NUESTRA ACTITUD DE VIDA DELANTE DE DIOS… (Lc 13:1-9).
De cara a la vivencia de nuestra
Cuaresma la Iglesia nos propone para nuestra edificación este Texto cargado de
contenido reflexivo, la pregunta bien puede rondar la vida del Bautizado ¿es justa la vida o la realidad que vivimos en
ella?... Este interrogante cifra su fuerza en la posibilidad de debelar para
nosotros el sentido de la vida y el sufrimiento y desde esa perspectiva es
factible asegurar que la vida como Fenómeno existencial es siempre buena y
maravillosa, pero que implica un alto
costo donde la Justicia y la injusticia se relacionan como guardando los mismos
patrones de manifestación, es claro para nosotros que tanto “buenos como malos”
están sujetos a leyes de vida determinadas y que solo cuando el Ser Humano vive
en la dinámica de su Vocación puede salir airoso de estas experiencias sin
perder de vista la Libertad de la vida y nuestra propia opción.
Este Evangelio es bien claro al manifestar
que las oportunidades como en una Planta que florece y da fruto se toman y se
viven y que lo contrario genera imposibilidad de realización, es aquí donde la Lectura positiva nos invita a dinamizar
los medios de nuestro crecimiento espiritual al punto de ser diligentes y tomar
conciencia sobre la necesidad de aprovechar tanto el tiempo como los recursos
que la vida Eclesial pone a nuestro alcance… Dar fruto es una Consecuencia
nunca una formalidad encausada, el Bautizado es consciente de esta Realidad y
no puede dejar de serlo, es pues, una apuesta de vida que nosotros jugamos al decidir
vivir nuestro Pacto Bautismal y permitirle a Cristo buscar sus frutos en
nosotros, no nos detengamos a analizar unilateralmente el Mundo y su entorno porque
es también responsabilidad nuestra lo que sucede alrededor (Espacio Vital).
Queda bien claro que obedecemos a
Dios y sus Normas (Mandamiento Nuevo) o nos atenemos al Juicio del Amor que por
definición es Causa Eficiente de nuestra Salvación y no pretendamos lo
contrario como aquellos que se aterran de las situaciones que a diario se viven
en la Sociedad como si ellos se pudieran abstraer de ellas y achacarlas a
terceros.
Dios pedirá cuentas a sus hijos a
cada uno de nosotros y espera ver frutos como en la Higuera aquel Hombre, no es
asunto de temor sino de Praxis Evangélica… Cuaresma es Tiempo de Frutos de vida y
productividad espiritual.
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