domingo, 8 de noviembre de 2015

ENSAYO... IMPORTANCIA DEL RITO PENITENCIAL EN NUESTRA LITURGIA...

IMPORTANCIA DEL RITO PENITENCIAL EN NUESTRA LITURGIA… MANIFESTACIÓN DE LA GRACIA.



INTRODUCCIÓN.


Existe un componente que sobresale en la Liturgia de las Iglesias Históricas y que está determinado por la Naturaleza de las celebraciones en las que confluyen tanto Clérigos como Laicos y es precisamente el ejercicio llamado Penitencial, que acude a la sensibilidad de los asistentes y les vincula en la concepción de un Dios rico en Misericordia, ya desde el (A.T) el pueblo de Israel tenía conciencia sobre la Bondad de Dios aun por sobre sus desobediencias, basta leer con atención al Profeta Oseas, que personalmente ofreció su vida Esponsal para representar la relación de Yahvé con su Pueblo, llena de infidelidades pero siempre animada por el perdón (Os cap. 11) el abandono aquí descrito es sinónimo de pecado al romper los preceptos y normas dadas al Pueblo y desdibujar su Ley, es pues claro que perdonar es parte de la Misericordia divina y por tal razón reconocemos que es fruto del Amor de Dios, nuestro Rito Penitencial o Confesión de pecados, se conserva tal y como la Iglesia (Catolicidad)  lo hacía  entre los Siglos VIII vivo todavía el último de los PP. De la Iglesia (Isidoro de Sevilla, cuya obra fue comentada por el gran Ingles Beda el Venerable ) y el Siglo XI dejando ver su Cosmovisión y participación donde el pueblo intervenía directamente.

EL PERDÓN EN LA LITURGIA Y EN LA PRAXIS DEL BAUTIZADO.


La Iglesia es consciente de las debilidades de sus hijos y asume que nuestra condición es pecadora aunque estemos llamados por la Gracia a la Santidad de vida, recordamos la sentencia de Martín Lutero: Somos justos y pecadores, no es la resignación ante el pecado sino la exaltación de la Gracia que aunque estemos inclinados al error no nos abandona nuca, esta presencia es camino y vocación de Santidad, siempre existe posibilidad de resarcir nuestras acciones y dejarnos tocar por la Gracia: En clase de Religión le preguntan a un Niño sobre  la Santidad aquel Chico va luego al Templo de su Barrio y se detiene en los Vitrales y observa que esas representaciones de escenas en la vida de algunos llamados Santos brillan con fulgor y  dejan pasar la Luz del Sol, por lo que concluye luego en Clase Los Santos dejan pasar la Luz, bien podríamos decir que en la vida del Bautizado  existen tinieblas pero también mucha Luz y por consiguiente Gracia de Dios, y que el perdón es un ejercicio diario que se vive poderosamente en la Liturgia siendo posible la intercesión de la Madre Iglesia por sus hijos, tal experiencia de Luz será siempre lo opuesto a la obscuridad  de nuestras acciones de carácter individualista y motivadas por móviles  perversos o salidas del contexto de la Gracia, en esta dirección apunta la sentencia de Martín Lutero, y no es propiamente la desesperanza, es todo lo contrario, la Esperanza de la Gracia y su poder Santificador, el Perdón toca no solo lo Sobrenatural es un ejercicio de Reconciliación con la vida, la Naturaleza y consigo mismo, es el llamado a escribir una vez más nuestra Historia personal y por analogía de Salvación, es permitirle a Dios moldear en su Infinita Sabiduría el Mundo personal que tanto amamos y defendemos a diario, es siempre comienzo y actualización de la Misericordia de Dios en nosotros…De lo anterior se desprende la ingente preocupación de la Iglesia por acoger a sus hijos en las circunstancias de vida en las que estos se aproximan generando en el Rito Sacramental la posibilidad de la Reconciliación, no perdamos de vista que en nuestro L.O.C  bajo el título Reconciliación de un penitente  (Pág. 368) las Rubricas comienzan: El ministerio de reconciliación, que Cristo confió a la Iglesia… No se limita a tiempo de enfermedad. Las confesiones pueden oírse en cualquier lugar y a cualquier hora… El ejercicio de la norma prodiga  pero lo   importante de este es saber que vive en el espíritu Eclesial y que sus fórmulas están señaladas por la Institución Eclesial y es importante aclarar por temas concernientes a la Conciencia que la Iglesia procede en Nombre de su Señor y bajo la Potestad que Cristo le confirió.

