martes, 11 de abril de 2023

ANTROPOLOGÍA DE LA DENUNCIA CRISTIANA.

 

ANTROPOLOGÍA DE LA DENUNCIA CRISTIANA.

 

APORTE SOCIOLÓGICO.

 

EN CONSONANCIA.

 

El concepto de “justicia periférica” es todavía un elemento definitivo en muchas sociedades con grandes ausencias de la institución estatal como sistema de gobierno y por ende ente ideal. La realidad de los sistemas fallidos solo trae pobreza y destrucción a la sociedad y una seudo-cultura de necesidades insatisfechas. En Latinoamérica encontramos ejemplos de ellos, particularmente en naciones que luchan contra el crimen organizado que se suple de los arsenales producidos por 15 multinacionales Bélicas en el País del Norte.  También las adicciones están a la orden del día y los recursos naturales son privados de su valor totalizante en la sociedad y un grupo muy reducido se “forra” en dinero, pero el gran total de la sociedad no conoce tales beneficios. El pecado estructural ante la ausencia de leyes justas es consecuencia de lo anterior y el adoctrinamiento hacia la pobreza amplia la distancia entre unos y otros. Bien expresó el Hiponense en su concepción de teología policía en su obra “De Chivitas Dei” … “De las leyes injustas se muestra ausente el pueblo”. Miremos el modelo de los “Jueces” establecido por Moisés y como sus implicancias nos describen un modelo de justicia inmediato y no plagado de tecnicismos que terminan por exculpar al agresor o victimario bajo el manto de una impune jurisprudencia.

La elaboración social implica la participación amplia de los sectores que la constituyen. La representatividad es igualmente un recurso moderno de nuestros estados y/o gobiernos (1). Toda actividad humana requiere ser dirigida y organizada para los fines que dicta su naturaleza. Moisés por consejo de su suegro Jetró y con la anuencia de Yahveh instituyó los Jueces (Éxodo capítulo 18 versículo 13 y ss) (2) El objetivo era la generación eficiente de espacios para tratar asuntos que afectaban la convivencia y sanas costumbres de su pueblo. “Pues esta iniciativa lograba sincronizar a los israelitas en orden a la exigencia de un modelo de justicia inmediato y eficiente que no retrasaba la defensa y restauración de derechos” (3). Este modelo funcionó en principio y cumplió así con su objetivo. Nosotros debemos analizar si nuestro sistema de justicia cumple con los fines establecidos o consagrados en la Carta Magna (4). Israel en su peregrinar estaba rodeado de una infinidad de pueblos y culturas y este principio interiorizaba y encarnaba también las experiencias de sus vecinos. Es pues fundamental reconocer que la Justicia es también tributo al Dios Justo en el que no existe pecado o injusticia alguna. El orden social vivido por el pueblo en el desierto se asemeja a los gitanos que iban buscando donde establecerse para edificar sus estructuras duraderas. Pues los Jueces eran el símbolo de la Norma aplicada por el bienestar de todos y no solo un asunto de individualidades ya que la conciencia de ser un pueblo bajo unos mismos principios es logro de Moisés y su inquebrantable Fe (5). La Justicia se convierte paulatinamente en un derecho y una necesidad de la existencia del colectivo social. El ser humano busca en la justicia asegurar sus propios derechos como intereses, pero también se compromete a cuidar los de su hermano en las mismas circunstancias de vida. La realidad de Israel en el desierto era sin duda una Justicia de Transito (6) que necesitaba unos principios inamovibles como tal para su existencia y utilidad. La conciencia religiosa lleva al pueblo a confiar en los hombres movidos por la Fe y el compromiso relacional con Yahveh. El orden de esa justicia era eficiente por el tamaño del pueblo, pero al crecer las bases logradas soportaron el edificio y su cosmovisión legal. La pedagogía de Dios busca crear en ellos la identidad de un todo que se integra y donde uno era lo mismo que muchos y muchos eran como uno.

