lunes, 8 de febrero de 2016

LLEGA CUARESMA, LA CENIZA ESTA LISTA...

LLEGA CUARESMA, LA SANTA CENIZA ESTA LISTA…




Este año llega el Triduo Pascual particularmente temprano pero con todo es una fecha que se hace vivencia en la Espiritualidad de la Madre Iglesia, que se prepara y prepara a sus hijos los Bautizados en la perspectiva de la Renovación de nuestra Fe y Experiencia con el Dios vivo, estamos cerquita de Miércoles de ceniza y  dispuestos  una vez más a renovar el contenido espiritual de este Rito (Signo-Símbolo) que en sintonía con la Tradición de la Iglesia que desde el Año 384 consideró importante el Ayuno en su entorno y Espiritualidad, es sin duda la finalidad explicita de la Liturgia de la Palabra en este Día Santo (Jl 2:1-2, 12-17 ; Is 58:1-12; 2Cor 5.20b-6:10; Sal 103; Mt 6:1-6,16-21) y todo lo que implica la observancia del Evangelio y su alta dosis de Humanidad, de Alteridad, en la Centralidad de una Promesa que repercute grandemente en la Persona Humana   en todo lo que vivimos siempre en la dirección de la Gracia que magnífica todo esfuerzo de nuestra parte, estamos seguros de la necesaria Comunión entre el Amor y la Humanidad, estamos seguros de recuperar literalmente Humanidad cuando caminamos en dicha dirección,  es también un Tiempo precioso para reflexionar sobre la vivencia del Mensaje de Cristo.

Que otro sentido podrá tener la Penitencia en boca de Joel e Isaías que el reconocer nuestra intoxicación espiritual que nos quiere apartar de Dios y su Voluntad, el creernos Autosuficientes y libres de reproche hace que nuestro corazón vuelto sobre sí mismo desconozca su propia limitación, es este el momento oportuno para sentir al Resucitado haciendo todo nuevo en nuestra existencia.

El Catolicismo no está solo en este camino Cuaresmal también Hnos de las Iglesias, Bautista, Luteranas, Presbiterianas, Metodistas, observan este llamado a la Penitencia y Conversión, al cambio de vida que se hace ingente en la propia madurez de nuestra opción por Cristo, que como decisión de cada uno está en nuestras manos y en la Gracia de Dios, hoy como desde el Siglo IV la Madre Iglesia espera que nosotros transitemos por la ruta de la reflexión y Compromiso de vida tanto física como de nuestro espíritu, Joel admite la presencia del Espíritu de Dios que también ahora se convierte en la Causa Eficiente de nuestra Conversión,  no estamos solos todos y cada uno de los Bautizados acudimos al llamado de esta necesaria Renovación para aprovechar mejor su amor Misericordioso, es la posibilidad de la Gracia en nuestra Historia y Propósito de Salvación, rogamos a Dios en su Amor Infinito que nos sea propicio por Amor de su Adorado Hijo el Señor de la Madre Iglesia…

Isaías (58) nos llama a un cambio de vida y actitud,  este cambio debe ser sincero  para dejar a un lado los modelos “viejos” tanto de vida como de acción y adoración que pudieran subsistir en nosotros y que nos recuerdan al Hombre viejo señalado por Pablo,  este Hombre viejo es reacio a permitir el auténtico reconocimiento de las operaciones de la Gracia en nuestras vidas y desconfía de la Iglesia como guía en este caminar, es pues una antítesis que se opone a la Voluntad Salvífica de Dios, estamos ante la naturaleza que se resiste a la Gracia  y busca hacer su Destino aunque paradójicamente sea a ciegas.

La Cuaresma se presenta como oportunidad de renovación para nosotros, es curioso como en tiempos del Padre del Monacato San Antonio (Tebaida Egipcia) sus Anacoretas durante este periodo se dedicaban a la Oración con mayor intensidad, elaboraban “canastos” con las hojas de Palma y en Pascua los quemaban, el propósito era la penitencia y el aprovechamiento del Tiempo al máximo, inicialmente la Cuaresma solo era observada por las Comunidades religiosas y luego se extendió como practica  saludable a los laicos y sus Parroquias.

La Cuaresma es también sinónimo de Justicia y en esa orientación el Bautizado debe revisar su vida en el hacer y en el juzgar delante de sus hermanos y su Asamblea o Congregación, al Profeta le preocupa la ausencia de Justicia en la cotidianidad tanto del Creyente como de sus Instituciones (Civiles y de Gobierno) la ausencia de la Justicia nos provoca vivir dramáticamente en un estado de pérdida constante de Felicidad y Bienestar, también es aliciente que motiva el creciente establecimiento de estructuras de pecado y muerte “ En el día de ayuno ustedes hacen negocios y maltratan a sus trabajadores luego agrega Si quieren que escuche sus oraciones  no ayunen de esa manera (Is 58, 3-4) la sentencia es contundente, la Justicia puede arropar nuestras oraciones o desvirtuarlas ante el Dios Justiciero que cuida de los suyos, es pues la Justicia Isainiana  vivida bajo dos vertientes la Personal y la Comunitaria donde la obra del Creyente puede retrasar el Reino de Dios  o verlo en la perspectiva de su Promesa Salvífica.

La Ceniza debe superar en nosotros el compuesto químico y su Signo para convertirse en generador de Conciencia que no se detenga ante los imaginarios de nuestro medio Eclesial, la Justicia no se puede alienar y mucho menos equiparar bajo pretensiones personales por nobles que estas sean, la ceniza nos recuerda nuestro Origen y Retorno ella no es una finalidad es un instrumento propiciador de nuestra reflexión… Buscamos agradar a Dios y ser   dignos herederos de su Reino, el Ayuno que la Iglesia vive constantemente (Forma Ininterrumpida) es la búsqueda de la Justicia en el Anuncio y Testimonio del Resucitado, ya no le buscamos en el “Sepulcro Vacío” lo hacemos Hoy en el hermano y su intríngulis.

(40) días de cara a la Celebración del Misterio (Mistagógico) del Santo Triduo Pascual (Pasión, Muerte, Resurrección) del Salvador Jesucristo, de la Noche Santa en la que la Madre de los Bautizados le proclama Resucitado y Glorioso a los pies del Padre Dios,  es pues Cuaresma la antesala a la obra del Redentor en la Cruz, Tiempo de Conciencia y Amor sin medida. Para concluir esta reflexión quiero citar al Hiponense en su “Sermón de Domingo de Pascua”… Vosotros sois los mismos hombres que erais, ya no habéis traído caras nuevas,  y sin embargo, sois nuevos; viejos  por la apariencia del cuerpo pero nuevos por la Gracia de la santidad, esto sirve a la verdadera novedad. Así como veis esto es todavía Pan y Vino y por la Consagración serán el Cuerpo y la Sangre de Cristo… Esto hace el nombre de Cristo; esto hace la Gracia de Cristo: Que la realidad parezca lo mismo que parecía y que sin embargo, no valga aquello que valía.  







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