DESEMPEÑO
DE LOS MINISTERIOS CONGREGACIONALES.
UJIERES.
Las iglesias contemporáneas
implementaron particularmente con el auge de las comunidades evangélicas el
servicio de los Ujieres en sus congregaciones. Ellas y ellos son los facilitadores
de quienes llegan a nuestras celebraciones tanto eucarísticas como de otra índole
(Oración, estudios bíblicos, visitas, entre otros) entre sus funciones más
sobresalientes encontramos:
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El mayor motivo
que tiene un Ujier para servir es el Amor por sus hermanos y la Iglesia… Texto guía para nuestra
reflexión personal y congregacional sobre el servicio (2 Corintios capítulo
12 versículo 15).
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Estar presente al menos 30
minutos antes de la Eucaristía.
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Sus vestimentas pueden ser convenidas por
la congregación (de no haber uniformidad, al menos usar ropas apropiadas para
la naturaleza de la celebración).
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Disponer de buenos modales y afabilidad
para acoger y hacer sentir como en casa a la comunidad y a los visitantes.
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Si hay afluencia notoria de feligreses
ellos deben ubicarse en cuantas puertas de acceso existan en el lugar.
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Si la congregación y el número de
visitantes no es elevado o puede ser manejado por un solo ujier entonces no
será necesario más de uno de ellos.
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La edad inicial es de 16 años en adelante para fungir como ujier.
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Entregar el Boletín, L.O.C e himnario, a
cada feligrés.
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Ubicar convenientemente especialmente a
nuestros visitantes eventuales.
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Informar a los visitantes y habituales la ubicación de las salidas de emergencia, baterías
sanitarias y demás servicios con los que cuente la misión.
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Entre sus funciones encontramos el motivar
el orden de aproximación a la comunión permaneciendo
de pie frente a las bancas y de manera aleatoria desplazarse indicando con este
gesto dicho orden.
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Relacionar sus datos según el modelo que
se sigue en la congregación y luego reportar tal información a los encargados o clérigo a cargo.
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Al finalizar la celebración indicar a los
visitantes el lugar de encuentro (compartir fraterno) y acompañarles brindando información práctica
sobre la Iglesia y la congregación en la que los visitantes se encuentran (es útil
contar con un breve tratado o folleto que contenga esta información).
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Como parte de su Ministerio de Acogida, deberá
abstenerse de hacer comentarios de índole, político, religioso, moral, o simplemente referencias al vestir y demás
situaciones de nuestros visitantes y feligresía en general.
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Los recursos entregados a los visitantes
(L.O.C, himnario) los tomará y los ubicará en su lugar habitual.
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Para el buen desempeño de este ministerio es recomendable que el ujier o los ujieres no
asuman otra función como por ejemplo la ofrenda económica y demás ofrecida en
la celebración. Esto último requiere de otros servidores para su ejecución.
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Antes
de designar un Ujier es conveniente enterarnos de su situación médica ya que
permanecerá de pie durante gran parte de la celebración.
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El silencio es una ofrenda de amor
invaluable durante la celebración, evitando entablar conversación a destiempo o
durante la liturgia. Esto último rompe con la concepción de sacralidad de lo celebrado.
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Se recomienda a los ujieres evitar
comentarios con los demás feligreses sobre quienes llegan a tiempo o pasado los
horarios de la celebración en mención.
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La discreción es un recurso invaluable en
el servicio cristiano.
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La amabilidad hace amena la experiencia de
propios y visitantes, convirtiéndose el Ujier en misionero y vanguardia de la congregación.
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Por último es importante no perder de vista
que el servicio de nuestros ujieres se
enmarca en la dinámica de los ministerios de servicio congregacionales.
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La
ausencia de ujieres en una congregación es signo de la poca expansión espontanea de esta, y por
ende una debilidad en su ministerio de
acogida. La presencia de los ujieres es signo de vida y dinamismo
congregacional y de la propia identidad que ha definido o está definiendo la congregación
que se quiere tener. Una iglesia
participativa, propositiva y en crecimiento no puede darse el lujo de
prescindir de los ujieres y su servicio…
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