 La relación de los Derechos y los Deberes estaba cimentada bajo el precepto de Dios como el Señor de su pueblo. Esta afirmación es comprobable desde las prohibiciones en boca de Yahveh y su acomodo literario en la tradición de Israel. El pecado como prohibición atenta contra uno y contra todos (7). La misma relación esencial la hacemos cuando un corrupto roba el dinero de la Salud o la Educación, es intrínsecamente un asunto de todos y no solo el rublo o destinación primera.  Los Jueces nos enseñan que la administración de justicia es también una poderosa fuerza que educa y motiva las buenas costumbres de cualquier sociedad. Está demostrado que el aumento de corrupción y por consiguiente de impunidad se convierte en un seudo-modelo (8) imitado especialmente por nuestros jóvenes. Que no creen en el trabajo duradero sino en fórmulas para conseguir dinero y vivir sin esfuerzo alguno como los referentes culturales que desafortunadamente están observando como exitosos en la calle.

 

DENUNCIA CRISTIANA…

 

El contexto social actual no dista mucho de los esquemas vividos en siglos pasados. Basta con decir que la actividad humana es la misma en todas las épocas, así como los intereses que la mueven. La denuncia cristiana es una consecuencia de la necesidad de imperar bajo la forma de la verdad revelada (9). La denuncia se aborda desde la percepción de un orden o institución contaminada. La denuncia nos ubica en la sintonía de las relaciones con nuestro medio o entorno somático. El lenguaje que empleamos debe dar Fe de nuestras buenas intenciones como de la debida formación para discernir en el plano antropológico el valor de cuanto está sucediendo. Es cierto que nuestro momento es precisamente lo que está pasado en nosotros y con el concurso nuestro. Es sorprendente como la indiferencia que genera actitud indiferentista bloquea toda reflexión valida o valedera. Es sorprendente como las personas viven de espalda a la realidad política de sus países particularmente en América Latina y el Caribe (10) y como el ente ideal llamado estado se administra así mismo en la voluntad de sus funcionarios que todos los días comprometen la vida y riqueza de sus naciones y que deterioran los imaginarios que juraron defender en sus respectivas posesiones o nombramientos… Algunos juran sobre la Biblia cumplir con el deber patrio y se les olvida lo que opina Dios al respecto: No tuerzas el derecho de tu pobre en su pleito. Aléjate de las causas mentirosas, no quites la vida al inocente y al justo y no absuelvas al malvado. No recibas regalos; porque el regalo ciego a los perspicaces y pervierte las causas justas… No oprimas al forastero; ya sabéis lo que es ser forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto (Éxodo capítulo 23 versículo 6-9).

La denuncia cristiana es la actitud de vida que el bautizado lleva siempre denunciando con el ejemplo y el compromiso las estructuras de pecado que atentan contra la vida en todas sus formas. Dios es justo y misericordioso lento a la ira y rico en clemencia y no nos trata como merecen nuestros pecados. Sabias palabras que describen los nominales del nombre de Dios y que se convierten en realidad solo en la medida en la que nos adentramos verdaderamente en una relación de profunda espiritualidad con su amor revelado. Funcionario y ciudadano que no cumpla sus compromisos ante su prójimo ciertamente está negando el amor y presencia de Dios en su vida y entorno. Dios no tolera la mentira y abuso de poder y como dice su Palabra en el Génesis “La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra” (Génesis capítulo 4 versículo 10) La sangre ya no solo corre por las venas también se llama oportunidad de estudiar, trabajar, tener servicio de salud digno y confiable, vivienda, recreación, reconocimiento socio-político y más derechos esenciales para sostener la integridad de la vida humana y natural. No solo es la sangre arrebatada por la violencia efectiva sino también por la humillante y degradante castración intelectual (11) de nuestros niños y jóvenes.  Es la sangre que el colectivo lleva en las venas y que le hace parte de todos y de todas. Es la vulneración de los DD-HH que crea en nuestras ciudades y países latinoamericanos y africanos como asiáticos y orientales, hombres y mujeres, niños y ancianos de 1-2-3-4-5-6—7- categorías (12). La Justicia que es mandato de Dios a su pueblo solo se aplica según la “cara” del implicado: Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda, que, acudiendo a él, le dijo. Hazme justicia contra mi adversario. Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: Aunque no temo a Dios, ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme… (Lucas capítulo 18 versículo 1 y ss). Jesús consciente de la realidad social y cultural de su época y como enseñanza atemporal para su Iglesia nos pide ser justos y propagar su semilla desde el ejercicio democrático responsable y denunciar sacando de nosotros esos principios de injusticia o ausencia de Gracia.    La denuncia es clara y enfática no somos ni podremos ser cómplices legales de tales acciones. El ejercicio democrático implica el conocer y juzgar la realidad de las promesas de campaña como conocer los antecedentes y eficiencia de los funcionarios que se postulan. Aquel juez no era consciente del valor de la justicia puesta en sus manos y no nos explicamos como cada año encontramos los mismos y las mismas negligencias y nadie se hace responsable. Nos han quitado tanto que su espacio está siendo colmado por la indiferencia (13).

