres Capadocios nos referimos a Gregorio Nacianceno (predicando en la Navidad del año 380) argumentando que la luz de Cristo guía a los bautizados. San Juan Crisóstomo en el año 386 llama a la Epifanía “La madre de los festivales” porque si Cristo no hubiera nacido, no habría sido bautizado y la redención no hubiera sido posible (este era su argumento fundamental o primordial). Agustín de Hipona se refiere a la Epifanía citando el “sacramentario Gelasiano” escrito por el Papa Gelasio I en el siglo V y también otro de los grandes latinos Ambrosio de Milán citará esta tradición…

Las antiguas liturgias anglicanas emparentadas con la tradición más pura romana citan particularmente la celebración de la Epifanía, pero haciendo énfasis en el Bautismo del Señor y coinciden con la fecha del 6 de enero… El mundo latino asumió el 25 de diciembre y el griego   el 6 de enero, y juntos se compaginaron al punto que las expresiones de los unos y los otros son esencialmente vinculantes. Es interesante reconocer que la celebración de la Epifanía en el presente se ha reducido a una expresión cultural relacionada con los niños el 6 de enero en algunas latitudes, y en otras el 25 de diciembre. La Iglesia de manera axiomática nos dice que el énfasis está en la praxis de nuestra espiritualidad antes que en la significación histórica de este acontecimiento fenomenológico. La razón es superada por la intuición de la Fe y el mundo nos ofrece un escenario bien determinado por el movimiento de culturas que desembocan en la realidad económica de los pueblos. La mística de esta celebración entrelaza tanto la Encarnación como la manifestación universal de Dios generando una relación potencialmente bendecida por la Gracia de su acontecimiento histórico (Encarnación- Nacimiento-Bautismo del Señor y ministerio salvífico).  Estamos ante un evento que radicalizó la revelación superando los estadios proféticos de Israel y dibujando una escala cósmica de la revelación solo comparable con la creación, pero superior porque involucra la manifestación de Dios en la carne y materia humana como designamos nuestra propia naturaleza asumida por Jesús.

Es interesante como la intuición de los santos PP. de la Iglesia los lleva a centrar la Epifanía en la estrecha revelación de un Dios histórico sin serlo y temporal sin ser obra del tiempo, esta es la concepción de la Epifanía inserta en la sique del bautizado. La composición teatral del relato toma fuerza por la pluralidad cultural que implica la presencia de los personajes venidos de otra latitud, que no dudamos sean hijos de Abraham, aquí está reflejada la promesa de “multitud de hijos como las estrellas y las arenas del desierto”. Tributando al hijo de la Niña María en la carne y al mismísimo Dios en la Divinidad de su obra salvífica.  Un Dios hecho humanidad por amor y nunca por debilidad (como en el mundo mitológico griego). Manifestación necesaria dada la corta capacidad de nuestras intuiciones para dibujar en el alma la presencia salvífica de Cristo. Los astrónomos fueron a reconocer y reconociendo se postraron en silenciosa adoración que bella figura de la Madre de los bautizados que llegando de todo el orbe se postra a los pies de su Niño y Salvador, sirve como Madre al que obedecerá como a su Señor.  La característica especial de esta celebración cambia según los tiempos y las necesidades de su Ethos cultural, es así como para el (A.T) se emplea en afirmaciones de tipo militar al manifestarse una potencia benévola con Israel recordemos a Ciro el grande. (En el libro de Isaías capítulos 40-56 se profetiza y celebra la victoria de Ciro, enviado y ungido por Dios. En el libro de Esdras capítulo 1 versículos 2-4). El Mostrarse implica en sí una revelación del plan amoroso de Dios sobre la humanidad, En el Nuevo Testamento, por el contrario, sólo se usa como término religioso y casi siempre para indicar la aparición de Cristo al final de los tiempos (cf. 2 Tesalonicenses 2 versículo 8; 1 Timoteo capítulo 6 versículo 14. 2 Timoteo capítulo 4 versículo 1.8; Tito capítulo 2 versículo 13). Cuando la aparición terrena de Cristo se entiende como acontecimiento escatológico, se designa también como Epifanía. Miremos 2 Timoteo capítulo 1 versículos 9-10: “la gracia que nos ha sido dada desde la eternidad en Jesucristo. Esta gracia se ha manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo” Asume una connotación escatológica muy particular. En cuanto a la postura de los evangelios su objetivo fundamental era dar a conocer a Cristo a los pueblos paganos de su época, convirtiendo esta celebración en “luz” para las gentes que no tenían posibilidad de haberle conocido antes en su medio cultural y religioso. Una luz maravillosa que construye esperanza no solo al pueblo judío sino a la creación entera.  Esta dinámica en su naturaleza necesitó ser enfocada en el contexto celebrativo romano del “Solsticio de invierno” cuando en la traducción el Sol permanece “quieto” esta celebración romana fue reemplazada por la Epifanía. El cruce cultural fue determinante en cuanto a la praxis del Ethos cristiano categóricamente “nuevo” frente a la celebración romana importada de su entorno de dominación.

