jueves, 14 de marzo de 2019

SEGUNDO DOMINGO EN CUARESMA...


SEGUNDO DOMINGO EN CUARESMA.  Génesis capítulo 15 versículos 1-12, 17-18. Salmo 27. Filipenses capítulo 3 versículo 17 y capitulo 4,1. Lucas capítulo 13 versículos 31-35.



El relato del Génesis, evoca un principio Yavista en su composición y también una fuente más antigua como quiera que describe el esquema o el modo como en la antigüedad los pueblos y especialmente los débiles se comprometían con los más poderosos en el pago de tributo o solidaridad en la defensa. Las partes vencidas pasaban en medio de las victimas del sacrificio afirmando que igual suerte correrían sino cumplían su pacto o alianza, en el caso de “Abram” quien hace tal recorrido y promesa es el mismo Dios poniendo de manifiesto el carácter unilateral de esta alianza y por ende se compromete con este hombre y los suyos. Los temas de la herencia y los hijos son importantes en el modelo de una sociedad agraria donde el cuidado de la tierra es vital para la sobrevivencia del clan.

En cuanto a los animales ofrecidos en sacrificio, es común en las culturas primitivas que rodean a Israel. La relación entre la agricultura y la cría de animales domésticos lo es desde hace mucho tiempo, las primeras gallinas o aves de cerrar se domesticaron hace más de 15.000 años en el pasado remoto de la región visitada por el pueblo de Israel. El premio que ofrece Dios es correlacionado con las expectativas propias de la cultura de Abram y su entorno socialmente aceptado, dando prioridad al derecho de sangre como sucederá hasta la Edad Media con el cambio de los medios y modelos de producción donde el dinero se convirtió en definitivo y vital frente al apellido y abolengo de las familias, el modelo feudal enterró esta práctica milenaria, que reemplazó el capitalismo.

Las estrellas es un recurso que habla de las categorías inalcanzables de la promesa por medios humanos, y precisamente Dios recompensa la Fe de este Patriarca,  el Texto que alude  este libro, es claramente usado por Pablo para hablar sobre el valor de la Fe en la vida del creyente y/o bautizado. Más tarde Santiago en su Carta reflejará el valor de la Fe viva, que es aquella que produce obras de Justicia en el bautizado. No se trata solo de Fe como expresión intelectiva del creyente sino de capacidad y vitalidad para la obra encomendada por el Dios amoroso.

El Patriarca que todavía no ha definido el sentido vital de su llamado y misión se llamará Abraham más adelante cuando esto último sea una realidad. De paso se conecta las expectativas con la realidad presente y lo que el pueblo puede esperar de esta relación y experiencia de Fe.

El Salmo 27, nos relata la visión del creyente frente a Dios, y como lo que vive se pone de relieve en el quehacer de su convivencia y expectativas de vida y promoción. La confianza en Dios es patrimonio de los bautizados y esta  postura dicta su forma de vida y obra. La realidad que se percibe desde la Fe es subjetiva pero también, puede objetivar la conciencia de Fe de los creyentes… No hay dificultad que pueda vulnerar la esperanza de los bautizados. Dios escucha la voz esencial de los fieles y se proyecta en sus necesidades y angustias, es una manera de manifestar la Teonomia propia del creyente y en potencia de visibilizar la Fe de Abraham en medio de la comunidad.

El Apóstol Pablo en su Carta a los Filipenses,  invita a los integrantes de esta comunidad de Fe a fortalecer los valores que el Apóstol vive y enseña en sus actitudes y acompañamiento en la obra del Evangelio.  La imitación de los modelos evangélicos es fruto del discernimiento de los bautizados.  Pablo argumenta desde la Fe la posibilidad de fundamentar la praxis de los creyentes en el ámbito del quehacer tanto personal como congregacional.

El Pastor se alegra por los frutos de sus feligreses y su compromiso es ante todo testimonial. Aquí en testimonio responde positivamente a las inquietudes de los bautizados y su afán por crecer y vivir la trascendencia de su Fe. Los testimonios son fuente de conversión pero solo cuando resisten el paso del tiempo y las dificultades  e intríngulis de la vida.  El éxito de un pastor se refleja en la comunidad en la que este actúa en nombre de la Iglesia de Cristo.  

El Texto Lucano,  nos muestra en su juego de palabras e ideas la forma como Jesús responde a las insinuaciones que buscan minar su voluntad y llenarle de temor ante la opinión y actitud del gobernante de turno. El creyente se enfrenta  diariamente a situaciones que pueden atentar contra su fortaleza y hacerle dudar de su cometido y vivencia espiritual. La obra del Señor no está terminada por esa razón no hay temor alguno que limite su voluntad salvífica. Recordamos que los bautizados se enfrentan cada día a situaciones difíciles donde el “qué dirán”  puede hacer eco de sus sentimientos y cosmovisiones.

El llamado profético se puede confundir con  una respuesta mediática ante las exigencias de nuestro medio o entorno somático, la única verdad que prima es aquella que   anida en el corazón y se convierte en vivencia, vivir de la verdad revelada es el reto de nuestra concepción de Fe al servicio de la vida en todas sus formas… las palabras del Señor ante su amada Jerusalén nos dejan ver un rasgo maravilloso de su humanidad pero también de la incomprensión que le rodea. Jesús está solo ante el rechazo futuro y la gran paradoja es su conocimiento que vincula su ser como Hijo de Dios a su desempeño como Hijo del Hombre y uno más de nosotros.  

El Texto lucano culmina con la invocación del  Salmo 118,26. “Bendito el que viene en nombre del Señor” el Señorío  de Cristo esta ratificado desde tiempos antiguos y su profecía se aclimata en la sique de los judíos piadosos. No siempre somos comprendidos pero la verdad inherente al creyente prima como absoluta experiencia de Fe  en la vida y obra de la  Iglesia.

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