Según estudios en nuestros países la corrupción como fenómeno social se lleva a sus arcas cerca del 50% de los presupuestos nacionales. No existe un solo exmandatario que no se retire literalmente “tapado” o forrado en dinero y nada sucede como que el derecho y la justicia no alcanza a esta casta de exfuncionarios plenipotenciarios aun en su retiro. Los mecanismos de justicia no dictan jurisprudencia sobre ellos y sus bienes… Y los más denigrantes de las multitudes “conservan su patrimonio político y plena injerencia en los asuntos del estado y la cosa política”. La conciencia colectiva es una de las especies en vía de extinción, seguida muy de cerca por el amor a la Patria y la tierra que cubrirá a unos y otros (14). Los vicios de la cosa política enseñan que permanecer vigentes es la seguridad real de no ser juzgados porque se tiene a mano las herramientas para evadir la justicia y su mano. Aquella viuda puso todo en oración y es el recurso vital que hay en nuestras manos para abonar esfuerzos junto con nuestra toma de conciencia. Sin pecar de idealismos políticos estamos seguros que está en manos nuestras educar a los futuros electores y funcionarios por el bien de nuestras naciones y de la Iglesia que ve con absoluta preocupación como los valores se invierten y generan más formas de violencia y pecado como de alienación (15) …

Las Estructuras sociales deben ser políticamente redimidas dando paso a la elaboración de un aterrizado discurso de derechos lo que implicará la fidelidad a la Palabra de Dios y a los valores cristianos (16). La elección deberá recaer sobre servidores del estado que administren la riqueza de todos y no simplemente se administren a sí mismos. Aquel juez injusto solo pensó en su “zona de bienestar” y se despreocupó de las implicaciones de sus responsabilidades como agente de justicia. La Iglesia es testiga del triunfo de Cristo y por ende denuncia las estructuras que hacen que la humanidad pierda la esperanza en el resucitado y resucitador. La denuncia del bautizado es expresión viva de su esperanza ya que confía enteramente en su Señor y sabe que el pecado no perdurará en la sociedad. La soberanía de Cristo es incuestionable y es nuestro deber difundirla por medio de una vida comprometida y de cara a la realidad y sus necesidades. Somos Imagen del Dios vivo y en Dios no hay ni podrá haber injusticias (17). Es el mismo Dios que se puso de lado de la víctima Abel y de la viuda pobre. Es el mismo Señor que alimentó a muchas personas, liberó, sanó y curó a tantas otras. Es para nosotros un reto grande el rechazar las estructuras de pecado que sobreviven en la cotidianidad redimida (18). Sus implicaciones son muy elevadas, pero no imposibles de superar. Cristo es un triunfador y de su mano todos los bautizados. El Reino de Dios en la tierra es la novedad de caminar coherentemente conforme a los valores y creencias que anuncian el triunfo de Cristo y su gobierno. Un gobierno que supera los convencionalismos sociales y culturales. Es una constante en nuestras vidas el oponernos a las obras de la obscuridad (19) que retrasan la manifestación de Dios y su Señorío. Las estructuras contaminadas con el pecado de la humanidad reclaman verse libres. La realidad política y axiológica de nuestra sociedad es hoy más que nunca el reflejo de la superficialidad y frivolidad que envuelven millones de vidas.

