OCTAVO DOMINGO
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS. Año B. 2 Samuel capítulo 7 versículos 1-14. Salmo
89:20-37. Efesios capítulo 2 versículos 11-22. Marcos capítulo 6 versículos
30-34, 53-56.
El Texto de Samuel, está
dirigido a superar la connotación inmediata de la propuesta de David de
construir un templo para Yahveh, el autor está pensando en una relación vital
entre Dios y David y sus sucesores, y de paso argumenta la futura alianza entre
Dios y el trono de David. Esta afirmación la desprendemos del versículo (12) “Y
cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré
después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas y consolidaré el trono
de su realeza” más que un templo de parte de los hombres, ellos recibieron una
promesa de generación en generación, de esta manera se da bases sólidas a la
descendencia imperial y a la alianza que mutará hasta convertirse en el sólido
anuncio del Mesías. La esperanza se materializa en una historia salvífica que
inicia en Israel y que se extenderá a toda la humanidad ya que la necesidad de
un orden redimido será vocación de la creación entera. Nosotros los bautizados
hacemos parte indiscutiblemente de la esperanza y la promesa ya no en David o
el pueblo judío sino en la manifestación filial y cósmica del Salvador resucitado.
Nosotros como bautizados estamos dispuestos a recibir la herencia de eternidad
que se granjeó David por su Fe y entrega al Dios revelado. El profeta Natán que interviene en el Texto
mencionado no está de acuerdo con el templo, pero esa divergencia de opiniones
será superada al colocar o entronizar el Arca de la Alianza en medio del nuevo
signo de la presencia de Yahveh, nos referimos al templo. De esta manera el signo de lo sagrado y
tangible para el pueblo se convierte en realidad frente a la presencia de Dios
con ellos, esta afirmación se materializará en el Enmanuel o el Dios con
nosotros de la tradición Isainiana.
Este pasaje bíblico nos
permite ver la evolución de conceptos a la luz del Texto Sagrado de Tradición,
pasando de una tienda construida por Moisés a un templo al puro estilo cananeo,
recordemos que la liturgia requería de signos fijos o estacionarios en medio
del pueblo. La influencia de sus vecinos
es palpable, pero a favor de Israel está el haber sublimado estos signos y
haberlos convertido en liturgia de índole salvífica en su cosmovisión. La
Gracia hace su trabajo y el proceso pedagógico empleado por Dios también.
El Salmo 89 que tomamos desde el versículo 20 nos habla sobre los “amigos de Dios” es decir, de aquellos que fueron constituidos en profetas o elegidos para el anuncio de parte del Dios revelado, sin duda se refiere – en el criterio de los Santos PP. de la Iglesia- a Samuel y Natán quienes fueron el nexo con David al que Dios llamó particularmente para ser ungido. El término ungido adquiere una connotación tanto sacerdotal como real (dinastía) pero solo asignada a David desde la perspectiva de la elección que Yahveh hizo de él. Una vez más encontramos una especie de código de una alianza, pero no al modelo humano de vasallaje tan popular en aquellas épocas sino unilateral ya que Dios será quien -como pasó con Abraham- cumpla a cabalidad el acuerdo y la otra parte no, en este caso David.
Dios juzgará, pero aun
así tendrá misericordia de su pueblo, mostrando una connotación única en su
relación con Israel a diferencia del modelo de las deidades cananeas y
filisteas, Dios es justo y misericordioso.
En su carta a la iglesia
de Éfeso, el Apóstol Pablo inicia su exposición hablando de los gentiles y como
antes estaban literalmente fuera de los medios arcaicos de la Gracia. Tal
afirmación es solo el marco contextual para luego incluirlos por mandato de Cristo
y el poder de su sacrificio por absolutamente todos los seres humanos y la
creación. Eran como indica Pablo –extraños- a las alianzas anteriores, no
existía en sus vidas nociones sobre la gratuidad de la Salvación y mucho menos
de la figura mesiánica del Señor, solo para recordarlas y darnos ejemplo de su
importancia (Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David) desde el génesis hasta los
evangelios, esta consignada la temática y santidad de estas alianzas
unilaterales porque solo Dios cumplió y cumple con el pacto.