 

Las primicias de la celebración invocan en los personajes “reyes magos” la participación de los pueblos vecinos y su contacto con el misterio del Dios Encarnado. El misterio dibuja las líneas clave de esta revelación personal de Dios, la Naturaleza Humana del Señor se relaciona esencialmente con nosotros en toda perspectiva posible haciendo de esta revelación nuestra “carta de navegación” desde su inclusión histórica hasta la relación personal del bautizado con el Dios Humanado…

 

LITURGIA DE LA PALABRA PARA LA CELEBRACIÓN.

 

Isaías capítulo 60 versículos 1-6. Salmo 72 1-7,10-14. Efesios capítulo 3 versículos 1-12.  Mateo capítulo 2 versículos 1-12.

 

El profeta Isaías nos habla de una manera festiva en la que se manifestaran adoradores de todas las partes del mundo conocido y particularmente con quienes los judíos sostenían algún tipo de relación, los camellos, y las demás ofrendas, son producto de la mentalidad judía que reconocía en estos dones todo aquello indispensable para su cotidianidad, a diferencia del Imperio romano que empleaba caballos en sus gestas invasoras.  Los tributos son aquí de índole real y pertenecen al soberano tanto recibirlos como distribuirlos en todo tipo de relaciones de estado como quiera que a los altos dignatarios se les ofrendaban estos presentes. El profeta anuncia una festividad que se suscita en el pueblo y su epicentro es considerado antesala de una manifestación de Yahveh.  Es una comunidad de Fe que supera como es apenas natural las barreras de su entorno para instalarse en un territorio verdaderamente amplio, que va desde África hasta el Norte de donde se ubicaba Jerusalén. Isaías nos recuerda que la salvación no está limitada a un sector poblacional, sino que como propuesta se dilata a toda la humanidad. Una idea clave que será la centralidad de su mensaje profético mesiánico.

El Salmo 72, toca uno de los temas fundamentales del (A.T) nos referimos a la justicia de Dios a favor de los suyos, a diferencia de la Mosaica no está fundamentada sobre el cumplimiento de la Ley sino sobre la Misericordia de Dios. Una justicia escatológica que en su integralidad restaurará el bienestar de los creyentes.  Su nota esencial es la universalidad, tal justicia es también consecuencia de la presencia futura del Mesías. Un reinado universal reconocido por todas y todos, una manifestación justiciera que involucrará a todos los creyentes. A diferencia de nuestros gobiernos el Reinado del Mesías estará dirigido hacia los pobres de Yahveh.

Pablo centra el conocimiento del Mensaje salvífico en la generosa manifestación del Espíritu de Dios, de esta manera se convierte en la Causa Eficiente de la revelación salvífica de Cristo intimada a su vez por el Padre Dios. Esta manifestación escatológica es de índole cósmica, es decir, tanto a las realidades físicas como espirituales donde nos desenvolvemos los bautizados y nuestro mundo. Aquí lo escondido es visible solo desde la perspectiva de la Fe en Cristo, no es un don generalizado sino consecuente con la Fe de los bautizados que de esta manera lo pueden descubrir y vivir.

 

Pablo reconoce en Cristo a nuestro mediador por excelencia, pero solo cuando nuestra Fe se centra en su Persona Adorable del Hijo de Dios. Una manifestación tal que solo reconoce el amor como su punto de parida y explicitación total.  Una semilla, un tesoro, una planta y sus frutos, son solo algunos de los calificativos encriptados para designar al Dios revelado y encarnado.  Recordemos que para Pablo la Epifanía involucra la revelación victoriosa de Cristo como Señor y Dios.