Es la realidad de un mundo víctima de la humanidad y contaminado por el desprecio de las cosas santas y valiosas. Estamos asistiendo a una constante de decadencia que se siente con toda su fuerza en la institución de la Familia (20). Nuestros gobiernos no son parangón para nadie y la percepción que se maneja en la calle es de total y absoluta corrupción… El pecado social es el nuevo ingrediente del Siglo XX y XXI (21) que se vistió de clases sociales y desigualdad de oportunidades. Cada niño que nace en nuestros países es un deudor de la deuda externa de su País. Si estuviera presente Agustín de Hipona diría: nacer es empezar a deber y si no es suficiente también aportamos que en la actualidad la política de seguridad social y pensiones en esta parte del mundo es dictada por el Fondo Monetario Internacional y la Banca Mundial. El objetivo es conocido por todos, cada día será imposible que una persona se pensione y el estado abandonó al anciano e ignoró dramáticamente al niño… Las estructuras que denunciamos nosotros los bautizados son todas aquellas que alienan a la persona redimida y le cercenan su esperanza y roban tanto la paz como la bondad dada por el Dios de la vida en la resurrección de su adorado Hijo. La coyuntura actual reclama de nosotros un compromiso real y latente en todas nuestras actuaciones, somos el referente obligado de los más jóvenes y nuestra cotidianidad se convierte en ejemplo y testimonio vivo para ellas y ellos en la construcción de su propia vida (22).

 

LA CULTURA CRISTIANA Y SUS APORTES A LA SOCIEDAD ACTUAL.

 

La cultura cristiana es sin duda un ejemplo vivo de la antropización e instrumentalización en el tiempo de los valores y enseñanzas del Evangelio. Es por demás una manera dinámica de vivir en un mundo que no reviste mucha preocupación por la trascendencia y que a diario nos lo hace saber (23). Los escenarios de crianza y educación de los más pequeños están enajenados por la propuesta consumista de sus padres y padrinos (en el mejor de los casos) como del resto de la familia.  El uso indiscriminado de la tecnología en los pequeños que solo piden un abrazo y tiempo de calidad a sus padres y/o adultos responsables. La pérdida de privacidad por parte de la inclusión de la vida en las redes sociales como es el caso de Facebook donde se publican todos los aspectos de la cotidianidad y donde se ora según la respuesta de los interesados. Esta cultura electrónica da más vida a la máquina que a la persona redimida (24).  Es un círculo vicioso del que es muy difícil salir, en este panorama la vida se relativizó al punto de cuestionar la actualidad según dictan las redes sociales y no el ingenio y necesidad afectiva, emocional, espiritual, intelectual de la persona.  La individualización del pecado se retrajo sobre sí misma y se convirtió en una interpretación amañada de la vida de Fe y sus contenidos de obligatoriedad, aunque suene crudo de amar los unos a los otros. La cultura de la vida (25) que nace en la Cruz se desarrolla en el bautizado que debe antropizar al resucitado e introducirlo en su historia personal como vinculo salvífico cierto y seguro. La cultura de la vida es el complemento ideal de la cultura del amor como el motor que nos mueve en la existencia a ser y construir la realidad desde la perspectiva del amor y respeto por el otro y su circunstancia. El anterior señalamiento se constituye en un principio relevante de la antropología anglicana (26) que a diferencia de otras definiciones también históricas vincula activamente a todo ser humano en la salvación, y considera que los bautizados sin distingo alguno son la verdad y realidad por la cual Cristo se Encarnó, Nació, Murió y Resucitó bajo el dominio amoroso de la Voluntad de Dios Padre, su Voluntad no se considera una injerencia sino una prueba histórica del amor de Dios. Es decir, en palabras del Hiponense: “El Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti.” (Mateo capítulo 10 versículo 30) Aquí la Salvación y su contenido individual se vinculan poderosamente al ser eclesial del bautizado Imagen del Dios vivo y trascendente. Nuestra realidad antropocéntrica es potenciada por el Dios de la vida que planta en cada persona de todas las épocas su Gracia y bondad, la misma que impulsa nuestra natural condición de caminar en pos de su amor y nuestra total como totalizante realización.    