De lo antes manifestado queda claro que la Reconciliación es una realidad del Ministerio en esta Iglesia y que durante Siglos hemos conservado esta Potestad que nos une a la Iglesia Primitiva y a los PP. Apostólicos, ya en el Siglo II se habla de la figura del Pastor de Hermas (Obispo de Roma) que contextualizándonos veía con preocupación que durante las persecuciones en el Imperio romano muchos Bautizados renunciaban a su Fe por la existencia de pecados que los apartaban del Reino de Dios  (Asesinato, Apostasía, Adulterio) y al no existir formula de Reconciliación eran excluidos de la Iglesia, tal situación le llevó a pensar y confeccionar un Rito para reincorporar por así decirlo a estos cristianos a la vida de la Iglesia.

El Perdón como movimiento de la Gracia nos debe conducir a la re-afirmación del Gobierno de Cristo  así como a sensibilizarnos sobre nuestra propia condición y opción de vida, no es nuestra Naturaleza ajena al pecado si lo analizamos tendemos al error esa consecuencia de la perdida de la Gracia original permanece latente entre nosotros y nos damos cuenta incluso en el devenir de nuestras sociedades y pueblos donde la injusticia domina el escenario cotidiano, no soy fatalista ni puritano pero ante la ausencia de la Estética de la Gracia es el pecado quien define la estructura de estos tiempos, es aquí donde la Iglesia cuenta con los Bautizados para dejar en el pasado las estructuras de pecado y moldear una Sociedad de la Gracia, una cultura de la vida y el respeto por la vida en todas sus formas, estamos afirmando que la Reconciliación es para el Bautizado punto de partida y puerto de seguro arribo,  es aquí donde la invitación de Jesús  sobre el perdón toma fuerza y sentido o razón de ser, no podemos permitir que el pecado como  Experiencia del mal escriba nuestra  Historia de vida, de ser así como interpretar nuestra existencia como “Historia de Salvación”.


FORMULA CONFESIONAL… Dios de misericordia confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer, no te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos, sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu Voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.  La fórmula anterior tiene dos momentos fuertes y justo en medio de ellos aparece la Misericordia de Dios, recuerdo una bella plegaria: Pon Señor tu Amor y Misericordia entre tu justo juicio y nosotros pecadores, la Madre Iglesia Cristocentrica por Antonomasia acude siempre al Amor reparador de su Señor  en favor de sus hijos los Bautizados como bellamente lo recuerda el Hiponense: La Iglesia es sierva de Cristo y Madre de los Bautizados, nuestra cohesión de pecados está en total sintonía con el sentir de la Asamblea que cada Domingo se postra delante de Dios reconociendo sus imperfecciones pero sobre todo confiando en su Gracia y benevolencia no podría ser de otra forma, es el sentirnos siempre necesitados de su Amor y escuchados en su perenne Misericordia, bajo nuestro Rito de penitentes queda a salvo siempre la Voluntad de Dios y nuestra personal imposibilidad de remediar nuestras faltas por nosotros mismos, de suerte aclara el Salmista: Nadie puede redimirse así mismo, ni pagar a Dios su propio rescate… Porque el precio de nuestra redención es tan grande, que nuca tendríamos suficiente para pagarlo. (Sal 49:6-7) este rescate solo recae en el Hijo de Dios y en la Iglesia el  poder de administrar la Gracia del perdón Adorando  continuamente a su Salvador.