“Jesús nació en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes. Unos magos de oriente se presentaron en Jerusalén 2. preguntando: ¿Dónde está el que ha nacido, el rey de los judíos? Porque hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo. 3. Al oír esto el rey Herodes, se inquietó, y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y a los maestros de la ley y les preguntó por el lugar de nacimiento del mesías. 5. Ellos le contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el profeta: 6. Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel. 7. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y se informó cuidadosamente de ellos sobre el tiempo en que había aparecido la estrella; 8. luego los envió a Belén, y les dijo: Id y averiguad todo lo que podáis sobre ese niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para que vaya yo también a adorarlo. 9. Ellos, después de oír al rey, se marcharon; y la estrella que habían visto en oriente iba delante de ellos, hasta que fue a posarse sobre el lugar donde estaba el niño. 10. Al ver la estrella experimentaron una grandísima alegría. 11. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. 12. Luego regresaron a su país por otro camino, pues les habían dicho en sueños que no volvieran a donde estaba Herodes” (Mateo capítulo 2 versículos 1-12).

El Texto Mateano, ubica la procedencia de los “magos” venidos de Oriente donde encontramos la cuna de la civilización. Solo para recordar que en la región mesopotámica existían algunos miles de años antes de Cristo bibliotecas de suma importancia para el mundo antiguo, Adab, Awan, Mari, Ur, Kish, Akshak, estos centros de cultura cultivaron el saber y las tradiciones religiosas de muchas civilizaciones. Los personajes que visitaron al Dios Humanado, bien pudieron proceder de estas tradiciones académicas y astronómicas ya que el observar los astros era parte de su patrimonio científico, en cuanto a Israel era casi totalmente prohibido esta ciencia (Astronomía) por creer que era culto indirecto a deidades paganas. Para el año 2.300 antes del Señor los acadios y semitas habían destruido parte de esta riqueza. Las bibliotecas tomaban el nombre de las ciudades o pueblos donde se creaban y eran por lo general reinos pequeños o ciudades estados como fueron llamadas en Grecia por Platón. Aquí argumentamos la proto-historia que generó la presencia de la escritura y antes los jeroglíficos, superando las líneas y otro tipo de grabados del mundo antiguo.

La estrella era también una rica simbología que correspondía a cada personaje importante que nacía, como parte de su caminar en la astronomía y la necesidad de conocer según los astros el futuro de los gobernantes. La estrella es parte de la simbología literaria del evangelio citado y no implica evidencia alguna de la Divinidad del Niño recién nacido.  Los regalos simbolizan todo aquello digno de un rey, y que marcará el inicio de la misión salvífica del Señor. Lo fundamental del Texto Sagrado de Tradición es sin duda la perspectiva universal que los personajes dan a la presencia de Dios en la historia humana. Siguiendo la dirección de los santos PP. De la Iglesia reconocemos que esa luz es Cristo y que su manifestación es Salvis incipere o en castellano Inicio de salvación. Es el consenso eclesial, al menos en las tres grandes Iglesias católicas (anglicana, griega, romana).

Estamos listos para recibir al Salvador de la humanidad y hacer que su luz brille siempre en nuestros corazones. Cristo luz del mundo y de su Iglesia.

 

FUENTES.

 

1-     http://www.mercaba.org/ConFT/E/EPIFANIA.pdf.

2-     http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/NAV/EPIFAN%C3%8DA/marco_epifania.htm.

3-     https://www.aciprensa.com/recursos/epifania-la-manifestacion-del-senor-1863.

4-     http://ec.aciprensa.com/wiki/Epifan%C3%ADa.

5-     https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/isaias/60/.

6-     https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/salmos/72/.

7-     https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/efesios/3/.

8-     https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/mateo/2/.

 

BREVES SOBRE SU HISTORIA.

 

El verbo griego epiphaino tiene el significado activo de mostrar; intransitivamente (es decir, aquellos verbos que no necesitan complemento) se usa para decir mostrarse, de él se deriva el substantivo epiphaneia, es decir aparición. En el griego clásico y helenístico se utiliza este término en diversos contextos, sobre todo de carácter militar. Indica en estos casos la aparición imprevista e inesperada del enemigo, que puede decidir la suerte de la batalla. Relacionado con el uso lingüístico militar, epifanía indica también la aparición de la divinidad para socorrer a alguien. Así, por ejemplo, una inscripción de Cos atribuye a la aparición del dios Apolo la derrota sufrida por los galos en Delfos el año 278 a.C. En la historia de las religiones se conoce una fiesta de la epifanía, o día de la llegada de Apolon, celebrada en muchas ciudades griegas en primavera o al comienzo del verano. La divinidad epifánica   por excelencia, en el ámbito de las experiencias extáticas ligadas a su culto, era Dionisos.