Los valores del Evangelio son necesarios para la configuración de la persona en su condición de hijo de Dios y por lo tanto es la iniciativa para la sólida construcción de la humanidad redimida y siempre presente en la historia de la creación. No somos cómplices sino denunciantes activos del pecado y sus estructuras en la sociedad y en el estado (27). La anterior afirmación implica una actitud testimonial permanente y congruente con la Fe expresada y vivida desde el Evangelio y su misión.  La teología política que se remonta al menos a la mitológica al siglo de Pericles (siglo VI a C) y que pasó por la pluma Agustiniana (año 354) hasta Tomás de Aquino y Buenaventura (escolástica siglo XIII) dan cuenta de la necesaria organización del estado y como el poder económico desplaza las buenas costumbres y convierte la cosa social en una franquicia al mejor postor… Un ejemplo valido podría ser la definición a lugar de riqueza: Si una persona se hace rica esto implica que millones se convirtieron en más pobres todavía. Solo así se explica que unos consigan donde la mayoría no pudo. Moralmente hablando es casi imposible asumir que la riqueza de una persona no se contaminó en algunos de sus pasos con la injusticia o manejo de información privilegiada que hace la diferencia en la competitividad de la sociedad (funcionarios). En palabras de Tomás de Aquino: No existe riqueza moralmente incontaminada de injusticia. El mundo Contemporáneo se ideo la formula descrita y denunciada por Marx cuando afirma el principio de la Plusvalía. (28) Este principio se convierte no en fundamento de la discusión histórica del dinero o su variante materialista sino como lo recibido estará siempre por debajo de lo producido ya que el efecto de la Plusvalía beneficia solo al dueño del capital no al obrero que lo actualiza con su trabajo diario. No es el objeto del presente ensayo o reflexión mostrar la connotación política del dinero y el capital sino mostrar la necesaria equivalencia de justicia aun en la economía que hoy define el quehacer de la humanidad (29). El bautizado vive también esta realidad y sale a su encuentro desde la percepción de Solidaridad con el necesitado. El ser humano actúa motivado por la percepción de sus sentidos en una total disposición intelectiva que permite conocer y transformar sus experiencias a todo momento. La memoria funciona en el colectivo precisamente cuando esta conserva las acciones y comportamientos tanto imitados como reflexivos. Esta percepción no dista mucho de otras especies animales solo que nosotros las Sublimamos en la dinámica de la razón aún más plena que nos define como civilizados (30). El hombre primitivo que habita nuestro cerebelo aflora en muchas situaciones de vida que incluso en algunas personas son de matices cotidianos, me refiero a la violencia y toda forma de autodestrucción de la especie humana. Para ilustrar la afirmación anterior solo citaremos algunos ejemplos:

 

·                  Guerras

·                  Hambrunas por mal manejo de los recursos naturales como la desforestación

·                  Vicios como el licor, la ludopatía, el consumo de sustancias o fármacos

·                  Infringirse dolor

·                  Concepciones equivocadas de estética

·                  Bulimia

·                  Anorexia

·                  Auto-mutilación

·                 Narco-dependencia (31).

