ARQUITECTURA ESPIRITUAL ANGLICANA.
Regla de vida.
Una
regla de vida es una disciplina devocional en la que ponemos orden en nuestro
culto, adoración, trabajo y descanso como un sacrificio agradable a Dios,
siempre en la perspectiva del amor antes que del deber o el temor. |
Desde la perspectiva de una espiritualidad cuya
arquitectura es definida en gran medida por la cosmovisión de la Iglesia es
importante resaltar que tal estructura obedece al influjo de la gracia y lo que
esta determina como experiencia de Dios en el creyente. La gracia se convierte
en un nexo de lo eterno con lo temporal, este vinculo se realiza por medio de
la praxis del “estatuto creyente” es decir, de todo aquello que compone integralmente
nuestra expresión de fe. Un proyecto de interioridad implica una serie de
sacrificios por buscar la perfección cristiana. Es importante resaltar que
los fines de la militancia eclesial es la búsqueda de la perfección cristiana y
a Dios en esta relación vital.
Miremos algunos ejemplos:
Sal |
Agua |
Semilla |
Vino |
Mt
5:13-20, |
Jn 4:1-42 |
Mt
13:31-32 |
Jn
2:1-12. |
- Texto fuente. Biblia de
Jerusalén Bdj Nueva edición revisada y aumentada, 3ra edición, 1998.
En estos contenidos queda en pie la propuesta de una
constante transformación que se adapta al entorno sin ser absolutamente parte
de este. Los elementos señalados son parte de la cotidianidad y como tal están
al alcance de todos, la sencillez de sus contenidos contrasta con el poder de
su mensaje. Aun lo cotidiano puede ser transformado por la gracia hasta
alcanzar su máxima expresión. Las implicancias son grandes al punto de ver
en ellos la realidad escatológica de nuestra propia transformación.
El discipulado cristiano es una manifestación del
dialogo amoroso de Dios con su criatura, este dialogo es tan profundo que
transforma nuestra forma de ver y actuar en el mundo. Y lo que se decía
anteriormente sobre sacrificios es la manera de renunciar a todo aquello que
impide el ascenso de la gracia en nuestras vidas. Un ascenso determinante y
vital para nuestra configuración con Cristo.
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