Desambiguando el termino Epifanía encontramos que tiene eco en algunas celebraciones del Imperio de Roma, sobrevive en Befana, la gran feria que tenía lugar en esa estación en Roma; es difícil afirmar hasta dónde se puede conectar la práctica que se llevaba a cabo en esa época de comprar todo tipo de imágenes de alfarería, combinadas con silbatos, y que representaban algún tipo de vida romana, con la costumbre bastante similar que estaba de moda durante la fiesta de Saturnalia en diciembre. La alfarería o pasta sigilaría vendida en ese entonces en toda Roma. En la tradición de los santos Padres griegos se dirige particularmente a quienes eran bautizados… “hemera genethlion toutestin epiphanion” esta expresión griega nos habla del cumpleaños del Señor exactamente el 6 de enero, (mes de Tybi) tal referencia se dio en el siglo IV año 361). En cuanto a los santos Padres latinos encontramos a Clemente romano (PP. Apostólicos) que hace una crítica intuitiva a quienes sostenían la hipótesis de la posible fecha del nacimiento del Señor, Orígenes (Escuela de Alejandría) no menciona esta fecha.  Posteriormente uno de los santos Padres Capadocios nos referimos a Gregorio Nacianceno (predicando en la Navidad del año 380) argumentando que la luz de Cristo guía a los bautizados. San Juan Crisóstomo en el año 386 llama a la Epifanía “La madre de los festivales” porque si Cristo no hubiera nacido, no habría sido bautizado y la redención no hubiera sido posible (este era su argumento fundamental o primordial). Agustín de Hipona se refiere a la Epifanía citando el “sacramentario Gelasiano” escrito por el Papa Gelasio I en el siglo V y también otro de los grandes latinos Ambrosio de Milán citará esta tradición…

Las antiguas liturgias anglicanas emparentadas con la tradición más pura romana citan particularmente la celebración de la Epifanía, pero haciendo énfasis en el Bautismo del Señor y coinciden con la fecha del 6 de enero… El mundo latino asumió el 25 de diciembre y el griego   el 6 de enero, y juntos se compaginaron al punto que las expresiones de los unos y los otros son esencialmente vinculantes. Es interesante reconocer que la celebración de la Epifanía en el presente se ha reducido a una expresión cultural relacionada con los niños el 6 de enero en algunas latitudes, y en otras el 25 de diciembre. La Iglesia de manera axiomática nos dice que el énfasis está en la praxis de nuestra espiritualidad antes que en la significación histórica de este acontecimiento fenomenológico. La razón es superada por la intuición de la Fe y el mundo nos ofrece un escenario bien determinado por el movimiento de culturas que desembocan en la realidad económica de los pueblos. La mística de esta celebración entrelaza tanto la Encarnación como la manifestación universal de Dios generando una relación potencialmente bendecida por la Gracia de su acontecimiento histórico (Encarnación- Nacimiento-Bautismo del Señor y ministerio salvífico).  Estamos ante un evento que radicalizó la revelación superando los estadios proféticos de Israel y dibujando una escala cósmica de la revelación solo comparable con la creación, pero superior porque involucra la manifestación de Dios en la carne y materia humana como designamos nuestra propia naturaleza asumida por Jesús.