 

Solo citando algunos de los ejemplos que la In-civilidad (32) genera entre nosotros. La cuestión radica en la ausencia liberadora de la Fe y su metafísica que es la Gracia o materia de la cual somos hechos verdaderamente libres, eso sí espiritualizando la presencia de Dios por referencia en nosotros como sus criaturas. Pues la cultura es el reflejo de tamaña situación de esclavitud la misma que muta hasta convertirse en imperceptible. Nosotros desde la oportunidad que nos brinda la Gracia podemos transformar esta realidad y sublimar con el amor de Dios cuanto hacemos por vocación y mandato socio-cultural. El “colectivo de los civilizados” (33) sería un nombre apropiado para establecer diferencias tanto de comportamiento como de relación entre los seres humanos.  La verdad misma preconizada desde el Evangelio puede ser alterada por actitudes aun dentro de la misma Iglesia de necesidad casi existencial de adaptabilidad a los tiempos. La verdad como tal está intrínsecamente relacionada con la propuesta salvífica del Señor a su Iglesia o nuevo pueblo (34). Somos elementos recurrentes en la Voluntad Salvífica de Dios sin que ello deshumanice nuestra propia humanidad, por el contrario, solo Dios puede sublimar la naturaleza redimida de la especie humana si tenemos en cuenta que su amor se constituye en fuente de redención segura desde el fenómeno de la Cruz. Cristo mismo resucita en la Cruz indicando con ello que la Cruz es el nexo materialmente cognoscible de la salvación de la creación. La cultura de la vida se manifiesta desde la dinámica relacional que Cristo establece con los suyos y con nosotros una vez resucita y se manifiesta de cuerpo presente y no solo en la intuición de los discípulos. Es pues una constatación material de lo invisible e inmaterial, pero Cristo lo deseó de esta manera para fortalecer la voluntad de la humanidad y su actividad sensorial (35). Toda prueba intelectiva nace en el amor de Dios por nosotros, quiere que palpemos conforme nos dicta el corazón (Cónfer: discípulos camino a Emaús, Lucas capitulo24). Somos testigos tanto de su pasado como de su presente esto en términos estrictamente cognoscibles. La cultura del Evangelio materializa la cultura de la vida y la bendice con toda la fuerza de su intención por ser la sociedad cristiana donde sus valores se manifiestan o son sacados de su dinámica ideal para ser aterrizados en acciones concretas o fenomenológicas. La Cruz es pues para nosotros el pararrayos entre Dios y la humanidad (36) el vínculo del amor, pero también del dolor del que sufre clavado en ella.  Hoy hermanos debemos tener claro que somos sus testigos y estamos dispuestos a encarnar su Voluntad en las acciones de la Iglesia como la denuncia profética (37). El profetismo implica conocer la realidad del país y su entorno teniendo presente que la Globalización de la Economía acortó distancias también en el acople de modelos culturales foráneos que desafortunadamente dañan la perspectiva histórica de los países en vía de desarrollo como es nuestro caso particular. Debemos conocer y analizar cuanto sucede para ilustrar como lo hacían los profetas de A.T que denunciaban alianzas y acuerdos fallidos para el pueblo con las naciones vecinas, solo para citar la vida y obra de Ezequiel y Jeremías.  El profeta actual es también un consumado analista político como social y cultural donde se mueve la humanidad. El Evangelio nos ilumina al respecto haciendo prevalecer al ser por sobre cualquier consideración por justa o valedera que se presente en nuestro panorama (38).