Los pueblos llamados
paganos o gentiles poseían la característica del politeísmo y sus dioses eran
muchos, pero en tales cosmovisiones para Pablo, carecían del único Dios
verdadero o vivo. La sabiduría de Pablo le lleva a firmar que en Cristo el
“muro” que divide a unos y otros fue derribado, se refiere literalmente a la
separación física entre gentiles y judíos en el propio templo. Esta realidad
excluyente fue derrumbada por el resucitado y su influencia por medio de la
Gracia. Marcará el inicio de un acceso total y totalizante de la humanidad a
los Medios de la Gracia (en la Iglesia Anglicana se refiere como en la
tradición de los santos PP. de la Iglesia, a los sacramentos, las meditaciones
de la Palabra de Dios, las obras en favor de otros, la oración y demás signos
de nuestra nueva condición como cristianos). Pablo insistirá en el cuerpo tanto
físico del Señor que entregó en la Cruz y su Cuerpo Místico que es la Madre
Iglesia, aquí se habla de la comunidad de los creyentes (versículo 16). La paz
como anuncio del resucitado llega al mundo entero gracias a la obra misionera
de los apóstoles y posteriormente de los misioneros y hoy por la obra
testimonial de cada uno de los bautizados. El compromiso del creyente supera
las barreras sociales y culturales para instalarse en el ámbito relacional.
Somos pues testigos del resucitado y así vivimos nuestra Fe en su Iglesia.
El escenario ideal para
el Espíritu del Señor es precisamente su Iglesia, ya que su presencia nos
asegura la Gracia para vivir las enseñanzas evangélicas. No es la Iglesia un
espacio de sentirnos bien o cómodos sino una filiación aún más poderosa que los
vínculos de la carne y la sangre porque ella como Institución y Madre a la vez
será definitiva en la Salvación de los bautizados. La eclesiología Paulina
tiene aquí un fundamento imperdible y vital para cada uno de los creyentes de
todas las épocas. Pablo literalmente reconcilia a los gentiles con los
creyentes y los hace parte de la Iglesia de Cristo, quien es y será su
fundamento, como lo expresamos en nuestra liturgia cuando cantamos el Himno 159
del Himnario Provisional (conocido de la tradición luterana). “Un solo
fundamento y solo un fundador, la santa Iglesia tiene en Cristo su Señor. Para
hacerla su esposa del cielo descendió. Y con su propia sangre su libertad
compró”… (Primera Estrofa).
Marcos nos ofrece otro
ejemplo de la periferia de su evangelio, en este caso el Señor y sus discípulos
no tenían tiempo literalmente ni para comer por la gran cantidad de necesitados
que salían a su encuentro. La periferia se manifiesta con toda su fuerza
dejando ver la necesidad y postración de muchos judíos cuya única esperanza era
el Señor. Es clave la enseñanza, algo que recalca Marcos en su evangelio, el
Señor enseña en la Fe y da fundamento a los nuevos creyentes de su
mensaje. La urgencia de la misión posee en si misma sus
distintas etapas y momentos de las cuales diferenciamos al menos tres
movimientos conceptuales y rutas de acción:
1- Identidad total con la condición de los
receptores del mensaje (se adentra en su contexto).
2- La instrucción como fundamento del
trabajo misionero.
3- Pedagogía y respuesta a las necesidades
en el marco misionero haciendo de la Palabra una fuente de alivio para tales
males, es decir, portando esperanza y misericordia.
“Terminada la travesía,
llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. 54. Apenas desembarcaron, le
reconocieron en seguida, 55. Recorrieron toda aquella región y comenzaron a
traer a los enfermos en camillas a donde oían que él estaba. 56. Y dondequiera
que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las
plazas y le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la
tocaron quedaban salvados”. La realidad social y cultural necesita de una
mirada justa y bondadosa ante las implicaciones que estas poseen en la vida del
creyente y en general de quienes escuchan el mensaje. La realidad necesitada de
la Gracia es muy grande por lo tanto el mensaje debe llegar a cuantos sea
posible, es la idea Marcana del “frenesí del Señor y sus discípulos”.
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