Es interesante como la intuición de los santos PP. de la Iglesia los lleva a centrar la Epifanía en la estrecha revelación de un Dios histórico sin serlo y temporal sin ser obra del tiempo, esta es la concepción de la Epifanía inserta en la sique del bautizado. La composición teatral del relato toma fuerza por la pluralidad cultural que implica la presencia de los personajes venidos de otra latitud, que no dudamos sean hijos de Abraham, aquí está reflejada la promesa de “multitud de hijos como las estrellas y las arenas del desierto”. Tributando al hijo de la Niña María en la carne y al mismísimo Dios en la Divinidad de su obra salvífica.  Un Dios hecho humanidad por amor y nunca por debilidad (como en el mundo mitológico griego). Manifestación necesaria dada la corta capacidad de nuestras intuiciones para dibujar en el alma la presencia salvífica de Cristo. Los astrónomos fueron a reconocer y reconociendo se postraron en silenciosa adoración que bella figura de la Madre de los bautizados que llegando de todo el orbe se postra a los pies de su Niño y Salvador, sirve como Madre al que obedecerá como a su Señor.  La característica especial de esta celebración cambia según los tiempos y las necesidades de su Ethos cultural, es así como para el (A.T) se emplea en afirmaciones de tipo militar al manifestarse una potencia benévola con Israel recordemos a Ciro el grande. (En el libro de Isaías capítulos 40-56 se profetiza y celebra la victoria de Ciro, enviado y ungido por Dios. En el libro de Esdras capítulo 1 versículos 2-4). El Mostrarse implica en sí una revelación del plan amoroso de Dios sobre la humanidad, En el Nuevo Testamento, por el contrario, sólo se usa como término religioso y casi siempre para indicar la aparición de Cristo al final de los tiempos (cf. 2 Tesalonicenses 2 versículo 8; 1 Timoteo capítulo 6 versículo 14. 2 Timoteo capítulo 4 versículo 1.8; Tito capítulo 2 versículo 13). Cuando la aparición terrena de Cristo se entiende como acontecimiento escatológico, se designa también como Epifanía. Miremos 2 Timoteo capítulo 1 versículos 9-10: “la gracia que nos ha sido dada desde la eternidad en Jesucristo. Esta gracia se ha manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo” Asume una connotación escatológica muy particular. En cuanto a la postura de los evangelios su objetivo fundamental era dar a conocer a Cristo a los pueblos paganos de su época, convirtiendo esta celebración en “luz” para las gentes que no tenían posibilidad de haberle conocido antes en su medio cultural y religioso. Una luz maravillosa que construye esperanza no solo al pueblo judío sino a la creación entera.  Esta dinámica en su naturaleza necesitó ser enfocada en el contexto celebrativo romano del “Solsticio de invierno” cuando en la traducción el Sol permanece “quieto” esta celebración romana fue reemplazada por la Epifanía. El cruce cultural fue determinante en cuanto a la praxis del Ethos cristiano categóricamente “nuevo” frente a la celebración romana importada de su entorno de dominación. 

Las primicias de la celebración invocan en los personajes “reyes magos” la participación de los pueblos vecinos y su contacto con el misterio del Dios Encarnado. El misterio dibuja las líneas clave de esta revelación personal de Dios, la Naturaleza Humana del Señor se relaciona esencialmente con nosotros en toda perspectiva posible haciendo de esta revelación nuestra “carta de navegación” desde su inclusión histórica hasta la relación personal del bautizado con el Dios Humanado…

 

LITURGIA DE LA PALABRA PARA LA CELEBRACIÓN.

 

Isaías capítulo 60 versículos 1-6. Salmo 72 1-7,10-14. Efesios capítulo 3 versículos 1-12.  Mateo capítulo 2 versículos 1-12.

 

El profeta Isaías nos habla de una manera festiva en la que se manifestaran adoradores de todas las partes del mundo conocido y particularmente con quienes los judíos sostenían algún tipo de relación, los camellos, y las demás ofrendas, son producto de la mentalidad judía que reconocía en estos dones todo aquello indispensable para su cotidianidad, a diferencia del Imperio romano que empleaba caballos en sus gestas invasoras.  Los tributos son aquí de índole real y pertenecen al soberano tanto recibirlos como distribuirlos en todo tipo de relaciones de estado como quiera que a los altos dignatarios se les ofrendaban estos presentes. El profeta anuncia una festividad que se suscita en el pueblo y su epicentro es considerado antesala de una manifestación de Yahveh.  Es una comunidad de Fe que supera como es apenas natural las barreras de su entorno para instalarse en un territorio verdaderamente amplio, que va desde África hasta el Norte de donde se ubicaba Jerusalén. Isaías nos recuerda que la salvación no está limitada a un sector poblacional, sino que como propuesta se dilata a toda la humanidad. Una idea clave que será la centralidad de su mensaje profético mesiánico.

El Salmo 72, toca uno de los temas fundamentales del (A.T) nos referimos a la justicia de Dios a favor de los suyos, a diferencia de la Mosaica no está fundamentada sobre el cumplimiento de la Ley sino sobre la Misericordia de Dios. Una justicia escatológica que en su integralidad restaurará el bienestar de los creyentes.  Su nota esencial es la universalidad, tal justicia es también consecuencia de la presencia futura del Mesías. Un reinado universal reconocido por todas y todos, una manifestación justiciera que involucrará a todos los creyentes. A diferencia de nuestros gobiernos el Reinado del Mesías estará dirigido hacia los pobres de Yahveh.