El pecado no dañó totalmente nuestra integralidad y es en ella donde la Gracia presente nos justifica estableciendo un orden absolutamente distinto. Es nuestro Dios el gran potenciador de todo lo bueno que hay en nosotros, es la forma como la Gracia entra en la historia para convertirse en un fenómeno totalmente necesario en la praxis de nuestro “estar vivos”. Estamos pues ante la categoría misma de la vida y sus marcas potenciadas por el Creador que nunca abandono a su obra, a pesar de la rebeldía de esta. Un acontecer en el quehacer del colectivo humano que redireccionó la vida y sus formas hasta alcanzar la relación vital con el Dios amoroso que se declara Padre de todos los vivientes (39). La sociedad ve en si misma el modelo de su existencia y si su visión está comprometida con el pecado entonces la percepción también lo estará. Dios no obra la salvación para que nosotros simplemente esperemos desde la comunidad de nuestra vida sensorial, sino que establece un acuerde de cooperación con cada uno de los bautizados para haceros justos. La sociedad en el modelo y sus contenidos están a la orden del día y la Gracia actúa en ellos desde una misteriosa relación de vida que nos evoca al amor como nuestra mayor contingencia (40). Las injusticias reniegan de la elección de Dios por hacernos parte de esta historia salvífica concretada en la Cruz por el Señor y Salvador Jesucristo. Estamos pues ante la necesidad de encarnar literalmente los ideales cristianos para lograr insertar la Gracia personal en nuestro entorno que sin duda lo requiere mucho como quiera que el pecado personal está desbordado y llegando a colmar todo nuestro entorno. La solidaridad que expresamos en una vida-denuncia, (41) hace década uno de nuestros actos un modelo de ser y existir libre de las contaminaciones del pecado estructural tan presente en la sociedad. Puedes hacer parte del estado o la empresa privada lo único que no podrás olvidar es que tus manos y mente son un instrumento de Dios para llegar a estos lugares de trabajo y quehacer de sus hijos los bautizados (42).

 

ARTÍCULOS/INSUMOS/FUENTES, CIBERGRAFÍA,  APUNTES PERSONALES.

 

1-      Nota del autor.

2-      Biblia de Jerusalen on line. https://www.bibliatodo.com/la-biblia/version/Biblia-de-Jerusalen.

3-      Nota del autor.

4-       Este concepto presenta dos acepciones. Por un lado, se habla de Carta Magna como sinónimo de Constitución. Por otro, hace referencia a la Carta Magna proclamada en Inglaterra en la Edad Media. El texto constitucional de una nación. Una Carta Magna o Constitución es un texto normativo en el que se presentan las disposiciones generales para organizar la vida en sociedad y el funcionamiento del estado. Así, se trata de un marco jurídico general que debe orientar al conjunto de leyes de una nación. Al mismo tiempo, este tipo de documento debe ser el resultado del consenso, pues el propósito del mismo es cohesionar a una nación. https://www.definicionabc.com/politica/carta-magna.php.

5-      Nota del autor.

6-      Nota del autor.

7-      Nota del autor.

8-      Nota del autor.

9-      Nota del autor.

10-  Nota del autor.

11-  Nota del autor.

12-  Nota del autor.

13-  Nota del autor.

14-  Nota del autor.

15-  Nota del autor.

16-  Nota del autor.

17-  Nota del autor.

18-  Nota del autor.

19-  Nota del autor.

20-  Nota del autor.

21-  Nota del autor.

22-  Nota del autor.

23-  Nota del autor.

24-  Nota del autor.

25-  Nota del autor.

26-  Nota del autor.

27-  Nota del autor.

28-  La Plusvalía, también conocida como plusvalor, apareció definido por Marx en su obra ‘El Capital’ y es básicamente, el valor no pagado del trabajo del obrero que crea un plus producto del cual se hace propietario el empresario. Originando así la esencia de la explotación o acumulación capitalista. Es decir, según la teoría desarrollada por Karl Marx, al trabajador se le paga menos de lo que realmente produce. Así pues, la diferencia entre lo que realmente produce y su salario es lo que se conoce como plusvalía. Esta plusvalía constituye la ganancia extra del empresario. https://economipedia.com/definiciones/plusvalia-economia.html.

29-  Nota del autor.

30-  Nota del autor.

31-  Nota del autor.

32-  Nota del autor.

33-  Nota del autor.

34-  Nota del autor.

35-  Nota del autor.

36-  Nota del autor.

37-  Nota del autor.

38-  Nota del autor.

39-  Nota del autor.

40-  Nota del autor.

41-  Nota del autor.

42-  Nota del autor.

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