La Reforma Insular asume la práctica de la Reconciliación expresamente en el Rito Eucarístico no sin antes pasar por muchas dificultades para conservarlo y vivirlo en la nueva concepción del Rito reformado, lo primordial fue su conservación e interacción con la Liturgia del momento, que comprendió el Signo de Misericordia dispuesto para la Asamblea que penitente implora a Dios por el perdón y ofrece  enmendar sus faltas en el contexto de la Maternidad Eclesial, nosotros vivimos en ese momento la Unidad Esencial de nuestro examen de Conciencia a la expresa Voluntad de reparación dejando ver nuestra Intencionalidad frente a la Gracia, es pues, para el Bautizado patrimonio de su Espiritualidad y estilo de vida reflexiva sobre el contenido y moralidad de sus acciones, todo ello se vive en  la Gracia que dispensa tal momento en la Liturgia de la Iglesia, para algunos se relaciona con la Economía de Salvación  que inaugura el Redentor al introducir la necesidad casi rigurosa del perdón tanto personal como del colectivo  Eclesial uniendo armoniosamente el Kairos de Dios con el nuestro es el fundamento de la Justificación de la Salvación y del Salvado como de su aceptación (En Potencia) es de otra forma la vinculación de la Historia de Salvación personal al influjo de la Gracia y la llamada futura Deificación del Ser Humano  como apuntarían los PP. Griegos, nuestra corriente Latina con Agustín de Hipona a la cabeza (Siglo V) habla de la Fruición o posesión del amor de Dios que es en si su Esencia creadora:  Porque me amaste me hiciste amable esta sentencia resume todo lo expuesto y planteado desde la óptica del “perdón reparador de Dios”… Nuestra Liturgia entiende la Voluntad del Bautizado por dejar el pecado y buscar a Cristo  y por tal razón  prepara su Formula de Confesión de pecado dejando entrever que la Espiritualización del perdón la vivimos como una Metanoìa que implica tanto el superar las estructuras de pecado como transformar vidas en su Gracia, es poner en su lugar al” Hombre viejo” descrito por Pablo y abordar la nueva realidad de los Bautizados y la Actualidad de la Salvación,  ella misma  no se  renueva pero nuestra respuesta Sí. Recordemos que la vida en Gracia supone una formalización en términos de Salvación del perdón de Dios y en su Hijo Adorado la plena y satisfactoria reparación, si lo deseamos podemos mirar la Carta a los Hebreos y animar nuestra reflexión personal.


BREVES SOBRE EL RITO Y ACCIÓN DEL PERDÓN EN NUESTRA LITURGÌA.


·        El Rito de la Confesión de pecados  en sí mismo manifiesta el sentir de la Iglesia Madre de acoger a sus hijos y juntos buscarlo de Dios.

·        La Gracia es Don del Amor reparador de Cristo.

·        En nuestra Confesión  de pecados el Espíritu Santo ad- Extra obra el perdón para los feligreses y manifiesta en sus Procesiones (Comunicación Trinitaria)  la presencia del Padre y del Hijo.

·        La Absolución es facultativa del Presbítero y el Obispo.

·        El Rito se nutre de la Conversión del Bautizado.

·        La Deificación del Ser Humano  es fruto de la Gracia de Dios  y respuesta  del Bautizado.

·        El Amor objetiva las relaciones del Ser Humano.

·        Ama y haz lo que quieras. (Hiponense).

·        El juicio del Bautizado es el establecido por el Amor como respuesta de vida.

·        Nuestra Confesión de pecados  y póster  absolución es fundamental en nuestra lucha contra la “Experiencia del mal”.

·        Sin satisfacción no tiene sentido la absolución, aun acudiendo a la Misericordia.

·        Nuestra Economía de Salvación requiere responder desde nuestras actitudes y Conversión.

·        Somos Justos y pecadores (Lutero).

·        En nuestra Confesión de pecados, la Iglesia vive su Maternidad orando y pidiendo por cada uno de los Bautizados.

·        La absolución durante el Rito penitencial es adelanto de nuestra Escatología.

·        La des-gracia es la Némesis de la Gracia ordenadora y santificadora del perdón.

·        El Amor es el peso (Hiponense)  que hace santas nuestras acciones y nos facilita la auténtica búsqueda del perdón de Dios.

·        Los Bautizados deben experimentar el perdón en tres vías manifestadas  por la Gracia Personal, Relacional y Eclesial.

·        El Acto Humano es puesto bajo la “Lupa” del perdón.

·        Nuestra Moral prioriza su estructura bajo la concepción de: Decálogo y Evangelio.  











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