Pablo centra el conocimiento del Mensaje salvífico en la generosa manifestación del Espíritu de Dios, de esta manera se convierte en la Causa Eficiente de la revelación salvífica de Cristo intimada a su vez por el Padre Dios. Esta manifestación escatológica es de índole cósmica, es decir, tanto a las realidades físicas como espirituales donde nos desenvolvemos los bautizados y nuestro mundo. Aquí lo escondido es visible solo desde la perspectiva de la Fe en Cristo, no es un don generalizado sino consecuente con la Fe de los bautizados que de esta manera lo pueden descubrir y vivir. Pablo reconoce en Cristo a nuestro mediador por excelencia, pero solo cuando nuestra Fe se centra en su Persona Adorable del Hijo de Dios. Una manifestación tal que solo reconoce el amor como su punto de parida y explicitación total.  Una semilla, un tesoro, una planta y sus frutos, son solo algunos de los calificativos encriptados para designar al Dios revelado y encarnado.  Recordemos que para Pablo la Epifanía involucra la revelación victoriosa de Cristo como Señor y Dios.

“Jesús nació en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes. Unos magos de oriente se presentaron en Jerusalén 2. preguntando: ¿Dónde está el que ha nacido, el rey de los judíos? Porque hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo. 3. Al oír esto el rey Herodes, se inquietó, y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y a los maestros de la ley y les preguntó por el lugar de nacimiento del mesías. 5. Ellos le contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el profeta: 6. Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel. 7. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos y se informó cuidadosamente de ellos sobre el tiempo en que había aparecido la estrella; 8. luego los envió a Belén, y les dijo: Id y averiguad todo lo que podáis sobre ese niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para que vaya yo también a adorarlo. 9. Ellos, después de oír al rey, se marcharon; y la estrella que habían visto en oriente iba delante de ellos, hasta que fue a posarse sobre el lugar donde estaba el niño. 10. Al ver la estrella experimentaron una grandísima alegría. 11. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. 12. Luego regresaron a su país por otro camino, pues les habían dicho en sueños que no volvieran a donde estaba Herodes” (Mateo capítulo 2 versículos 1-12).

El Texto Mateano, ubica la procedencia de los “magos” venidos de Oriente donde encontramos la cuna de la civilización. Solo para recordar que en la región mesopotámica existían algunos miles de años antes de Cristo bibliotecas de suma importancia para el mundo antiguo, Adab, Awan, Mari, Ur, Kish, Akshak, estos centros de cultura cultivaron el saber y las tradiciones religiosas de muchas civilizaciones. Los personajes que visitaron al Dios Humanado, bien pudieron proceder de estas tradiciones académicas y astronómicas ya que el observar los astros era parte de su patrimonio científico, en cuanto a Israel era casi totalmente prohibido esta ciencia (Astronomía) por creer que era culto indirecto a deidades paganas. Para el año 2.300 antes del Señor los acadios y semitas habían destruido parte de esta riqueza. Las bibliotecas tomaban el nombre de las ciudades o pueblos donde se creaban y eran por lo general reinos pequeños o ciudades estados como fueron llamadas en Grecia por Platón. Aquí argumentamos la proto-historia que generó la presencia de la escritura y antes los jeroglíficos, superando las líneas y otro tipo de grabados del mundo antiguo.

La estrella era también una rica simbología que correspondía a cada personaje importante que nacía, como parte de su caminar en la astronomía y la necesidad de conocer según los astros el futuro de los gobernantes. La estrella es parte de la simbología literaria del evangelio citado y no implica evidencia alguna de la Divinidad del Niño recién nacido.  Los regalos simbolizan todo aquello digno de un rey, y que marcará el inicio de la misión salvífica del Señor. Lo fundamental del Texto Sagrado de Tradición es sin duda la perspectiva universal que los personajes dan a la presencia de Dios en la historia humana. Siguiendo la dirección de los santos PP. De la Iglesia reconocemos que esa luz es Cristo y que su manifestación es Salvis incipere o en castellano Inicio de salvación. Es el consenso eclesial, al menos en las tres grandes Iglesias católicas (anglicana, griega, romana).

Estamos listos para recibir al Salvador de la humanidad y hacer que su luz brille siempre en nuestros corazones. Cristo luz del mundo y de su Iglesia.

 

FUENTES.

 

1-     http://www.mercaba.org/ConFT/E/EPIFANIA.pdf.

2-     http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/NAV/EPIFAN%C3%8DA/marco_epifania.htm.

3-     https://www.aciprensa.com/recursos/epifania-la-manifestacion-del-senor-1863.

4-     http://ec.aciprensa.com/wiki/Epifan%C3%ADa.

5-     https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/isaias/60/.

6-     https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/salmos/72/.

7-     https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/efesios/3/.

8-     https://www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/mateo/2/.

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